Son las cuatro de la maƱana, con cautela me quedo en el borde de una cornisa en el edificio donde se ubica mi departamento en BlĆ¼dhaven. Permanezco ahĆ, porque la seguridad de mi hogar se ha visto comprometida. Escucho ruidos provenir de dentro, por la ventana que normalmente utilizo para acceder, miro desde las sombras lo que sucede al interior; lo que mĆ”s me gusta de este traje negro que uso es que me permite pasar desapercibido entre la oscuridad.
Mi televisor estĆ” encendido, la luz intermitente que produce ilumina mi sofĆ” frente a Ć©l, ahĆ descansa un muchacho rubio, casi pelirrojo, quien viste pantalones de mezclilla muy ceƱidos, que le lucen espectacular en sus robustas piernas, porta ademĆ”s una playera amarilla y una chamarra roja de la preparatoria de Ciudad GĆ³tica. El chico yace completamente perdido, sus piernas estĆ”n muy abiertas y su cabeza descansa en la cima del respaldo, dejando vulnerable su cuello, si yo quisiera, y si fuera otra persona, podrĆa matarlo aquĆ mismo y ahora. Incluso mantiene la boca abierta y ronca muy ligeramente. Por lo poco que sĆ© y por algunas fotos que he visto, yo reconozco a este chico, Ć©l es Jason Todd, Robin.
Deduzco que hoy es su noche libre, en la cual no patrulla. No lo culpo, nuestra labor de superhĆ©roe es agotadora, el cansancio se acumula. Cuando me toca descansar, al igual que Ć©l, yo duermo como un tronco, con el sueƱo muy pesado, nada puede hacerme levantar hasta muy tarde al dĆa siguiente. ¿QuĆ© hace aquĆ? ¿Por quĆ© ha venido? ¿Lo enviarĆa Bruce Wayne?
Silenciosamente, accedo a mi hogar, me aseguro de verificar con cada paso que doy, que no haya alguna trampa puesta por este descarado joven, quien tuvo la osadĆa de venir a perturbar mi paz y mi calma. Fue una noche particularmente cansada, tuve que perseguir a “Vigilante” por varias calles para capturarlo y entregarlo a las autoridades. Lo Ćŗnico que deseaba era llegar y tumbarme en la cama, pero no puedo hacerlo, porque tengo que atender a una visita indeseada.
Al aproximarme a Ć©l, noto que la chamarra de la preparatoria lleva cocido un parche de Robin, en donde deberĆa ir el emblema de la instituciĆ³n educativa. No me extraƱa, son muy comunes: todos los sĆmbolos de superhĆ©roes pueden ser encontrados en parches y otro tipo de mercancĆa y juguetes. Es una forma de decirle al mundo “soy Robin”, sin que nadie le preste atenciĆ³n. Luce tan tierno e inocente cuando duerme, su piel es tan lisa que parece la de un bebĆ©, tiene buena complexiĆ³n, tal vez tengamos la misma estatura, aunque yo soy claramente mĆ”s corpulento.
Es momento de despertarlo y ver quĆ© es lo que vino a buscar. Parado frente a Ć©l, yo cierro mi puƱo y lo estampo con todas mis fuerzas entre sus muy abiertas piernas, golpeando su joven masculinidad, sĆ© muy bien donde se ubican sus testĆculos y como cuelgan al sentarse en aquella posiciĆ³n, pues tambiĆ©n soy un hombre. El chico grita y se despierta, de inmediato cubre sus genitales, y cerrando las piernas se deja caer de costado en el sofĆ”, restregando su rostro contra el mullido asiento mientras frota su adolorida entrepierna. Ćl tiene la culpa, nadie le dijo que se podĆa quedar confiadamente dormido en mi departamento.
Me mira de reojo, yo poso imponente con las piernas abiertas y mis manos en la cintura, sacando el pecho. Mi satinado traje negro, imitaciĆ³n piel, se ciƱe a mi musculatura perfecta. Me aseguro de mover ligeramente mi cadera al frente, para exhibir mi dotada hombrĆa, quiero asegurarme de que sepa quien manda. Aunque solo sea tres aƱos mayor que Ć©l, Jason debe entender que yo soy un hombre, y Ć©l un niƱo.
—¿QuĆ© haces aquĆ, Jason Todd? —pregunto. Tomando el control remoto y apagando el televisor.
—¿Visitando a la familia? —responde con un sonrisa burlona, manteniendo la cabeza pegada al sofĆ”.
—TĆŗ y yo no somos nada, solo te reconocĆ por algunas fotografĆas —digo caminando hacia mi cocina, abro mi refrigerador y saco una botella de cerveza—. SĆ© perfectamente que tĆŗ eres mi remplazo: el nuevo Robin.
—Yo mĆ”s bien dirĆa que soy una mejora —dice el sinvergĆ¼enza, incorporĆ”ndose en el sofĆ” para volver a quedar sentado con las piernas abiertas, esta vez frotando sus bolas en busca de alivio.
Sin ningĆŗn aviso previo, yo lanzo varios batarang con mi emblema de ala nocturna, apuntando a su cabeza. Sus reflejos son muy buenos, justo lo que esperaba, el chico consigue esquivarlos inclinando su cuerpo hacia el descansabrazos mĆ”s cercano. Estos se clavan en la pared.
—¡Oye! Tranquilo, no vine buscando una pelea —dice todavĆa sentado, levantando las palmas de sus manos como seƱal de rendiciĆ³n.
Justo en el momento en que Ć©l hacĆa esto, como consecuciĆ³n a mi ataque previo, arrojo una esfera metĆ”lica negra hacia sus ahora desprotegidos testĆculos, al hacer esta contacto, libera una potente descarga elĆ©ctrica. Jason no solamente siente dolor en sus sensibles bolas, tambiĆ©n la electricidad recorre su cuerpo. El muchacho cae al suelo bocabajo, retorciĆ©ndose. Involuntariamente, libera una larga y ruidosa flatulencia que me saca una sonrisa.
—AsĆ que viniste aquĆ sin protecciĆ³n, siempre debes llevar puesto tu traje —comento sacudiendo la cabeza condescendientemente y bebiendo un trago de mi cerveza.
—Solo te querĆa preguntar —balbucea desde el suelo, bocabajo con las manos en los huevos— ¿CĆ³mo fue tu vida con Bruce? ¿Ćl abusaba de ti tambiĆ©n? Si es asĆ, ¿cĆ³mo fue que…? —antes de que el chico pueda seguir preguntando, yo lo interrumpo.
—Todo el tiempo. ¿QuĆ© pensabas? ¿Que no? Ese es el rol de un Robin. Supongo que ya lo sabes. Hasta que un dĆa yo… —me detengo.
—¿TĆŗ quĆ©?
—¿QuĆ© de quĆ©? —respondo fingiendo demencia.
—¿QuĆ© ibas a decirme? —balbucea Jason, sentĆ”ndose en el suelo con las piernas abiertas, recargĆ”ndose en el sofĆ”.
—No lo sĆ©, tĆŗ dime —respondo. Ćl entrecierra los ojos con hartazgo y sospecha.
—ParecĆa que me ibas a decir cĆ³mo hiciste para que Ć©l dejara de tratarte como a un juguete sexual.
—AsĆ es, te lo iba a decir —afirmo—. Pero esa clase de informaciĆ³n no te la puedo dar gratis. TĆŗ lo sabes bien, Jason Todd, seguramente Bruce ya te ha enseƱado cĆ³mo funciona el mundo: o eres un alfa, o un juguete.
Abro un cierre oculto en mi traje de Nightwing, meto mi mano para exponer mi virilidad en reposo.
