ANECDOTAS DE GINA Parte 2. - Las Bolas de Pablo

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20 may 2021

ANECDOTAS DE GINA Parte 2.

 

ANECDOTAS DE GINA Parte 2.

 

 CONTIENE SEXO HETEROSEXUAL Y BALLBUSTING F/M Y M/M.

 

En la primera parte Gina vuelve a su apartamento tras la pelea con Camilo, allƭ narra a Pilar los acontecimientos y como fue desmayada con una patada en los testƭculos. Pilar le comienza a besar las bolas, mientras Gina rememora una anƩcdota pasada con un hombre llamado Lalo. Ahora acabado el recuerdo se siente bien de salud y decide premiar a su amante con sexo.



Gina quedó desnuda demostrando sus femeninas curvas y altas tetas, era hermosa a los ojos de sus amantes. Pilar sonrió al ver los desnudos genitales de su amada, aquella verga (ahora en reposo), pronto alcanzaría los 21 centímetros en erección, y abajo colgando ese par de huevos tan amados por ella.


La transexual miró a Pilar, por sus ojos reconocía que ésta la tenía en un altar, como si fuese la mejor amante del mundo, y tal vez lo era. Por los comentarios de la misma Pilar, su esposo era bueno en la cama, pero si ahora lo comparaba con ella, Camilo parecería algo deficiente.

 

Gina se acercó y la miró a los ojos, disfrutó de su rostro y sus cabellos rizados. Fue cuando la besó con pasión, le mordió los labios para después bajar por su cuello, lamiendo y besando sin parar.


Pronto los pechos de Pilar estuvieron ocupados por los succionadores labios de su amante, la mujer devolvió el favor acariciando las tetas operadas de Gina. Los sensibles pezones pusieron el falo de la abogada a longitud plena.

 

Pilar se alegró al sentir aquel pene tocarle el bajo vientre. Gina le llevó contra la pared y acomodando su verga en la entrada de aquella húmeda vagina, la penetró.

 

La transexual empujaba hacƭa adelante y arriba, casi levantando del suelo a Pilar, las nalgas firmes de la abogada se contraƭan con furia, mientras aquellas grandes orbes llenas de esperma se proyectaban como pƩndulos con cada embate.

 

No tardó Pilar en tener un orgasmo, Gina sintió como la vagina de su amante le apretaba el tronco del falo, decidió parar para dejarla sobrellevar el placer.

 

Cuando Pilar pareció tomar aire la abogada le sacó el pene. Enseguida se inclinó ante la vulva de la amante y la penetró con su lengua, chupando todos los fluidos femeninos.

 

Hincada y con las piernas separadas, las grandes bolas de Gina colgaban libremente. Sintió una molestia, no era dolor, era una congestión, sus bolas estaban mÔs pesadas, debía liberar al menos un poco de esperma, eyacularía en Pilar, eso le aliviaría de inmediato.

 

Finalmente la condujo a la cama.

 

Pilar se dejó llevar y apenas cayó en las sÔbanas se ubicó boca arriba separando las piernas, pero Gina negó con la cabeza.

 

—Nada de eso…esta vez serĆ” por detrĆ”s querida Pilar…acuĆ©state boca abajo.

 

—Pero te quiero sobar las bolas mientras me das duro.

 

—Mujer! Me las besaste y sobaste mĆ”s de media hora y sigues con eso?, no!

 

La transexual estaba inflexible y Pilar le obedeció.

 

Así entonces, Gina se ubicó sobre una Pilar boca abajo, la mujer separó un poco las piernas y la abogada ubicó su erecto falo, entonces dejÔndose caer entró hasta el fondo de aquella vagina.

 

Pilar dio un quejido de placer al sentirse toda llenada con la gruesa carne erƩctil de su amante. Le gustaba sentir a Gina sobre ella.


La transexual daba fuertes empujes contra la vagina de Pilar, sus pelotas chocaban contra el clĆ­toris de la amante, los impresionantes golpes de huevas podrĆ­an lastimarle pero no la detenĆ­an. Pilar disfrutaba al mĆ”ximo, un nuevo orgasmo la tomó por sorpresa, pero esta vez Gino no paró…todo lo contrario, la sudorosa abogada aceleró la penetración y los golpes con las bolas.

 

Por fin la transexual llegó a su límite y soltó su esperma, chorros calientes llenaron la vagina de Pilar, Gina seguía embistiéndola hasta que colapsó sobre la espalda de Pilar, se quedó recostada, agitada y satisfecha.

 

Gina sacó su falo y “desmontó” a Pilar. Exhaustas decidieron reposar una junto a la otra.

 

Ahora con la mente relajada y en blanco, el tema de Camilo regresó a la cabeza de Gina. Le había quitado a su esposa Pilar y de allí la enemistad.

 

Rememoraba el ver a Camilo tirado en el suelo vencido por sus golpes, pero despuƩs le pateaban las pelotas y todo recuerdo cesaba.

 

Quien le habĆ­a pateado?, algĆŗn enemigo ganado por ser abogada de divorcios?

 

Fue cuando el tema de un potencial enemigo, el dolor de testĆ­culos y el divorcio de Camilo/Pilar parecieron unirse…Y es que los 3 temas se juntaron aquellos dĆ­as cuando conoció a su actual pareja.

 

Continuarƭan las anƩcdotas de Gina:

 

 

MƁS DE UN AƑO ATRƁS…

 

 

Pilar laboraba como contadora en una importante empresa de textiles, estaba aquel medio dƭa en el Ɣrea de jurƭdica, especƭficamente afuera de la oficina del abogado corporativo Emilio NuƱez. Le conocƭa desde hace un aƱo y a pesar del poco tiempo en que se veƭan, le caƭa bien. NuƱez era gay, y sumado a su personalidad era muy fƔcil para Ʃl entablar amistad con mujeres.

 

Necesitaba tratar un asunto laboral con Emilio antes de salir a almorzar, y como llovƭa afuera Pilar llevaba su paraguas en la mano. NuƱez hablaba con una mujer y pareciese que en tono de regaƱo, por lo que era mejor no interrumpir y esperar a que estuviese libre.

 

Pilar detalló de lejos a la mujer que le daba la espalda, vestía una blusa azul y minifalda oscura, se notaba que eran prendas caras. Era mÔs alta que Nuñez, aunque tampoco es que éste fuese alto.

 

Pilar comenzó a jugar con su paraguas, así pasaba el tiempo; Pero quiso enterarse de mÔs cerca sobre que discutía aquella mujer con Emilio, lentamente se fue acercando hasta quedar justo detrÔs de ella...Llegó a casi un metro de ella, aunque se mantenía espalda con espalda.

 

Fue cuando no pudo ver que la fémina se dio repentinamente la vuelta para marcharse. Pilar sintió un leve empuje en su paraguas. Había golpeado con algo.

 

—AAArgghh!!—Se escuchó un grito de mujer y Pilar volteó.

 

La mujer estaba inclinada sobre sĆ­ misma y recostada contra la pared. Sus manos estaban juntas entre sus piernas levantando su falda.


Se dio cuenta que la habĆ­a (o se habĆ­a) golpeado con el paraguas en su zona intima.

 

—Lo siento querida, perdón.—Pilar se le acercó tratando de excusarse.

 

La mujer estaba realmente adolorida, sus ojos estaban cerrados, apretaba los dientes y una palidez dominaba su rostro. Pilar la detalló, era realmente bella!

 

Y cómo le dolía!

 

—Pilar por dios! le diste en sus cosas!—Expresó el abogado NuƱez asistiendo a la mujer.

 

Pilar no entendió. NuƱez ayudó a la mujer a entrar a su oficina, y la “agresora” tambiĆ©n ingresó. La adolorida, apoyada en el abogado se quejaba en voz baja, aun no abrĆ­a los ojos, finalmente pudo sentarse.

 

Ante la mirada de sorpresa de Pilar, Núñez se le acercó y en voz baja le dijo:

 

—Gina es...—Se referĆ­a a la mujer, Gina era su nombre—Veras…ella…ella tiene huevos, le diste en las huevas con el paraguas.

 

Pilar entonces era la culpable, por jugar con el paraguas le puso en el sitio exacto para impactar a Gina en un testĆ­culo apenas se dio la vuelta.

 

—Ella es un….ella tiene pelotas?

 

La apenada mujer al fin procesó la información, aquella bella mujer en realidad era un varón. Fue cuando recordar que NuƱez era gay pareció explicar las cosas, sin duda era algĆŗn amigo travesti o similar…Entonces sĆ­ tenĆ­a colgando cosas entre sus piernas, y por su culpa le habĆ­a causado tremendo dolor en dónde les duele a los varones.

 

—Oh perdóname Núñez, yo no sabĆ­a que tu amiga era…

 

—Y por quĆ© me pides perdón a mĆ­?, dĆ­selo a Gina.

 

A Pilar le daba pena hablarle, la ve a cierta distancia, la “mujer” parece ya mĆ”s repuesta, es bonita.

 

—Perdóneme, seƱorita—creyó lo mejor el tratarla como mujer—Fue sin culpa, no querĆ­a pegarle, estoy tan apenada.

 

Gina levantó una mano dando a entender que se alejara de ella.

 

Mientras la adolorida pasaba el padecimiento con un vaso de agua, NuƱez y Pilar salieron de la oficina, manteniendo eso sƭ la puerta abierta.

 

El abogado le pidió que tratasen rÔpidamente el asunto por el que venía a su oficina. Pero una vez expuesto el tema, Pilar decidió que no se iría hasta que la afectada le aceptase una disculpa.

 

Le suplicó le contase sobre su peculiar amiga, Núñez le tenía la suficiente confianza para contarle todo.

 

Le explicó que Gina era una Shemale, pero que no lo contase a nadie, a menos que ésta misma le autorizara. También que es amiga de Nuñez desde hace años, y ahora trabajarÔ con ellos. Emilio es lengua fÔcil y por eso la mujer se entera de muchas cosas:

 

Gina es abogada de divorcios y le han amenazado de muerte, pero a diferencia de una multitud de amenazas pasadas, esta vez las cosas parecen serias. Sin duda algún marido vengativo, pero al no saber de quién se trata la policía no ha podido actuar con eficiencia. A pesar de Gina ser una persona valiente y conflictiva, terminó acogiendo la petición de varias amistades para dejar su vivienda. De esa manera la transexual aceptó mudarse con Emilio y laborar como asesora de él por un par de meses. Al vivir y trabajar en otro distrito de la ciudad, se daba tiempo a que los problemas se enfriasen o la policía diera resultados.

 

—De hecho hoy es su primer dĆ­a de trabajo—Expuso Emilio Núñez.

 

Le di un golpe en los huevos en su primer dĆ­a de trabajo?, TrĆ”game tierra!—Pensó Pilar.

 

Tras la charla, Pilar regresa con la afectada y el pide de nuevo disculpas.

 

—Perdón por pegarte en tus…huevos.

 

Gina no daba señas de aceptar la disculpa, se veía enojada. Fue cuando a Pilar se le ocurrió algo muy inapropiado:

 

—SeƱorita por favor, discĆŗlpeme, no me vea con enojo, trate de sonreĆ­r…mire le contarĆ© un chiste…

 

—No creo que sea enojo, Pilar. Es que esos dos duelen mucho—Intercedió NuƱez. Pero en realidad sabĆ­a lo mucho que enojaba a Gina el recibir golpes bajos.

 

Pero Pilar continuó con su idea:

 

—…Un paciente entra a la oficina y dice: Doctor, me duele el testĆ­culo izquierdo. Ɖste le responde: Se estĆ” equivocando, soy doctor pero en derecho, y aquĆ­ es cuando el paciente aƱade: Cuanto avanza el mundo, ya hay un mĆ©dico para cada huevo.

 

Nuñez quedó catatónico ante el supuesto chiste, estúpido y totalmente fuera de lugar, y peor al ser Gina y él mismo profesionales en derecho.

 

Gina Chalón estaba confundida, mÔs al ser su testículo izquierdo (el mencionado en el chiste) aquel que sufrió el impacto del paraguas.

 

Pilar se quedó inmóvil con una sonrisa, esperando la reacción de alguno de los dos.

 

—JAJA…JAJAJAJAJA!!—Gina comenzó a reĆ­r, la risa de la abogada fue larga y Pilar se contagió de ella. NuƱez mantuvo la compostura y permaneció serio.

 

Pilar se alegró mucho, no había ningún rencor en la abogada.

 

Desde aquel dĆ­a, Pilar entablarĆ­a una amistad con Gina; SalĆ­an a almorzar juntas, incluso la mujer casada le aceptó algunas cenas, En poco tiempo Gina estaba enterada de todo sobre la vida de su nueva amiga…Incluyendo la relación con su esposo Camilo.

 

La abogada incluso conoció al esposo cuando visitó la casa del matrimonio. El primer encuentro de la transexual con el esposo fue grato, pero pronto Camilo la vería como una rival, su esposa no hacía nada mÔs que hablar de Gina.

 

Incluso el tema surgió en pleno acto sexual matrimonial. Dónde tras hacerle el amor, Pilar mencionó un asunto relacionado con Gina. Camilo le recriminó el pasar mĆ”s tiempo con su amiga que con Ć©l en casa…Desde entonces la vida de esposos entró en conflictos cada vez mĆ”s frecuentes.

 

Camilo sospechó de una relación lésbica, -al desconocer siempre que Gina era varón-; Pero no estaba lejos de la verdad pues Gina quería ir mÔs allÔ de la amistad, ansiaba una relación carnal con Pilar!

 

En un tema mÔs de mórbida curiosidad, Pilar mantenía una constante intriga sobre las partes íntimas de Gina, la duda se exacerbó luego de que Emilio Nuñez le hiciese una pregunta indiscreta:

 

—Y ya conociste como es Gina?...me refiero a sus cosas allĆ” abajo, jajajaja, a muchas las impresiona…—Y es que Emilio creĆ­a que la amistad entre esas dos ya estaba próxima al amorĆ­o.

 

Desde entonces se decidió a satisfacer aquella duda, y así en una de las visitas al apartamento de Gina trató de espiarla en el baño.

 

A travĆ©s de la puerta entreabierta detalló la retaguardia de la transexual…Pilar se impresionó, Gina incluso tenĆ­a una cola mĆ”s firme que la suya.


Pero Gina notó que la observaban…

 

Y asƭ la transexual emerge desnuda del baƱo, rumbo a una impactada Pilar, por primera vez observa los genitales de su amiga, el pene en reposo es largo y los testƭculos son enormes.

 

—Te gusta lo que ves?

 

Azorada, Pilar trata de retirarse pero Gina la toma de un hombro y la mantienen en frente suyo. El rostro de la abogada estĆ” a centĆ­metros de Pilar, un beso parece cercano.

 

Pero Gina evita besarla y le guĆ­a una mano a sus testĆ­culos, el primer contacto de aquellas enormes pelotas impresiona a Pilar quien parece temblorosa.

 

—Que te parecen?— Le dice Gina al oĆ­do.

 

—Son muy grandes.

 

Gina rió levemente.

 

—Recuerdas el primer dĆ­a en que nos conocimos, aquel golpe con el paraguas… Me dolieron mucho esa vez.

 

—Yo…Yo lo siento.

 

A pesar de la vergüenza, Pilar no dejaba de manosear aquellas huevas, como queriendo explorarlas por toda su esférica superficie.

 

—Ya conociste mis bolas. Entonces? quieres conocerme toda?

 

Fue cuando Gina ahora si trató de besarla, los labios estaban a punto de juntarse cuando Pilar dejó de tocarle los testículos y se alejó.

 

Gina se decepcionó un poco, Pilar se hallaba muy pÔlida.

 

—Yo, yo no puedo hacer esto, Camilo no lo merece... Lo siento!

 

Abandonó el apartamento como si la persiguieran para matarla.

 

La abogada quedó allí, confusa y desnuda.

 

—Se resistió a la tentación…Es una mujer fiel a su maridito—La transexual sonrió—Aunque…por ahora!

 

Desde el incidente Pilar mantuvo la distancia, en la oficina apenas cruzaban palabra, pero pronto la abogada la buscó en privado y le dijo que querĆ­a seguir viĆ©ndola, Pilar confesarĆ­a lo impresionada que habĆ­a quedado con lo que vio y tocó…

…Incluso la noche despuĆ©s de tocarle las bolas, pensó en ella mientras tenĆ­a intimidad con Camilo.

 

Finalmente Pilar acepta salir con Gina, pero no le promete nada; Por su parte, la abogada da por hecho que la casada no la rechazarƭa Ʃsta vez.

 

Un par de noches después se encontraron en un restaurante elegante, eran mÔs de las 11 de la noche cuando ingresaron. Gina esperaba una impactante velada que terminara en la madrugada visitando algún motel.

 

La transexual iba muy elegante con un vestido de noche color gris, estaba muy maquillada y llevaba el cabello recogido a la nuca…Todo para impresionar al mĆ”ximo a Pilar.


La cita en aquel restaurante fue maravillosa, la música tenue y la escasa gente hicieron que una romÔntica Gina convenciera a Pilar de intimar.

 

Siendo mÔs de las 12 de la noche, la pareja eran los últimos clientes y los encargados les informaron del inminente cierre.

 

Pero de pronto un sujeto ingresó, empujó al camarero dÔndole un golpe en la cabeza con un objeto contundente, se trataba de una cachiporra. El mesero cayó sin sentido al suelo y el invasor cerraba la puerta tras de sí.


Gina vio el incidente y enseguida reconoció al hombre.

 

Se trataba de Fernando Girón! El marido de una antigua clienta, que la contrató para divorciarse de Ć©l. DespuĆ©s de la separación, Girón habĆ­a amenazado a la abogada por quitarle la mitad de su empresa y dejarlo cerca de la bancarrota…Eso aparte de acostarse con su esposa.

 

Gina en alerta, instó a Pilar a ocultarse tras una cortina.

 

—QuĆ©date aquĆ­, hay un problema.

 

Pilar alcanzó a ver al sujeto.

 

—Pero quiĆ©n es, Gina?

 

—Ese sujeto me amenazó por un divorcio, juró desquite.

 

El corazón de Pilar se aceleró.

 

—QuĆ©date tras estas cortinas y no salgas, no importa que pase.

 

—Pero Gina…

 

—No salgas! —Finalmente Pilar obedeció.

 

Estaba segura de poder patearle el trasero a golpes, pero Girón podría estar armado, no iría a ese sitio solo con una cachiporra. Estuviese armado o no, le enfrentaría y no quería que una inocente como Pilar fuese herida.

 

—Que quieres?! —La bella y elegante Gina se ubicó frente a Girón, no era una cobarde.

 

—Que elegancia!, pero eso se espera de alguien de tu calaƱa…TardĆ© en encontrarte marico, pero al fin te ubiquĆ©.

 

Gina dedujo que las recientes amenazas de muerte provenƭan de Ʃl.

 

—TĆŗ eres quiĆ©n me amenazó, verdad?, ibas como un cobarde a mi edificio, dejando amenazas anónimas….eres una basura!

 

—Y tĆŗ eres un maldito!

 

—DirĆ”s, una maldita…—Le corrigió Gina.

 

—Maldito, yo sĆ© quĆ© clase de fenómeno eres.

 

Gina se mostró realmente enojada. No mostraba arma alguna mÔs que la cachiporra, así que se prestó a romperle la cara. Pero otro sujeto que era mÔs grande la tomó por detrÔs, Gina trató de soltarse pero el individuo la había agarrado por sorpresa y con firmeza.

 

Pero de dónde habĆ­a salido Ć©ste?...giró un poco la cabeza y le reconoció, le habĆ­a vista aquella noche sentado en el restaurante…sin duda era un secuaz de Girón y la observaba esperando el momento de llamar a su jefe.

 

Dio un vistazo a la barra y todo encajaba, no se veía a ningún empleado del sitio. Mientras ingresaba Girón, éste otro debió someter de alguna forma a los empleados. Significaba que estaba sola contra estos dos. Debía apañÔrselas y esperar que Pilar se mantuviese escondida.

 

—Me vas a matar?

 

—NO, no quiero tener un muerto encima, no soy un sucio abogado corrupto como tĆŗ, ademĆ”s la policĆ­a me perseguirĆ­a, pero eso sĆ­, te voy a dar la paliza de tu vida, maldito marica! —Balanceaba a gusto la cachiporra.

 

—No te tengo miedo.

 

—Y por eso te escapaste como la marica que eres!, jajaja…

 

Gina estaba mƔs iracunda, se justificaba:

 

—Me fui porque me convencieron, porque me dijeron que podĆ­an ser unos mafiosos y yo no tengo arma, no querĆ­a pero me tocó alejarme… pero no soy una cobarde como tĆŗ que no da la cara!, jamĆ”s me hubiera mudado de saber que un perdedor como tĆŗ estaba detrĆ”s de todo esto.

 

Enojado, Girón se lanzó de repente contra ella. Le enterró un rodillazo en el bulto que apenas se alcanzaba a denotar sobre el vestido de Gina…El bulto que eran sus huevos.

 

—AAAaahh!!!—Se quejó la transexual. Sus enormes testĆ­culos perdieron fĆ”cilmente la batalla y la guerra contra la rodilla del enojado sujeto.

 

Todas las estructuras dentro de los testículos de Gina se resintieron, la transexual sintió como sus bolas cayeron lentamente desde el alto sitio en el que de las dejó la rodilla del agresor.

 


—Ahora lo ven!, —Girón se dirigió a su colega y a quien le oyese—Es un tipo!, tiene pelotas!

 

La transexual era sostenida por el sujeto de atrƔs, de no ser asƭ se hubiera desplomado con aquel fuerte impacto gonadal.

 

Girón se reía, era su victoria contra este sujeto que se acostó con su esposa.

 

Ahora le dio una bofetada al lindo rostro de Gina, que en vez de causarle dolor pareció despertarla del letargo.

 

Pilar se mordió la lengua para no expresar algo ante el golpe bajo, pero con la cachetada se le salió un:

 

—Gina!!!

 

Girón volteó hacia la ubicación de la mujer.

 

—AsĆ­ que aquĆ­ tienes a una zorrita, a ver quĆ© hacemos con ella.

 

Pilar retrocedió asustada, ocultÔndose mÔs tras la cortina.

 

Girón sonreía, pero el estar observando a Pilar le distrajo y no vio la rÔpida patada que la aturdida pero enfurecida Gina le propinó con fuerza.


—Toma macho! —Exclamó Gina elevando aquellas pelotas y casi metiĆ©ndolas al cuerpo de Girón.

 

—AAAauuuu!!—Aulló Girón, cuando la punta del zapato femenino se hundió en su saco escrotal. Ahora eran sus bolas las que perdĆ­an la batalla y la guerra.

 

Gina sacó fuerzas y dio un cabezazo atrÔs rompiéndole la nariz al otro sujeto, enseguida le propinó un codazo a la zona del hígado y se vio libre.

 

La adrenalina hacƭa que Gina resistiera mƔs el terrible dolor de huevos, aun asƭ daba leves brincos para reponerse mƔs rƔpido.

 

Ahora se ubicó entre los 2 adoloridos tipos y aquella cortina que ocultaba a Pilar.

 

—Malditos!, quien me pega en las bolas, me las paga!—Estaba iracunda, cómo le enfadaba que le golpearan los testĆ­culos.

 

La transexual sobaba sus pelotas, al igual que los agresores cubrían sus partes dolidas, Girón palpó sus huevas.

 

—Maldito maricón, me las pagarĆ”s!

 

Los dos se lanzaron contra la transexual, quién esquivó hÔbilmente sus golpes y le impactó dos veces, a Girón en las costillas y estómago, mientras al otro individuo en la rodilla y zona lumbar.

 

Ahora era Gina quien dominaba la pelea, mÔs al quitarle a Girón la cachiporra.

 

—Maricón!, no voy a perder con un maricón! —El ego de Girón estaba hecho pedazos. (Estaba listo para narrar su historia en algĆŗn relato tipo: AnĆ©cdotas Vergonzosas Parte 17).

 

—Tu esposa no se quejó de este maricón. —Le respondió la abogada en tono sarcĆ”stico y para molestarlo. Cómo no fue en voz alta, Pilar no le alcanzó a oĆ­r.

 

Atacaron a Gina de nuevo pero la cachiporra les hizo retroceder luego de dos impactos, para cada uno.

 

—Esto es muy fĆ”cil, caballeros—Se burló Gina, aunque todavĆ­a el dolor en sus bolas era intenso.

 

Pilar se emocionó viendo pelear a la abogada, su amiga y tal vez algo mÔs, sabía defenderse sola.

 

—Te crees muy confiado, no? Maricón!—Girón evidenció una leve sonrisa.

 

Gina se mostró extrañada con su reacción, tendría un arma oculta?

 

La actitud de Girón de debĆ­a a que su segundo secuaz aparecĆ­a en escena y se acercaba detrĆ”s de Gina. Ɖste tambiĆ©n estuvo en el restaurante de incognito, y fue en realidad quiĆ©n a punta de pistola encerró en un baƱo a los demĆ”s empleados del restaurante.

 

TraĆ­a su arma de fuego en la mano, pero lista no a disparar, sino a golpear de forma contundente la nuca de la transexual.

 

Pilar lo vio pasar, atacaría a Gina por la espalda! La mujer observó con detalle la nuca de Gina. Una delicada zona totalmente expuesta ante ese cabello recogido.


Pilar pensó en gritar para advertir a Gina, pero entonces ese sujeto le dispararĆ­a…salió corriendo desde las cortinas y fue tras el sujeto…estaba asustada, pero decidida! Si no hacĆ­a algo, verĆ­a a Gina inconsciente en el suelo.

 

—AAAAAHHH!!!!—Se escuchó el fuerte grito. Pilar le habĆ­a dado un patadón por detrĆ”s en los huevos al sujeto armado.

 

La mujer nunca habƭa golpeado a un hombre en sus genitales. A Gina sƭ, pero con el paraguas que fue un accidente, y a su esposo Camilo alguna vez en el sexo, pero un rodillazo sin querer. Sabƭa que les dolƭa demasiado y querƭa lastimar a ese sujeto! Si tenƭa de hacerle un daƱo permanente se lo harƭa!, pero no dejarƭa que lastimara a su amiga Gina.

 

El varón cayó de medio lado al piso, juntando las rodillas y tomando sus ardientes cojones.


Gina volteó de inmediato, y se sorprendió al ver a un extraño tirado y escuchar de Pilar:

 

—Te querĆ­a atacar por la espalda!

 

La transexual le iba a agradecer, pero viéndose sin opción los dos agresores atacaron.

 

Girón recibió un golpe de cachiporra en la nariz, quedÔndole fracturada. Mientras el otro retrocedía con cara de dolor cuando Gina le dio un veloz puntapié entre las piernas, no le pudo dar con plena fuerza, pero si lo suficiente para dejarle aturdido y en retirada.

 

Gina iba a rematarles, pero los sujetos levantaron las manos…se rendĆ­an!

 

La abogada sintió un escalofrío y miró hacia atrÔs. Pilar estaba pÔlida y con el arma de fuego en sus manos, temblando a mÔs no poder.

 

—Cuidado con eso, Pilar—Gina se asustó—Mejor dĆ”mela…Lento…dĆ”mela.

 

Los atacantes prefirieron rendirse a que aquella asustada mujer comenzase a disparar.

 

Ya con los empleados del restaurante libres y los 3 atacantes atados, La transexual buscó un momento de privacidad con Pilar.

 

—Gracias Pilar, me salvaste.

 

—No es nada —expresó azorada— tenĆ­a que ayudarte, tĆŗ me cuidaste.

 

—Te preocupaste por mĆ­…pero te pido perdón por meterte en todos estos problemas, son mis lĆ­os y mis cercanos no tienen por quĆ© verse afectados por ellos.

 

Un profundo besó las unió.

 

La policía apareció y los sujetos fueron detenidos. La abogada se encargó de todo, denunciÔndoles y hasta dando una declaración firmada, los empleados del restaurante también sumaron sus declaraciones, quedando claro que los 3 pillos pasarían años en prisión.

 

En todo momento Gina dejó a Pilar afuera del asunto legal, no quería meterla en sus problemas.

 

DespuƩs de la aventura en el restaurante fueron a la playa, se sentaron en la arena una junto a la otra, se acercaba la salida del sol.

 

Gina todavía se dolía de sus bolas, Pilar comenzó a sobarle por encima del vestido. Fue cuando la mujer queriendo alegrar a su dolida pareja se decidió a lanzar otro de sus controvertidos chistes:

 

—Sólo cuando un mosquito se posa en tus testĆ­culos, te das cuenta de que no todo en la vida se soluciona con la violencia.

 

Un chiste opuesto a los violentos hechos de aquella jornada.

 

—JAJAJAJAJAJA!!!—Gina estalló en una sonora carcajada, la abogada siempre respondĆ­a positivamente a los malos chistes sobre huevos.

 

Tras las risas, Pilar reposó su cabeza contra los pechos de Gina, así la pareja vería el bello amanecer.


Una vez el sol iluminó por completo la solitaria playa, Pilar se le entregó a Gina! tuvieron sexo apasionado y salvaje sobre la fina arena. La mujer casada disfrutó al mÔximo del dotado falo y las colosales bolas de la transexual.


Nunca imaginó el placer que recibiría de alguien que a excepción de su entrepierna, parecía una mujer como ella.

 

Desde entonces tendrían una secreta relación, pero con el tiempo se hizo pública y llevaría al fin del matrimonio de Pilar y Camilo.

 

 

Finalizada la extensa anécdota, Gina se incorporó de la cama rumbo al baño, volteó a ver a Pilar quien dormía cómodamente.

 

Ese era otro asunto pendiente para la abogada…Su futuro con Pilar!

 

La relación con ella había nacido como muchas, un simple plan para conseguir la separación de su marido y ganar mucho dinero al ser la abogada del divorcio. Justo como sucedió con la esposa de Fernando Girón, y muchas otras.

 

Pilar era agradable, graciosa y tenĆ­a cierto capital monetario, pero tambiĆ©n era muy reservada y ensimismada, lo que la ponĆ­a fuera de algo serio con ella. No se veĆ­a teniendo una relación duradera con Pilar…Pronto terminarĆ­a con ella.

 

Sólo esperaba que el día que encontrase otra u otro amante, Pilar no la terminase odiando, había sido una buena amiga y deseaba mantener la amistad.

 

Pero por ahora las cosas debĆ­an seguir igual, pues aĆŗn no concluĆ­a el divorcio con su esposo.

 

Mientras cepillaba sus bellos dientes, la abogada volvió a pensar en Camilo...

 

Se sentía incómoda con lo sucedido, él la ayudó, estaba en deuda con el odiado marido de su amante. Estuvo inconsciente y a merced de un desconocido atacante pero Camilo la salvó! Le prestó ayuda! y a pesar de haberle dado una paliza y quitado la mujer.

 

Que harĆ­a?, disculparse con su rival amoroso?, No! No podĆ­a hacer eso!, o sĆ­ podĆ­a?, le debĆ­a una disculpa?, claro que no!, o sĆ­?. Todo era confuso en su cabeza. Y tambiĆ©n estaba otro tema…Ć©l descubrir quiĆ©n le agredió, y tan cobardemente!

 

Por fin se decidió! Aceleraría los trÔmites del divorcio de Pilar, estaba segura que en unos 20 días el juez podría certificar la separación. Una vez sucediese hablaría con Camilo (aunque no sería fÔcil el encuentro después de la pelea previa), no sólo para darle las gracias por la ayuda, sino también para pedirle pistas sobre el atacante de sus testículos.

 

CONTINUARƁ EN EL RELATO: ANECDOTAS VERGONZOSAS. Parte 3. (Antes se publicarƔ AnƩcdotas Vergonzosas. Parte 2, con una trama de personajes diferentes).

 

 

***

 

 

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