La investigacion de Veronica (2/3) - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

11 abr 2018

La investigacion de Veronica (2/3)

ORIGINAL DE: ZATN
CONTIENE: BALLBUSTING M/M Y SEXO HETEROSEXUAL.

EL MOMENTO MƁS DESEADO DE IVAN. 

Tras recibir un par de rodillazos en las pelotas por parte de Taro, el chico de tez morena tardo unos 10 minutos en poder levantarse y tomar asiento, VerĆ³nica, palpĆ³ sus testĆ­culos en busca de saber de primera mano su estado.

“La integridad testicular esta conservada, y no evidencio seƱales de anormalidad, los cambios en la epidermis son esperables ante el choque de una estructura Ć³sea como el hueso rotuliano de Taro”.

IvĆ”n no entendiĆ³ lo dicho por la cientĆ­fica, y no podĆ­a pedirle traducciĆ³n a Taro, pues se hallaba molesto con Ć©l por faulearlo…Aunque era algo que tarde o temprano habĆ­a aceptado recibir, pero no le gustĆ³ que le golpeara sin advertirle…y dos rodillazos en los cojones!, tenĆ­a ganas de regresarle los golpes en sus bolas, pero debĆ­a centrarse en hacerle el amor a VerĆ³nica, quien parecĆ­a ansiosa por tener la muestra de esperma del hombre moreno.

VerĆ³nica debe cumplir lo que le prometiĆ³, Una vez mĆ”s le baja los calzoncillos, y de inmediato se arrodilla ante IvĆ”n, el moreno se saborea los labios ante lo que le viene.
VerĆ³nica cumple parte de lo prometido, y planta dos ricos besos en las colgantes bolas del moreno.  “SĆ­Ć­Ć­ nenita…ahora chĆŗpame la verga antes de que te la meta”.

“No puedo  darte estĆ­mulos linguales, contaminarĆ­a una futura eyaculaciĆ³n con las cĆ©lulas en los fluidos de mi cavidad oral”.

“Que dijiste nena?, Solo tienes que chupĆ”rmela, algo rĆ”pido, no soy exigente”.

VerĆ³nica intentĆ³ explicarlo como Taro lo harĆ­a: “Te la chuparĆ© luego de venirte…”.
IvĆ”n no se quejĆ³…eso significaba que la cientĆ­fica le limpiarĆ­a la verga luego de correrse…
…El pene de IvĆ”n se mostraba a plena erecciĆ³n, y la joven se incorporaba, es hora de cambiar de lugar para iniciar la acciĆ³n; Sin el menor recato, VerĆ³nica tomĆ³ a IvĆ”n del largo falo y tirando un poco de este le condujo hacia la mesa donde se halla el microscopio, junto a este estaba un paquete de condones, y la chica procediĆ³ a cubrir el ya hĆŗmedo miembro viril.

VerĆ³nica subiĆ³ su bata hasta la cintura, fijĆ”ndola con un cordĆ³n, dejaba de esta manera su entrepierna desnuda, No deseaba que su preciada bata se manchase con algĆŗn fluido propio, pues los lĆ­quidos masculinos se recolectarĆ­an en el condĆ³n…A continuaciĆ³n se recostĆ³ sobre la mesa, y separĆ³ las piernas, invitando a IvĆ”n a penetrar de pies y por detrĆ”s...El moreno colocĆ³ su verga erecta sobre el trasero de la cientĆ­fica. 

IvĆ”n no esperĆ³ mĆ”s y con decisiĆ³n entrĆ³ en VerĆ³nica…un leve jadeo en la mujer le indico que le era muy grato el que ingresara su pene… el moreno continuĆ³ introduciendo su falo, hasta que los huevos hicieron contacto con la vulva de la joven…VerĆ³nica percibiĆ³ en toda su longitud aquel negro pene.
“IvĆ”n… tienes el miembro largo!”. La cientĆ­fica hacĆ­a tiempo no era penetrada por un miembro de tales proporciones.

El jactancioso hombre respondĆ­a: “Te gusta que te la meta verdad?...te gusta algo grande adentro”.

“Admito que es placentero tener un miembro asĆ­ en mi interior”.

La reacciĆ³n de VerĆ³nica en el sexo siempre fue muy peculiar, su mente cientĆ­fica se imponĆ­a en todos los aspectos de su vida, incuso a la hora del sexo…siempre parecĆ­a calmada limitĆ”ndose en su seriedad a disfrutar del acto sexual…Tanto asĆ­ que a la vez que sentĆ­a placer fĆ­sico, se dedicĆ³ a analizar en el microscopio  mĆ”s de las primeras muestras de semen.

Pero IvƔn resultarƔ un individuo difƭcil de comprender para la mujer de mente cientƭfica.

En medio de sus movimientos de cadera y exhalaciones, el moreno, olĆ­a vulgarmente el cabello y cuello de VerĆ³nica para luego besarlo y lamerlo, ocasionalmente le daba leves  mordidas en los hombros, y cuando escupiĆ³ a propĆ³sito la desnuda baja espalda de la joven, esta reaccionĆ³ en su forma analĆ­tica:  

“IvĆ”n, no entiendo tu comportamiento… Por favor limĆ­tate a la estimulaciĆ³n de mi vagina”.

“Oh no nenita!, te voy a gozar toda, y los besos y lengĆ¼etazos, y todo lo demĆ”s son parte de lo que a este negro le gusta, no seas mala y dĆ©jate querer…”.
“Pero tus patrones conductuales son irracionales…solo puedo asimilarlos a un hombre prehistĆ³rico, o su sinĆ³nimo… un troglodita”.

“Que? No entiendo”.

“Hago referencia a un hombre de las cavernas”.

“Nena no entiendo mucho de lo que dices, sĆ³lo dĆ©jame culiarte a mi manera, si!….colabĆ³rame por favor”.

“Esta bien, aceptare por ahora tus peculiares y muy primitivos gustos masculinos”.

IvĆ”n estaba fuera de sĆ­ degustando el coƱo de VerĆ³nica, sus movimientos de cadera eran fuertes y constantes, sus adoloridas pelotas no paraban de causarle molestias, VerĆ³nica notĆ³ los gruƱidos del joven moreno cada vez que por su Ć­mpetu chocaba sus bolas contra ella... Pero eso no detenĆ­a al excitado hombre.

VerĆ³nica tomo una decisiĆ³n y apretĆ³ la vagina causando una sensaciĆ³n de leve dolor en el pene de IvĆ”n, pero seguido de un placer mayor. 

“Aauuu!!!, que haces nenita?”.

“Aumento el tono muscular en mi vagina para acelerar tus sensaciones placenteras, la compresiĆ³n fuerte y constante a los receptores nerviosos en tu glande te harĆ”n eyacular mĆ”s rĆ”pido”.

“QuĆ©?, porque? nenita…oh que rico!”. Un nuevo apretĆ³n al glande le hizo babear del gusto.

“SĆ© que les gusta demasiado, la presiĆ³n muscular acelerarĆ” tu eyaculaciĆ³n”

“No espera nenita…yo no quiero...no!”. A cada penetrada, VerĆ³nica apretaba el glande del moreno.

“No!, es necesario!, no querĆ­a intervenir acelerando la expulsiĆ³n espermĆ”tica, y que esta fuese lo mĆ”s normal posible… Pero IvĆ”n, debo admitir que tus expresiones Ć”lgidas me generan cierto malestar emocional, fue mi idea que aceptaras recibir un trauma genital, no estoy de acuerdo con mĆ”s lesiones… debo acelerar la eyaculaciĆ³n para evitar mĆ”s tu sufrir”. 

A pesar de no entender bien lo dicho por VerĆ³nica, IvĆ”n dedujo buena parte de lo que ella querĆ­a decir…

“No nena, yo no quiero eso…quiero cogerte todo lo que pueda…”.

“Lo siento debes eyacular pronto”. Otro fuerte apretĆ³n al glande, y el moreno sentĆ­a que casi se venĆ­a…En su desesperaciĆ³n por no eyacular, por primera vez dijo algo parcialmente inteligente.
“Pero nenita, tu querĆ­as un golpe en las bolas, chocarlas contra tu coƱo ayudara a tu estudio no?, son mĆ”s golpes!”.

“Es cierto que  son mĆ”s traumas testiculares, aunque seas tus mismo quien lo ocasiona, pero son innecesarios para la investigaciĆ³n, ya recibiste un fuerte trauma por parte de Taro, no deberĆ­as castigar intencionalmente tus Ć”reas viriles”.

“DĆ©jame pĆ©garme. Yo asĆ­ lo quiero”.

“Lo siento me he decidido”.

El apretĆ³n  a su glande eran intenso, pero IvĆ”n moviĆ³ una mano y se dio una soluciĆ³n. ApretĆ³ sobre la bata el pezĆ³n izquierdo de  VerĆ³nica…de inmediato y por la sorpresa la cientĆ­fica aflojo su apretĆ³n vaginal.

”Que haces!?”,

“No eres la Ćŗnica que sabe trucos nenita…enseguida aflojaste mi verga”.

VerĆ³nica estaba confundida, la acciĆ³n de IvĆ”n anulĆ³ su intento por hacerle eyacular, y gustoso el moreno enlentecĆ­a su penetraciĆ³n, ahora era a su propio ritmo, y muy aliviado de no venirse tan pronto.

VerĆ³nica reclamo: “IvĆ”n no te di permiso de tocar mis glĆ”ndulas mamarias. Suelta mi pezĆ³n!”.

“Te gusta?”. Manoseo un poco el pezĆ³n de la cientĆ­fica.

“Basta!, Eres un atrevido!”.

IvĆ”n le obedeciĆ³: “No te enojes nenita, es que no vi otra para que pararas de apretarme la verga, no te lo vuelvo a coger si prometes no apretĆ”rmela de nuevo…EntiĆ©ndeme, quiero durar todo lo que pueda”. IvĆ”n estaba temeroso de la reacciĆ³n de VerĆ³nica, pues Ć©sta se mostrĆ³ muy intensa, realmente estaba enfadada!, pero una vez le liberĆ³, la mujer retomo su actitud pasiva, al parecer fingiĆ³ un enfado solo para obtener la libertad de su pezĆ³n, pues seguĆ­a con la cara seria y calmada. 

VerĆ³nica se resignĆ³: “Esta bien, hazlo a tu ritmo…Son tus glĆ”ndulas sexuales las que reciben el trauma, y eres tu quien siente el dolor”.

 VerĆ³nica esperaba el reinicio del bombeo de IvĆ”n, pero este la sorprendiĆ³.

El moreno introdujo su pene hasta el fondo estrellando la punta de su glande contra el fondo vaginal y el cuello uterino de VerĆ³nica, sin importarle el choque de sus huevos…El profundo contacto alarmĆ³ a la mujer.

”Que haces ahora tan de repente IvĆ”n!!”

“DĆ”ndote una gran sorpresa nenita…sĆ© que esto te gustarĆ”, Es mi As bajo la manga…”.

“Basta, estas golpeando mi cuello uterino, tu miembro viril es largo…muy largo”.

“Nenita es a lo que llaman un beso uterino!, solo con esta verga larga te beso la matriz”.

Los bombeos y golpes contra el cuello uterino hacĆ­an gemir a VerĆ³nica que trataba de mantener la compostura.

“Ahhh…detente… llegas muy profundo…tĆ³malo con calma…”.

“No nena…como se ve  que disfrutas esto…y este negro tiene mĆ”s de lo mismo… ”. 

Llegar mƔs profundo maltrataba mƔs sus dolidas pelotas, pero era inevitable para IvƔn el penetrar el coƱo de la cientƭfica con todo lo que tenƭa.

VerĆ³nica se mordĆ­a los labios disimulando apenas su placer.

Pero su cuerpo temblaba, no tardarĆ­a en llegarle un orgasmo, pero  no lo alcanzĆ³, pues IvĆ”n aceleraba su bombeo a la vez que le palpitaba la punta de su miembro…el moreno estaba por venirse…
…VerĆ³nica se calmĆ³ cuando el pene de IvĆ”n expulsaba una corrida abundante y caliente, que inflaba la punta del preservativo.

“Oh me vengoooo!!!”. El moreno exclamĆ³ en voz alta, sin importar que se enteraran los otros presentes en el laboratorio.

Alegre por controlar sus impulsos a tiempo la joven se prestĆ³ a reiniciar su labor cientĆ­fica: “Te Felicito IvĆ”n, tu miembro hace cosas que me sorprenden, y esta segunda vez expulsaste una mayor carga espermĆ”tica…Ahora dame el preservativo, estoy impaciente por ver la muestra…”.

VerĆ³nica retiro el preservativo con cuidado para mantener la mayor cantidad de semen dentro, de inmediato dio la espalda a IvĆ”n para procesar la muestra.

El joven le protestĆ³: “Ejemm, cariƱo no se te olvida algo?”.

Ante la extraƱeza de VerĆ³nica, IvĆ”n le recordĆ³: “Aun me la tienes que chupar…”.

“Pero tiene restos de la eyaculaciĆ³n…Ahora no!…Eh, lo hare en otro momento”. La verdad VerĆ³nica nunca hablo de limpiarle el pene a IvĆ”n…fue Ć©l quien lo asocio asĆ­.
“No nenita, tu prometiste que luego de correrme me darĆ­as lo que te falta por cumplirme”.

No pudiendo negar el argumento del hombre, VerĆ³nica se inclinĆ³ un poco y lamiĆ³ el pene, por todos lados, en su lengua se adherĆ­an los espesos restos del semen blancuzco y oloroso…

…desempeƱƔndose con eficiencia, la cientĆ­fica pronto dejĆ³ el Ć”rea impecable….e IvĆ”n le agradecĆ­a sus atenciones.

Durante todo el tiempo que ocurrĆ­a este acto sexual, entre Taro y Miguel tenĆ­an lugar sus propios asuntos.

EL MOMENTO MENOS DESEADO DE TARO. 
Durante el inicio del acto sexual entre IvĆ”n y VerĆ³nica, el chico moreno alcanzo a proponer que Miguel fuera pateado por Taro, eso significaba que mientras Miguel le hacia el amor a VerĆ³nica, era deber de IvĆ”n patear las bolas del chico de origen oriental…AhĆ­ tendrĆ­a su desquite, le dejarĆ­a las bolas en la garganta.

Pero intervino VerĆ³nica, y aun siendo puyada por detrĆ”s dio la pauta… DebĆ­a ser Miguel quien pateara a Taro, e IvĆ”n patearĆ­a a Miguel, asĆ­ no habrĆ­a sentido de venganza, en donde el que fue pateado no pateara a quien le golpeo.

El asunto estaba decidido, Miguel debĆ­a golpear los testĆ­culos de Taro, quien serĆ­a el prĆ³ximo en hacerle el amor a VerĆ³nica.

Resignado a soportar el dolor, Taro colocĆ³ las manos en la espalda, trago saliva y expuso su entrepierna cubierta sĆ³lo por un delgado calzoncillo. Miguel estaba decidido a hacerlo, pero tenĆ­a sus reservas en cĆ³mo dar el golpe…un golpe bajo era horrible, alguna vez le habĆ­an dado en las pelotas, y vaya que habĆ­a sufrido!, Pero no deseaba ese mal en Taro a quien apenas conocĆ­a, pero que al igual que Ć©l e IvĆ”n, eran solo piezas usables en esta enferma investigaciĆ³n de VerĆ³nica.

De pronto pensĆ³ que luego serĆ­a Ć©l a quien golpearĆ­an bajo, y tal vez IvĆ”n no se andarĆ­a con dudas, despuĆ©s de todo lo habĆ­an fauleado y sin duda querĆ­a desquite con alguien mĆ”s…PensĆ³:

- Entonces para que contenerme, si con mis bolas no se van a contener?.
“Al diablo!”. 

Miguel corriĆ³ hacia el “preparado” Taro, quien al verlo venir se asustĆ³ e inĆŗtilmente expresĆ³ un desesperado: “Espera….”.

Fue muy tarde para arrepentirse ahora…el pie derecho de  Miguel se elevĆ³ con plena potencia y su empeine chocĆ³ con el indefenso escroto del chico oriental. 

Los huevos de Taro Takahashi crujieron como nueces “CRACKKKK”.

El pie de Miguel descendiĆ³ rĆ”pidamente observĆ”ndose los cojones rebotar violentamente dentro del calzoncillo.
“AAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!”. GritĆ³ Taro con acento algo agudo.

Taro apretĆ³ los dientes, unas Ćŗnicas y grandes lĆ”grimas resbalaron por sus mejillas mientras corrĆ­a a cubrir su Ć”rea lastimada.

VerĆ³nica observaba su microscopio y exhalaba un poco ante lo que sentĆ­a en sus partes Ć­ntimas, por un instante separĆ³ los ojos del instrumento para tomar notas, es ahĆ­ cuando la carrera de Miguel le llamo la atenciĆ³n, y observo al detalle como su amigo golpeaba sin misericordia los testĆ­culos de Taro.

Impresionada por lo visto la cientĆ­fica analizĆ³: 

- Vaya patada Miguel!, ha sido un severo trauma a las gĆ³nadas de Taro…sĆ© que era necesario, pero siento algo de pena por Ć©l, fue un impacto realmente brutal!…patear de esa manera, es como si estuviera en un partido de …Oh, es cierto Miguel!, no solo eres fanĆ”tico del fĆŗtbol, tambiĆ©n lo practicas…

“Le has visto IvĆ”n?, Miguel liberĆ³ una gran cantidad de energĆ­a cinĆ©tica con ese golpe”. Si bien lo dijo para que el moreno respondiera, este no dijo nada… por lo concentrado en su acto no prestaba la menor atenciĆ³n. 

Luego de observar un instante las fuertes piernas de Miguel, desviĆ³ la mira hacia el afectado…allĆ­ estaba con las manos entre las piernas y brincaba de un lado a otro.
Miguel se asustĆ³ por la velocidad en los movimientos de Taro, brincaba como un canguro, quejĆ”ndose.

“Aayyy, Aayy, ayyy  ayy mis….“, El aparentemente siempre calmado Taro se comportaba de una forma inusual y hasta graciosa… pero poco a poco fueron bajando sus brincos, y terminĆ³ de pie…Miguel frente a Ć©l sabĆ­a lo que sucederĆ­a…Taro cayĆ³ de improviso al piso y se acurrucĆ³ como una oruga….procediendo a toser, al parecer intentaba trasbocar. 

VerĆ³nica seguĆ­a hablando para IvĆ”n: “Su reacciĆ³n fue diferente a la tuya IvĆ”n, pero por fin la debilidad en sus miembros inferiores le hace imposible sostenerse”.

La cientĆ­fica se extraĆ±Ć³ ante la falta de reacciĆ³n por parte de IvĆ”n…hace unos minutos deseaba vengarse del chico oriental y ahora no expresa nada. 

“Taro ha recibiĆ³ un fuerte trauma, quĆ© opinas sobre…”, VerĆ³nica considerĆ³ innecesario preguntar al moreno, no se inmuto para nada ante el grito y quejas de Taro, estaba concentrado solo en penetrarla.

La mujer le hablo a distancia al derribado chico oriental: 

“Pobre Taro, lo siento querido, pero no me es posible ayudarte a recuperar pronto la vitalidad genital…IvĆ”n me mantiene ocupada con el coito, deberĆ”s por propia cuenta mejorar y retomar tu erecciĆ³n, pues eres el siguiente en penetrar mi vagina”.

