¿Quien manda en casa? (Anexo) - Las Bolas de Pablo

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2 nov 2018

¿Quien manda en casa? (Anexo)

CONTIENE:
BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
ESCRITO POR: ZATN

   En el relato QUIEN MANDA EN CASA?, Lola narró a su amiga Elena cómo se defendió de su marido Efraín, luego de que este intentase forzarla a tener relaciones sexuales, poco tiempo de haberse casado… El fuerte castigo en los testículos del macho, logró que la mujer en adelante dominase a su prepotente, altanero y gigantesco esposo.

   A continuación se expone con más detalle cómo fue aquella jornada:

   La noche en cuestión, Efraín había salido con sus amigos a beber y jugar billar, ni siquiera su esposa le había reclamado el salir a embriagarse, Lola era bastante tímida y Efraín no toleraba que su mujer le prohibiera nada, por el propio bien de ella, le hacía bien mantenerse callada y sólo esperar a que regresase bien avanzada la madrugada.

   En el sitio de juego, más de una mujer se le insinuó: “Cariño, que grande eres… no te gustaría divertirte?, no soy cara”.

   Pero el hombre no quería desperdiciar su dinero, tenía una buena mujer en casa, su pequeña Lola era mejor que esas mujerzuelas; A medida que avanzaba la noche y los tragos se sumaban en su cabeza, comenzó a crecerle en pene entre las piernas…. Más aún cuando veía a alguno de sus amigos aceptando las caricias de aquellas mujeres de vida fácil… el observar besuqueos y tocadas de nalgas y tetas, le hicieron hervir la sangre…
…Como deseaba hacer el amor, y desfogaría su creciente apetito en su Lola.

   Efraín llegaba a casa a las 12 de la noche, Lola sabía que estaba con sus amigotes y era normal que llegase muy de madrugada, por lo que se sorprendió al verle regresar tan pronto.
   La esposa ni siquiera le hizo notar que estaba despierta, fingió dormir de medio lado, y esperaba que su esposo se acostara junto a ella a pasar la ebriedad, y que del largo sueño no se levantase hasta pasado el medio día.

   Efraín veía a su esposa supuestamente dormir… Se retiraba las ropas lo más rápido que podía, traía el pene parado desde hace rato y no veía el momento de penetrarla, su pantalón, camiseta y calzoncillos volaron, descubriendo su erecto falo…

   Lola estaba con esa pequeña ropa interior oscura que encantaba a su  marido, Efraín se acostó de medio lado tras Lola, empezó a acariciarle los hombros y el cuello, ni siquiera le importaba que durmiera, necesitaba que despertase…
…Lola sintió la erecta verga de su enorme marido apoyada a propósito contra sus nalguitas, dejó de fingir estar dormida, y sin darle el frente le dijo:

   “No quiero… estas borracho, duérmete…”. El penetrante olor a alcohol dio a la esposa el motivo para no responder a aquellas insinuaciones, además no estaba de humor, sólo quería caer en un reparador sueño. 

   Efraín apoyó con más fuerza su verga entre las nalgas de Lola, la esposa llevó una mano hacía atrás, y le intentó alejar el falo…
…el rechazo de su esposa, enojó a Efraín…
…Como se atrevía su esposa a negarse a su voluntad. Efraín se incorporó y tomando de un hombro a Lola la hizo voltear quedando ella boca arriba.

   “Que haces?”. Lola reclamaba algo molesta por la insistencia de su marido.

   Efraín no se molestó en explicarle, llevó sus manos a la pelvis de la mujer y le comenzó a bajar las pantaletas…

   “No Efraín, que yo no quiero”. Alarmada por la actitud del marido, Lola desesperadamente intentaba mantener puestas sus pantaletas… se inició un duelo, uno tratando de bajarlas y la otra retornándolas a su lugar.

   “Deja de resistirte, quieras o no te la voy a meter en esa concha, tengo muchas ganas de metértela!”.

   “Efraín no hagas esto…”. 

   “Tú eres mi esposa, y tienes que dejarte cuando tu marido quiera cogerte!”.

   Finalmente la superior fuerza de su esposo se impuso y le bajó por competo las pantaletas, Lola respondió con un pataleo para alejar a su esposo de su intimidad, pero seguidamente  la mano del hombre le tocó la vulva ahora desnuda.

   “Déjame!”. Lola intentó levantarse, pero la pesada mano de Efraín cayó sobre su abdomen obligándola a permanecer acostada, viéndose inmovilizada la pequeña mujer retomó el pataleo, pero hastiado de la resistencia, Efraín levantó una mano y amenazó con golpearla al tiempo que le decía: “Quieres que te pegue?”.

   Lola quedó un instante pensativa, ladeo el rostro, y Efraín enseguida notó cómo su esposa separaba las piernas.

   “Está bien…”. Le pareció escuchar, pues apenas lo dijo balbuceando.

   Lola dejó de resistir y se colocó sin apenas moverse, Efraín contento ante el inminente goce la cubrió, su enorme cuerpo pesaba demasiado a Lola, quien tenía el ancho y peludo pecho de su esposo sobre el rostro.

   Las manos de Efraín en las caderas de su esposa le indicaban que abriera más las piernas, Lola obedeció enseguida.

   Efraín tenía la verga muy parada, y ya se derramaba en líquido preseminal, cuantas ganas de hacer el amor tenía reprimidas esa noche… y por fin las saciaría!.

   Acomodo la verga en la entrada del coño de Lola, y sin más demora la penetró!. Lola apretó los diente al sentir ingresar en ella cada centímetro de la dotada verga de su esposo, no estaba lubricada por lo que el acto fue más que brusco para ella.

   Efraín comenzó a moverse, entrando y saliendo de ese coño que adoraba, su largo y grueso pene entraba hasta el fondo de esa vagina, y el frote contra las paredes provocaba un rico escozor en todo su glande, irradiándose al tronco del pene.

   Lo delicioso que sentía, incluso lo comunicó a su enmudecida esposa:

   “Lola, no sabes cómo me encana metértela, tienes el coño bien rico, y grande, eres pequeñita pero eras muy conchona, por eso eres la mejor mujer que he cogido.”.

   Todo era placer para Efraín, pero no sabía que había caído por completo en la trampa puesta por su mujer… Resignada por su muy inferior fuerza, Lola cedió a la intimidación masculina solo para tener la oportunidad de defenderse cuando Efraín estuviese desprevenido, y ahora concentrado en disfrutar de su vagina estaba totalmente ido de la realidad.

   Lola sabía que los hombres solo tiene un punto débil, los huevos, si les golpean allí les duele muchísimo… Y para detener a Efraín tenía que agarrarle duro los huevos, ese par enorme del que se vanagloriaba su esposo… Podía hacerlo, para eso se dejó penetrar!, para cogerlo completamente descuidado!

   Inexpresiva ante la violación que sufría, Lola llevo su mano derecha hacia la entrepierna y le agarro los testículos a su abusivo esposo.
   “AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!”.

   Efraín gritó cuando los dedos de su mujer se cerraron con fuerza alrededor de sus grandes pelotas.

   “Lola Suéltamelas!!”. Dijo en voz baja, Efraín tenía un nudo en la garganta. Pero lola tenía una expresión de total decisión, se había propuesto castigar a su marido, y lo lograría teniéndole cogido de donde Efraín era más débil.

   El marido jamás espero que su esposa, a quien creía muerta de miedo y sometida a la voluntad del macho, se defendiera… Y menos que le cogiera los huevos mientras hacía el amor… para Efraín ese momento jamás era de esperar una agresión…
…Había hecho el amor a tantas mujeres en pueblos y ciudades, pero ninguna le había apretado los huevos, y menos a mitad del acto sexual.

   Las uñas de Lola se hundieron en el delicado escroto del marido, arrancándole un nuevo alarido:

   “AAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!, SUELTA, SUELTA!!! AYYY, AYYYYY!!!”.

   Lola estaba impasiva, en silencio degustaba como hacía sufrir a su esposo, y de una manera tan fácil… solo apretaba con fuerza su mano derecha.

   “Ayyyy… Por… Por favor mi amor, déjame… suéltame, suéltame Lolita, suéltame mi vida…”. El potente, viril y jactancioso Efraín sonaba tan lastimero, pero de Lola no obtendría clemencia.

   “Sácamela Efraín...”. La mujer quería a su esposo fuera de su coño.

   “Lolita déjamelas…”.

   “Que me la SAQUES!!”. Lola retorció un poco el gordo escroto que mantenía apresando.

   “AAUUU, AAUUU, DEJAME!!!”. Lagrimas asomaron a los ojos de su esposo.

   A pesar de la orden de su esposa, El hombre estaba sin fuerzas para obedecer, su cuerpo “paralizado”, sólo permanecía encima de Lola, mientras en el coño, el pene de Efraín había perdido parte de su erección, pero seguía con tamaño para conservarse dentro.

   “AFUERA EFRAÍN!!”. Lola no espero más y tiro hacia atrás del escroto del esposo, haciéndole salir de ella a las malas.

   “AYYYYY, MI AMOR, AUUU, AUUUUU…DEJAMELAS!!!”.

   Lola solo movió sus manos e hizo levantar a Efraín, el enorme hombre de inmediato quedó de rodillas sobre la cama, con una esposa bien aferrada a su escroto, y que de igual manera se arrodilla frente a él.

   Así la pareja permanecía una frente al otro, sólo que mientras Lola estaba sería y decidida, Efraín lloraba y suplicaba le liberase las gónadas.

   El macho estaba sudando helado ante el inhumano castigo a sus testículos.

   “Discúlpate Efraín, me la metiste sin mi permiso, eso es un crimen… Discúlpate!”.

   El marido no entendía bien que quería su esposa, disculparse?, eso sería todo lo que pedía, él la había forzado a tener sexo, era un delito!, y su mujer solo pedía una disculpa, ¿entendió bien lo que quiso decir su mujer?.

   “Que te disculpes!!”. La falta de respuesta de Efraín la enojo un poco, estrujando un poco la masa gonadal del varón

   “AAHHHH!!, AUUU, AUUU,  ME DISCULPO… Me... Me disculpo mi amor…”. El llanto le impidió seguir hablando.

   “Dilo bien!, Dilo bien o te voy a …”. Alarmado por un posible nuevo estrujón, Efraín saco fuerzas de su garganta y habló de inmediato:

   “PERDON!... Perdóname mi amor, perdón por obligarte, yo te juro que nunca te volveré a hacer eso… te… te lo juroooooo… AAuuuuu…”. Un nuevo reforzamiento del apretón por parte de Lola casi lo hizo aullar.

   “Entonces ya lo sabes, Efraín si me vuelves a intentar obligar, no te las suelto ni aunque te disculpes… entiendes!?”.

   “Sii, sii, si mi amor, Lolita perdóname, pero por lo que más quieras déjame las bolas…”.

   “Ya sabes, a la próxima te aprieto las huevas hasta que te desmayes!, mal hombre!”. 
   
   Un último tirón a las bolas, y Efraín solo exclamo un grito ahogado al techo… Por fin la mujer liberó sus pelotas.

   “AAHHH!!!!”. Exhaló Efraín aliviado, de inmediato se arrojó a la cama y colocó en posición fetal… sus manos acunaron sus huevos, iniciando una larguísima jornada se frotar y sobar.

   Lola se incorporó y antes de salir del cuarto le recordó: “Estas advertido Efraín!”.

   Esa noche Lola se fue a dormir a la sala, no quería saber nada más de su marido, y le dejaría la cama entera para que pasase el dolor en soledad.

   El varón paso una terrible noche, adolorido y sobre todo humillado al haber sido sometido por completo, literalmente puesto de rodillas y a suplicarle a su esposa, su ego estaba hecho pedazos y nunca se recuperaría de aquella noche.

   A la mañana siguiente la pareja se encontró en la cocina, Efraín apenas vio a Lola, se cubrió los huevos con una mano, el macho estaba muerto de miedo ante su mujer, pero Lola se comportaba con normalidad, para ella el asunto de anoche solo fue un castigo que le tuvo que aplicar a su marido por ser agresivo y forzarla… Pero no sentía desprecio alguno hacía Efraín, era su esposo y le quería.

   Durante los siguientes días, Efraín poco a poco recobro la buena relación con su esposa… En adelante nunca la intentaría forzar en la cama, y si ella decía NO a algo, significaba NO.

   En el fondo Efraín desarrollo un temor a su esposa, lo cual no evitó que reiniciara su vida sexual con ella, inicialmente algo prevenido cuando Lola le besaba o acariciaba los testículos, pero se sintió agradecido de tener a una mujer que le perdonó su depravado acto, y no dejaba de quererlo.

   A raíz de este incidente, Efraín pasó a ser sumiso ante su esposa, sobre todo en la cama, en donde ella había dejado muy claro que si la enojaban… era alguien realmente de temer.



FIN.


Gracias.

Comentarios a zatniktiel@hotmail.com

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