El esclavo (3/5): - Las Bolas de Pablo

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15 feb 2021

El esclavo (3/5):

CONTIENE

BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


La habitaciĆ³n era levemente iluminada. Freddy estaba acompaƱado de Erick. Ambos se veĆ­an desnudos y empapados en sudor. HabĆ­an tenido una rutina de sexo o eso creĆ­a Freddy. Pues su esclavo Erick estaba totalmente aburrido mientras Freddy lo penetraba duramente con su pequeƱa polla.


Freddy el guapo luchador jadeaba mientras sus brazos se sujetaba a la cadera de su joven esclavo. Le follaba el trasero sintiendo como el cuerpo de Erick se abrazaba a su diminuta hombrĆ­a.

Erick, por su parte se balanceaba adelante y atrĆ”s. Sudaba pero se sentĆ­a aburrido sin incluir que minutos antes Freddy le habĆ­a echo una extraƱa sesiĆ³n de tortura, lo habĆ­a azotado con un lĆ”tigo, le ahorcĆ³, golpeĆ³ en los abdominales, testĆ­culos y le aplicĆ³ un poco de cera caliente. Ahora otra fase de la tortura era su intento de penetraciĆ³n con un pene que no daba placer.

—Ah, ah, ah —gemĆ­a Freddy quiĆ©n estaba llegando al punto mĆ”s alto de su clĆ­max—. Ah, ah, ah —sus manos se aferraron a la cadera del joven y sus ojos se volvieron blancos—. Aaaaaaaaaah —su semen saliĆ³ expulsado dentro de Erick. Caliente y muy espeso.

Con una fuerte nalgada que lo hizo rebotar hacia adelante, el robusto Freddy se apartĆ³ de su esclavo. Fue a sentarse en un sillĆ³n con el cuerpo mojado de sudor y el pene todavĆ­a resbalando su salada leche.

Erick se quedĆ³ tendido en la cama, no tenĆ­a permiso de mirarlo al rostro pero como pudo dirigiĆ³ la vista a la entrepierna de Freddy.

«Que polla mĆ”s pequeƱa» enseguida pensĆ³ Erick. TenĆ­a muchĆ­simas ganas de terminar con aquellas humillantes sesiones de Freddy. AdemĆ”s que aquel hombre carecĆ­a de muchos atributos para ser un gran amo. Aquel serĆ­a el Ćŗltimo dĆ­a que estarĆ­a con ese tipo y su chiste de pene.

—Ven aquĆ­ y lame mi verga —dijo Freddy con fuerte voz.

No hubo ninguna respuesta o movimiento de parte del mejor amigo de Pablo.

—¿A caso no oyes? Ven y limpia mi polla con tu boca.

Erick lentamente se puso de pie. Ahora mirando al rostro de su amo.

—¿Te he dicho que me mires, gusano?

—Freddy, eh, creo que deberĆ­amos de vernos hasta hoy. No quiero seguir dentro de esto.

El relajado rostro de Erick cambiĆ³, primero denotĆ³ duda, poco despuĆ©s cambiĆ³ a molestia. Y se levantĆ³ del sillĆ³n con su verga bebĆ© a juego.

—¿QuĆ© dices? Primero no te he dado permiso de mirarme a los ojos, basura —un escupitajo del hombre cayĆ³ al pecho de Erick—, y segundo esto se termina cuando yo diga.

Tras decir eso apuntĆ³ una patada con su pie descalzo a las gĆ³nadas desnudas de Erick. El muchacho dio un brinco cuando ambos testĆ­culos se estrellaron contra su pelvis.

POOOOOOF.

Los huevos sonaron dejando una explosiĆ³n de dolor en todo el cuerpo del joven.

Erick se doblĆ³ con la boca abierta y los ojos grandes como platos.

—Ooooooooooooh —arrullĆ³ el muchacho. Se llevĆ³ las manos a las bolas y mirĆ³ al suelo—. Aaaaaaah —pudo decir con voz suave, su atractivo rostro se doblĆ³ mientras sus ojos se llenaron de lĆ”grimas—. Ay, ay… mis… bolas.

CayĆ³ al suelo apoyĆ”ndose en una mano, pero despuĆ©s no pudo mantenerse y se colocĆ³ en posiciĆ³n fetal. Sintiendo sus bolas palpitar de dolor.

—Ay, ay, ay.

—Esto se termina cuando yo lo diga —afirmĆ³ Freddy con voz fuerte. Se inclinĆ³ jalando la oreja del joven—. ¿Has oĆ­do, perro?

Lo soltĆ³ y la cabeza de Erick golpeĆ³ contra el suelo al mismo tiempo que agarrĆ³ sus doloridas bolas.

Freddy se quedĆ³ mirando al esclavo. Lo tomĆ³ de los tobillos y lo arrastrĆ³.

—¿QuĆ© haces? No, no. Suelta, ¡suelta! ¡NO!

Freddy echĆ³ su pie hacia atrĆ”s y volviĆ³ a patear como pelota de fĆŗtbol los testĆ­culos de su esclavo.

¡AAAAAAAAAAAAAAAH!

Erick se moviĆ³ como serpiente cuando sus bolas se batieron en su escroto tras la patada.

—No quiero continuar en esto —dijo desde el suelo. Su hermoso rostro estaba desfigurado de dolor, situaciĆ³n que excitĆ³ mĆ”s a su amo. 

—Vuelvo a recordarte que esto se acaba cuando yo diga —argumentĆ³ Freddy.

Erick sabĆ­a que estaba fuera de combate. Sus bolas enviaban estĆ­mulos de dolor a todo su cuerpo.

—LevĆ”ntate —le ordenaron con voz fuerte. 

Obediente, sumiso y contradictorio Erick se puso de pie. 

—Abre las piernas en respuesta a tu cobardĆ­a. 

—¿Ah? 

—Abre las piernas, gusano. 

Los consecutivos segundos transcurrieron con el amo pateando el par de huevos de Erick con extrema velocidad. Contra las paredes resonaron los fuertes gritos dolorosos de Erick.

A fuerza de las patadas Erick comenzĆ³ a eyacular. Las gruesas cuerdas de semen cremoso se dispararon hacia arriba logrando llegar hasta la cara y el pecho de Freddy. El esclavo por su parte colapsĆ³ en el suelo en posiciĆ³n fetal.

El amo se tocĆ³ la cara y se limpiĆ³ un poco del semen espeso de Erick con los dedos, era una burla lo que habĆ­a sucedido. Le dio un puntapiĆ© a su esclavo en el trasero.

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