—¡ArrodĆllate! Si quieres que te dĆ© esa informaciĆ³n, ya sabes quĆ© hacer —ordeno al chico. La verdad es que no pienso obligarlo a nada, con que demuestre tener intenciĆ³n de estimularme, le darĆ© lo que pide.
—No te lo voy a chupar —afirma con excesiva autoconfianza. Misma que no deberĆa de tener, siendo un Robin. Ćl deberĆa de ser dĆ©bil y dĆ³cil.
—Como gustes —guardo mi miembro y le seƱalo la puerta.
¡ArrodĆllate! |
—¡Espera! ¿QuĆ© tal si peleamos y si te venzo, me dices lo que sabes? —el chico pretende ser mĆ”s astuto que yo.
Pensativo, me llevo la mano al mentĆ³n y camino hacia Ć©l, pretendiendo que pondero su propuesta. Sorpresivamente, poso mi bota en su entrepierna, aplastando sus bolas contra el piso. Deben saber que me prende castigar las bolas de otro macho, por supuesto, tambiĆ©n me prende que me castiguen las mĆas, especialmente una mujer.
—UbĆcate, Jason, tĆŗ no estĆ”s en condiciones de pedirme nada a mĆ. Yo soy tu superior, soy Nightwing, tĆŗ eres Robin, un asistente. O me chupas la verga, o te taladro el culo, solo esas opciones tienes —digo, presionando con mucha fuerza, Ć©l gime de dolor, frotando y sobando mi pierna.
Sus manos recorren mi pantorrilla, suben hasta mis muslos, Jason posa su palma en mi portentoso bulto semi-erecto. Este estĆ” protegido por mi traje. Aunque se atreviera a golpearme o intentara aplastĆ”rmelas, Ć©l no me harĆa daƱo alguno, soy ligeramente invulnerable.
Es listo, encuentra el cierre oculto y lo baja. Inserta su mano en mi entrepierna y toma mis desnudos testĆculos depilados entre sus manos.
—¿Y bien? ¿QuĆ© se supone que vas a hacer, Jason? —pregunto confiadamente con las manos en la cintura, a sabiendas de que no harĆ” nada.
AsĆ funciona este mundo. Los testĆculos de un alfa son invulnerables, intocables. Aun teniĆ©ndome agarrado de los huevos, el chico es incapaz de apretar. Es una ley tan fuerte como la de la gravedad. La energĆa sexual es uno de los pilares que sostienen esta realidad. Mientras yo, Nightwing, sea su superior, y claro que lo soy, Jason no puede hacerme daƱo.
Robin grita y gime suplicante, mientras frota deliciosamente mis genitales con una mano y mi pierna con la otra. Yo ejerzo mĆ”s presiĆ³n y el chico no puedo resistir, su verga estĆ” tiesa, comprimida dentro de sus jeans. Al instante, noto como su entrepierna, por encima de mi bota se oscurece debido a la humedad proveniente del interior, la cual atravesĆ³ la ropa interior, permeando hasta la superficie. Jason cae tendido en el suelo con las brazos a los costados, como si su energĆa viril hubiera sido drenada.
—Eso pensĆ© —digo removiendo mi pie, dejĆ”ndolo como un muƱeco de trapo. Era mi deber mostrarle cuĆ”l es su lugar, lo miro con fingido desdĆ©n y le doy la espalda con mis genitales todavĆa expuestos. Camino de vuelta a la cocina, en cuanto beba otro trago de mi cerveza, yo le explicarĆ© lo que ha venido a saber.
Inesperadamente, el chico se arrastra por el suelo y me ataca por la espalda, abrazando mis piernas, yo me encuentro confiado, sƩ que no podrƔ hacerme daƱo alguno.
—Yo no vine aquĆ para volver a ser el juguete de nadie, yo vine por respuestas —balbucea sacando de una bolsa de su chamarra un filoso batarang con la letra “R”.
Con el arma, corta por debajo de mis testĆculos, a partir de donde termina la ranura de mi traje, por la que estĆ”n expuestos mis genitales, y rasga la prenda, siguiendo el sentido de la raja de mi culo. Mi traje se abre, dejando expuestas mis enormes, redondas, perfectas y peludas nalgas.
—¿QuĆ© pas…? —pregunto desconcertado, no doy credito a lo que sucede. Mi cuestionamiento se ve interrumpido al sentir una fuerte presiĆ³n en mis testĆculos.
Esto no puede estar pasando, el mundo no funciona asĆ, Jason se hizo con mis bolas y las estĆ” aplastando. El chico tira de mi escroto con fuerza para hacerme arrodillar frente a Ć©l. Me toma del cabello y dirige mi cabeza al suelo, mientras sin piedad continĆŗa estrujando mis Ć³rganos viriles. Yo grito y jadeo, intentando girar o golpearlo con mis codos. Jason roba uno de mis bastones de mi espalda y me electrocuta por el culo.
¿QuĆ© pas...? |
—Esto es… antinatural —comento entre gemidos y quejidos agudos.
Jason desabotona su pantalĆ³n, baja el elĆ”stico de su mojado bĆ³xer e inserta su hĆŗmedo pene en mi trasero, todo mi cuerpo se estremece. En este exacto momento, yo dejo de ofrecer resistencia. Mi cuerpo se torna lĆ”nguido e inerme, ahora soy yo, el juguete. Ćl retira mi otro bastĆ³n de la espalda y arroja ambos lejos.
Robin mueve su pelvis hacia adelante y hacia atrĆ”s, frotando con su miembro erecto las paredes de mi ano. Mientras continĆŗa aplastando innecesariamente mis bolas.
—Esto no puede ser, no es normal… aaawwwrg —gimo agudamente con placer.
—Me gustĆ³, quiero que lo hagas, ¡gime como puta! —ordena mi nuevo amo, yo no tengo mĆ”s remedio que obedecer, es la ley de este mundo. Desde que su falo me atravesĆ³, este chico es el dueƱo de mi voluntad, Ć©l es el alfa.
Mis gritos y gemidos inundan la habitaciĆ³n, lo cual extraƱamente me excita mucho mĆ”s. Claramente, no tiene mucha experiencia follando, es incapaz de controlar la duraciĆ³n de su orgasmo. En pocos minutos, Jason estalla de gozo, llenĆ”ndome con su semen.
Esto no puede ser, no es normal... aaawwwrg |
Quedo tendido en el suelo, Ć©l me voltea, se desnuda completamente de la parte inferior y se sienta en mi abdomen. Yo lo miro, me siento completamente debilitado. Jason recorre con sus manos mi masculino torso: mis fuertes pectorales; mis perfectos abdominales; incluso acaricia mi afeitado mentĆ³n, y con la yema de su dedo Ćndice rosa con suavidad mi labio inferior antes de besarme con pasiĆ³n. Sentirme bajo el dominio de alguien, me enciende, mi verga continua erecta. TenĆa algĆŗn tiempo que no pasaba, desde mi Ćŗltimo encuentro sexual con BĆ”rbara Gordon, disfruto mucho cuando ella asume el control de mi cuerpo a travĆ©s de mi parte mĆ”s vulnerable. Robin aprisiona mis manos con las suyas en el suelo, por encima de mi cabeza e introduce a gatas su pene en mi boca.
Yo sĆ© exactamente lo que tengo que hacer, este es mi rol. DĆ³cilmente, comienzo a succionar, mi lengua, labios, toda mi cavidad bucal estimula su miembro hasta que en poco tiempo y con extrema facilidad, lo hago eyacular por tercera ocasiĆ³n. Bebo su semen y succiono hasta extraer la Ćŗltima gota. Incluso relamo su miembro que ahora estĆ” semi flĆ”cido.
