CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
-SEXO HOMOSEXUAL
Parte 2/3
Bruno llegaba a su casa tras una jornada nocturna cazando Ky el resultado fue la muerte de cuatro de ellos, uno masculino y tres damas. La madrugada transcurrió lenta y con un frío aire.
Vestía con el uniforme de policia de raso negro, el chaleco cubría su pecho y vaya que lo protegía muy bien ya que en los últimos días había sido víctima de atentados de parte de Ky que lo quisieron seducir y asesinar por suerte contó con la ayuda de compañeros oficiales que lo defendieron, Victor era muy bueno eliminando Ky. Cuando le relató lo ocurrido a Rómulo él se preocupó mucho.
Pero ya era hora de descansar llegaría a su gran casa y disfrutaría de dos días libre con su pareja. Al ingresar fue recibido por Rómulo que lo saludó con un beso y un abrazo.
—¿Cómo te fue?
—Muy ajetreado. Pudimos dar de baja a algunos Ky. Otra vez estuve en peligro de muerte.
Rómulo se le quedó mirando.
—Cada vez son más constantes los ataques hacia ti.
—Hey sí —se rió Bruno—. Voy a pensar que me quieren eliminar, vas a quedarte viudo antes de tiempo —acarició el fuerte muslo de Rómulo sin embargo este lo miró preocupado—. A Victor lo han atacado en dos ocasiones en su departamento y le han robado el semen —se rió—. Imagina que lo quieran hacer con nosotros, creo que no podrían robarnos nada —le guiñó un ojo—, ya entiendes.
Rómulo hizo una media sonrisa.
—Los Ky son malos muchos querrán usarte y después asesinarte. ¿No te has preguntado por qué no han venido a atacarte? ¿O atacarnos? Teniendo una casa tan grande y con mucho acceso.
Victor lo pareció reflexionar puesto los ataques que ya habían tenido varios de sus compañeros en la estación policial.
—Quizás ha sido suerte.
—No, veo con preocupación que cada vez más intentan matarte los Ky en los operativos. Y sé el por qué, fui amenazado al no decirte la verdad, me quieren chantajear.
—¿Qué dices? ¿Quien?
Rómulo lo miró al rostro y tragando saliva preso del nerviosismo confesó:
—¿Qué? ¿Qué dices?
—Soy un Ky, no hago el mal, los odio por convertirme en uno de ellos, no soy malo.
—¿Qué es esto, Rómulo? ¿A caso bromeas?
—Te digo nada más que la verdad. Soy centenario, soy un Ky. Cada uno de ellos desarrolla un poder extraordinario. Mira esto...
Las uñas de sus manos empezaron a crecer largas, afiladas y de un material cortante donde Bruno se le quedó mirando consternado no lo dejó terminar cuando saltó sobre él logrando dominarlo esposándole las manos a la espalda.
Hizo que Rómulo se sentara en uno de los muebles y ató sus piernas a las patas de la silla después ató una soga alrededor de su cuello.
—Quieres decir que todo este tiempo estuve teniendo sexo con un asqueroso Ky. Eso lo explica todo, mi deseo sexual permanente por ti, el cansacio después de tener relaciones... No se debía a que estaba cansado por el trabajo como asegurabas... Maldito Ky —desenfundó su arma y apuntó a Rómulo.
—Espera, Bruno, no dispares. Antes debes escucharme, si lo quieres hacer después está bien, sería un honor morir por ti pero primero debes oírme. Te amo, nunca quise el mal para ti y si estaba contigo es por tu persona y no por el dinero que tienes como tu ex policía.
—CALLATE Y NO LO METAS EN ESTO SUCIO KY. TODO ESTE TIEMPO ME ENGAÑASTE Y AHORA LO ENTIENDO TODO.
—¿Y QUÉ QUERÍAS? ¿QUE TE DIJERA LA VERDAD PARA QUE ACTUARAS ASÍ? ME ENAMORÉ DE TI, LO QUE SIENTO HACIA TU PERSONA ES REAL. JAMÁS ABUSÉ DE TI.
—¿Que no abusaste de mi? ¿Y las relaciones sexuales qué? Siempre robaste mis energías. Sabías muy bien lo que hacías. Dormí todo este tiempo con el enemigo.
Bruno se inclinó hacia delante y envolvió sus dedos alrededor de los testículos de Rómulo.
El Ky se quedó sin aliento.
—¿Hasta cuando ibas a mantener este estúpido engaño? —preguntó Bruno, apretando las gónadas con fuerza.
Rómulo dejó escapar un chillido.
—¡Tenía miedo de que actuaras asi! ¡No soy como ellos!
Bruno soltó las bolas de Rómulo y asintió lentamente. Tragó saliva, bajando los ojos a la entrepierna de Rómulo. Su verga estaba dura como roca y apuntaba hacia arriba marcándose dentro del pantalón como un gran tubo grueso de carne.
Rómulo se quedó callado haciendo por primera vez en mucho tiempo su poder de Ky dobre Bruno, en verdad lo amaba y no quería morir después de todo. Rómulo había creado hambre de sexo en Bruno y ello se mostraba en sus ojos mientras miraba su enorme herramienta y pensaba en toda la esperma contenida dentro de sus enormes bolas.
Bruno soltó el arma y se inclinó hacia delante abriendo la cremallera del pantalón para sacar un pene blanco y con cabeza de hongo. Tocó la punta húmeda de la polla con la lengua.
Rómulo dejó escapar un suave gemido. Su pene se crispó de emoción.
Bruno estaba hechizado y callado mientras saboreaba el líquido salado de Rómulo en su boca. Sacó la lengua y corrió por el falo como si estuviera lamiendo una paleta. Cuando llegó a la cabeza, envolvió sus cálidos labios alrededor de ella, haciendo que Rómulo gimiera de placer.
—¡Oh, sí! No pares mi amor y hazlo como sólo tú lo sabes hacer.
Bruno levantó la cabeza y golpeó las bolas de Rómulo con fuerza.
El Ky dejó escapar un grito.
Su polla se contraía y palpitaba.
Una vez más, Bruno golpeó las huevas, provocando otro grito angustiado de Rómulo.
Con el Ky retorciéndose en la silla, luchando contra sus restricciones, Bruno tomó distancia y recogió la pistola, el hechizo se había roto y era por el poco uso que Rómulo lo aplicaba en Bruno.
Bruno pegó la punta de su pistola sobre el pene del Ky.
—No, Bruno, no. Piensa en nosotros. Yo siempre te hice feliz, te traté bien. No quiero morir la verdad.
Rómulo se movió desesperados en la silla.
Bruno estaba callado y preparó su arma para acabar de una vez por todas con el Ky. La respiración de Rómulo se aceleró.
De repente, Bruno apartó la pistola de la polla de Rómulo. Levantó el pie y pisoteó las bolas de Rómulo, aplastándolas debajo de su suela.
La cara deRómulo se contorsionó en agonía y gritó a todo pulmón.
Bruno volvió a colocar el arma contra la sensible cabeza de la polla de Rómulo, haciéndolo gemir.
Sudor corría por el rostro del Ky.
—Si me vas a matar hazlo ya. Sólo quiero que sepas que nunca fui malo contigo y que te amé de verdad.
Líquido preseminal estaba resbalando por el palpitante falo.
Bruno se lamió los labios. Se inclinó y paseó su lengua por la polla.
—Ohhhhh —gimió Rómulo.
Lentamente, Bruno comenzó a sacudir la polla de Rómulo.
El Ky dejó escapar un largo gemido.
La pistola volvió a escapar de las manos del policía.
Bruno estaba en silencio frotando la enorme polla entre sus manos. Empezó a sacudir el miembro cada vez más rápido.
Romulo gimió de placer. Jadeaba pesadamente. Sus párpados se agitaron. Su polla palpitaba y se retorcía violentamente. Su cuerpo se tensó.
—¡Ohhhhhhhhh!
Bruno volvió a reaccionar sacudiendo la cabeza. De enderezó y colocó el pie sobre los genitales de Rómulo. Presionando sus bolas.
—Después de todo lo que hemos pasado yo no soy capaz de matarte. Me mentiste y de manera cruel —torció el pie como si estuviera apagando un cigarrillo.
Rómulo soltó un gruñido cuando sus bolas fueron aplastadas contra la silla.
—Si quieres seguir con vida será mejor que jamás te atravieses en mi camino porque sí que te mataré —pisoteó con fuerza las bolas llenas de semen de Rómulo haciéndole gritar de dolor—No quiero volver a verte nunca más.
Miró a Rómulo y pisó sus huevos una vez más, aplastándolos debajo de su suela y provocando un angustiado gemido.
Liberó al Ky y le ordenó que se fuera sin recoger sus pertenencias, la benévola alimaña no tuvo más que obedecer en silencio.
Fue una noche larga y triste para ambos.
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