Escrito por: FerchoMX.
Esta es una historia interactiva, tú decides cómo continúa y cómo termina, sin encuestas, los seis posibles finales ya estÔn publicados para que los explores y disfrutes. Elige sabiamente, el futuro de Aarón estÔ en tus manos.
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| Aarón, 24 años |
En aquel tiempo tenĆa una novia llamada Liz, era mĆ”s joven que yo, formaba parte del equipo de karate de su universidad, medĆa 1.70 de estatura, desde pequeƱa entrenó, sin problemas podĆa derribarme y someterme, sin importar que yo fuera un tipo grande, crĆ©anlo, no era que yo se lo permitiera, Liz de verdad sabĆa golpear y patear, las pocas ocasiones en que lleguĆ© a casi someterla aprovechando mi ventaja de tamaƱo y fortaleza de macho, ella atacaba sin piedad la fuente de esa fortaleza y la aplastaba con sus manos, a veces con sus pies.
Sucedió que un ex compaƱero de la universidad llamado JosĆ©, quien practicaba Kung Fu desde los dieciocho, era junto con HĆ©ctor, instructor en una escuela de artes marciales. Su “Shifu” dejaba a cargo de ambos todas las clases y el mantenimiento del lugar. Llegó el dĆa en que JosĆ© se sintió explotado, tras una fuerte discusión con su mentor, decidió dejar la escuela, HĆ©ctor lo siguió, Ć©l era mĆ”s joven que nosotros dos, en ese entonces Ć©l tenĆa veinticuatro aƱos. JosĆ©, a quien por cierto nunca le ha faltado el dinero, rentó un local y abrió su propia escuela, en su bĆŗsqueda de alumnos, recurrió a sus conocidos, fue entonces cuando reconectĆ© con Ć©l y me contó lo que acabo de platicar.
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| Sanda |
Para cuando cerró la escuela de mi amigo un aƱo despuĆ©s, Liz ya habĆa roto conmigo, a pesar de ello, deseaba continuar aprendiendo, asĆ que me metĆ a clases de boxeo y MMA. Con treinta y dos aƱos, yo habĆa ganado mucha masa muscular, fĆsicamente estaba en mi mejor forma. LogrĆ© mantener contacto con HĆ©ctor, no Ć©ramos los grandes amigos, ni nos veĆamos muy seguido, quizĆ” una vez al mes o cada dos meses, este dĆa era una de esas veces, Ć©l vivĆa con sus papĆ”s en un conjunto de departamentos de interĆ©s social, daba clases de educación fĆsica en dos colegios privados, como no tenĆa coche, siempre que salĆamos a beber, me aseguraba de llevarlo sano y salvo hasta su casa.
En cuanto a mĆ, tenĆa mi propio despacho de diseƱo de interiores, hacĆamos remodelaciones, soy Arquitecto, mi trabajo consistĆa en coordinar a los contratistas, albaƱiles y diseƱadores de interiores para que todos nuestros proyectos salieran bien, trabajĆ”bamos para plazas comerciales, restaurantes y algunos hoteles de lujo, dentro de mis planes a mediano plazo estaba el cerrar contratos con cadenas hoteleras, restauranteras y tiendas departamentales a nivel nacional, y ¿por quĆ© no? a nivel región en AmĆ©rica Latina. HabĆamos ganado unos cuantos reconocimientos, nuestro trabajo se publicaba en revistas especializadas, las cosas me habĆan salido bien.
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| Aarón, 26 años |
Soy bisexual, lo asumĆ al cumplir veintidós, aunque no iba por la vida enarbolando mi orientación, quien me conocĆa, lo sabĆa. HabĆa mantenido muchas mĆ”s relaciones con chicas que con chicos, solo habĆa tenido un par de novios, el primero de ellos era un sueƱo hecho realidad, un hombre muy viril y guapo, de piel clara y cabello castaƱo, casi de mi estatura y velludo, se llamaba Fabio, lo conocĆ en la alberca cuando practicaba natación, me sorprendió observĆ”ndolo desnudo mientras se secaba en los vestidores, Ć©l tambiĆ©n me observó y levantó sus cejas de forma coqueta, ese fue el inicio de mi primera relación con otro hombre. Todo iba aparentemente bien entre nosotros, hasta que descubrĆ que seguĆa viĆ©ndose con su ex y mantenĆa relaciones sexuales con Ć©l, a pesar de haberme enojado, en parte lo entendĆa, ambos Ć©ramos activos, asĆ que durante el tiempo que pasamos juntos, nunca hubo penetración, solo frotamiento y sexo oral, mucho sexo oral, tal vez por eso buscó en otro lado lo que no podĆa tener conmigo, me dolió romper con Ć©l, no querĆa, pero tuve que hacerlo, no podĆa pasarlo por alto, siendo honestos, todavĆa le guardaba mucho afecto.
Mi segunda relación con un hombre fue de lo mĆ”s inesperada, porque Ć©l no era mi tipo, era un poco afeminado, no se le notaba a simple vista, se llamaba Cristóbal, fĆsicamente era chaparrito, medĆa 1.65, pero era realmente hermoso. Al igual que yo, era un deportista nato, tenĆa unos enormes ojos que le daban un hipnótico aire de inocencia, era muy lindo, me trataba muy bien y me hacĆa sentir el centro de su mundo, tristemente, con el pasar de los meses, la relación con Cris, se tornó un poco “tóxica”, por llamarla de un modo, empezó a celarme, perseguirme, el apego que sentĆa por mĆ era enfermizo, ya no lo querĆa, me disgustaba su presencia, comencĆ© a poner excusas para no verlo, eso no hizo mĆ”s que empeorar las cosas, cuando rompĆ con Ć©l, armó un dramón y montó un show a las afueras del despacho que de solo recordarlo, sentĆa vergüenza, fue algo muy desagradable.
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| Aarón, entrenando. |
Durante una fiesta de Halloween a la que lo invitĆ© un par de meses atrĆ”s, HĆ©ctor bebió de mĆ”s, a travĆ©s de un juego llamado “Yo nunca” descubrĆ que alguna vez se habĆa llegado a sentir atraĆdo por un hombre y que tambiĆ©n se habĆa besado con uno, contó que fue un error, que en un antro ligó con una chica que resultó ser travesti. Ćl no recordaba nada de lo que confesó aquĆ©lla noche o si lo hacĆa, preferĆa no comentarlo, yo respetaba eso, no era nadie para juzgarlo.
Este dĆa en especial, mientras bebĆamos unas cervezas en aquel bar del centro, me platicó que la próxima semana se mudarĆa a otro estado de la repĆŗblica para trabajar, a su hermano mayor le habĆa ido bien y le consiguió un empleo muy bien pagado, probablemente esta serĆa la Ćŗltima vez que nos verĆamos en mucho tiempo. Al caminar por la calle a las afueras de este bar, escuchĆ© a mis espaldas una voz varonil pronunciar mi nombre, inmediatamente la reconocĆ.
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| Aarón, 32 años |
—Cuatro aƱos –respondĆ en seguida.
—¡Cierto! desde aquella Navidad. Te ves muy bien —dijo barriĆ©ndome con la mirada y apretando mi brazo— ¡uf! realmente muuuy bien, ¿has estado haciendo ejercicio? digo, siempre fuiste fuerte y atlĆ©tico, pero… –sin preguntarme levantó mi playera para meter su mano y frotar mi sólido abdomen— sĆ, has estado haciendo mucho ejercicio, estĆ”s “mamadĆsimo hijo de tu puta madre” y mĆ”s sabroso que nunca ¿quĆ© cuentas?
—Sigo con el despacho, te presento a HĆ©ctor —dije poniendo la mano sobre el hombro de mi compa.
—No, sólo somos amigos. HĆ©ctor, Ć©l es Fabio, fue mi novio hace mucho —puse cierto Ć©nfasis en la palabra “mucho”.
—¿QuĆ© show? —respondió mi compa con una sonrisa. Fabio no le prestó atención, pasó su brazo sobre mis hombros y me dijo casi al oĆdo, pero en tono de voz normal.
—Hay una fiesta en casa de Galo, ¿si te acuerdas de Ć©l? justo voy para allĆ” ¿quieres venir? Vamos güey, va a estar chido.
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| Aarón, 32 años |
—Vamos los tres ¿quĆ© te parece? —propuso Fabio. Ćl estaba igual a como lo recordaba, alto, varonil, con su perfecta barba media, impecablemente recortada, preciosos ojos claros y labios que invitaban a besarlo apasionadamente. FĆsicamente era el hombre mĆ”s guapo que habĆa conocido, una verdadera tentación.
—Yo no puedo, carnal, vayan ustedes —intervino HĆ©ctor, seguramente por su mente estaban pasando imĆ”genes de una fiesta gay con orgĆas y fetiches raros, nada mĆ”s alejado de la realidad, las fiestas de Galo eran simples reuniones, de mucha platica intelectual, bebida y mota— me pedirĆ© un Uber, no te preocupes por mĆ.
—Bueno, ya lo escuchaste —dijo Fabio masajeando mi hombro con su mano.
Esta historia apenas comienza, elige cómo quieres que continúe, selecciona la opción de tu preferencia y sigue leyendo.







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