INTRODUCCION: https://lasbolasdepablo.blogspot.com/2017/10/legion-de-proteccion-1-separados-por.html
CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
El sudor corrĆa por el hermoso rostro de Leo. HabĆa estado esperando por mĆ”s de una hora, vestĆa Ćŗnicamente con aquel calzoncillo ajustado aprobado por su institución para la defensa de las misiones a las que fuese asignado. El semental de 22 aƱos se enderezó y se pasó la mano por su mojado cabello. Era un estudiante regular de La Legión, aquella honorable institución que formaba superheroes de Ć©lite para la defensa mundial, ya que el planeta desde siglos atrĆ”s estaba a punto del desastre ecológico. Estaba a pocos pasos de recibir su titulo como hĆ©roe oficial de la legión de protección y su dominio de magia elemental era la electricidad.
Miró a su alrededor en el bosque. TodavĆa estaba oscuro e incluso el instituto tenĆa sus luces apagadas. Sus alumnos y profesores descansaban.
La polla de Leo se contrajo dentro de su calzoncillo.
Aquello serĆa como entrenar, como enfrentarse al Grupo Altamira, aquellos terroristas de la nueva era que deseaban eliminar la vida humana en lo que quedaba de planeta Tierra.
Leo hurgó en su entrepierna, tratando de ajustar su polla para hacer su erección menos evidente. Pero con una polla como la de Leo, un monstruo gigantesco de tallo que asustarĆa incluso a la yegua mĆ”s valiente.
Miró su entrepierna y suspiró. La cabeza de hongo gorda de su polla sobresalĆa de la abertura de la pierna de su calzoncillo. Se mordió el labio inferior y trató de empujar su dura polla en su ropa.
āAsĆ que aquĆ estĆ”s āse escuchó una voz detrĆ”s de Ć©lā. PensĆ© que huirĆas como una gallina.
Leo dio media vuelta.
Hubo un momento de silencio cuando los ojos del otro hombre se dirigieron a la entrepierna de Leo, donde su polla dura como una roca sobresalĆa como un poste.
El otro hombre se rió entre dientes. TenĆa poco mĆ”s de veinticinco aƱos, y era un semental alto y musculoso con cabello rubio y cara bonita. Para Leo, era su peor enemigo, un agresor que ya no iba a tolerar mĆ”s en Legión.
Leo miró al chico sin tratar de ocultar su erección.
āEstoy dispuesto a sellar la pelea āafirmóā, es extraƱo que no vinieras con tus compinches.
āPara humillarte no necesito testigos, Leo.
Con eso, el hombre llamado Salomón dio un golpe a la entrepierna de Leo con el dorso de la mano, haciéndolo jadear de dolor.
āMaldición āmurmuró antes de enviar un puƱetazo al bulto de Salomón.
āĀ”Ay! āSalomón gimió y se dobló.
Los dos sementales se miraron por un breve momento, luego se lanzaron el uno al otro, tratando de agarrarse las bolas.
Salomón agarrÓ ventaja cuando abrió la palma de la mano y una bola de fuego explotó en el rostro de Leo, al distraerlo envolvió su mano alrededor del paquete del estudiante apretó las dos grandes gónadas con fuerza, provocando un gruñido de dolor.
Al mismo tiempo, Leo levantó su puño entre los muslos de Salomón y golpeó sus bolas emitiendo también una descarga eléctrica, haciéndolo gritar de dolor.
āĀ”Muchachos! āuna voz de hombre los interrumpió. Un hombre alto habĆa llegado al bosque. Usaba calzoncillo y era reconocido como el profesor Queranā. Paren la pelea o los voy a tener que expulsar, Āæhasta cuando ustedes dos?
āĀ”Salomón me ha retado, profesor!
āEsas bolas grandes y gordas tuyas āse rió Salomón ignorando a la autoridadā, son muy sensibles, Āæeh?
Leo enarcó las cejas.
Salomón se encogió de hombros.
āNo hay razón para avergonzarse, infeliz. Los mĆos tambiĆ©n lo son. Ahora, quiero terminar con lo que empecĆ©. Mis oĆdos no escuchan palabras de profesores fracasados.
Zeta hizo una mueca.
āEntiendo completamente si quieres retirarte ādijo Salomón con una sonrisaā. Con pelotas dĆ©biles como las tuyas no quieres arriesgarte.
āHe dicho que pare la pelea āagregó el profesor Queran.
Los ojos de Salomón se entrecerraron y le dio una fuerte patada a la entrepierna de Leo que levantó al guapo muchacho del suelo y aplastó a sus enormes testĆculos como tortillas.
Leo soltó un chillido agudo y agarró sus gónadas.
Tomó represalias con una patada que hizo que Salomón viera estrellas y soltara un gruñido.
Iniciaron un combate intercambiando patadas en los testĆculos sin piedad, tan duro como podĆan.
El profesor Queran estaba paralizado mirando la escena con rostro inexpresivo.
Ambos hicieron todo lo posible para que su oponente realmente sintiera dolor. No se contuvieron en absoluto, golpeƔndose las pelotas con una patada tras otra.
La polla de Leo se contraĆa y palpitaba violentamente, y cada golpe en sus gónadas parecĆa aplastar un pequeƱo lote de semen.
Salomón miró a Leo, con el rostro contraĆdo del dolor. Le dolĆan sus propias bolas, pero las enormes nueces de Leo estaban hinchadas y rojas, un par de patadas mĆ”s y lo acabarĆa.
Leo miró a Salomón, haciendo una mueca y gimiendo. SabĆa que no podĆa seguir por mucho tiempo, pero no querĆa darle a la satisfacción de ganar.
El semental Salomón tosió. AgarrÔndose las pelotas con una mano, murmuró:
āĀæRenuncias, gallina?
Leo dejó escapar una risa tensa pero la bota de Salomón chocó con sus enormes testĆculos aplastĆ”ndolos contra su cuerpo. La boca de Leo se abrió de par en par, y el sonido que salió de ella fue espeluznante y agudo. Sus ojos se cruzaron ligeramente y sus rodillas se encontraron. Su enorme y carnosa polla palpitaba y se contraĆa, sus bolas se detuvieron dentro de su escroto.
Gimió mientras se ponĆa de rodillas.
āĀ”SĆ! āSalomón gruñó triunfante.
Leo cayó acongojado en el suelo mientras Salomón se ponĆa firme con la palma de la mano abierta, de ella brotó otra bola de fuego que fue a parar sobre Leo explotando.
El muchacho pudo sacudiese las llamas que le hicieron el menor daño pero dejó sus piernas abiertas.
Salomón se preparó para una patada de futbolista y el profesor Queran vio el movimiento.
āĀ”NO! āgritó en alerta.
Pero Leo fue pateado en la entrepierna sin piedad, lanzó un fuerte grito que se escuchó en el bosque y se desmayó.
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