Cita con el extraño (4/5): La comparacion - Las Bolas de Pablo

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16 nov 2018

Cita con el extraño (4/5): La comparacion

CONTIENE:
SEXO HOMOSEXUAL
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Después de varias semanas Pablo volvía a compartir una tarde a solas con David. En aquel momento ambos se miraban en medio de un placentero silencio. Las manos de Pablo se acercaron a la entrepierna de David empezando a despojarlo de la apretada ropa interior.


   Pablo acarició suavemente el erecto falo de su esposo, también lo hizo con sus huevos.

   David cerró los ojos abrumado por el placer que sentía al ser acariciado de aquella forma y dejó que su cabeza cayera hacia atrás.

   Pablo bajaba y subía ambas manos presionando con firmeza. Rozando con la punta de sus dedos el capullo lleno de líquidos preseminales de su pareja.

   Pablo separó los labios y metió en su boca la gruesa y morena polla de David.

   David cerró los labios y gimió deliciosamente al sentir en su sensible cabeza los rastros de la lengua de Pablo que en ocasiones mamaba de manera lenta.

   David gemía sintiendo la deliciosa felación de Pablo.

   Pablo aceleró el ritmo de su mamada metiendo por completo el grueso falo de David.

   —¡Aaaaaaaahhhh! —exclamó David mientras derramaba sus jugos en la garganta de su esposo.

   Tras los últimos espasmos Pablo acabó pasando su lengua por la punta para recibir las últimas gotas de semen. Esperó unos segundos con la cabeza agachada y lentamente subió la mirada hacia David.

   —Sube —le dijo él contento.

   Pablo se subió a la altura de su cara, David le limpió los labios con los dedos y después los saboreó. Se dieron un beso. Posteriormente Pablo posó la cabeza sobre el fortísimo pecho de su esposo lo abrazó fuertemente mientras colocaba la mirada sobre la nada.

   Nunca en su vida se había atrevido a ser infiel pero un día antes cometió ese pecado y aún no sabía si arrepentirse, ya que por David sentía un profundo amor pero lo de un día antes no tenía comparación.

   Y era con Eddy, aquel fortísimo semental que había conocido por una aplicación de internet. Era alto y musculoso. Cuando lo visitó en su casa este no llevaba nada más que un boxer que estaba lleno de una erección muy conspicua.

   Hubo un momento de silencio cuando se vieron.

   Los ojos de Pablo vagaron hacia el gran bulto en la entrepierna de Eddy.

   Eddy le sonrió de forma típica. Y Pablo echó la pierna hacia atrás y la envió aplastando la ingle de Eddy, machacando torturando sus bolas con un golpe fuerte.

   Eddy soltó un gemido de angustia y se dobló de dolor, agarrando su entrepierna con ambas manos. Su cara se arrugó de autentico sufrir y sus ojos se llenaron de lágrimas, se veía lindo envuelto en el dolor.

   Pablo de la nada comenzó a desvestirse sin apartar la vista de adolorido Eddy al quedar desnudo su erección se levantaba golpeando su  abdomen.

   Eddy murmuró algo ininteligible amasando sus gónadas.

   —Lo siento, no te escuché —dijo Pablo, sentándose en el sofá y extendiendo las piernas. Su polla carnosa apuntaba al techo.

   —Tengo planes de follarte hoy —indicó Eddy.

   —No podrás —dijo Pablo con picardía.

   Eddy suspiró y se sentó en el sofá junto a Pablo.

   La mano de Eddy se deslizó entre los muslos de Pablo y envolvió sus dedos alrededor de los enormes y llenos cojones. Y apretó las bolas de Pablo con toda la fuerza que pudo reunir.

   Los ojos de Pablo se ensancharon y dejó escapar un chillido desgarrador cuando sus nueces fueron aplastadas por el poderoso agarre de Eddy.

   Eddy empujó hacia abajo las bolas de Pablo, provocando un grito de angustia.

   —Quiero follarte, Pablo, quiero estar contigo. No me importa que estés con otro hombre yo podría recibirte aquí una vez a la semana. Nos divertiríamos.

   Al ser soltado de las pelotas y gimiendo, Pablo se levantó, se dio la vuelta y se inclinó, apoyó las manos en el respaldo del sofá.

   Eddy se paró detrás de él, sacudiendo lentamente su dura polla.

   Las piernas de Pablo estaban separadas. Eddy agarró las nalgas y las separó.

   Pablo dejó escapar un suave gemido.

   Eddy dio un paso atrás y sonrió.

   —Esto va a doler un poco.

   Pablo cerró los ojos esperando que la polla del gran Eddy entrara en su cuerpo.

   En vez de eso, Eddy alzó la pierna hacia atrás y le dio una patada a Pablo en las bolas con toda la fuerza que pudo reunir.

   Los ojos de Pablo se abrieron de par en par y gritó de agonía, cruzando las rodillas mientras caía sobre el sofá.

   Eddy lo agarró por el cuello y lo empujó hacia abajo cambio su posicion en el sofa y metio su polla en el trasero apretado de Pablo, enterrándola.

   La cadera de Eddy se estrelló contra las nalgas de Pablo, y las bolas de Pablo se aplastaron entre su cuerpo.

   Pablo chilló.

   Eddy comenzó a follarlo fuerte y rápido, empujando su polla dentro y fuera del agujero.

   Después de un rato, Eddy sacó su polla y le dio la vuelta a Pablo para que estuviera acostado de espaldas en el sofá. Agarró sus pies y le abrió sus piernas. Lo cogió con fuerza, embistiendo su polla dentro del culo de Pablo. Sonrió y lanzó un fuerte puñetazo a las bolas de Pablo, haciéndole chillar de dolor y haciendo que su esfínter se apretara alrededor de su pene.

   Eddy gimió.

   —¡Es increíble!

   Una y otra vez, Eddy golpeó las bolas de Pablo contra su cuerpo mientras le follaba el culo.

   Finalmente, Eddy empujó a Pablo al suelo, haciéndolo recostarse sobre su espalda con el culo en el aire. A horcajadas sobre su cuerpo, Eddy comenzó a montar el trasero de Pablo, aplastando sus huevos entre sus muslos con cada empuje.

   Eddy miró a Pablo e inició a jadear.

   Pablo gruñó.

   —Voy a acabar —murmuró Eddy. Con un gemido largo y gutural, condujo su polla profundamente dentro de Pablo e inundó sus entrañas con una enorme carga de semen. Echando la cabeza hacia atrás gimió de placer con la polla enterrada profundamente dentro del cuerpo de Pablo.

   Después de que su orgasmo había disminuido, Eddy sacó su pene y miró el enorme agujero de Pablo.

   —Eso fue estupendo —Eddy suspiró y se hundió en el sofá.

   Pablo gimió y se levantó. El semen de Eddy corría por su pierna. Se acostó en el sofá acariciando en silencio al fuerte semental.

   Eddy pasó los dedos suavemente sobre las bolas grandes, adoloridas y llenas de Pablo.

   Pablo dejó escapar un profundo suspiro. Su polla instantáneamente se puso dura ante la atención.

   Eddy se rió y pasó suavemente un dedo sobre el tronco duro de Pablo. Se inclinó sacó la lengua y lamió la punta de la polla de Pablo.

   Pablo dejó escapar un gemido. Sin decir una palabra, agarró la cabeza de Eddy y empujó su polla dura dentro de su boca, enterrándola hasta la empuñadura y haciendo que Eddy se ahogara.

   Eddy dejó escapar un gruñido, pero a Pablo no le importó. Comenzó a follar la boca de Eddy.

   Sujetando la cabeza de Eddy con ambas manos, Pablo siguió empujando su polla dentro y fuera de la boca de Eddy. Sus bolas chocaban contra la barbilla del extraño.

   Un momento después, eyaculó en la boca de Eddy, inundándolo con su semen salado y caliente.

   Eddy se lo tragó.

   La polla de Pablo brillaba con su semen y la saliva de Eddy. Su musculoso cuerpo estaba mojado de sudor y jadeaba pesadamente.

   Finalmente Eddy se acostó a su lado y después se besaron.

   La voz de David interrumpió el recuerdo pecaminoso de Pablo.

   —Te pregunté si pensabas en algo importante.

   —Bueno, eh —Pablo dudó pero se sentó en la cama—. Antes que nada quiero que sepas que te amo y eres importante para mi.

   —Lo sé…

   —Pero durante el tiempo que estuvimos separados con la visita de tu hijo aquí me aburrí y conocí a un tipo.

   David respiró un par de veces y también se sentó en la cama mirando a Pablo.

   —Practiqué mucho ballbusting con él y lo vi muy atractivo.

   —¿Y? —David lo miró preocupado.

   —Tuvimos sexo una vez, y también me gustó.

   David se llenó de amargura y envidia. Abrió la mano como garra y apretó los cojones de Pablo haciéndolo gritar de dolor.

   —¿Y yo qué Pablo?

   Clavó la yema de los dedos en las huevas de Pablo.

   —¡AAAAAAAAHHHHHH!

   —¿Yo, qué?

   Al soltarlo de los cojones Pablo se dobló sobandolos con los ojos llenos de lágrimas.

   —Te amo. Es lo que te puedo decir, David.

   —Pero buscaste a otro imbécil.

   Pablo gimió frotando sus grandes huevos.

   —No sé qué vas a hacer, Pablo, pero a ese hijo de puta lo voy a conocer.

   —¿Para qué? Ya va a quedar atrás.

   —Esto no se va a quedar así. Lo voy a conocer por las buenas o a la mala.

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