Donantes (8/10): Un hombre malo - Las Bolas de Pablo

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7 dic 2018

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Donantes (8/10): Un hombre malo

CONTIENE:
SEXO HETEROSEXUAL
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
SEXO HOMOSEXUAL
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   Tras salir victorioso de la pelea contra su medio hermano Marlon caminó a lo largo de un pasillo hasta cruzar una puerta. Que se cerró sola y bajo llave, ahĆ­ dentro sus ojos se encontraron con los de una mujer, era bien parecida y de cabellos negros, usaba una bata blanca que le daba un elegante aspecto profesional. Debia tener mas de 37 aƱos.


   ā€”ĀæQuien es usted y quĆ© hace aquĆ­? —él preguntó—. ĀæHasta cuando todo esto?



   ā€”Toma asiento, Marlon, todas tus dudas serĆ”n despejadas. Vaya, eres muy parecido a tu padre solo espero que no hayas heredado su nivel de cinismo.



   ā€”ĀæA quĆ© se refiere? —consultó Marlon ocupando el Ćŗnico asiento que habĆ­a en la sala se sentĆ­a cansado y le dolĆ­an los testĆ­culos tras el combate—. ĀæCómo estĆ” Ć©l? Quiero verlo.



   ā€”Shhh —la mujer colocó su dedo Ć­ndice sobre los labios del muchacho se veĆ­a seductora—. Ɖl por el momento estĆ” bien. Hoy resultaste ganador, asĆ­ que debo consentirte y tratarte como un rey, por ello fuiste mucho mejor que tu hernano Hiram y lo prometido es una deuda que yo debo pagar.



   La mujer se enderezó procurando sacar hacia el frente sus senos voluminosos. Lo miro con cariƱo y Marlon tragó saliva sin poder controlar su instinto viril.



   ā€”No lo negarĆ© mi bello muchacho. Todo esto inició como una venganza contra tu padre.



   ā€”ĀæContra mi padre? ĀæContra Ć©l? ĀæY quĆ© tengo que ver yo en todo esto? ĀæEl mundo quĆ© tiene de culpa? AhĆ­ afuera miles de personas estĆ”n muriendo.



   ā€”Lo sĆ© y toda la cura a eso estĆ” aquĆ­.


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   Sin titubear, la mujer estiró un brazo y alcanzó su paquete. Con aquella sensación la sangre empezó a calentarse en todo su cuerpo. Bajó su ropa interior. Frente a los ojos de la mujer quedó desnuda la hermosa verga del varón que ya habĆ­a alcanzado una dureza impresionante. Sin mas, la tomó entre sus manos. Fijó la mirada y disfrutó su belleza: La cabeza era enorme, la base del tronco estaba forrada de venas chicas y grandes. HabĆ­a una que casi parecĆ­a un nervio, corrĆ­a a todo lo largo por la parte superior. Al palpitar, parecĆ­a que reventarĆ­a la piel que la cubrĆ­a. Era una versión joven del guapo falo de su padre pensó la mujer.



   ā€”Jorge fue mi novio —declaró—, y tu padre me jodió la vida con su cinismo. Es un desgraciado de primera, me engañó a mi y ha varias mujeres, incluyendo a tu madre, Āæu olvidas que te abandonó con el nacimiento de Hiram? Es un patĆ”n que no puede ver una mujer porque la persigue.


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   Sin demora, la mujer tomó con una mano ese pedazo de carne que hervĆ­a de deseos de ser acariciado. Lo masturbó por unos segundos y en seguida acercó la cara hasta que sus labios lograron contacto con la piel de su glande. Besó ese hermoso pene con vehemencia. Desde la cabeza hasta la base. Al llegar a los testĆ­culos, sacó la lengua y se dedicó a lamerlos con la suavidad que necesitaban mientras los masajeaba con las manos. La excitación iba in-crescendo. Con sus manos, Marlon colocó los cabellos de la mujer detrĆ”s de su nuca. Ella lo oĆ­a gemir y tambiĆ©n gemĆ­a con Ć©l.



   La mujer se dirigió al glande, con una piel tan suave y tersa pero caliente. Frotó la lengua repetidamente alrededor del ojillo, mientras las manos se entretenĆ­an con el resto del tronco y los huevos.



   En breves momentos la mujer tomó el glande con la boca y empezó a introducir en ella el resto de tan suculento miembro. Mientras la sacaba y metĆ­a de su boca con los movimientos de la cabeza, lengüeteaba esa fina y tibia piel. Por fin abrió la boca completamente y enterró hasta la garganta.



   Al sacarla, la ensalivó y con delicadeza la succionó con los labios puestos en forma de "O". La retuvo por unos momentos y mientras la succionaba y acariciaba con la lengua, la misteriosa mujer movĆ­a la cabeza en cĆ­rculos. Marlon se retorcĆ­a de placer. PodĆ­a oĆ­r su respiración agitada. PodĆ­a sentir todo su cuerpo estremecerse. Sentirlo arder la excitaba mĆ”s. La mezcla de la saliva y el lĆ­quido preseminal escurrĆ­a por todo lo largo del tronco hasta sus testĆ­culos.



   ā€”Eres mejor que tu papĆ”, cariƱo, eso juralo.



   Con precisión abrió la boca y de un golpe tragó hasta tener aquella carnosa espada enterrada hasta la boca del esófago. La sacaba lentamente, y volvĆ­a a tragar logrando profundas penetraciones. Conforme lo iba sacando, seguĆ­a saboreando con la lengua su sabor agridulce y acariciĆ”ndolo con todo lo carnoso de sus labios lubricados y sensibles.



   ā€”ĀæDe quĆ© lado estĆ”n ustedes? —interrogó Marlon cuando pudo reponerse ante el placer.



   ā€”Para lograr nuestro cometido mucha gente tuvo que morir, es cierto, pero al final su semen es bendito y los salvarĆ” a todos.



   La mujer guardó silencio y volvió a su faena de chupar con dulzura, a succionar y besar. A ensalivar y frotar la lengua en busca de su salvadora eyaculación, de su lava. Paciente esperaba el momento de su clĆ­max, de su erupción de volcĆ”n ardiente.



   Alternaba entre masajear sus huevos con las manos y mamar su macana, lamĆ­a sus testĆ­culos y lo pajeaba a diferentes ritmos.



   Marlon como todo macho se dejó cautivar por el placer carnal, sus manos acariciaban la cabeza de la dama, luego pasó una mano por su espalda para rĆ”pidamente llegar a los senos que danzaban al ritmo de las embestidas sobre su falo.



   Ella al sentir como apretaba con fuerza uno de sus pechos, se estremeció y no pudo evitar gritar del placer. Soltó la verga momentĆ”neamente para quitarse la bata y desabrocharse la blusa y desprenderse del sostĆ©n. Sus tetas flotaron libremente. Le pidio que se colocara de pie.



   Marlon la obedeció y se colocó de pie frente a ella mientras la mujer acercaba los senos a la altura de su carne endurecida y babeante. Abrazó su pene con ellos mientras que los movĆ­a a su alrededor con toda la rapidez que le era posible.



   Se veĆ­an a los ojos.



   ā€”Tienes que unirte a mi... Tu padre es malo, un desgraciado que usa a las mujeres a su antojo, tĆŗ lo puedes hundir. SabrĆ”s toda la historia. Mi nombre es Oriana.



   Oriana se agachó para volver a concentrarse en el falo de Marlon. El muchacho movĆ­a sus caderas en un vaivĆ©n metiendo y sacando toda su espada en aquella garganta.



   De Oriana solamente salĆ­an algunos sonidos guturales pues la verga sellaba hasta las comisuras de los labios. Una de las manos de Oriana estaba en las nalgas del muchacho, las frotaba y las estrugĆ­a. Su otra mano estaba en los sacos de sus testĆ­culos que danzaban y golpeteaban su barbilla.



   ā€”ĀæQuĆ© te hace pensar que trainicionarĆ© a mi papĆ”?



  —Yo... Te lo darĆ© todo. Conmigo tendrĆ”s el poder, tenemos el mundo a nuestros pies.



   La mujer lo dijo tranquilamente y continuó mamando el pene. AbrĆ­a la boca y lengüeteaba desde el glande hasta la base.



   A sonido de un gemido de Marlon ella continuó mamando incansablemente. Se comĆ­a toda esa barra sintiendo las venas palpitar entre su lengua y paladar.



   Marlon jadeaba y seguĆ­a embistiĆ©ndola con su verga por la boca. Oriana apresó su polla y la succionó. La chupó y llenó de lengüetazos. La mantuvo en la boca disfrutando cada embestida que el muchacho le daba. Sus jadeos aumentaban. Su falo se endureció mas y sus venas se hincharon, parecĆ­an que iban a reventar. Sus jadeos dejaron de escucharse pero sus dedos seguĆ­an cosquilleando la nuca de Oriana. 

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   Las descargas de semen que inundaron su boca fueron enormes. No le dieron abasto para tragar tanto por mas que lo intentara. Por las comisuras de los labios aquella mujer escurrĆ­a ese lĆ­quido espeso y caliente mientras que Marlon no dejaba de follarle la boca y ella no dudaba en tragarse la dosis milagrosa de semen.



   Oriana se quedó quieta tragĆ”ndose el resto de semen que habĆ­a en su boca o el que resbalaba por ella. Marlon jadeante y cansado buscó la silla donde quiso reponer energĆ­as.



   ā€”ĀæHubieras hecho lo mismo con aquel perdedor? —se referĆ­a a Hiram.



   Oriana le dedicó una mirada escrutadora.



   ā€”SĆ­. Porque cumplo con mis promesas y dije que el ganador iba a tener libertad.



   ā€”ĀæEntonces me vas a dejar ir?



   Oriana sonrió con malicia.



   ā€”Cumplo lo que prometo. Pero antes debes saber quien es tu papĆ”. Aquel que tanto hizo sufrir a tu madre, Āærecuerdas?



   Marlon recordó aquellas veces que vio llorando a su madre porque Jorge la habĆ­a engaƱado con otra mujer que esperaba un hijo de Ć©l, Hiram.



   Marlon apretó los labios y se preparó a escuchar y analizar.



...


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   Jorge ajustó su entrepierna. El abogado habĆ­a sido despojado de sus ataduras aunque seguĆ­a encerrado, habĆ­an pasado horas, quizĆ”s dos dĆ­as desde aquella pelea que fue obligado a ver de sus hijos donde el mayor derrotó al menor, desde entonces desconicĆ­a el estado de cada uno de ellos. Tenia un calzoncillo azul.



   Hubo un ruido justo al lado de Ć©l lo que significaba que estaban abriendo la puerta y tendrĆ­a visita.



   Jorge se dio la vuelta y sonrió dĆ©bilmente a un hombre alto que pasó junto a Ć©l, era el Ć”ngel mĆ”s demonio de ese sitio.



   El pene de Ɓngel se movió dentro de su pantalón, no habĆ­a por quĆ© negar que el hombre cautivo en aquella celda le atraĆ­a mucho y ya Jorge se habĆ­a percatado de ello, era muy obvio.



   ā€”ĀæDónde estĆ”n mis muchachos? Me han tenido encerrado aquĆ­ sin contacto con ellos, por favor, dime dónde y como estĆ”n. Hiram, Marlon.



   ā€”Ellos estĆ”n bien. AĆŗn conservan sus pelotas, en cambio tĆŗ.



   Los ojos de Ɓngel se posaron en la entrepierna de Jorge. Sus piernas estaban muy separadas y sus genitales llenaban por completo la ropa interior qie tenĆ­a por el momento.



   ā€”TĆŗ y yo podemos llegar a un acuerdo para que me dejes ir con mis hijos.



   ā€”Eso no –murmuró Ɓngel con disgusto antes de echar su pierna hacia atrĆ”s y patear las huevas de Jorge con fuerza.



   Las grandes bolas de Jorge fueron aplastadas contra su cuerpo. Sus ojos se agrandaron y dejó escapar una tos seca. Su cara se contorsionó en agonĆ­a y sus manos cubrĆ­eron su entrepierna.



   Ćngel envió su pie entre los muslos de Jorge una vez mĆ”s, metiendo sus manos contra sus bolas y provocando un gemido de angustia de Ć©l.



   ā€”Quisiera considerar tu oferta, Jorge, porque me da una pena triturar tus bolas. Pero a fin de cuenta no serĆ”n para mi, sino para la primera fea que te guste.



   Alcanzó entre los muslos extendidos de Jorge y tocó su gran erección.



   ā€”Y estĆ”s muy bien dotado pero solo satisfaces mujeres. AsĆ­ que si te ayudo a salir yo no tendrĆ© ningĆŗn beneficio a cambio —murmuró antes de meter la mano dentro de la ropa interior de Jorge y envolverla alrededor de su escroto.

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   ā€”No, por favor —gimió Jorge cuando los fuertes dedos de Ɓngel se cerraron alrededor del cuello de su saco.



   Ćngel lo fulminó con la mirada. Sin una palabra, jaló a Jorge por sus bolas.



   Jorge gritó cuando Ɓngel lo tiró al suelo donde se acurrucó de dolor, agarrando sus gónadas doloridas.



   Ćngel se paró detrĆ”s de Ć©l y pateó sus huevos con fuerza, haciendo que gritara a todo pulmón.



   Ćngel se rió. Su pene se endureció dentro de su pantalón HabĆ­a algo muy excitante en llenar de dolor a Jorge por sus bolas.



   Jorge dejó escapar un gemido y miró a Ɓngel, agarrando su entrepierna.



   ā€”Te lo suplico, ya dĆ©jame libre.



   Ćngel se agacho, lo dominó y le bajó la ropa interior revelando una erección y las dos gónadas grandes y colgantes.



   Con una burla Ɓngel estiró la mano entre los muslos y agarró sus pelotas con un agarre rudo.



   Jorge gritó y estirando sus huevas Angel hizo que se colocara de pie, de puntillas y lo hizo caminar por la habitación hasta que Ɓngel encontró lo que estaba buscando: la cama que le habĆ­an concedido para su descanso y llenado de bolas.



   Ćngel lo miró fijamente. Luego golpeó con fuerza sus testiculos.



   Jorge gritó en agonĆ­a, su rostro estaba mojado de sudor y contorsionado de dolor. Se quiso defender y en un rĆ”pido intento golpeó las bolas de Ɓngel.


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   ā€”Ā”Ay, hijo de puta te arrepentirĆ”s!



   Ćngel agarró sus cojones por puro reflejo aunque el golpe no habĆ­a sido duro, seguido propinó una fuerte bofetada a Jorge.



   Jorge dejó escapar un gruƱido indefenso mientras Ɓngel se apresuraba en quitarse el pantalón para luego sentarse a horcajadas sobre su cadera y se empaló con su gran polla.



   ā€”Ohhh —gimió Ɓngel mientras se deslizaba dentro del pene de Jorge adecuĆ”ndose a Ć©l.



   Jorge observó como Ɓngel comenzó a rebotar arriba y abajo sobre su gran polla.



   Inmediatamente las manos de Jorge se colocaron en la cadera de Ɓngel mientras lo follaba cada vez mĆ”s fuerte, golpeando su cuerpo contra el suyo, provocando quejidos agudos y gemidos de placer



   De vez en cuando, Ɓngel extendió la mano para golpear las bolas de Jorge.



   Por momentos los dos gemĆ­an.



   La respiración de Jorge se aceleró y sus embestidas se hicieron cada vez mĆ”s rĆ”pidas.



   Con un gruƱido profundo y bajo, Ɓngel derramó su primer chorro de semen sobre la cara de Jorge que se fue llenando de crema espesa y salada.



   Ćngel se rió mientras la cara de Jorge estaba cubierta de su propio semen.



   Jorge comenzó a respirar pesadamente.



   Como pudo Ɓngel pasó su mano sobre el pecho de Jorge.



   Con un fuerte gruƱido Jorge derramó su semen en las entraƱas de Ɓngel quedando este satisfecho de su apetito sexual aunque con remordimientos de la terrible condena que tenĆ­an los testĆ­culos de Jorge en aquel lugar.


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   Ā«Aunque es heterosexualĀ» pensó mientras tomaba distancia viĆ©ndolo retozar sobre la cama.

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