Alimañas de la noche 2 (2/5): Hechizado - Las Bolas de Pablo

Lo más nuevo

5 nov 2018

Alimañas de la noche 2 (2/5): Hechizado

PARTE 1/3
CONTIENE:
-SEXO HETEROSEXUAL
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE

   Era la primera vez que Gino le conocía una novia a Iván desde la muerte de su madre, no se sintió enfadado con su padre ni celoso sino contento de que encontrara alguien a quien amar después de tantos años.


   El policía llegó con la rubia al departamento poco antes de las 18 horas cuando prácticamente era declarado el toque de queda en Biloba.



   A Gino la mujer le pareció muy bonita y agradable, sonreía ante todo y mimaba a su padre.



   —Papá, tengo que salir.



   —¿Pero qué dices? Sabes estrictamente que en Biloba no se puede callejear después de las seis de la tarde.



   —Papá, los Ky merodean en las calles a cualquier hora del día.



   —Yo opino si me lo permiten —habló la rubia rascándose la cabeza— que tu padre tiene razón, los Ky se vuelven más peligrosos de noche, a mi me atacaron en plena calle a esa hora y fue cuando Iván me rescató —acarició suavemente el dorso de su mano e Iván le sonrió.



   —¡Papá! Es el cumpleaños de Roberto, sabes que siempre ha sido mi mejor amigo, desde niños. Va a ser un cumpleaños seguro, todos vamos a estar encerrados en su casa, sin peligros.



   —¿Por qué de noche? El peligro crece a esta hora, Gino, no me convence.



   —Me parece que ya estoy muy viejo en edad para pedirte permiso.



   —¡Pues para mi puedes tener 80 años y todavía me tendrás que consultar!



   —¡Papá es un simple cumpleaños sin contacto con el mundo exterior! Sólo amigos. Déjame ir, si te sientes más seguro préstame tu arma.



   —¡Ni lo pienses! —negó de forma categórica Iván—. No vas andar portando mi arma por ahí.



   —Entonces llévame. ¿Acaso no puedes entender que no saldré de la casa de Roberto? Estaremos sus amigos.



   —No, Gino, conoces mi opinión sobre las noches de Biloba.



   Gino lanzó una mirada despectiva a la rubia y después dio un puñetazo a la mesa:



   —Me parece increíble que a mi edad me trates como a un estúpido adolescente. Es injusto que traigas a tus amiguitas para divertirte y yo me quede aquí como un idiota.



   —¡Gino, más respeto con Jessica, ella no es una amiguita!



   —¡No me importa lo que sea! Da igual, ¿qué harás? La llevarás a medianoche a su casa? ¿O la dejarás entre tus cobijas?



   Iván frunció el rostro y apretó el puño pudo contenerse porque la rubia colocó su mano sobre su hombro sino huniese golpeado a Gino por faltarle el respeto.



   —¡Es absudarmente injusto! —reclamó el muchacho abandonando su asiento.



   —¿A dónde vas, Gino?



   —A mi cuarto a decirle a Roberto que no iré a su cumpleaños porque me tienen encerrado como niñito.



   —Creeme que es por tu bien. Te quiero con vida.



   —Como tú lo pienses —reprochó Gino usando su celular y abandonando el comedor.



   Estando solo con su novia Iván se rascó la cabeza y después la miró a los ojos.



   —Hey, disculpa la escena.



   —Oh, no, cariño, despreocúpate.



   —Ha sido difícil criar a Gino, en un principio nos llevabamos como perros y gatos después la relación mejoró y hasta quería convertirse en policía, inspiración que abandonó.



   —Es un muy joven después se dará cuenta que todo lo haces por su bien —Iván soltó un suspiro—, y es tan guapo como tú se parece mucho a ti.



   Iván sonrió con alegria.



   —Aunque tiene un poco de razón.



   —¿En qué?



   La rubia lo miró de forma traviesa y respondió:



   —¿Usted me tiene secuestrada aquí esta noche o no? ¿Que va a ser conmigo? ¿Me devolverá a casa en medio de la oscuridad?



   Iván se rió mientras secretamente su pene cobraba vida.



   —Un caballero como yo jamás la liberaría a plena noche —dijo galantemente.



   —¿Entonces qué me plantea? —siguió con el juego recorriendo con sus dedos los brazos del hombre.



   —La puedo invitar a dormir a mi habitación mientras yo descanso de manera cómoda en la sala.



   Jessica se rió.



   —Me encanta la idea pero me gustaría más si me acompañas esta noche.



   Iván se rió.



   —No lo puedo hacer por obvias razones —alegó señalando con su vista en relación a Gino—, le confirmaría los comentarios que hizo.



   —Sí, entiendo. Aunque yo quería un ratito junto a ti.



   Iván sonrió.



   —Creeme que yo también querría estar contigo……… espera.



   —¿Qué?



   —Ven, conmigo.



   La agarró de la mano y la sacó de la sala.  La llevó en dirección a la alcoba de Gino y aunque el joven estaba encerrado bajo llave se escuchaba hablar por celular, su padre le indicó que estaría en la azotea y él desde su interior dio una respuesta que le restaba importancia y grosera.



   Iván salió de su despartamento tomado de la mano con su rubia escaleras arriba. Llegaron a la oscura azotea que a veces servía de fiestas. La imagen de la ciudad iluminada por sus edificios embellecía al ambiente.



   Sin romper un apasionante beso la mujer le fue bajando el pantalón y el calzoncillo. En cuanto consiguió dejarle los atributos sexuales al descubierto procedió a pegar su delicioso cuerpo al del macho. Se subió la falda y desplazó la tanga de su raja vaginal colocándose en cuclillas sobre Iván. Se introdujo entera la bella polla del macho y lo cabalgó.



   Iván jadeó relajándose plácidamente y sin importarle que sus movimientos rápidos de mete y saca circulares hicieron que eyaculara pronto en su interior. Quizás también se debía a su estrés por el trabajo y la pelea con Gino. Al terminar de echarle la leche le indicó que le encantaba muchísimo estar con ella.  La rubia sonrió, se abrió la blusa, se subió las copas del sujetador dejando sus senos al descubierto, le incitó a sobárselos y a mamárselos mientras lo volvía a montar haciéndole mantener sus manos colocadas en sus glúteos.



   Unos cinco minutos después se incorporó para que el falo tuviera que abandonar su empapada cueva vaginal y manteniéndose abierta de piernas delante de él. Con sus caricias y movimientos manuales, Iván explotó por segunda vez con más celeridad de la normal. Sin apartar sus ojos de la abertura pudo ver echar unos copiosos y largos chorros de salsa que se depositaron en su cuerpo, llegándole a caer en la parte baja de las tetas y en el de Iván.



   Iván se sintió tan satisfecho que se quedó un rato a su lado quieto abrazandola mientras Jessica lo acariciaba descansando la cabeza sobre su hombro. El policía sintió un poco de sueño y su novia lo mimó entre caricias.



   La desventaja de haber tenido relaciones sexuales en la azotea y haber abandonado el edificio resultó en que Gino tuvo su momento para escapar. Abandonó rápidamente el edificio y ahora caminaba completamente vestido de negro como la noche por las calles esperando el paso de un taxi que lo llevase a casa del cumpleaños de su mejor amigo donde habría una selecta fiesta, alcohol y chicas.



   De verdad la calle estaba desolada y lúgubre lo que le daba un aspecto siniestro a la ciudad de Biloba. Le daba pánico que a tempranas horas de la noche todo estuviese así. Iba caminando de forma rápida girando la cabeza esperando el paso de un taxi salvador, dentro de su pantalón iba la pistola de su padre en caso de emergencia.



   —Hola, guapo.



   Una voz de mujer lo paralizó esta salía de un callejón. Vio una figura pálida con atuendos negros y estrafalarios parecía sacada de un cuento de terror. Y sí, era una Ky, y de las peores, aquellas que le gustaba el semen de hombre joven y después asesinarlos.



   Gino retrocedió unos pasos atemorizado llevando la mano al cinto del pantalón pero un simple contacto directo a los ojos de la poderosa Ky bastaron para que cayera preso a sus juegos de seducción.



   —¿Que pasa, guapo? ¿Tienes miedo?



   Se acercó a él. Gino se dejó embargar por un fuerte olor a perfume, no hubo más pensamiento en su cabeza que follar a esa mujer.



   La Ky abrió la palma de la mano y la estrelló contra las ciruelas gordas de Gino, sacando el viento de sus pulmones y provocando un gemido de angustia.



  —Estás completamente lleno, cachorro y yo con mucha hambre. ¿Te quieres divertir?……… ah, ¿TE QUIERES DIVERTIR?



   Gino trató de ocultar su dolor, pero sus ojos se llenaron de lágrimas mientras jadeaba por aire. Soltó un rugido furioso. Finalmente en lo que pensaba era en sexo con aquella mujer.



   Gino hizo una mueca. Había un dolor constante y palpitante que emanaba de sus nueces, pero ciertamente no iba a rendirse, algo lo empujaba a tener sexo con esa mujer. Flexionó sus músculos y la empujó contra una pared para empezar a besarla.



   —Cojeme, papi. Sé que lo quieres, ¿cierto?



   —Sí, sí, sí. En un rato estarás cubierta de esperma.



   Con la mujer arregostada a la pared comenzó un beso salvaje entre ambos cargado de un alto contenido sexual.



   La mujer se quedó mirandolo con perversa sonrisa acto seguido empezó a desnudarlo sería una noche de placer y quizás trágica para el hechizado Gino.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages