Contiene
Ballbusting hombre/hombre
Sexo homosexual
Un Mazda CX 5 del año 2019 de color vino se detuvo en la calzada donde Enzo esperaba a alguien, el vidrio fue bajando y el rostro moreno con pequeña barba de Felipe Gargano apareció:
āEspero no haberme demorado.
Enzo simplemente miró al cielo con fastidio.
āHombre, por lo menos sonrĆe, ya lleguĆ©. Media hora despuĆ©s de haberte citado. Pero aquĆ estoy. Ya verĆ”s que la vamos a pasar bien comprando juntos. Mejor que si vinieras con la lady botox. Voy a estacionarme.
La camioneta se puso en marcha. La cita era en un famoso centro comercial con cientos de tiendas por departamentos. Enzo fue puntual en aquella oportunidad y quien falló era Felipe. El abogado llegó a Ć©l vistiendo impecable y bastante perfumado, era como si hubiera vaciado el frasco antes de bajar de su vehĆculo.
āĀæQuĆ© le comprarĆ”s a Marcos con motivo al dĆa del padre? āfue su saludo. Su expresión era jovial como si fueran amigos de hace muchos aƱos y contrastaba muchĆsimo con el tipo duro del dĆa anterior.
āQuiero comprarle unas gafas de sol o un reloj. Tiene montones y le gustan muchĆsimo.
āQue aburrido ādijo Felipe mientras caminaban al interior del establecimientoā. Yo le regalarĆa otra cosa, algo que le guste mĆ”s.
āEstoy seguro que quien lo conoce mĆ”s soy yo y no tĆŗ.
Felipe se echó a reĆr y Enzo lo miró con fastidio.
āEnzo sonrĆe, estĆ”s aquĆ conmigo. Yo estoy feliz āaseguró al ver que Enzo continuaba ceƱudo. Felipe se encogió de hombrosā, bueno, me da igual, asĆ tambiĆ©n te ves sexy. Aunque te debes ver mĆ”s lindo sonriendo.
āPĆŗdrete.
āMe pudrirĆ©, serĆ” un gusto āse rio Felipe.
Se detuvieron ante una vitrina con decenas de relojes y Enzo los contempló uno a uno.
āSi quieres gastar dinero en uno, compramelo a mĆ.
Enzo lo miró muy serio. āĀæEl chantaje tambiĆ©n involucra comprarte cosas?
āNo, solo involucra que yo te rompa las bolasā¦Ā”Ja, ja, ja! Enzo sonrĆe. Estoy feliz de que estemos aquĆ. ĀæQuĆ© le dijiste a tu novia para que no viniera?
āQue hubo un cambio de planes y estarĆa trabajando con mi hermano en su campaƱa.
āGenial. ĀæQuieres saber algo? Me alegra que ella no sea la madre de tu niƱo. Es horrenda tu chica. ĀæPor quĆ© terminaste con la mamĆ” de Enzito?
āMark su nombre es Mark āEnzo fijó su atención en cartier rectangular de color negroā,comprare este.
āHombre, no. Tu padre merece un mejor regalo de su hijo favorito y su salvador de mis malvadas garras. No le compres un reloj. SĆ© mĆ”s original, tu puedes, hombre...
āĀæY si lo compro acusarĆ”s a mi familia con la prensa?
āOye, dude, buena idea. No le compres un reloj es algo muy bĆ”sico. Dime, Āæpor quĆ© terminaste con la madre de tu chiquillo?
Enzo le tomó la palabra y comenzó a caminar por otras tiendas. Iba callado, nunca respondió a la pregunta. La verdad terminó su relación con la madre de su hijo porque conoció a Amy su actual pareja.
āDeben ser geniales las reuniones de los Chacón. Montón de hombres con los huevos grandes. ĀæEs verdad lo que se dice de sus testĆculos? Los tuyos son enormes......... ĀæNo responderĆ”s? Bueno, ven, te invito a unos helados.
āYo no quiero ningĆŗn helado.
āPues, yo ordeno que te sientes ahĆ conmigo āFelipe cambió su tono de vozā. ĀæAsĆ te gusta que te trate, huevón?
āQue yo no quiero.
āBueno que sea uno.
Se quedaron en silencio por un rato.
āNo soy tan maricón como tĆŗ opinas āconfesó Felipeā. De hecho, Āæhas oĆdo en tu vida algĆŗn escĆ”ndalo sobre mĆ?
āNo.
āSoy bastante machito.
El silencio regresó mientras el helado era entregado en la mesa.
āDe hecho estuve casado con una buena mujer un tiempo y tengo una hija. Miranda tiene 15 aƱos y es mi reina āFelipe manipuló su celular para mostrar una fotografĆa de Ć©l junto a una jovencita de piel bronceada, no era tan bonita como la reina que su padre veĆaā. Enzo, estoy muy contento de estar contigo hoy. Ayer meditĆ© y la verdad creo que he sido muy duro contigo.
āDeja de chantajearme.
āEso jamĆ”s āFelipe se echó a reĆrā. AdemĆ”s, quiero que veas esto.
Tendió su celular era la fotografĆa tomada sobre otro papel en fĆsico allĆ aparecĆa un grupo de personas entre ellas un Marcos Chacón bastante joven.
āSĆ, es tu padre, y este que ves por aquĆ es el mĆo.
āĀæY quĆ© con eso?
āEran muy amigos.
āĀæAmigos? Amigos hasta que tu sucio padre lo traicionó con una investigación judicial.
Felipe se le quedó mirando, parecĆa muy tranquilo, pero se las arregló para golpear con su pie las bolas de Enzo debajo de la mesa.
El muchacho saltó sobre la silla llamando la atención de las mesas vecinas. Felipe se excusó con una sonrisa. Enzo arrugó el rostro notablemente furioso.
āNo puedes hablar asĆ de mi padre, Ć©l no estĆ” aquĆ para defenderse y tĆŗ no sabes como ocurrieron los hechos. AdemĆ”s, una investigación judicial que al fin y al cabo fue cierta. ĀæO Marcos Chacón no es un asqueroso corrupto?
āSe acabó ādijo Enzo levantĆ”ndose del asientoā. Me largo de aquĆ āse dio media vuelta.
āCompra para Ć©l un Dalmoreādijo Felipe tranquilamenteā, mi padre alguna vez dijo que Marcos siempre fue fan de esa bebida.
Enzo de espalda a Felipe quedó dubitativo y sorprendido. Era verdad, a su padre le encantaba ese whisky, justamente su ultimo resguardo lo terminó semana atrĆ”s el nieto Rafael que se lo habĆa robado para compartir con sus amigos. Ā”Tremenda regaƱiza que recibió al dĆa siguiente!
āNo te puedes ir aĆŗn, Enzo.
El muchacho se dio la vuelta.
āMe largo.
āNo te puedes ir, amigo. Hice una reservación en el hotel que estĆ” aquĆ al lado. Obvio, no es como el Neptuno Palace, pero es seguro que sus inversionistas lo construyeron con dinero legal, jajaja, es broma. Pero es un excelente hotel. Anoche hice una reservación para ambos. Habitación 826.
āNo voy a ir a ningĆŗn hotel contigo āaclaró Enzo, rojo de la ira.
āUna sola llamada de mi celular bastarĆ” para desmontar a tu familia.
āā¦
āPiĆ©nsalo, Enzo. Tu culito sexy y virginal a cambio de la libertad del culo de Marcos para los presos de la cĆ”rcel.
āVete a la mierda ārespondió Enzo con los labios apretados conteniendo la ira. Se dio media vuelta y se marchó.
Minutos despuĆ©s cuando estaba en una tienda de expendio de licores Enzo recibió en su celular una fotografĆa, era de uno de los documentos que incriminaba a Marcos. Debajo estaba un mensaje.
No lo olvides, habitación 826. Ya estoy ahĆ. Llega sin anunciarte, la puerta estarĆ” sin pasador.
ā¦
Cuando Enzo llegó a la habitación sintió mĆ”s rabia. El asqueroso de Felipe lo estaba esperando semidesnudo sentado en el mueble. Usaba un calzoncillo que guardaba su inmensa hombrĆa, estaba descansando a un lado y se dibujaba recta como una protuberancia. ĀæQuĆ© demonios tenĆa ahĆ dentro? ĀæPor quĆ© se veĆa tan grande?