Miguel trato de ayudar al adolorido Taro, pero el oriental seguƭa retorciƩndose sin saber que pasaba a su alrededor, para Ʃl su universo ahora no era mƔs que acunar y sobar sus huevos.

VerĆ³nica expresĆ³: “Miguel, has propinado un fuerte trauma gonadal a Taro, que golpe de pie!”.

“Pues no fue grato para mĆ­, pero era necesario para tu estĆŗpida investigaciĆ³n”.

“No digas eso, solo faltas tĆŗ por recibir el trauma”.

“No me lo recuerdes, serĆ” horrible sin duda…como quisiera irme de aquĆ­”.

“Eso no, ya aceptaste, y tendrĆ”s una buena recompensa, tanto fĆ­sica como con esa tarea tuya que me obligaste a realizar en tu nombre”.

“Di lo que quieras, todo eso es poco comparado con recibir le peor dolor de un hombre”.
“Pero volviendo  a eso…te excediste un poco contra el buen Taro…me pregunto…si te gusta el futbol, no habrĆ”s confundido sus gĆ³nadas con un balĆ³n?...Es jocoso pensarlo”.

“Oh calla….eres una perversa mujer burlĆ”ndote asĆ­ del dolor ajeno”.

“Eso es falso!…es solo un pensamiento curioso”.

Miguel se alejĆ³ y callĆ³, le era molesto la conversaciĆ³n sobre aquello con VerĆ³nica, quien analizĆ³: 

- Ahora que recuerdo se suponĆ­a que esta noche habĆ­a un partido que querĆ­as ver y al venir aquĆ­ te  perdiste…
…Que interesante…No dejo de pensar si el que no poder ver el juego ha tenido relaciĆ³n alguna en tu desmedida patada contra Taro. SerĆ­a una forma de desquite?...bueno algo asĆ­ nunca lo creĆ­ de ti Miguel, no eres esa clase de persona…
… Aunque sigues siendo un hombre, y en ustedes siempre es esperable un  comportamiento primitivo. 

LA INSISTENCIA DE IVAN.

Tras eyacular IvĆ”n, VerĆ³nica observaba al microscopio lo expulsado por este.

“Umm que interesante!...presencia de hematĆ­es…neutrĆ³filos…”.

De pronto VerĆ³nica sintiĆ³ que le tocaban la vulva, por detrĆ”s unos dedos intrusos se empapaban con los restos de sus fluidos; Tras la sorpresa se  voltea para saber de quiĆ©n se trata.

“Basta IvĆ”n”. VerĆ³nica le retiro la mano.

“Nenita, hagĆ”moslo otra vez”. La cientĆ­fica se plantĆ³ frente a Ć©l con una cara seria.

“No, el acuerdo era realizar el acto sexual en una ocasiĆ³n, y con preservativo, ademĆ”s hice todo lo prometido… Ahora es el turno de Taro para la  penetraciĆ³n”.

IvƔn observaba a Taro, con cara de dolor, las piernas algo abiertas y ocultando sus bolas.

“Pero ese chico no puede con el alma…no puede hacĆ©rtelo aun…vamos!”. IvĆ”n estiro su mano  tratando de tocar la vulva de VerĆ³nica, pero ella se la detuvo.

“Por favor IvĆ”n, controla tus impulsos reproductores”. El pene de IvĆ”n yacĆ­a semi erecto, goteando una vez mĆ”s pre semen.

“Vamos…ademĆ”s tĆŗ me buscaste…”.

“IvĆ”n acepte intimar contigo para obtener tu muestra espermĆ”tica, te deje muy claro a ti y a los otros dos mis motivos.”.

“PiĆ©nsalo mejor nenita”. IvĆ”n se acercĆ³ mĆ”s a VerĆ³nica, y tratĆ³ nuevamente de tocarle la vulva; La chica le dio una leve palmada en el dorso de la mano haciĆ©ndole ver que no insistiera”.

“IvĆ”n es un no definitivo”. 

“Di que sĆ­”. Ahora el moreno la intentĆ³ agarrar de las caderas, ante lo que VerĆ³nica dio un paso atrĆ”s encontrĆ”ndose con la mesa del microscopio…ya no tenĆ­a donde alejarse, e IvĆ”n avanzĆ³ hacia ella.

“Alto IvĆ”n, retrocede!… acepta mi negativa….Si insistes en no entender razones, me obligaras a romper la promesa que por un aƱo me he propuesto”.

IvĆ”n se preocupĆ³ al recordar el tema de la promesa: “Hablas de no pegar en las bolas a los hombres?…me quieres pegar en las pelotas?”. IvĆ”n se cubriĆ³ un poco con una mano, en seƱal de prevenciĆ³n.

“Si te niegas a actuar de forma civilizada, tendrĆ© que hacerlo y lastimarte”.

“No digas eso”. IvĆ”n mantenĆ­a ocultos sus testĆ­culos con una mano, mientras VerĆ³nica lo miraba seriamente a los ojos.

“Eso depende de ti IvĆ”n, si insistes en el coito sin mi autorizaciĆ³n, tendrĆ© que golpear tus glĆ”ndulas reproductoras…ya hoy has padecido el intenso dolor que en ustedes eso genera”. Pensando que tal vez no entenderĆ­a bien, seƱalĆ³ la entrepierna oculta de IvĆ”n, haciĆ©ndole ver claramente que se referĆ­a a sus todavĆ­a adoloridas bolas.

“No hables asĆ­ nenita, no serias capaz de hacerme ese peor mal”.

“Si lo hago es porque no me dejas alternativa IvĆ”n, eres hombre, y en fuerza muscular no puedo competir contigo”, la chica recalcaba con la palma de la mano que se alejara de ella.

“Ayy no…Suena muy feo todo lo que estĆ”s diciendo”.
 “Te lo advierto IvĆ”n, retrocede o recibirĆ”s un trauma testicular… Y ahĆ­ acabarĆ” todo, porque asĆ­ sea temporalmente, no tendrĆ”s ni la fuerza para someterme, ni la erecciĆ³n para consumar la penetraciĆ³n”.

PERDIDA DE ERECCION.

IvĆ”n temeroso retrocediĆ³.

“Yo nunca te someterĆ­a ni obligarĆ­a a nada nenita…No pienses tan mal de mĆ­”.

“Me alegra oĆ­r eso…entones no eres tan mal chico como pensĆ© por un momento; AĆŗn asĆ­ ya no hay nada mĆ”s de que hablar, esta noche no aceptarĆ© un nuevo coito contigo”.

“Por favor…”. IvĆ”n se rindiĆ³ y con el rostro cabizbajo, retiro las manos de su entrepierna…
…VerĆ³nica se sintiĆ³ mal por pensar en IvĆ”n como alguien capaz de obligarla al sexo, y arrepentida quiso animarlo; DecidiĆ³ usar una estrategia que sabĆ­a funcionaria… estirĆ³ una mano y acaricio la punta del pene del moreno.

“Uffffff”.

“Dije que no lo harĆ­a esta noche contigo, pero te prometo que lo pensare para otra ocasiĆ³n”.

El joven levanto la mirada y sonriĆ³, algo que alegro a la cientĆ­fica.

“Pero no he aceptada nada, solo lo pensare…ademĆ”s a tu favor tienes que…”. VerĆ³nica masajeo por completo el glande de IvĆ”n, haciĆ©ndole jadear un poco.

“… tu miembro viril es bastante grande, y esta noche me ha sido muy agradable”.

“SabĆ­a que te quedo gustando!!!…SabĆ­a que te gustĆ³ que te la metiera hasta el fondo!...Nenita, entĆ©rate que sin condĆ³n te va a gustar mĆ”s…ten en mente eso, te lo garantiza ese negro ”.

“Ya veremos hombre de pene largo…MĆ”s por otro lado… aĆŗn no ha terminado tu funciĆ³n en esta investigaciĆ³n…”. VerĆ³nica moviĆ³ sus dedos masajeando las bolas el moreno, haciĆ©ndole  sonreĆ­r con todos sus blancos dientes.

“…aun debes causar un trauma testicular a Miguel…”. La cientĆ­fica una vez mĆ”s usaba la debilidad sexual de IvĆ”n.

“…Por favor querido…cumple con lo que acordaste”. Un suave masaje a las bolas, y el moreno ya estaba a sus Ć³rdenes.

“Lo hare, VOY A DESHUEVAR A MIGUEL!...Ya lo verĆ”s, hare lo que acorde contigo”.
Miguel se enterĆ³ de que hablaban al escuchar el tono mĆ”s alto del moreno diciendo: DESHUEVAR A MIGUEL, IvĆ”n lo habĆ­a dicho con decisiĆ³n y Miguel se asustĆ³ hasta la medula.

VerĆ³nica observo a Miguel y le expresĆ³:

“Miguel eres el prĆ³ximo, y parece que IvĆ”n estĆ” muy entusiasmado en cumplir su parte del acuerdo…temo no te gustarĆ” lo que vendrĆ” a continuaciĆ³n…pero es necesario para terminar la investigaciĆ³n.”.

Miguel sudaba litros y litros…sus bolas estaban a punto de sentir mucho dolor…era algo inevitable.

EL MOMENTO MƁS DESEADO DE TARO. 

Mientras IvĆ”n se alejaba de VerĆ³nica, Taro algo mĆ”s recuperado se le acercaba y la besaba en el cuello, la cientĆ­fica permitiĆ³ las caricias, Miguel habĆ­a golpeado muy fuerte al chico oriental, y por estar ella ocupada recibiendo el pene de IvĆ”n, no habĆ­a podido ayudarle en su intenso dolor, por lo que le dejarĆ­a hacer cuanto quisiera como una forma de hacerle sentir mejor.

“Es mi turno al fin...he sufrido bastante y ahora quiero tener tu coƱo”.

“Tus partes viriles se encuentran bien?...Miguel te golpeĆ³ muy fuerte…en mi opiniĆ³n se excediĆ³ en fuerza”.

“Me doliĆ³ como nunca creĆ­ posible, aun me duelen las bolas, pero el dolor tendrĆ” que esperar, te  hare mĆ­a ahora”. Taro le besaba las mejillas, y pudo finalmente darle un beso en los labios a la ahora  cooperativa CientĆ­fica.

“Es buena forma para dejar atrĆ”s  los malo momentos…veamos que hay aquĆ­”.

VerĆ³nica rĆ”pidamente le bajĆ³ la ropa interior observĆ”ndose un pene en crecimiento y unos colgantes testĆ­culos, en cuyo escroto se notaba un fuerte tono rojizo.
“Puedo ver claramente la evidencia fĆ­sica del trauma testicular, sin duda tendrĆ”s un edema escrotal de mediana proporciĆ³n, ya se puede observar un poco de Ć©ste…estas seguro que puedes intimar tan pronto?...deberĆ­as reposar un poco mĆ”s”-

Taro la callĆ³ con un beso de lengua, y como respuesta recibĆ­a un leve toque en su glande, que hizo reaccionar el pene con velocidad.

“Una vez mĆ”s las ansias reproductivas son el mejor remedio para los hombres; Como me sorprende el gĆ©nero masculino… Teniendo dolor genital, pero con el estĆ­mulo adecuado, no tardarĆ”n mucho en recuperar la erecciĆ³n”.

Sin mĆ”s que decir, la cientĆ­fica se arrodillĆ³ ante el chico oriental, y tras un suave beso en el escroto le coloco el preservativo, durante el contacto del miembro con las manos de la chica se llegĆ³ a  la completa erecciĆ³n…
…Enseguida  VerĆ³nica se apoyĆ³ en la mesa, separĆ³ las piernas y no tuvo que esperar.

El pene endurecido de Taro entrĆ³ con rapidez y decisiĆ³n.

Un lento jadeo de complacencia le indico al oriental que era muy grata su “IntromisiĆ³n”.

Taro comenzĆ³ un rĆ”pido bombeo al coƱo de VerĆ³nica, el oriental tenia gran agilidad y sus movimientos eran repetidos y frecuentes.

El placer en las Ć”reas intima de la cientĆ­fica apareciĆ³ mĆ”s rĆ”pido, dada la previa estimulaciĆ³n recibida por IvĆ”n….El moreno habĆ­a hecho mucho en su excitaciĆ³n, casi llevĆ”ndola al orgasmo…y eso facilitarĆ­a la labor del chico de origen oriental…VerĆ³nica sabĆ­a que con Taro podrĆ­a mĆ”s pronto perder el control y llegar a un orgasmo. 

“OOOOHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!”. Se escuchĆ³ un largo grito de Miguel, que los involucrados en el sexo ignoraron.

En cierto momento VerĆ³nica sintiĆ³ como Taro le sacaba el miembro…Pero en vez de volver a introducirlo, se arrodillĆ³ tras la chica y le metiĆ³ la lengua: “Taro!…cesa tus estĆ­mulos linguales…eso…eso no fue lo que acordamos”.

“Mmmmm, como te gusta VerĆ³nica…tu prohibiste el chupĆ”rmela, para no contaminar la muestra de tu investigaciĆ³n, pero comerme tu coƱo en nada afecta el resultado de este experimento”.

“Basta..”. El estĆ­mulo a sus paredes vaginales, generaban goce intenso en VerĆ³nica.

“Por favor detente…”.Taro se aferrĆ³ a las caderas de la joven, y usĆ³ la lengua ahora contra el clĆ­toris…algo que hizo gemir por sorpresa a VerĆ³nica.

“AAhhhh!....A…Alto!, o te darĆ© una patada!”. Desesperada ante las sensaciones sin control, la joven buscĆ³ parar al chico…Con la pierna levantada levemente hacĆ­a atrĆ”s, amenazaba con golpear el rostro de Taro.

“Wow, me patearĆ­as?, como una yegua?...eso me excita mĆ”s”.

“Lo hare si no te detienes”. Taro se aferrĆ³ mĆ”s a las caderas de la cientĆ­fica.

“Hazlo!, No me importa, mientras no me des en las pelotas, no me detendrĆ”s…y tienes una promesa que cumplir, asĆ­ que estarĆ© bien”.

“Oh, te aprovechas de mi promesa… eso es muy bajo!”.

“Tan bajo cĆ³mo el lugar que estoy devorando con mi lengua, Jajajaa”.

VerĆ³nica estaba muy excitada: “Aahhh….basta!, cesa de estimular mi clĆ­toris”.

“Eso nunca, ademĆ”s no te queda fingir decencia, se nota que lo disfrutas…o porque otro motivo no me has pateado ya, o por lo menos no te has movido”.

ContinĆŗa el estĆ­mulo y pronto VerĆ³nica esta por correrse, Taro nota el temblor en el Ć”rea intima de la cientĆ­fica, quien se aferra al microscopio apenas in hablar… Intempestivamente cesa su estimulaciĆ³n, VerĆ³nica reacciona pues creĆ­a estar en el cielo…Por un momento quiso quejarse ante Taro por detener el placer, pero callĆ³, De pronto….
…sintiĆ³ como el oriental la penetraba con su miembro.

“Nooo!, ahora no!”.

Era lo que querĆ­a Taro, llevarla casi al orgasmo con su lengua para finalmente  hacerla venir con su pene. 
Taro se pegĆ³ a la espalda de VerĆ³nica, dĆ”ndole duro por detrĆ”s; Aprovecho la cercanĆ­a para voltearle un poco el rostro y besarla...fue un beso lleno de los muchos jugos vaginales de VerĆ³nica, quien no dudo en saborear todo de los labios y lengua de Taro Takahashi.

Solo unos 15 segundos de bombeo y VerĆ³nica se vino, inundando su coƱo con jugos, que escurrĆ­an por sus muslos…Taro se mostrĆ³ feliz y siguiĆ³ empujando su miembro.

VerĆ³nica jadeaba y le pedĆ­a se detuviera, pero cada penetrada le daba una nueva oleada de placer. Taro por su parte no tardo mucho en correrse, el oriental eyaculĆ³ como nunca, llenando la punta del preservativo… mientras VerĆ³nica con sus contracciones vaginales nunca ceso de apretarle el miembro que expulsaba liquido blanco.

Tras sacĆ”rsela, Taro se arrodillo con intenciĆ³n de lamerle de nuevo, pero al primer contacto con el clĆ­toris, la cientĆ­fica esta volteĆ³ y como un rayo le dio un rodillazo en la cara, haciĆ©ndole cae de espaldas.

“Basta!, ya te viniste, no aceptarĆ© mas intimidad contigo”.

SobĆ”ndose la nariz, Taro sonriĆ³: “Auch!, Que agresiva, pero te gusto, no lo puedes negar”.

VerĆ³nica se mostrĆ³ seria, se quedĆ³ observado a Taro derribado y abierto de piernas, el condĆ³n aun estaba fijo en el miembro semi erecto del muchacho y con la punta repleta de esperma.

“DeberĆ­a patear tus testĆ­culos como reprimenda por tu osadĆ­a…hacer cosas sin mi permiso…eres un desvergonzado!”.
Taro sabĆ­a que no lo harĆ­a, sĆ³lo eran amenazas vacĆ­as por su impotencia a admitir que disfrutĆ³  con Ć©l; AsĆ­ que solo se quedĆ³ quieto mientras VerĆ³nica se inclinaba entre sus piernas y le retiraba el repleto preservativo.

Ahora la cientĆ­fica tenĆ­a una segunda muestra postrauma y faltaba una tercera.

“VeĆ”monos otro dĆ­a VerĆ³nica…”. Expuso Taro sentĆ”ndose en el suelo.

“OlvĆ­dalo!”.

“Admite que te gusto mi lamida, y acepta una salida conmigo”.

Tras un tenso silencio, la mujer expresĆ³: “Ya veremos…”.

“Oh, nada de ideas vagas, eres una mujer inteligente que puede decidir de una vez”.
Por un instante VerĆ³nica observĆ³ a Taro de arriba a abajo, miro su miembro ahora flĆ”cido y volviendo a sus ojos respondiĆ³: “De acuerdo Taro, aceptarĆ© salir contigo, pero por ahora estarĆ© ocupada, asĆ­ que tendrĆ” que esperar…Admito que recibĆ­ bastante placer fĆ­sico de ti…eres hĆ”bil para los estĆ­mulos al clĆ­toris con tu musculo lingual…”.

Taro saco su traviesa lengua exponiƩndola en todo su esplendor a la cientƭfica.

“…AdemĆ”s siempre me ha interesa tu perspicacia y dominio de las lenguas extranjeras”.

“Y hoy supiste que domino mejor esta lengua”. El movimiento de su lengua fue mĆ”s rĆ”pido y pervertido.

“Oh basta!”.

Tras regresar VerĆ³nica a procesar la muestra de semen nĆŗmero 2, el oriental daba brinco de alegrĆ­a….algo que le trajo consecuencias pues sus bolas aun le dolĆ­an.

“Ayy, ayy”.

Sin voltear VerĆ³nica le aconsejĆ³: “SerĆ” mejor que tomes las cosas con calma Takahashi…pasarĆ”n horas para que superes esa inflamaciĆ³n gonadal”.

El chico se alejĆ³ de la cientĆ­fica caminando con las piernas abiertas y sosteniendo sus bolas inflamadas.

IvĆ”n y Taro habĆ­an recibido golpes en los testĆ­culos y entregado su semen; Faltaba conocer como  Miguel habĆ­a sido castigado por IvĆ”n… Y su prĆ³ximo encuentro sexual con VerĆ³nica. 

ContinuarĆ”…

Gracias
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com


1 comentario:

Pages