—Tres aƱos, tenĆa tres aƱos desde que me independicĆ© a tu edad, que nadie me penetraba en contra de mi voluntad —digo suspirando—. He vuelto a ser un juguete. Toda mi energĆa sexual, ahora es tuya. ¡Maldita sea!
—Me siento… diferente —comenta el chico.
—Es porque durante los Ćŗltimos tres aƱos me he dedicado a follar con cuĆ”nto superhĆ©roe y villano he podido, hombre o mujer. Esta misma noche me cogĆ a "Vigilante", antes de venir aquĆ. Ahora debo volver a empezar —respondo.
—¿QuĆ© es la energĆa sexual? —me pregunta, y yo me parto de risa, mis carcajadas resuenan por todo el lugar. La vibraciĆ³n de mi torso, lo hace sacudir, ya que permanece a horcajadas sobre mĆ.
—No me digas que no lo sabes. ¿Nadie te lo explicĆ³? ¿En quĆ© mundo vives? Es similar a la energĆa vital que tiene cada ser humano, es la fuerza que mueve a este universo. El sexo es un acto en el cual intercambiamos energĆa. Es por eso que no podrĆ”s jamĆ”s salir del dominio de Bruce. Ćl drena tu energĆa cada vez que te penetra. Y a su vez se hace mĆ”s fuerte. Es una energĆa independiente de los superpoderes o habilidades. Lo irĆ³nico es que su efecto es exponencial, como una bola de nieve, Jason. Cuanto mĆ”s tienes, mĆ”s fĆ”cil es conseguirla. Las personas se doblegan sexualmente a ti con mayor facilidad y acumularla se vuelve mucho mĆ”s fĆ”cil.
—¿EstĆ”s diciendo que soy una especie de baterĆa para Bruce? —pregunta con ingenuidad.
—Finalmente lo entiendes. Por lo que veo, al parecer no eres tan tonto. Ćl no puede estar sin un muchacho joven al cual cogerse, necesita esa energĆa para poder ser el poderoso e invencible Batman, ¿QuĆ© creĆas? ¿Que te adoptĆ³ por tu talento o potencial? ¿Que estĆ” en la Liga de la Justicia por su dinero, intelecto y tecnologĆa? No bro, Ć©l estĆ” ahĆ por su poderosa energĆa sexual. TĆŗ eres Robin para que Ć©l pueda drenar tu energĆa sexual cada dĆa, ese es tu propĆ³sito.
—Electricidad, nuestros trajes poseen aislantes, pero para coger tienes que exponer tus genitales, un dĆa yo lo electrocutĆ©, de las bolas. Ćl cayĆ³ al suelo como tĆŗ hace un momento, solo que Ć©l hasta se orinĆ³. Se puso de pie con dificultad y me dijo que estaba listo, que ya no era un juguete. Me corriĆ³ de su vida, yo ya no le era Ćŗtil. ¿Por quĆ© crees que mis bastones utilizan electricidad? Una vez que te rebelas, ya no hay marcha atrĆ”s.
—¿Por quĆ© no lo follaste? Luego de electrocutarlo.
—Supongo que su energĆa sexual e influencia era fuerte sobre mĆ —respondo con honestidad. Yo inserto mis manos por debajo de su playera amarilla para sentir su abdomen y pecho. Definitivamente estĆ” marcado, pero se siente tan suave, disfruto mucho el tacto de su piel.
—Yo lo voy a follar —afirma Jason. Nuevamente suelto una enorme carcajada—. Lo digo en serio —Ć©l reafirma.
—¡No podrĆ”s! ¡JamĆ”s! Alguien como tĆŗ es incapaz. Bruce Wayne tiene la energĆa sexual mĆ”s grande de este mundo. Hasta Clark Kent, Superman, un maldito kryptoniano, poderoso y fuerte, se somete a su falo y gĆ³nadas sin necesidad de kryptonita. Batman se coge a Superman cada que quiere, eso todos lo sabemos. Es el macho alfa por excelencia, estĆ” en la cima de la cadena sexual.
—Yo lo voy a hacer —sentencia mirĆ”ndome fijamente a los ojos.
—¿Lo dices en serio? —pregunto con burla—. No me digas que no se te encogen los huevos del miedo, de solo pensarlo.
Jason sujeta su peludo escroto y posa confiadamente sus testĆculos en mis manos. Ahora es consciente de que en este momento, su energĆa sexual es muy superior a la mĆa. Sabe que yo no podrĆa ejercer presiĆ³n o causar algĆŗn daƱo a su joven hombrĆa.
—Dime, ¿se me encogen? —pregunta, yo miro en sus ojos una gran determinaciĆ³n por follarse al murciĆ©lago. Ćl en verdad cree que puede hacerlo.
—EstĆ”s loco, Jason. No debes romper el status quo que mantiene a nuestro universo funcionando. El que me hayas podido vencer es una anomalĆa, eso no debiĆ³ suceder —comento. Tal vez el fuego en su mirada, sea un claro reflejo de que este chico es especial. Esta noche, Ć©l fue capaz de quebrar una regla fundamental, y no sĆ© ¿cĆ³mo carajos lo hizo?
—Va a suceder, Richard Grayson, yo voy a follar a Batman y serĆ© el macho alfa por excelencia —sentencia retirando sus testĆculos de mi agarre, poniĆ©ndose de pie— ¡DesnĆŗdate! Y mastĆŗrbate para mĆ —me ordena tomando asiento en el sofĆ” con las piernas abiertas, ha comenzado a estimularse—. Hazlo lento y sensual, sedĆŗceme.
—¡Maldita sea, Jason! —expreso con molestia, pero no puedo mĆ”s que obedecer. Es mĆ”s, yo deseo fervientemente hacerlo.
Me desnudo lentamente, entregĆ”ndole una sonrisa seductora. Retiro el traje de mis musculosos brazos, revelando un poderoso torso. Este cae hasta mis caderas, permitiendo a mi amo echar un vistazo a la base de mi pene y mi par de bolas. Le doy la espalda, mostrĆ”ndole mi perfecto culo redondo, me agacho para bajar mi traje, levanto un pie para liberar una pierna, luego el otro, en cada paso, espero que Ć©l vea dibujada la silueta de mi hombrĆa entre mis piernas. Me volteo estimulando mi falo, mientras lo miro a Ć©l, haciendo exactamente lo mismo, ambos intercambiamos miradas de deseo.
—¡MuĆ©strame tus mĆŗsculos! Flexiona y exhĆbete frente a mĆ —ordena Jason. Yo muestro posturas de fortaleza, al tiempo que continĆŗo frotando mi pene curvado hacia arriba.
—¿QuĆ© pasa si te la chupo o te masturbo? ¿Pierdo energĆa sexual? Dime la verdad —pregunta mi amo, no puedo mentirle. Aunque no me encontrara dominado por Ć©l en este momento, de todas formas, yo no le mentirĆa, no soy esa clase de persona. Puedo ocultar informaciĆ³n, pero jamĆ”s decir algo que no sea cierto.
No pasa nada... |
—No pasa nada, el sexo oral no provoca tal reacciĆ³n, solo el anal o vaginal —respondo jalando mi ahora tieso miembro viril. Luego de pensarlo unos segundos, Robin decide creer en mĆ.
Se levanta del sofĆ”, se acerca a mĆ, me sujeta de las bolas, las aplasta y me guĆa hacia mi propia recĆ”mara. Con dolor, gimiendo, con el rostro crispado, sujetando suavemente sus muƱecas y levantando el trasero, camino a donde Ć©l ordena. Me arroja en la cama y comienza a estimularme, principalmente con la mano, miro sus pupilas dilatadas, Jason estĆ” muy excitado, no puede resistirse, ocasionalmente chupa mi cabecita llena de lĆquido pre seminal. Sus tacto recorre cada rincĆ³n de mis Ć³rganos reproductores. Mete mis testĆculos en su boca y los chupa uno por uno, luego ambos al mismo tiempo, los succiona, al tiempo que me frota con su otra mano.
Estoy extasiado, extiendo las manos a los costados, posteriormente las llevo hacia la almohada, gimiendo de placer, mi rostro mira al techo, cierro los ojos exclamando de gozo. Finalmente, mi cuerpo se arquea ligeramente, mi rostro casi queda mirando a la cabecera y grito virilmente. Mi semen sale propulsado como si mi falo fuera una fuente, se eleva al rededor de un metro en el aire y cae sobre mi abdomen, muslos y la cabeza de Jason. Este se levanta para dirigirse al baƱo, terminar de masturbarse y asearse.
Me acuesto bocabajo en la cama, con los pies en la cabecera y abrazando la almohada. Sonriendo le digo:
—¿Quieres que te lo chupe?
—Ya me lo chupaste, en el suelo, ¿lo olvidas? ¿Acaso hay alguna regla que te permita absorber de vuelta tu energĆa sexual? ¿Me estĆ”s tendiendo una trampa? —pregunta con recelo.
No me conoces, ni yo a ti. Si lo hicieras, sabrĆas que yo jamĆ”s actuarĆa con tal alevosĆa.
—No, Jason, no seas paranoico, simplemente me has convertido en tu perra sexual. Se me antoja tu verga, quiero devorarla y chupar tu semen, en este momento no hay nada que desee mĆ”s que meterla en mi boca. Eso es todo, Jason, por favor, dĆ©jame chuparla —pido con vehemencia—, por favor, anda, ¿sĆ?, tĆŗ eres mi macho alfa, yo soy tu puta, Jason ¡Soy tu perra!
El chico estĆ” tan caliente que decide creerme. En cuestiĆ³n de minutos, me como su deliciosa verga, y nuevamente lo llevo al placer. Jason eyacula sobre mi cara, percibo el aroma, calidez y viscosidad de su semen. Me recuesto bocarriba, mirando al techo, descanso mientras Robin va al baƱo a asearse antes de partir.
Mientras Ć©l toma su hĆŗmeda ropa interior, la hace bola y la guarda en su chamarra, luego de colocarse nuevamente los pantalones, yo grito para llamar su atenciĆ³n desde el umbral de mi recĆ”mara. Me encuentro desnudo y todavĆa exhibo el blancuzco lĆquido viril de mi amo en el rostro.
—¡Jason!
—Dime.
—A partir de ahora, debes evitar a toda costa que Ć©l te penetre, puedes chupĆ”rsela, pero que Batman no te ensarte. Si lo hace, absorberĆ” la energĆa sexual que has ganado, y a mĆ me tomĆ³ tres aƱos acumularla. No quiero que se la entregues a ese hijo de puta —comento como advertencia.
Richard Grayson |
—Me queda claro, Richard —dice el chico al abandonar mi departamento.
Hay tantas cosas que no sabes, Jason, y que tienes que aprender. Veo mucha ira en ti. Lamentablemente, no puedo enseƱarte todo en una sola noche. EstĆ”s tan equivocado, mucho mĆ”s de lo que yo estaba antes de independizarme. Bruce te mantiene aislado y engaƱado, solo conoces una faceta del sexo. Eres muy joven e inexperto, tan solo tienes 18 aƱos. Tal vez no me corresponda a mĆ ser un guĆa en tu camino, solo espero que no te metas en problemas innecesarios y que nada malo te ocurra, antes de que puedas alcanzar tu plenitud sexual. Siempre que acudas a mĆ, Robin, yo estarĆ© dispuesto a brindarte todo mi conocimiento y ayuda.
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