āSabĆa que ibas a venir. Ahora sĆ puedes quitarte la ropa. AquĆ te espero.
āNunca tendrĆ© sexo contigo, maricón. No me gustan los hombres.
āNunca digas nunca āafirmó Felipe levantĆ”ndose. Inmensa era la herramienta que se le veĆa entre las piernasā.ĀæCómo sabes que no te gusta algo si antes no lo has probado?
āPĆdeme dinero. ĀæCuĆ”nto quieres? Pero no me pidas sexo āEnzo se echó para atrĆ”s hasta dar de espalda a la puerta.
āĀæEnzo, estĆ”s aterrado? El gran león de los Chacón le tiene miedo a un simple maricón enclosetado? Shhh āse acercó a Ć©l pasando los brazos por sus hombros, tenĆa un notable brillo en la mirada y le habló tranquiloā. No tengas miedo, no te harĆ© algo que te haga sentir mal. Al fondo lo vas a pasar bien.
āNo soy gay. PĆdeme dinero. Lo que quieras.
āShhh, Enzo. No te voy a clavar mi anaconda, por lo menos no hoy jajaja. Pero quiero que te relajes. Yo no soy malo. No quiero que temas de mi o me odies.
Le aplicó un preciso masaje en el hombro que tÔcticamente supo dominar la tensión de Enzo al instante.
Felipe sonrió su pene estaba tan duro de estar en contacto tan cercano con aquel semental.
Mientras Enzo se relajaba cayendo en las garras del placer del abogado, Felipe levantó la rodilla bruscamente, aplastando las bolas del hombre entre su rótula y la pelvis.
Enzo se quedó sin aire. Sus brazos se movieron inútilmente. Felipe volvió a levantar la rodilla, masacrando las bolas.
āĀ”Uuuhhhhggg!
Felipe se encantó por la maravillosa demostración de resistencia de Enzo. Trasladó sus manos a los pectorales, sintiéndolos duros, después desabrochó el botón superior de la camisa, pasó al segundo y asà al tercero, descubriendo poco a poco su torso marcado con tatuajes.
āNo āsusurró Enzo.
āSĆ āafirmó serenamente, pero firme Felipe continuando la laborā. No pongas resistencia o te romperĆ© la camisa...
La ropa salió del torso de Enzo.
Felipe se lamió los labios.
āSĆ”cate el zapato, amigo āpidió el abogado abriendo el cinturón.
Felipe se arregostó a Enzo y comenzó a besar su cuello al mismo tiempo que frotaba su erección contra la de él, si no, se inclinaba y la pasaba por su muslo y cadera.
āNo āsusurró Enzo con los ojos cerrados.
Felipe no se detuvo continuó con sus labios y lengua por el cuello y pecho de Chacón, raspó con su barba la rasurada cara de Enzo y se emocionó cuando ese joven emitió un suave gemido.
āNo, por favor, no sigas āsusurró.
Felipe lo ignoró, estimó con su boca el cuello, su mano frotaba el paquete de Chacón⦠el contacto piel a piel se hacĆa cada vez mayor.
Felipe Gargano estaba ansioso de besar los labios de Chacón, pero se contuvo. Al menos él se atrevió a hacer en vivo lo que años atrÔs solo en la mente de su padre ocurrió por otro Chacón.
āEsto te gusta, Enzo āsusurró Felipe a su oĆdo.
āNo, por favor no. No quiero seguir. Detente.
āMe pides que me detengas y tus brazos estĆ”n muy tranquilos a ambos lados de mi costado.
Dicho eso Enzo bajó sus brazos dejĆ”ndolos inertes. Felipe se echó a reĆr y empujó la palma de su mano abierta hacia arriba en los cocos de Enzo. Sus testĆculos se empujaron hacia arriba por el impacto; Enzo abrió la boca y movió las manos lentamente para proteger su vulnerable hombrĆa. Sin embargo Felipe, nunca apartó su mano y la mantuvo entre las piernas de Enzo Chacón, sujetando su escroto.
āConfieso que se sienten mejor cuando uno las sostienes āle dijo tras pasar la lengua por su orejaā. Quiero que sepas que estos huevos de avestruz me pertenecen y no son de lady botox. Yo solo te comparto con ella, pero juro que a partir de hoy eres mĆo āavisó haciendo rodar las bolas gordas y llenas de semen en su palma, aplastando una contra la otra. En poco tiempo, el rĆtmico aplastamiento de sus testĆculos hizo que la impresionante herramienta del hombre se alargara y endureciera, sobresaliendo contra su ajustado calzoncillo. Felipe rozó su cuerpo con el de Enzo, sabiendo que estaba muy bien dotado.
Desde su posición apoyado contra la puerta de entrada, Enzo no supo que hacer. Salir corriendo u obedecer el repentino impulso sexual que nacĆa dentro de Ć©l.
A su vez Felipe le embistió un rodillazo en los huevos.
Enzo rugió en lo que sus gónadas explotaron de dolor.
Felipe lo miraba de felicidad con su polla a punto de reventar el calzoncillo.
Enzo se atragantó cuando su entrepierna fue embestida con un puñetazo de Felipe.
āĀæTe duele, semental? āpreguntó.
Enzo nada le respondió, pero todavĆa seguĆa con el pito erecto.
Sin demora, Felipe se apoderó de sus grandes bolas.
Enzo Chacón respiró hondo y contuvo el aliento, en lo que el abogado giró sus cojones entre sus fuertes dedos.
Felipe se sentĆa contento de tener solo para Ć©l a este semental, completamente bajo control y con la guardia baja. Agregó presión a los órganos del rubio y sonrió. Enderezó a Enzo empujĆ”ndolo con su otra palma por el musculoso pecho. Deliberadamente rodó sus bolas en su palma, siendo el absoluto dueƱo de su hombrĆa. Enzo rugió muy bajo.
HabĆa un magnĆ©tico contacto visual entre ambos. Sin embargo la mirada de Felipe se transformó en un brillo de sexo, dejó de apretar los cojones de Enzo y deslizó su mano por toda el Ć”rea genital del hombre, sonrió de palpar el duro pene, era gordo. Se dedicó a escuchar la respiración de su cautivo, eran mezclas de una contenida excitación y jadeos.
Felipe lo tomó de la mano.
āVen ādijo con una sincera sonrisa.
āNo ādijo Enzo.su voz no era firme, era como una sĆŗplica.
āVen, me encargarĆ© que lo pases bien.
Y lo hizo caminar alejÔndolo de la puerta, otro dudoso «no» de Enzo fue omitido.
āQuĆtate eso.
āNo.
āĀæEs todo lo que puedes decir? āFelipe sonrió divirtiĆ©ndose.
Enzo se quedó callado, entonces rÔpidamente Felipe hizo caer la ropa interior del joven por sus muslos. Fue gracioso porque en vano Enzo intentó cubrir su dotada erección.
āUy, tan grande y tan miedoso. No te preocupes, no te voy a violar āse acercó a su oĆdo y le susurróā, me voy a encargar de que la pases bien. ĀæHasta cuando lo repito? āsuavemente retiró las manos de Enzo de su hombrĆa, tragó saliva. Aquella herramienta sexual era sumamente hermosa, una gran vara para penetrar con dos cargadas gónadas, un poco rojas por los golpes anterioresā. SiĆ©ntate āempujĆ”ndolo suavemente hizo que Enzo utilizara una silla.
Felipe se arrodilló en medio de sus piernas abiertas, le miró con los ojos llenos de brillo, tomó la hermosa polla y empezó a lamerle el tronco y el glande mientras estimulaba tambiĆ©n con la mano. Empezó lentamente, saboreando cada milĆmetro de ese pene con consistencia pĆ©trea.
La verdad, Enzo se sintió en el cielo, miró a Felipe, pero sintió vergüenza y desvĆo la vista cuando el abogado dirigió sus ojos hasta Ć©l para detallar su reacción y despuĆ©s siguió con su mamada. Le comĆa el pene con mucha delicadeza, poniĆ©ndole la mĆ”xima atención a lo que hacĆa. Se daba cuenta que nunca antes se la habĆan chupado de esa forma. Desde que perdió la virginidad a los 16 aƱos con una compaƱera de clases y despuĆ©s de muchas bocas femeninas en esos 13 aƱos de sexo, nunca antes se lo habĆan hecho con tanta precisión.
Felipe chupaba con autĆ©ntico deleite. Se sentĆa feliz de poder hacerlo con Enzo y querĆa que no lo olvidase nunca en su vida, por esa razón siguió lamiendo a toda disposición. Con la mano temblorosa Enzo le acarició el cabello con una mano y luego con la otra.
Dio un respiro y supo que se relajó. Felipe seguĆa recorriendo toda la extensión de su verga con la lengua y labios, no hubo un solo contacto con sus dientes como a menudo le ocurrĆa con alguna chica. Llegó un momento en el que el abogado se metió su pene por completo en la boca y se lo sacó rĆ”pidamente.
Enzo gimió deliciosamente, Felipe sĆ que sabĆa muy bien cómo prolongar el placer.
Gradualmente, sus movimientos fueron subiendo de intensidad y con la mano derecha empezó a acariciar los grandes testĆculos Chacón, empezó a masajearlos muy suavemente mientras se empezaba a meter la polla en su boca.
No tardó mucho en engullir toda la extensión del falo. PodĆa notar su cara y su nariz bajando y subiendo mientras usaba su lengua para jugar con su polla, que se encontraba totalmente encerrada en su boca.
Enzo solo pensó en la fabulosa garganta profunda, se sentĆa en el cielo. PodĆa ver las nubes y el placer. Felipe realmente disfrutaba mamando una verga.
āAh, ah, ah āempezó a decir Enzo, con la boca abierta de manera muy pequeƱa, aferró sus manos a las patas de la silla. Estaba muy cachondo y no demorarĆa en eyacularā. Estoy⦠estoy a puntoā¦
āNo me importa ādijo Felipe, aumentando el movimiento de sus labios. Moviendo la cabeza con mĆ”s energĆa, follĆ”ndolo con sus labios y lengua.
Alternaba movimientos largos que dejaban el glande dentro de su boca, con movimientos mĆ”s cortos y rĆ”pidos en los que sacaba de su boca unos cinco o seis centĆmetros de esa barra de carne ardiente.
Era increĆble lo que hacĆa con la lengua. La movĆa de sitio de modo que la sensación de la mamada iba cambiando en cada ocasión. Enzo sentĆa que su semen iba a brotar como lava de un volcĆ”n en erupción.
Tal como pensó, expulsó el primer chorro con toda la potencia de un cañón.
Felipe enterró toda la verga hasta el fondo de su garganta recibiendo los largos disparos de leche Chacón. Con la boca abierta mientras respiraba, Enzo observó cómo Felipe tragaba por el movimiento de su garganta, lo que le produjo un placer mayor.
A medida que la leche era expulsada de su cuerpo, su pene se deshinchaba conforme pasaban los segundos.
Cada vez que notaba como Felipe hacĆa presión, le invadĆa una oleada de placer. Al final, Felipe volvió a metĆ©rsela entera hasta el fondo e hizo una pasada de lengua hasta que su verga quedó completamente fuera de su cuerpo, relajada.
HabĆa sido una mamada increĆble. Pero no se atrevĆa a decĆrselo.
Felipe levantó la boca, algunos rastros del jugo viril de Enzo estaba empegostado alrededor de sus labios, le sonrió. Enzo lo miró y se mordió el labio inferior.
āIrĆ© a lavarme la cara para quitar este desastre ādeclaró irguiĆ©ndoseā. Oye, ĀæquĆ© comes? Tiene buen sabor.
Enzo se encogió de hombros. Felipe le guiñó un ojo.
āYa vuelvo.
Se dio la vuelta y caminó al baƱo, a mitad de su recorrido, se quitó la ropa interior. Enzo le observó las redondas nalgas, se habĆa depilado sin duda alguna.
Cuando Felipe salió del baño con la cara húmeda se quedó observando la sala.
āLo que me esperaba ādijo.
Enzo se habĆa ido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario