SEXO HETEROSEXUAL
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
SEXO HOMOSEXUAL
Tras salir victorioso de la pelea contra su medio hermano Marlon caminó a lo largo de un pasillo hasta cruzar una puerta. Que se cerró sola y bajo llave, ahà dentro sus ojos se encontraron con los de una mujer, era bien parecida y de cabellos negros, usaba una bata blanca que le daba un elegante aspecto profesional. Debia tener mas de 37 años.
āĀæQuien es usted y quĆ© hace aquĆ? āĆ©l preguntóā. ĀæHasta cuando todo esto?
āToma asiento, Marlon, todas tus dudas serĆ”n despejadas. Vaya, eres muy parecido a tu padre solo espero que no hayas heredado su nivel de cinismo.
āĀæA quĆ© se refiere? āconsultó Marlon ocupando el Ćŗnico asiento que habĆa en la sala se sentĆa cansado y le dolĆan los testĆculos tras el combateā. ĀæCómo estĆ” Ć©l? Quiero verlo.
āShhh āla mujer colocó su dedo Ćndice sobre los labios del muchacho se veĆa seductoraā. Ćl por el momento estĆ” bien. Hoy resultaste ganador, asĆ que debo consentirte y tratarte como un rey, por ello fuiste mucho mejor que tu hernano Hiram y lo prometido es una deuda que yo debo pagar.
La mujer se enderezó procurando sacar hacia el frente sus senos voluminosos. Lo miro con cariño y Marlon tragó saliva sin poder controlar su instinto viril.
āNo lo negarĆ© mi bello muchacho. Todo esto inició como una venganza contra tu padre.
āĀæContra mi padre? ĀæContra Ć©l? ĀæY quĆ© tengo que ver yo en todo esto? ĀæEl mundo quĆ© tiene de culpa? AhĆ afuera miles de personas estĆ”n muriendo.
āLo sĆ© y toda la cura a eso estĆ” aquĆ.
Sin titubear, la mujer estiró un brazo y alcanzó su paquete. Con aquella sensación la sangre empezó a calentarse en todo su cuerpo. Bajó su ropa interior. Frente a los ojos de la mujer quedó desnuda la hermosa verga del varón que ya habĆa alcanzado una dureza impresionante. Sin mas, la tomó entre sus manos. Fijó la mirada y disfrutó su belleza: La cabeza era enorme, la base del tronco estaba forrada de venas chicas y grandes. HabĆa una que casi parecĆa un nervio, corrĆa a todo lo largo por la parte superior. Al palpitar, parecĆa que reventarĆa la piel que la cubrĆa. Era una versión joven del guapo falo de su padre pensó la mujer.
āJorge fue mi novio ādeclaróā, y tu padre me jodió la vida con su cinismo. Es un desgraciado de primera, me engañó a mi y ha varias mujeres, incluyendo a tu madre, Āæu olvidas que te abandonó con el nacimiento de Hiram? Es un patĆ”n que no puede ver una mujer porque la persigue.
Sin demora, la mujer tomó con una mano ese pedazo de carne que hervĆa de deseos de ser acariciado. Lo masturbó por unos segundos y en seguida acercó la cara hasta que sus labios lograron contacto con la piel de su glande. Besó ese hermoso pene con vehemencia. Desde la cabeza hasta la base. Al llegar a los testĆculos, sacó la lengua y se dedicó a lamerlos con la suavidad que necesitaban mientras los masajeaba con las manos. La excitación iba in-crescendo. Con sus manos, Marlon colocó los cabellos de la mujer detrĆ”s de su nuca. Ella lo oĆa gemir y tambiĆ©n gemĆa con Ć©l.
La mujer se dirigió al glande, con una piel tan suave y tersa pero caliente. Frotó la lengua repetidamente alrededor del ojillo, mientras las manos se entretenĆan con el resto del tronco y los huevos.
En breves momentos la mujer tomó el glande con la boca y empezó a introducir en ella el resto de tan suculento miembro. Mientras la sacaba y metĆa de su boca con los movimientos de la cabeza, lengüeteaba esa fina y tibia piel. Por fin abrió la boca completamente y enterró hasta la garganta.
Al sacarla, la ensalivó y con delicadeza la succionó con los labios puestos en forma de "O". La retuvo por unos momentos y mientras la succionaba y acariciaba con la lengua, la misteriosa mujer movĆa la cabeza en cĆrculos. Marlon se retorcĆa de placer. PodĆa oĆr su respiración agitada. PodĆa sentir todo su cuerpo estremecerse. Sentirlo arder la excitaba mĆ”s. La mezcla de la saliva y el lĆquido preseminal escurrĆa por todo lo largo del tronco hasta sus testĆculos.
āEres mejor que tu papĆ”, cariƱo, eso juralo.
Con precisión abrió la boca y de un golpe tragó hasta tener aquella carnosa espada enterrada hasta la boca del esófago. La sacaba lentamente, y volvĆa a tragar logrando profundas penetraciones. Conforme lo iba sacando, seguĆa saboreando con la lengua su sabor agridulce y acariciĆ”ndolo con todo lo carnoso de sus labios lubricados y sensibles.
āĀæDe quĆ© lado estĆ”n ustedes? āinterrogó Marlon cuando pudo reponerse ante el placer.
āPara lograr nuestro cometido mucha gente tuvo que morir, es cierto, pero al final su semen es bendito y los salvarĆ” a todos.
La mujer guardó silencio y volvió a su faena de chupar con dulzura, a succionar y besar. A ensalivar y frotar la lengua en busca de su salvadora eyaculación, de su lava. Paciente esperaba el momento de su clĆmax, de su erupción de volcĆ”n ardiente.
Alternaba entre masajear sus huevos con las manos y mamar su macana, lamĆa sus testĆculos y lo pajeaba a diferentes ritmos.
Marlon como todo macho se dejó cautivar por el placer carnal, sus manos acariciaban la cabeza de la dama, luego pasó una mano por su espalda para rÔpidamente llegar a los senos que danzaban al ritmo de las embestidas sobre su falo.
Ella al sentir como apretaba con fuerza uno de sus pechos, se estremeció y no pudo evitar gritar del placer. Soltó la verga momentÔneamente para quitarse la bata y desabrocharse la blusa y desprenderse del sostén. Sus tetas flotaron libremente. Le pidio que se colocara de pie.
Marlon la obedeció y se colocó de pie frente a ella mientras la mujer acercaba los senos a la altura de su carne endurecida y babeante. Abrazó su pene con ellos mientras que los movĆa a su alrededor con toda la rapidez que le era posible.
Se veĆan a los ojos.
āTienes que unirte a mi... Tu padre es malo, un desgraciado que usa a las mujeres a su antojo, tĆŗ lo puedes hundir. SabrĆ”s toda la historia. Mi nombre es Oriana.
Oriana se agachó para volver a concentrarse en el falo de Marlon. El muchacho movĆa sus caderas en un vaivĆ©n metiendo y sacando toda su espada en aquella garganta.
De Oriana solamente salĆan algunos sonidos guturales pues la verga sellaba hasta las comisuras de los labios. Una de las manos de Oriana estaba en las nalgas del muchacho, las frotaba y las estrugĆa. Su otra mano estaba en los sacos de sus testĆculos que danzaban y golpeteaban su barbilla.
āĀæQuĆ© te hace pensar que trainicionarĆ© a mi papĆ”?
āYo... Te lo darĆ© todo. Conmigo tendrĆ”s el poder, tenemos el mundo a nuestros pies.
La mujer lo dijo tranquilamente y continuó mamando el pene. AbrĆa la boca y lengüeteaba desde el glande hasta la base.
A sonido de un gemido de Marlon ella continuó mamando incansablemente. Se comĆa toda esa barra sintiendo las venas palpitar entre su lengua y paladar.
Marlon jadeaba y seguĆa embistiĆ©ndola con su verga por la boca. Oriana apresó su polla y la succionó. La chupó y llenó de lengüetazos. La mantuvo en la boca disfrutando cada embestida que el muchacho le daba. Sus jadeos aumentaban. Su falo se endureció mas y sus venas se hincharon, parecĆan que iban a reventar. Sus jadeos dejaron de escucharse pero sus dedos seguĆan cosquilleando la nuca de Oriana.
Las descargas de semen que inundaron su boca fueron enormes. No le dieron abasto para tragar tanto por mas que lo intentara. Por las comisuras de los labios aquella mujer escurrĆa ese lĆquido espeso y caliente mientras que Marlon no dejaba de follarle la boca y ella no dudaba en tragarse la dosis milagrosa de semen.
Oriana se quedó quieta tragĆ”ndose el resto de semen que habĆa en su boca o el que resbalaba por ella. Marlon jadeante y cansado buscó la silla donde quiso reponer energĆas.
āĀæHubieras hecho lo mismo con aquel perdedor? āse referĆa a Hiram.
Oriana le dedicó una mirada escrutadora.
āSĆ. Porque cumplo con mis promesas y dije que el ganador iba a tener libertad.
āĀæEntonces me vas a dejar ir?
Oriana sonrió con malicia.
āCumplo lo que prometo. Pero antes debes saber quien es tu papĆ”. Aquel que tanto hizo sufrir a tu madre, Āærecuerdas?
Marlon recordó aquellas veces que vio llorando a su madre porque Jorge la habĆa engaƱado con otra mujer que esperaba un hijo de Ć©l, Hiram.
Marlon apretó los labios y se preparó a escuchar y analizar.
...
Jorge ajustó su entrepierna. El abogado habĆa sido despojado de sus ataduras aunque seguĆa encerrado, habĆan pasado horas, quizĆ”s dos dĆas desde aquella pelea que fue obligado a ver de sus hijos donde el mayor derrotó al menor, desde entonces desconicĆa el estado de cada uno de ellos. Tenia un calzoncillo azul.
Hubo un ruido justo al lado de Ć©l lo que significaba que estaban abriendo la puerta y tendrĆa visita.
Jorge se dio la vuelta y sonrió débilmente a un hombre alto que pasó junto a él, era el Ôngel mÔs demonio de ese sitio.
El pene de Ćngel se movió dentro de su pantalón, no habĆa por quĆ© negar que el hombre cautivo en aquella celda le atraĆa mucho y ya Jorge se habĆa percatado de ello, era muy obvio.
āĀæDónde estĆ”n mis muchachos? Me han tenido encerrado aquĆ sin contacto con ellos, por favor, dime dónde y como estĆ”n. Hiram, Marlon.
āEllos estĆ”n bien. AĆŗn conservan sus pelotas, en cambio tĆŗ.
Los ojos de Ćngel se posaron en la entrepierna de Jorge. Sus piernas estaban muy separadas y sus genitales llenaban por completo la ropa interior qie tenĆa por el momento.
āTĆŗ y yo podemos llegar a un acuerdo para que me dejes ir con mis hijos.
āEso no āmurmuró Ćngel con disgusto antes de echar su pierna hacia atrĆ”s y patear las huevas de Jorge con fuerza.
Las grandes bolas de Jorge fueron aplastadas contra su cuerpo. Sus ojos se agrandaron y dejó escapar una tos seca. Su cara se contorsionó en agonĆa y sus manos cubrĆeron su entrepierna.
Ćngel envió su pie entre los muslos de Jorge una vez mĆ”s, metiendo sus manos contra sus bolas y provocando un gemido de angustia de Ć©l.
āQuisiera considerar tu oferta, Jorge, porque me da una pena triturar tus bolas. Pero a fin de cuenta no serĆ”n para mi, sino para la primera fea que te guste.
Alcanzó entre los muslos extendidos de Jorge y tocó su gran erección.
āY estĆ”s muy bien dotado pero solo satisfaces mujeres. AsĆ que si te ayudo a salir yo no tendrĆ© ningĆŗn beneficio a cambio āmurmuró antes de meter la mano dentro de la ropa interior de Jorge y envolverla alrededor de su escroto.
āNo, por favor āgimió Jorge cuando los fuertes dedos de Ćngel se cerraron alrededor del cuello de su saco.
Ćngel lo fulminó con la mirada. Sin una palabra, jaló a Jorge por sus bolas.
Jorge gritó cuando Ćngel lo tiró al suelo donde se acurrucó de dolor, agarrando sus gónadas doloridas.
Ćngel se paró detrĆ”s de Ć©l y pateó sus huevos con fuerza, haciendo que gritara a todo pulmón.
Ćngel se rió. Su pene se endureció dentro de su pantalón HabĆa algo muy excitante en llenar de dolor a Jorge por sus bolas.
Jorge dejó escapar un gemido y miró a Ćngel, agarrando su entrepierna.
āTe lo suplico, ya dĆ©jame libre.
Ćngel se agacho, lo dominó y le bajó la ropa interior revelando una erección y las dos gónadas grandes y colgantes.
Con una burla Ćngel estiró la mano entre los muslos y agarró sus pelotas con un agarre rudo.
Jorge gritó y estirando sus huevas Angel hizo que se colocara de pie, de puntillas y lo hizo caminar por la habitación hasta que Ćngel encontró lo que estaba buscando: la cama que le habĆan concedido para su descanso y llenado de bolas.
Ćngel lo miró fijamente. Luego golpeó con fuerza sus testiculos.
Jorge gritó en agonĆa, su rostro estaba mojado de sudor y contorsionado de dolor. Se quiso defender y en un rĆ”pido intento golpeó las bolas de Ćngel.
āĀ”Ay, hijo de puta te arrepentirĆ”s!
Ćngel agarró sus cojones por puro reflejo aunque el golpe no habĆa sido duro, seguido propinó una fuerte bofetada a Jorge.
Jorge dejó escapar un gruƱido indefenso mientras Ćngel se apresuraba en quitarse el pantalón para luego sentarse a horcajadas sobre su cadera y se empaló con su gran polla.
āOhhh āgimió Ćngel mientras se deslizaba dentro del pene de Jorge adecuĆ”ndose a Ć©l.
Jorge observó como Ćngel comenzó a rebotar arriba y abajo sobre su gran polla.
Inmediatamente las manos de Jorge se colocaron en la cadera de Ćngel mientras lo follaba cada vez mĆ”s fuerte, golpeando su cuerpo contra el suyo, provocando quejidos agudos y gemidos de placer
De vez en cuando, Ćngel extendió la mano para golpear las bolas de Jorge.
Por momentos los dos gemĆan.
La respiración de Jorge se aceleró y sus embestidas se hicieron cada vez mÔs rÔpidas.
Con un gruƱido profundo y bajo, Ćngel derramó su primer chorro de semen sobre la cara de Jorge que se fue llenando de crema espesa y salada.
Ćngel se rió mientras la cara de Jorge estaba cubierta de su propio semen.
Jorge comenzó a respirar pesadamente.
Como pudo Ćngel pasó su mano sobre el pecho de Jorge.
Con un fuerte gruƱido Jorge derramó su semen en las entraƱas de Ćngel quedando este satisfecho de su apetito sexual aunque con remordimientos de la terrible condena que tenĆan los testĆculos de Jorge en aquel lugar.
«Aunque es heterosexual» pensó mientras tomaba distancia viéndolo retozar sobre la cama.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario