Alimañas de la noche 2 (3/5): Jessica - Las Bolas de Pablo

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17 dic 2018

Alimañas de la noche 2 (3/5): Jessica

CONTIENE:
SEXO HETEROSEXUAL
BALLBUSTING MUJER/HOMBRE

Parte 1/3

   Era una noche tranquila en la ciudad de Biloba a pesar del peligro que la asechaba a esas horas. En aquella oportunidad Jessica e Iván se besaban apasionadamente en lo privado de la habitación del policía. El oficial le quitó la blusa a su mujer dejándola abierta y mostrando  su cuerpo solamente con la ropa interior y la blusa abierta. Ella se acercó a él cogiéndole su cara entre las manos y le comenzó a dar un beso entrando la lengua dentro de su boca, recorriendo con ella todo el interior de su boca. Con una de las manos la rubia le fue recorriendo el pecho bajando hacia su estomago hasta coger con ella su polla y comenzar a acariciársela.


   Iván la abrazaba y se apretaba a ella. Le dio un beso y bajó su cara a las tetas de la mujer para comenzar a pasar la lengua por la parte superior que sobresalía del sujetador. Se comenzó a poner ansioso, quería tocarle el cuerpo.



   —Tranquilo, Iván, no tengas prisa, tengo todita la noche para ti. Déjate llevar.



   Entonces él comenzó a pasarle las manos por los hombros, bajando despacio por todos sus brazos, pasando sus dedos a la espalda, para llevarla hasta donde comienza su trasero que acarició y abandonó para pasar a tocarle los muslos. Luego tocó su coño por encima del pantalón. La rubia se empezó a excitar, sintiendo un hormiguero en la vagina.



   El enamorado policía dejó a un lado su sexo y subió hasta los firmes senos, comenzando a acariciarlos por encina del sujetador, Jessica sitió que ardía por dentro. Iván subió las manos a los hombros de nuevo y cogiendo la blusa se la deslizo a lo largo de la espalda y brazos hasta que cayó al suelo. Luego la abrazó llevando sus manos a la espalda de la mujer a la altura del broche del sujetador y lo desabrocho y lo quito. Acercó sus manos a los senos y los tocó, ya desnudos, acercó su boca a los pezones y comenzó a chuparlos.



   Después de un ratito de placer Jessica quiso retribuir el gesto y se puso de rodilla cojiendo la tiesa polla del hombre para lamerla a lo largo de toda ella, desde su cabeza hasta sus huevos (que estaban muy llenos, por lo grande que estaban).



   —Oooooh, ooooooh, que gusto, Jessica, sigue, sigue.



   Ella continuó pasándole la lengua por todo su pene cuando llego a la punta jugó con su cabeza, lamiendo, oprimiendo con su boca.



   —Que divino, como me la chupas, joder, jodeeerrr, no pares, sigue, no pares.



   Ella fascinada y enamorada de esa hermosa verga le hizo un mete saca con su boca que se prolongó varios segundos.



   —Ooooooooohhh, no puedo, no puedo, no me aguanto, no me aguanto...



   La mujer extrajo el pene de su boca y con dulzura le dijo:



   —Echame tu leche en la boca, la quiero, la quiero.



   Diciendo eso, volvió a meterla en su boca y continuó chupándosela.



   —Ohhhhhhh, me corro, me corro, trágate toda mi lefa, toma mi leche toma. ¡Ahhhhh!



   Y dando unos impulsos comenzó a soltar ráfagas de esperma en la boca, que Jessica fue tragando, dejando caer parte de ella sobre sus pechos. Cojiendo la mano del oficial hizo que se los esparciera.



   Iván sin dejar de sobarle las tetas mediante suaves caricias. Acerco su cara y rozándole los labios la beso, Jessica  sobando su espalda exhaló un suspiro de placer que evidenció su excitación.



   Sin detener su apasionado beso Iván la llevó hasta el borde de la cama donde la echó. Ella preguntó:



   —¿Preparado?  ¿Deseas estar dentro de mí? ¿si, si lo deseas?



   Iván afirmó moviendo la cabeza y sonriendo.



   Jessica se abrió de piernas e Iván encaminó su polla a la cueva de la mujer.



   Jessica se deleitaba sintiendo la punta de la polla entrando en su coño. Iván seguía empujando rozando las paredes vaginales.



   —Ay , ay, ay, sigue mi amor, sigue, clávamela hasta el fondo, no pares, no pares, córrete, córrete, yo no aguanto más no sé cuantos orgasmos me estás haciendo tener , tengo uno tras otro.



   De pronto Iván se tensó emanando su corrida caliente dentro de Jessica, era larga y grande, estaba muy llenos sus huevos.



   Se quedó echado sobre Jessica apoyando la cara sobre su pecho.



   Jessica sentía su leche caliente dentro de la vagina, pero también una polla dura aun  y sin síntomas de que se le vaya a poner blanda.



   —Ahora mismo tengo tantas ganas de follarte como tenía cuando empezamos —complementó Iván con una sonrisa.



   —Espera, salte, sácamela, vamos a cambiar de postura. Lo haremos tú tumbado en la cama y yo montada sobre ti como si estuviera montando a caballo.



   Mientras Jessica se levantaba Iván se tumbó en la cama ocupando su posición.



   —Has sido fantástico, me has dado un placer y una sensación que nunca había sentido.



   Entonces colocándose con las piernas abiertas a un lado y otro de su cuerpo ella agarró la polla tiesa y fue bajando poco a poco hasta tenerla toda dentro donde reposó acoplándose a ella.



   Jessica rebotó arriba y abajo haciendo deslizar su polla por todo su interior. Sus tetas se movían como campanas a ritmo de sus movimientos.



   Iván movía la pelvis al ritmo de la follada, le tomaba los pechos, los aprieta, los manosea con ganas. Incorpora lo que puede su tronco y llevaba su boca a una de las tetas chupándolas, succionaba con fuerza.



   Jessica estaba poseída por el placer como Iván, con las piernas le apretó la cintura  y comenzó a moverse como loca, moviendo la cabeza de un lado a otro saltando sobre él a más velocidad  para que la bombeara más fuerte.



   A pesar de ya haber eyaculado antes Ivan volvió a expulsar otra ráfaga grande y larga de semen caliente sobre Jessica llenándole la vagina.



   Jessica se bajó de encima de él y se tumbó a su lado, viendo salir de su coño parte de sus jugos y la corrida del macho.



   —Lo he gozado muchísimo, mi amor, quiero estar por siempre contigo. Debes considerar venirte a  vivir con Gino y conmigo, siempre hace falta una figura femenina en casa.



   Jessica sonrió y le acarició la cabeza. Se acercó a su cara y dándole un beso se fue bajando hasta su polla, se la cogió y empezó a limpiarla con la lengua.



   Iván rió de puro contento y con ternura, ella se quedó acariciándolo en silencio y el guapo oficial fue cayendo en un profundo sueño después de todo había sido un día arduo con un final nocturno espléndido.



   Él se durmió.



   Jessica se le quedó mirando como si estuviera cuidando su sueño y de un momento a otro su peso sobre la cama se volvió más pesado e incluso su figura femenina cambió drásticamente a un cuerpo fornido y de hombre. Ante el dormido Iván estaba el más poderoso de los Ky, aquel que atacó una noche a Gino.



   El robusto Ky salió de la cama sin mayor problema, sabía que Iván había quedado rendido por el robo sexual de su energía y no se iba a despertar en mucho tiempo mientras él estaba repotenciado.



   El más poderoso de los Ky caminó por el departamento y abrió la puerta de la habitación de Gino.



   Bajo la forma de Jessica penetró al recinto encontrando al muchacho profundamente dormido. De sólo ver la protuberancia entre sus piernas abiertas se sintió en la cumbre del placer.



   —Shhhh, hey, Gino, shhhh.



   Susurró la mujer seductoramente haciendo señal de silencio con su dedo sobre los labios.



   Gino se despertó confundido pero pronto recobro la orientación y sin embargo se quedó postrado en la cama paralizado y con una erección comenzando a crecer en su calzoncillo.



   Jessica se acercó a sus labios y lo besó suavemente.



   —Quiero verte la verga, Gino.



   El muchacho no dudó en obedecer y sacó su pene grande y hermoso. Jessica a luz de la luna se fijó cómo le brotaban las venas, y vio la punta brillante que parecía llamarla, no se aguantó las ganas y se inclinó, dándole un tierno chuponcito, y él se quejó, Jessica sonrió y regresó a buscar su boca.



   —Chupa mi pene.



   Entonces ella volvió a inclinarse sobre la verga dándole unas lamidas desde la base a la punta, luego empezó a meter la lengua en la ranura de la cabeza, con cuidado le sacó los testículos y se metió uno en la boca chupándole, hasta que de Gino salió un gemido, Jessica se sacó el que tenía en la boca, para empezar a chupar el otro, mientras con una de las manos le sobaba la polla, hasta que volvió a gemir, decidió que era tiempo de chuparle otra vez la punta de la verga, así que con la mano la dirigió hacia su boca y le dio un corto chuponcito lo que le permitió saborear su liquido preseminal, lo que le aumentó el apetito de saborear su semen, a pesar de estar repleta del néctar de Iván.



   Decidida a no desperdiciar ni una gota de aquella lefa Jessica empezó a chupar con frenesí y desde su posición alzaba la mirada y veía la cara de placer que Gino tenía. Él también la ayudaba con la nuca y Jessica continuaba su faena con esa hermosa tranca entrando y saliendo de su boca, cada vez más rápido. Con una de sus manos sobaba sus pelotas.



   —Ya... Me... Me voy a correr.



   Gino empezó a gemir, al tiempo que eyaculaba, Jessica le apretó fuertemente los testículos y así recibio ese néctar que tanto deseaba. Sintió como la boca se le llenaba de semen y cuando no pudo aguantar más se lo tragó de una sola bocanada.



   Efectivamente no dejó caer ni una sola gota de semen, se lo tragó todo, para esa noche tenía un extraño sabor entre cítrico y amargo, pero a Jessica le fascinó ese liquido espeso, cremoso y caliente que acababa de salir de las entrañas de tan buen macho, también le gustó ver la cara de éxtasis del fugaz amante, él se inclinó y le dio un beso.



   —Te quiero penetrar —le dijo en un susurro.



   —No es el momento —indicó Jessica, estaba más que saciada su hambre sexual aquella noche.



   Pero a Gino no le importó sólo quería penetrar a la sexy mujer de su padre que se atrevió a buscarlo en su habitación.



   —Será mejor que cooperes o le diré a papá lo puta que resultaste.



   Jessica sonrió y se le quedó mirando.



   —Puta pero también te gusto.



   —Quiero que seas mia. Te dejaré muy satisfecha.



   Jessica le dirigió una mirada mordaz y Gino se abrió de piernas invitándola a clavarle su miembro en lo más profundo de ella.



¡PUUUUMP!



   Sonó el puñetazo que la mujer le clavó en la entrepierna. Sus gónadas rebotaron haciéndole exclamar.



—¡OOOOHHHHHHH!



   Gino se quedó sin aliento y con el cerebro revuelto; su cuerpo quedó petrificado. solo sentía olas de dolor desde su entrepierna.



   Por un rato sólo quería sexo con esa mujer y en menos de cinco segundos había desbaratado sus ganas.



   Un nuevo puñetazo le hizo torcer los ojos.


   —Escucha muy bien, de ahora en adelante seré yo la que diga cuando tú y yo tendremos sexo. No cuando lo ordenes... Aunque...



   Gino la miró a los ojos entendiendo sus frases.



   —Quizás una competencia entre tú y tu padre ayude a decidirme quien de ustedes es digno de ganar placer conmigo.



   Un nuevo puñetazo comprimió los huevotes de Gino contra su hueso pelvico.



   Gino movió las manos para cubrir su lastimada hombría pero la mano izquierda de Jessica se apoderó de sus huevas.



   —¡SUEL… TA… ME… LAS!



   Las uñas de la mujer se clavaron profundo en su sensible escroto, haciéndolo rugir.



   —¡AAARRGGGGGGGG



   —Ayudame a decidir... ¿con quien me quedo? ¿Tu padre o tú?



   Gino guardó silencio lo que le dio al Ky transformado en mujer las fuerzas para dar un fuerte tirón hacia abajo, alargando el escroto casi hasta las rodillas.



   Una línea de saliva salió de la boca de Gino mientras sus ojos se torcieron volviéndose blancos.



   —¿No me responderás? Que tristeza por ti. Tendré que decidirme por Iván.



   Jessica liberó las bolas de Gino.



   Los ojos del muchacho volvieron a enfocarse mientras se cubría los testículos y se acurrucaba en posición fetal.



   —Ay me duelen mis bolas.



   Jessica emitió una sonrisa burlona. Luego dijo:



   —Parece que tu papá tiene más huevas que tú, por eso mejor lo prefiero a él.



   Dicho eso la mujer dio media vuelta y abandonó la habitación para irse a acurrucar con un durmiente Iván mientras el pobre Gino tardó una hora en aliviar su dolor de huevos. En el transcurso también sintió cansancio y durmió tan pronto cuando el dolor desapareció.

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