ANECDOTAS DE GINA Parte 2. - Las Bolas de Pablo

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20 may 2021

ANECDOTAS DE GINA Parte 2.

 

ANECDOTAS DE GINA Parte 2.

 

 CONTIENE SEXO HETEROSEXUAL Y BALLBUSTING F/M Y M/M.

 

En la primera parte Gina vuelve a su apartamento tras la pelea con Camilo, allƭ narra a Pilar los acontecimientos y como fue desmayada con una patada en los testƭculos. Pilar le comienza a besar las bolas, mientras Gina rememora una anƩcdota pasada con un hombre llamado Lalo. Ahora acabado el recuerdo se siente bien de salud y decide premiar a su amante con sexo.



Gina quedĆ³ desnuda demostrando sus femeninas curvas y altas tetas, era hermosa a los ojos de sus amantes. Pilar sonriĆ³ al ver los desnudos genitales de su amada, aquella verga (ahora en reposo), pronto alcanzarĆ­a los 21 centĆ­metros en erecciĆ³n, y abajo colgando ese par de huevos tan amados por ella.


La transexual mirĆ³ a Pilar, por sus ojos reconocĆ­a que Ć©sta la tenĆ­a en un altar, como si fuese la mejor amante del mundo, y tal vez lo era. Por los comentarios de la misma Pilar, su esposo era bueno en la cama, pero si ahora lo comparaba con ella, Camilo parecerĆ­a algo deficiente.

 

Gina se acercĆ³ y la mirĆ³ a los ojos, disfrutĆ³ de su rostro y sus cabellos rizados. Fue cuando la besĆ³ con pasiĆ³n, le mordiĆ³ los labios para despuĆ©s bajar por su cuello, lamiendo y besando sin parar.


Pronto los pechos de Pilar estuvieron ocupados por los succionadores labios de su amante, la mujer devolviĆ³ el favor acariciando las tetas operadas de Gina. Los sensibles pezones pusieron el falo de la abogada a longitud plena.

 

Pilar se alegrĆ³ al sentir aquel pene tocarle el bajo vientre. Gina le llevĆ³ contra la pared y acomodando su verga en la entrada de aquella hĆŗmeda vagina, la penetrĆ³.

 

La transexual empujaba hacƭa adelante y arriba, casi levantando del suelo a Pilar, las nalgas firmes de la abogada se contraƭan con furia, mientras aquellas grandes orbes llenas de esperma se proyectaban como pƩndulos con cada embate.

 

No tardĆ³ Pilar en tener un orgasmo, Gina sintiĆ³ como la vagina de su amante le apretaba el tronco del falo, decidiĆ³ parar para dejarla sobrellevar el placer.

 

Cuando Pilar pareciĆ³ tomar aire la abogada le sacĆ³ el pene. Enseguida se inclinĆ³ ante la vulva de la amante y la penetrĆ³ con su lengua, chupando todos los fluidos femeninos.

 

Hincada y con las piernas separadas, las grandes bolas de Gina colgaban libremente. SintiĆ³ una molestia, no era dolor, era una congestiĆ³n, sus bolas estaban mĆ”s pesadas, debĆ­a liberar al menos un poco de esperma, eyacularĆ­a en Pilar, eso le aliviarĆ­a de inmediato.

 

Finalmente la condujo a la cama.

 

Pilar se dejĆ³ llevar y apenas cayĆ³ en las sĆ”banas se ubicĆ³ boca arriba separando las piernas, pero Gina negĆ³ con la cabeza.

 

—Nada de eso…esta vez serĆ” por detrĆ”s querida Pilar…acuĆ©state boca abajo.

 

—Pero te quiero sobar las bolas mientras me das duro.

 

—Mujer! Me las besaste y sobaste mĆ”s de media hora y sigues con eso?, no!

 

La transexual estaba inflexible y Pilar le obedeciĆ³.

 

AsĆ­ entonces, Gina se ubicĆ³ sobre una Pilar boca abajo, la mujer separĆ³ un poco las piernas y la abogada ubicĆ³ su erecto falo, entonces dejĆ”ndose caer entrĆ³ hasta el fondo de aquella vagina.

 

Pilar dio un quejido de placer al sentirse toda llenada con la gruesa carne erƩctil de su amante. Le gustaba sentir a Gina sobre ella.


La transexual daba fuertes empujes contra la vagina de Pilar, sus pelotas chocaban contra el clĆ­toris de la amante, los impresionantes golpes de huevas podrĆ­an lastimarle pero no la detenĆ­an. Pilar disfrutaba al mĆ”ximo, un nuevo orgasmo la tomĆ³ por sorpresa, pero esta vez Gino no parĆ³…todo lo contrario, la sudorosa abogada acelerĆ³ la penetraciĆ³n y los golpes con las bolas.

 

Por fin la transexual llegĆ³ a su lĆ­mite y soltĆ³ su esperma, chorros calientes llenaron la vagina de Pilar, Gina seguĆ­a embistiĆ©ndola hasta que colapsĆ³ sobre la espalda de Pilar, se quedĆ³ recostada, agitada y satisfecha.

 

Gina sacĆ³ su falo y “desmontĆ³” a Pilar. Exhaustas decidieron reposar una junto a la otra.

 

Ahora con la mente relajada y en blanco, el tema de Camilo regresĆ³ a la cabeza de Gina. Le habĆ­a quitado a su esposa Pilar y de allĆ­ la enemistad.

 

Rememoraba el ver a Camilo tirado en el suelo vencido por sus golpes, pero despuƩs le pateaban las pelotas y todo recuerdo cesaba.

 

Quien le habĆ­a pateado?, algĆŗn enemigo ganado por ser abogada de divorcios?

 

Fue cuando el tema de un potencial enemigo, el dolor de testĆ­culos y el divorcio de Camilo/Pilar parecieron unirse…Y es que los 3 temas se juntaron aquellos dĆ­as cuando conociĆ³ a su actual pareja.

 

Continuarƭan las anƩcdotas de Gina:

 

 

MƁS DE UN AƑO ATRƁS…

 

 

Pilar laboraba como contadora en una importante empresa de textiles, estaba aquel medio dƭa en el Ɣrea de jurƭdica, especƭficamente afuera de la oficina del abogado corporativo Emilio NuƱez. Le conocƭa desde hace un aƱo y a pesar del poco tiempo en que se veƭan, le caƭa bien. NuƱez era gay, y sumado a su personalidad era muy fƔcil para Ʃl entablar amistad con mujeres.

 

Necesitaba tratar un asunto laboral con Emilio antes de salir a almorzar, y como llovƭa afuera Pilar llevaba su paraguas en la mano. NuƱez hablaba con una mujer y pareciese que en tono de regaƱo, por lo que era mejor no interrumpir y esperar a que estuviese libre.

 

Pilar detallĆ³ de lejos a la mujer que le daba la espalda, vestĆ­a una blusa azul y minifalda oscura, se notaba que eran prendas caras. Era mĆ”s alta que NuƱez, aunque tampoco es que Ć©ste fuese alto.

 

Pilar comenzĆ³ a jugar con su paraguas, asĆ­ pasaba el tiempo; Pero quiso enterarse de mĆ”s cerca sobre que discutĆ­a aquella mujer con Emilio, lentamente se fue acercando hasta quedar justo detrĆ”s de ella...LlegĆ³ a casi un metro de ella, aunque se mantenĆ­a espalda con espalda.

 

Fue cuando no pudo ver que la fĆ©mina se dio repentinamente la vuelta para marcharse. Pilar sintiĆ³ un leve empuje en su paraguas. HabĆ­a golpeado con algo.

 

—AAArgghh!!—Se escuchĆ³ un grito de mujer y Pilar volteĆ³.

 

La mujer estaba inclinada sobre sĆ­ misma y recostada contra la pared. Sus manos estaban juntas entre sus piernas levantando su falda.


Se dio cuenta que la habĆ­a (o se habĆ­a) golpeado con el paraguas en su zona intima.

 

—Lo siento querida, perdĆ³n.—Pilar se le acercĆ³ tratando de excusarse.

 

La mujer estaba realmente adolorida, sus ojos estaban cerrados, apretaba los dientes y una palidez dominaba su rostro. Pilar la detallĆ³, era realmente bella!

 

Y cĆ³mo le dolĆ­a!

 

—Pilar por dios! le diste en sus cosas!—ExpresĆ³ el abogado NuƱez asistiendo a la mujer.

 

Pilar no entendiĆ³. NuƱez ayudĆ³ a la mujer a entrar a su oficina, y la “agresora” tambiĆ©n ingresĆ³. La adolorida, apoyada en el abogado se quejaba en voz baja, aun no abrĆ­a los ojos, finalmente pudo sentarse.

 

Ante la mirada de sorpresa de Pilar, NĆŗƱez se le acercĆ³ y en voz baja le dijo:

 

—Gina es...—Se referĆ­a a la mujer, Gina era su nombre—Veras…ella…ella tiene huevos, le diste en las huevas con el paraguas.

 

Pilar entonces era la culpable, por jugar con el paraguas le puso en el sitio exacto para impactar a Gina en un testĆ­culo apenas se dio la vuelta.

 

—Ella es un….ella tiene pelotas?

 

La apenada mujer al fin procesĆ³ la informaciĆ³n, aquella bella mujer en realidad era un varĆ³n. Fue cuando recordar que NuƱez era gay pareciĆ³ explicar las cosas, sin duda era algĆŗn amigo travesti o similar…Entonces sĆ­ tenĆ­a colgando cosas entre sus piernas, y por su culpa le habĆ­a causado tremendo dolor en dĆ³nde les duele a los varones.

 

—Oh perdĆ³name NĆŗƱez, yo no sabĆ­a que tu amiga era…

 

—Y por quĆ© me pides perdĆ³n a mĆ­?, dĆ­selo a Gina.

 

A Pilar le daba pena hablarle, la ve a cierta distancia, la “mujer” parece ya mĆ”s repuesta, es bonita.

 

—PerdĆ³neme, seƱorita—creyĆ³ lo mejor el tratarla como mujer—Fue sin culpa, no querĆ­a pegarle, estoy tan apenada.

 

Gina levantĆ³ una mano dando a entender que se alejara de ella.

 

Mientras la adolorida pasaba el padecimiento con un vaso de agua, NuƱez y Pilar salieron de la oficina, manteniendo eso sƭ la puerta abierta.

 

El abogado le pidiĆ³ que tratasen rĆ”pidamente el asunto por el que venĆ­a a su oficina. Pero una vez expuesto el tema, Pilar decidiĆ³ que no se irĆ­a hasta que la afectada le aceptase una disculpa.

 

Le suplicĆ³ le contase sobre su peculiar amiga, NĆŗƱez le tenĆ­a la suficiente confianza para contarle todo.

 

Le explicĆ³ que Gina era una Shemale, pero que no lo contase a nadie, a menos que Ć©sta misma le autorizara. TambiĆ©n que es amiga de NuƱez desde hace aƱos, y ahora trabajarĆ” con ellos. Emilio es lengua fĆ”cil y por eso la mujer se entera de muchas cosas:

 

Gina es abogada de divorcios y le han amenazado de muerte, pero a diferencia de una multitud de amenazas pasadas, esta vez las cosas parecen serias. Sin duda algĆŗn marido vengativo, pero al no saber de quiĆ©n se trata la policĆ­a no ha podido actuar con eficiencia. A pesar de Gina ser una persona valiente y conflictiva, terminĆ³ acogiendo la peticiĆ³n de varias amistades para dejar su vivienda. De esa manera la transexual aceptĆ³ mudarse con Emilio y laborar como asesora de Ć©l por un par de meses. Al vivir y trabajar en otro distrito de la ciudad, se daba tiempo a que los problemas se enfriasen o la policĆ­a diera resultados.

 

—De hecho hoy es su primer dĆ­a de trabajo—Expuso Emilio NĆŗƱez.

 

Le di un golpe en los huevos en su primer dĆ­a de trabajo?, TrĆ”game tierra!—PensĆ³ Pilar.

 

Tras la charla, Pilar regresa con la afectada y el pide de nuevo disculpas.

 

—PerdĆ³n por pegarte en tus…huevos.

 

Gina no daba seƱas de aceptar la disculpa, se veĆ­a enojada. Fue cuando a Pilar se le ocurriĆ³ algo muy inapropiado:

 

—SeƱorita por favor, discĆŗlpeme, no me vea con enojo, trate de sonreĆ­r…mire le contarĆ© un chiste…

 

—No creo que sea enojo, Pilar. Es que esos dos duelen mucho—IntercediĆ³ NuƱez. Pero en realidad sabĆ­a lo mucho que enojaba a Gina el recibir golpes bajos.

 

Pero Pilar continuĆ³ con su idea:

 

—…Un paciente entra a la oficina y dice: Doctor, me duele el testĆ­culo izquierdo. Ɖste le responde: Se estĆ” equivocando, soy doctor pero en derecho, y aquĆ­ es cuando el paciente aƱade: Cuanto avanza el mundo, ya hay un mĆ©dico para cada huevo.

 

NuƱez quedĆ³ catatĆ³nico ante el supuesto chiste, estĆŗpido y totalmente fuera de lugar, y peor al ser Gina y Ć©l mismo profesionales en derecho.

 

Gina ChalĆ³n estaba confundida, mĆ”s al ser su testĆ­culo izquierdo (el mencionado en el chiste) aquel que sufriĆ³ el impacto del paraguas.

 

Pilar se quedĆ³ inmĆ³vil con una sonrisa, esperando la reacciĆ³n de alguno de los dos.

 

—JAJA…JAJAJAJAJA!!—Gina comenzĆ³ a reĆ­r, la risa de la abogada fue larga y Pilar se contagiĆ³ de ella. NuƱez mantuvo la compostura y permaneciĆ³ serio.

 

Pilar se alegrĆ³ mucho, no habĆ­a ningĆŗn rencor en la abogada.

 

Desde aquel dĆ­a, Pilar entablarĆ­a una amistad con Gina; SalĆ­an a almorzar juntas, incluso la mujer casada le aceptĆ³ algunas cenas, En poco tiempo Gina estaba enterada de todo sobre la vida de su nueva amiga…Incluyendo la relaciĆ³n con su esposo Camilo.

 

La abogada incluso conociĆ³ al esposo cuando visitĆ³ la casa del matrimonio. El primer encuentro de la transexual con el esposo fue grato, pero pronto Camilo la verĆ­a como una rival, su esposa no hacĆ­a nada mĆ”s que hablar de Gina.

 

Incluso el tema surgiĆ³ en pleno acto sexual matrimonial. DĆ³nde tras hacerle el amor, Pilar mencionĆ³ un asunto relacionado con Gina. Camilo le recriminĆ³ el pasar mĆ”s tiempo con su amiga que con Ć©l en casa…Desde entonces la vida de esposos entrĆ³ en conflictos cada vez mĆ”s frecuentes.

 

Camilo sospechĆ³ de una relaciĆ³n lĆ©sbica, -al desconocer siempre que Gina era varĆ³n-; Pero no estaba lejos de la verdad pues Gina querĆ­a ir mĆ”s allĆ” de la amistad, ansiaba una relaciĆ³n carnal con Pilar!

 

En un tema mĆ”s de mĆ³rbida curiosidad, Pilar mantenĆ­a una constante intriga sobre las partes Ć­ntimas de Gina, la duda se exacerbĆ³ luego de que Emilio NuƱez le hiciese una pregunta indiscreta:

 

—Y ya conociste como es Gina?...me refiero a sus cosas allĆ” abajo, jajajaja, a muchas las impresiona…—Y es que Emilio creĆ­a que la amistad entre esas dos ya estaba prĆ³xima al amorĆ­o.

 

Desde entonces se decidiĆ³ a satisfacer aquella duda, y asĆ­ en una de las visitas al apartamento de Gina tratĆ³ de espiarla en el baƱo.

 

A travĆ©s de la puerta entreabierta detallĆ³ la retaguardia de la transexual…Pilar se impresionĆ³, Gina incluso tenĆ­a una cola mĆ”s firme que la suya.


Pero Gina notĆ³ que la observaban…

 

Y asƭ la transexual emerge desnuda del baƱo, rumbo a una impactada Pilar, por primera vez observa los genitales de su amiga, el pene en reposo es largo y los testƭculos son enormes.

 

—Te gusta lo que ves?

 

Azorada, Pilar trata de retirarse pero Gina la toma de un hombro y la mantienen en frente suyo. El rostro de la abogada estĆ” a centĆ­metros de Pilar, un beso parece cercano.

 

Pero Gina evita besarla y le guĆ­a una mano a sus testĆ­culos, el primer contacto de aquellas enormes pelotas impresiona a Pilar quien parece temblorosa.

 

—Que te parecen?— Le dice Gina al oĆ­do.

 

—Son muy grandes.

 

Gina riĆ³ levemente.

 

—Recuerdas el primer dĆ­a en que nos conocimos, aquel golpe con el paraguas… Me dolieron mucho esa vez.

 

—Yo…Yo lo siento.

 

A pesar de la vergĆ¼enza, Pilar no dejaba de manosear aquellas huevas, como queriendo explorarlas por toda su esfĆ©rica superficie.

 

—Ya conociste mis bolas. Entonces? quieres conocerme toda?

 

Fue cuando Gina ahora si tratĆ³ de besarla, los labios estaban a punto de juntarse cuando Pilar dejĆ³ de tocarle los testĆ­culos y se alejĆ³.

 

Gina se decepcionĆ³ un poco, Pilar se hallaba muy pĆ”lida.

 

—Yo, yo no puedo hacer esto, Camilo no lo merece... Lo siento!

 

AbandonĆ³ el apartamento como si la persiguieran para matarla.

 

La abogada quedĆ³ allĆ­, confusa y desnuda.

 

—Se resistiĆ³ a la tentaciĆ³n…Es una mujer fiel a su maridito—La transexual sonriĆ³—Aunque…por ahora!

 

Desde el incidente Pilar mantuvo la distancia, en la oficina apenas cruzaban palabra, pero pronto la abogada la buscĆ³ en privado y le dijo que querĆ­a seguir viĆ©ndola, Pilar confesarĆ­a lo impresionada que habĆ­a quedado con lo que vio y tocĆ³…

…Incluso la noche despuĆ©s de tocarle las bolas, pensĆ³ en ella mientras tenĆ­a intimidad con Camilo.

 

Finalmente Pilar acepta salir con Gina, pero no le promete nada; Por su parte, la abogada da por hecho que la casada no la rechazarĆ­a Ć©sta vez.

 

Un par de noches despuĆ©s se encontraron en un restaurante elegante, eran mĆ”s de las 11 de la noche cuando ingresaron. Gina esperaba una impactante velada que terminara en la madrugada visitando algĆŗn motel.

 

La transexual iba muy elegante con un vestido de noche color gris, estaba muy maquillada y llevaba el cabello recogido a la nuca…Todo para impresionar al mĆ”ximo a Pilar.


La cita en aquel restaurante fue maravillosa, la mĆŗsica tenue y la escasa gente hicieron que una romĆ”ntica Gina convenciera a Pilar de intimar.

 

Siendo mĆ”s de las 12 de la noche, la pareja eran los Ćŗltimos clientes y los encargados les informaron del inminente cierre.

 

Pero de pronto un sujeto ingresĆ³, empujĆ³ al camarero dĆ”ndole un golpe en la cabeza con un objeto contundente, se trataba de una cachiporra. El mesero cayĆ³ sin sentido al suelo y el invasor cerraba la puerta tras de sĆ­.


Gina vio el incidente y enseguida reconociĆ³ al hombre.

 

Se trataba de Fernando GirĆ³n! El marido de una antigua clienta, que la contratĆ³ para divorciarse de Ć©l. DespuĆ©s de la separaciĆ³n, GirĆ³n habĆ­a amenazado a la abogada por quitarle la mitad de su empresa y dejarlo cerca de la bancarrota…Eso aparte de acostarse con su esposa.

 

Gina en alerta, instĆ³ a Pilar a ocultarse tras una cortina.

 

—QuĆ©date aquĆ­, hay un problema.

 

Pilar alcanzĆ³ a ver al sujeto.

 

—Pero quiĆ©n es, Gina?

 

—Ese sujeto me amenazĆ³ por un divorcio, jurĆ³ desquite.

 

El corazĆ³n de Pilar se acelerĆ³.

 

—QuĆ©date tras estas cortinas y no salgas, no importa que pase.

 

—Pero Gina…

 

—No salgas! —Finalmente Pilar obedeciĆ³.

 

Estaba segura de poder patearle el trasero a golpes, pero GirĆ³n podrĆ­a estar armado, no irĆ­a a ese sitio solo con una cachiporra. Estuviese armado o no, le enfrentarĆ­a y no querĆ­a que una inocente como Pilar fuese herida.

 

—Que quieres?! —La bella y elegante Gina se ubicĆ³ frente a GirĆ³n, no era una cobarde.

 

—Que elegancia!, pero eso se espera de alguien de tu calaƱa…TardĆ© en encontrarte marico, pero al fin te ubiquĆ©.

 

Gina dedujo que las recientes amenazas de muerte provenĆ­an de Ć©l.

 

—TĆŗ eres quiĆ©n me amenazĆ³, verdad?, ibas como un cobarde a mi edificio, dejando amenazas anĆ³nimas….eres una basura!

 

—Y tĆŗ eres un maldito!

 

—DirĆ”s, una maldita…—Le corrigiĆ³ Gina.

 

—Maldito, yo sĆ© quĆ© clase de fenĆ³meno eres.

 

Gina se mostrĆ³ realmente enojada. No mostraba arma alguna mĆ”s que la cachiporra, asĆ­ que se prestĆ³ a romperle la cara. Pero otro sujeto que era mĆ”s grande la tomĆ³ por detrĆ”s, Gina tratĆ³ de soltarse pero el individuo la habĆ­a agarrado por sorpresa y con firmeza.

 

Pero de dĆ³nde habĆ­a salido Ć©ste?...girĆ³ un poco la cabeza y le reconociĆ³, le habĆ­a vista aquella noche sentado en el restaurante…sin duda era un secuaz de GirĆ³n y la observaba esperando el momento de llamar a su jefe.

 

Dio un vistazo a la barra y todo encajaba, no se veĆ­a a ningĆŗn empleado del sitio. Mientras ingresaba GirĆ³n, Ć©ste otro debiĆ³ someter de alguna forma a los empleados. Significaba que estaba sola contra estos dos. DebĆ­a apaƱƔrselas y esperar que Pilar se mantuviese escondida.

 

—Me vas a matar?

 

—NO, no quiero tener un muerto encima, no soy un sucio abogado corrupto como tĆŗ, ademĆ”s la policĆ­a me perseguirĆ­a, pero eso sĆ­, te voy a dar la paliza de tu vida, maldito marica! —Balanceaba a gusto la cachiporra.

 

—No te tengo miedo.

 

—Y por eso te escapaste como la marica que eres!, jajaja…

 

Gina estaba mƔs iracunda, se justificaba:

 

—Me fui porque me convencieron, porque me dijeron que podĆ­an ser unos mafiosos y yo no tengo arma, no querĆ­a pero me tocĆ³ alejarme… pero no soy una cobarde como tĆŗ que no da la cara!, jamĆ”s me hubiera mudado de saber que un perdedor como tĆŗ estaba detrĆ”s de todo esto.

 

Enojado, GirĆ³n se lanzĆ³ de repente contra ella. Le enterrĆ³ un rodillazo en el bulto que apenas se alcanzaba a denotar sobre el vestido de Gina…El bulto que eran sus huevos.

 

—AAAaahh!!!—Se quejĆ³ la transexual. Sus enormes testĆ­culos perdieron fĆ”cilmente la batalla y la guerra contra la rodilla del enojado sujeto.

 

Todas las estructuras dentro de los testĆ­culos de Gina se resintieron, la transexual sintiĆ³ como sus bolas cayeron lentamente desde el alto sitio en el que de las dejĆ³ la rodilla del agresor.

 


—Ahora lo ven!, —GirĆ³n se dirigiĆ³ a su colega y a quien le oyese—Es un tipo!, tiene pelotas!

 

La transexual era sostenida por el sujeto de atrƔs, de no ser asƭ se hubiera desplomado con aquel fuerte impacto gonadal.

 

GirĆ³n se reĆ­a, era su victoria contra este sujeto que se acostĆ³ con su esposa.

 

Ahora le dio una bofetada al lindo rostro de Gina, que en vez de causarle dolor pareciĆ³ despertarla del letargo.

 

Pilar se mordiĆ³ la lengua para no expresar algo ante el golpe bajo, pero con la cachetada se le saliĆ³ un:

 

—Gina!!!

 

GirĆ³n volteĆ³ hacia la ubicaciĆ³n de la mujer.

 

—AsĆ­ que aquĆ­ tienes a una zorrita, a ver quĆ© hacemos con ella.

 

Pilar retrocediĆ³ asustada, ocultĆ”ndose mĆ”s tras la cortina.

 

GirĆ³n sonreĆ­a, pero el estar observando a Pilar le distrajo y no vio la rĆ”pida patada que la aturdida pero enfurecida Gina le propinĆ³ con fuerza.


—Toma macho! —ExclamĆ³ Gina elevando aquellas pelotas y casi metiĆ©ndolas al cuerpo de GirĆ³n.

 

—AAAauuuu!!—AullĆ³ GirĆ³n, cuando la punta del zapato femenino se hundiĆ³ en su saco escrotal. Ahora eran sus bolas las que perdĆ­an la batalla y la guerra.

 

Gina sacĆ³ fuerzas y dio un cabezazo atrĆ”s rompiĆ©ndole la nariz al otro sujeto, enseguida le propinĆ³ un codazo a la zona del hĆ­gado y se vio libre.

 

La adrenalina hacƭa que Gina resistiera mƔs el terrible dolor de huevos, aun asƭ daba leves brincos para reponerse mƔs rƔpido.

 

Ahora se ubicĆ³ entre los 2 adoloridos tipos y aquella cortina que ocultaba a Pilar.

 

—Malditos!, quien me pega en las bolas, me las paga!—Estaba iracunda, cĆ³mo le enfadaba que le golpearan los testĆ­culos.

 

La transexual sobaba sus pelotas, al igual que los agresores cubrĆ­an sus partes dolidas, GirĆ³n palpĆ³ sus huevas.

 

—Maldito maricĆ³n, me las pagarĆ”s!

 

Los dos se lanzaron contra la transexual, quiĆ©n esquivĆ³ hĆ”bilmente sus golpes y le impactĆ³ dos veces, a GirĆ³n en las costillas y estĆ³mago, mientras al otro individuo en la rodilla y zona lumbar.

 

Ahora era Gina quien dominaba la pelea, mĆ”s al quitarle a GirĆ³n la cachiporra.

 

—MaricĆ³n!, no voy a perder con un maricĆ³n! —El ego de GirĆ³n estaba hecho pedazos. (Estaba listo para narrar su historia en algĆŗn relato tipo: AnĆ©cdotas Vergonzosas Parte 17).

 

—Tu esposa no se quejĆ³ de este maricĆ³n. —Le respondiĆ³ la abogada en tono sarcĆ”stico y para molestarlo. CĆ³mo no fue en voz alta, Pilar no le alcanzĆ³ a oĆ­r.

 

Atacaron a Gina de nuevo pero la cachiporra les hizo retroceder luego de dos impactos, para cada uno.

 

—Esto es muy fĆ”cil, caballeros—Se burlĆ³ Gina, aunque todavĆ­a el dolor en sus bolas era intenso.

 

Pilar se emocionĆ³ viendo pelear a la abogada, su amiga y tal vez algo mĆ”s, sabĆ­a defenderse sola.

 

—Te crees muy confiado, no? MaricĆ³n!—GirĆ³n evidenciĆ³ una leve sonrisa.

 

Gina se mostrĆ³ extraƱada con su reacciĆ³n, tendrĆ­a un arma oculta?

 

La actitud de GirĆ³n de debĆ­a a que su segundo secuaz aparecĆ­a en escena y se acercaba detrĆ”s de Gina. Ɖste tambiĆ©n estuvo en el restaurante de incognito, y fue en realidad quiĆ©n a punta de pistola encerrĆ³ en un baƱo a los demĆ”s empleados del restaurante.

 

TraĆ­a su arma de fuego en la mano, pero lista no a disparar, sino a golpear de forma contundente la nuca de la transexual.

 

Pilar lo vio pasar, atacarĆ­a a Gina por la espalda! La mujer observĆ³ con detalle la nuca de Gina. Una delicada zona totalmente expuesta ante ese cabello recogido.


Pilar pensĆ³ en gritar para advertir a Gina, pero entonces ese sujeto le dispararĆ­a…saliĆ³ corriendo desde las cortinas y fue tras el sujeto…estaba asustada, pero decidida! Si no hacĆ­a algo, verĆ­a a Gina inconsciente en el suelo.

 

—AAAAAHHH!!!!—Se escuchĆ³ el fuerte grito. Pilar le habĆ­a dado un patadĆ³n por detrĆ”s en los huevos al sujeto armado.

 

La mujer nunca habƭa golpeado a un hombre en sus genitales. A Gina sƭ, pero con el paraguas que fue un accidente, y a su esposo Camilo alguna vez en el sexo, pero un rodillazo sin querer. Sabƭa que les dolƭa demasiado y querƭa lastimar a ese sujeto! Si tenƭa de hacerle un daƱo permanente se lo harƭa!, pero no dejarƭa que lastimara a su amiga Gina.

 

El varĆ³n cayĆ³ de medio lado al piso, juntando las rodillas y tomando sus ardientes cojones.


Gina volteĆ³ de inmediato, y se sorprendiĆ³ al ver a un extraƱo tirado y escuchar de Pilar:

 

—Te querĆ­a atacar por la espalda!

 

La transexual le iba a agradecer, pero viĆ©ndose sin opciĆ³n los dos agresores atacaron.

 

GirĆ³n recibiĆ³ un golpe de cachiporra en la nariz, quedĆ”ndole fracturada. Mientras el otro retrocedĆ­a con cara de dolor cuando Gina le dio un veloz puntapiĆ© entre las piernas, no le pudo dar con plena fuerza, pero si lo suficiente para dejarle aturdido y en retirada.

 

Gina iba a rematarles, pero los sujetos levantaron las manos…se rendĆ­an!

 

La abogada sintiĆ³ un escalofrĆ­o y mirĆ³ hacia atrĆ”s. Pilar estaba pĆ”lida y con el arma de fuego en sus manos, temblando a mĆ”s no poder.

 

—Cuidado con eso, Pilar—Gina se asustĆ³—Mejor dĆ”mela…Lento…dĆ”mela.

 

Los atacantes prefirieron rendirse a que aquella asustada mujer comenzase a disparar.

 

Ya con los empleados del restaurante libres y los 3 atacantes atados, La transexual buscĆ³ un momento de privacidad con Pilar.

 

—Gracias Pilar, me salvaste.

 

—No es nada —expresĆ³ azorada— tenĆ­a que ayudarte, tĆŗ me cuidaste.

 

—Te preocupaste por mĆ­…pero te pido perdĆ³n por meterte en todos estos problemas, son mis lĆ­os y mis cercanos no tienen por quĆ© verse afectados por ellos.

 

Un profundo besĆ³ las uniĆ³.

 

La policĆ­a apareciĆ³ y los sujetos fueron detenidos. La abogada se encargĆ³ de todo, denunciĆ”ndoles y hasta dando una declaraciĆ³n firmada, los empleados del restaurante tambiĆ©n sumaron sus declaraciones, quedando claro que los 3 pillos pasarĆ­an aƱos en prisiĆ³n.

 

En todo momento Gina dejĆ³ a Pilar afuera del asunto legal, no querĆ­a meterla en sus problemas.

 

DespuƩs de la aventura en el restaurante fueron a la playa, se sentaron en la arena una junto a la otra, se acercaba la salida del sol.

 

Gina todavĆ­a se dolĆ­a de sus bolas, Pilar comenzĆ³ a sobarle por encima del vestido. Fue cuando la mujer queriendo alegrar a su dolida pareja se decidiĆ³ a lanzar otro de sus controvertidos chistes:

 

—SĆ³lo cuando un mosquito se posa en tus testĆ­culos, te das cuenta de que no todo en la vida se soluciona con la violencia.

 

Un chiste opuesto a los violentos hechos de aquella jornada.

 

—JAJAJAJAJAJA!!!—Gina estallĆ³ en una sonora carcajada, la abogada siempre respondĆ­a positivamente a los malos chistes sobre huevos.

 

Tras las risas, Pilar reposĆ³ su cabeza contra los pechos de Gina, asĆ­ la pareja verĆ­a el bello amanecer.


Una vez el sol iluminĆ³ por completo la solitaria playa, Pilar se le entregĆ³ a Gina! tuvieron sexo apasionado y salvaje sobre la fina arena. La mujer casada disfrutĆ³ al mĆ”ximo del dotado falo y las colosales bolas de la transexual.


Nunca imaginĆ³ el placer que recibirĆ­a de alguien que a excepciĆ³n de su entrepierna, parecĆ­a una mujer como ella.

 

Desde entonces tendrĆ­an una secreta relaciĆ³n, pero con el tiempo se hizo pĆŗblica y llevarĆ­a al fin del matrimonio de Pilar y Camilo.

 

 

Finalizada la extensa anĆ©cdota, Gina se incorporĆ³ de la cama rumbo al baƱo, volteĆ³ a ver a Pilar quien dormĆ­a cĆ³modamente.

 

Ese era otro asunto pendiente para la abogada…Su futuro con Pilar!

 

La relaciĆ³n con ella habĆ­a nacido como muchas, un simple plan para conseguir la separaciĆ³n de su marido y ganar mucho dinero al ser la abogada del divorcio. Justo como sucediĆ³ con la esposa de Fernando GirĆ³n, y muchas otras.

 

Pilar era agradable, graciosa y tenĆ­a cierto capital monetario, pero tambiĆ©n era muy reservada y ensimismada, lo que la ponĆ­a fuera de algo serio con ella. No se veĆ­a teniendo una relaciĆ³n duradera con Pilar…Pronto terminarĆ­a con ella.

 

SĆ³lo esperaba que el dĆ­a que encontrase otra u otro amante, Pilar no la terminase odiando, habĆ­a sido una buena amiga y deseaba mantener la amistad.

 

Pero por ahora las cosas debĆ­an seguir igual, pues aĆŗn no concluĆ­a el divorcio con su esposo.

 

Mientras cepillaba sus bellos dientes, la abogada volviĆ³ a pensar en Camilo...

 

Se sentĆ­a incĆ³moda con lo sucedido, Ć©l la ayudĆ³, estaba en deuda con el odiado marido de su amante. Estuvo inconsciente y a merced de un desconocido atacante pero Camilo la salvĆ³! Le prestĆ³ ayuda! y a pesar de haberle dado una paliza y quitado la mujer.

 

Que harĆ­a?, disculparse con su rival amoroso?, No! No podĆ­a hacer eso!, o sĆ­ podĆ­a?, le debĆ­a una disculpa?, claro que no!, o sĆ­?. Todo era confuso en su cabeza. Y tambiĆ©n estaba otro tema…Ć©l descubrir quiĆ©n le agrediĆ³, y tan cobardemente!

 

Por fin se decidiĆ³! AcelerarĆ­a los trĆ”mites del divorcio de Pilar, estaba segura que en unos 20 dĆ­as el juez podrĆ­a certificar la separaciĆ³n. Una vez sucediese hablarĆ­a con Camilo (aunque no serĆ­a fĆ”cil el encuentro despuĆ©s de la pelea previa), no sĆ³lo para darle las gracias por la ayuda, sino tambiĆ©n para pedirle pistas sobre el atacante de sus testĆ­culos.

 

CONTINUARƁ EN EL RELATO: ANECDOTAS VERGONZOSAS. Parte 3. (Antes se publicarƔ AnƩcdotas Vergonzosas. Parte 2, con una trama de personajes diferentes).

 

 

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