Chantaje (4/8): la vas a pasar muy bien - Las Bolas de Pablo

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31 may 2021

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Chantaje (4/8): la vas a pasar muy bien

Contiene

Ballbusting hombre/hombre

Sexo homosexual


Un Mazda CX 5 del aƱo 2019 de color vino se detuvo en la calzada donde Enzo esperaba a alguien, el vidrio fue bajando y el rostro moreno con pequeƱa barba de Felipe Gargano apareciĆ³:

 

ā€”Espero no haberme demorado. 

 

Enzo simplemente mirĆ³ al cielo con fastidio. 

 

ā€”Hombre, por lo menos sonrĆ­e, ya lleguĆ©. Media hora despuĆ©s de haberte citado. Pero aquĆ­ estoy. Ya verĆ”s que la vamos a pasar bien comprando juntos. Mejor que si vinieras con la lady botox. Voy a estacionarme. 

 

La camioneta se puso en marcha. La cita era en un famoso centro comercial con cientos de tiendas por departamentos. Enzo fue puntual en aquella oportunidad y quien fallĆ³ era Felipe. El abogado llegĆ³ a Ć©l vistiendo impecable y bastante perfumado, era como si hubiera vaciado el frasco antes de bajar de su vehĆ­culo. 


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ā€”ĀæQuĆ© le comprar
Ć”s a Marcos con motivo al dĆ­a del padre? ā€”fue su saludo. Su expresiĆ³n era jovial como si fueran amigos de hace muchos aƱos y contrastaba muchĆ­simo con el tipo duro del dĆ­a anterior. 

 

ā€”Quiero comprarle unas gafas de sol o un reloj. Tiene montones y le gustan muchĆ­simo. 

 

ā€”Que aburrido ā€”dijo Felipe mientras caminaban al interior del establecimientoā€”. Yo le regalarĆ­a otra cosa, algo que le guste mĆ”s. 

 

ā€”Estoy seguro que quien lo conoce mĆ”s soy yo y no tĆŗ

 

Felipe se echĆ³ a reĆ­r y Enzo lo mirĆ³ con fastidio. 

 

ā€”Enzo sonrĆ­e, estĆ”s aquĆ­ conmigo. Yo estoy feliz ā€”asegurĆ³ al ver que Enzo continuaba ceƱudo. Felipe se encogiĆ³ de hombrosā€”, bueno, me da igual, asĆ­ tambiĆ©n te ves sexy. Aunque te debes ver mĆ”s lindo sonriendo. 

 

ā€”PĆŗdrete. 

 

ā€”Me pudrirĆ©, serĆ” un gusto ā€”se rio Felipe. 

 

Se detuvieron ante una vitrina con decenas de relojes y Enzo los contemplĆ³ uno a uno. 

 

ā€”Si quieres gastar dinero en uno, compramelo a mĆ­. 

 

Enzo lo mirĆ³ muy serio. ā€”ĀæEl chantaje tambiĆ©n involucra comprarte cosas? 

 

ā€”No, solo involucra que yo te rompa las bolasā€¦Ā”Ja, ja, ja! Enzo sonrĆ­e. Estoy feliz de que estemos aquĆ­. ĀæQuĆ© le dijiste a tu novia para que no viniera? 

 

ā€”Que hubo un cambio de planes y estarĆ­a trabajando con mi hermano en su campaƱa. 

 

ā€”Genial. ĀæQuieres saber algo? Me alegra que ella no sea la madre de tu niƱo. Es horrenda tu chica. ĀæPor quĆ© terminaste con la mamĆ” de Enzito? 

 

ā€”Mark su nombre es Mark ā€”Enzo fijĆ³ su atenciĆ³n en cartier rectangular de color negroā€”,comprare este. 

 

ā€”Hombre, no. Tu padre merece un mejor regalo de su hijo favorito y su salvador de mis malvadas garras. No le compres un reloj. SĆ© mĆ”s original, tu puedes, hombre...

 

ā€”ĀæY si lo compro acusarĆ”s a mi familia con la prensa? 

 

ā€”Oye, dude, buena idea. No le compres un reloj es algo muy bĆ”sico. Dime, Āæpor quĆ© terminaste con la madre de tu chiquillo? 

 

Enzo le tomĆ³ la palabra y comenzĆ³ a caminar por otras tiendas. Iba callado, nunca respondiĆ³ a la pregunta. La verdad terminĆ³ su relaciĆ³n con la madre de su hijo porque conociĆ³ a Amy su actual pareja. 

 

ā€”Deben ser geniales las reuniones de los ChacĆ³n. MontĆ³n de hombres con los huevos grandes. ĀæEs verdad lo que se dice de sus testĆ­culos? Los tuyos son enormes......... ĀæNo responderĆ”s? Bueno, ven, te invito a unos helados. 

 

ā€”Yo no quiero ningĆŗn helado. 

 

ā€”Pues, yo ordeno que te sientes ahĆ­ conmigo ā€”Felipe cambiĆ³ su tono de vozā€”. ĀæAsĆ­ te gusta que te trate, huevĆ³n? 


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Ocuparon un asiento donde Enzo todavĆ­a estaba ceƱudo y Felipe se dedicĆ³ a encargar dos helados. 

 

ā€”Que yo no quiero. 

 

ā€”Bueno que sea uno. 

 

Se quedaron en silencio por un rato. 

 

ā€”No soy tan maricĆ³n como tĆŗ opinas ā€”confesĆ³ Felipeā€”. De hecho, Āæhas oĆ­do en tu vida algĆŗn escĆ”ndalo sobre mĆ­? 

 

ā€”No. 

 

ā€”Soy bastante machito. 

 

El silencio regresĆ³ mientras el helado era entregado en la mesa. 

 

ā€”De hecho estuve casado con una buena mujer un tiempo y tengo una hija. Miranda tiene 15 aƱos y es mi reina ā€”Felipe manipulĆ³ su celular para mostrar una fotografĆ­a de Ć©l junto a una jovencita de piel bronceada, no era tan bonita como la reina que su padre veĆ­aā€”. Enzo, estoy muy contento de estar contigo hoy. Ayer meditĆ© y la verdad creo que he sido muy duro contigo. 

 

ā€”Deja de chantajearme. 

 

ā€”Eso jamĆ”s ā€”Felipe se echĆ³ a reĆ­rā€”. AdemĆ”s, quiero que veas esto. 

 

TendiĆ³ su celular era la fotografĆ­a tomada sobre otro papel en fĆ­sico allĆ­ aparecĆ­a un grupo de personas entre ellas un Marcos ChacĆ³n bastante joven. 

 

ā€”SĆ­, es tu padre, y este que ves por aquĆ­ es el mĆ­o. 

 

ā€”ĀæY quĆ© con eso? 

 

ā€”Eran muy amigos. 

 

ā€”ĀæAmigos? Amigos hasta que tu sucio padre lo traicionĆ³ con una investigaciĆ³n judicial. 

 

Felipe se le quedĆ³ mirando, parecĆ­a muy tranquilo, pero se las arreglĆ³ para golpear con su pie las bolas de Enzo debajo de la mesa. 

 

El muchacho saltĆ³ sobre la silla llamando la atenciĆ³n de las mesas vecinas. Felipe se excusĆ³ con una sonrisa. Enzo arrugĆ³ el rostro notablemente furioso.

 

ā€”No puedes hablar asĆ­ de mi padre, Ć©l no estĆ” aquĆ­ para defenderse y tĆŗ no sabes como ocurrieron los hechos. AdemĆ”s, una investigaciĆ³n judicial que al fin y al cabo fue cierta. ĀæO Marcos ChacĆ³n no es un asqueroso corrupto?

 

ā€”Se acabĆ³ ā€”dijo Enzo levantĆ”ndose del asientoā€”. Me largo de aquĆ­ ā€”se dio media vuelta. 

 

ā€”Compra para Ć©l un Dalmoreā€”dijo Felipe tranquilamenteā€”, mi padre alguna vez dijo que Marcos siempre fue fan de esa bebida. 

 

Enzo de espalda a Felipe quedĆ³ dubitativo y sorprendido. Era verdad, a su padre le encantaba ese whisky, justamente su ultimo resguardo lo terminĆ³ semana atrĆ”s el nieto Rafael que se lo habĆ­a robado para compartir con sus amigos. Ā”Tremenda regaƱiza que recibiĆ³ al dĆ­a siguiente! 

 

ā€”No te puedes ir aĆŗn, Enzo. 

 

El muchacho se dio la vuelta. 

 

ā€”Me largo. 

 

ā€”No te puedes ir, amigo. Hice una reservaciĆ³n en el hotel que estĆ” aquĆ­ al lado. Obvio, no es como el Neptuno Palace, pero es seguro que sus inversionistas lo construyeron con dinero legal, jajaja, es broma. Pero es un excelente hotel. Anoche hice una reservaciĆ³n para ambos. HabitaciĆ³n 826.

 

ā€”No voy a ir a ningĆŗn hotel contigo ā€”aclarĆ³ Enzo, rojo de la ira. 

 

ā€”Una sola llamada de mi celular bastarĆ” para desmontar a tu familia. 

 

ā€”ā€¦ 

 

ā€”PiĆ©nsalo, Enzo. Tu culito sexy y virginal a cambio de la libertad del culo de Marcos para los presos de la cĆ”rcel. 

 

ā€”Vete a la mierda ā€”respondiĆ³ Enzo con los labios apretados conteniendo la ira. Se dio media vuelta y se marchĆ³. 

 

Minutos despuĆ©s cuando estaba en una tienda de expendio de licores Enzo recibiĆ³ en su celular una fotografĆ­a, era de uno de los documentos que incriminaba a Marcos. Debajo estaba un mensaje. 

 

No lo olvides, habitaciĆ³n 826. Ya estoy ahĆ­. Llega sin anunciarte, la puerta estarĆ” sin pasador.

 

ā€¦


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Cuando Enzo llegĆ³ a la habitaciĆ³n sintiĆ³ mĆ”s rabia. El asqueroso de Felipe lo estaba esperando semidesnudo sentado en el mueble. Usaba un calzoncillo que guardaba su inmensa hombrĆ­a, estaba descansando a un lado y se dibujaba recta como una protuberancia. ĀæQuĆ© demonios tenĆ­a ahĆ­ dentro? ĀæPor quĆ© se veĆ­a tan grande? 

 

ā€”SabĆ­a que ibas a venir. Ahora sĆ­ puedes quitarte la ropa. AquĆ­ te espero. 

 

ā€”Nunca tendrĆ© sexo contigo, maricĆ³n. No me gustan los hombres. 

 

ā€”Nunca digas nunca ā€”afirmĆ³ Felipe levantĆ”ndose. Inmensa era la herramienta que se le veĆ­a entre las piernasā€”.ĀæCĆ³mo sabes que no te gusta algo si antes no lo has probado

 

ā€”PĆ­deme dinero. ĀæCuĆ”nto quieres? Pero no me pidas sexo ā€”Enzo se echĆ³ para atrĆ”s hasta dar de espalda a la puerta. 

 

ā€”ĀæEnzo, estĆ”s aterrado? El gran leĆ³n de los ChacĆ³n le tiene miedo a un simple maricĆ³n enclosetado? Shhh ā€”se acercĆ³ a Ć©l pasando los brazos por sus hombros, tenĆ­a un notable brillo en la mirada y le hablĆ³ tranquiloā€”. No tengas miedo, no te harĆ© algo que te haga sentir mal. Al fondo lo vas a pasar bien

 

ā€”No soy gay. PĆ­deme dinero. Lo que quieras. 

 

ā€”Shhh, Enzo. No te voy a clavar mi anaconda, por lo menos no hoy jajaja. Pero quiero que te relajes. Yo no soy malo. No quiero que temas de mi o me odies. 

 

Le aplicĆ³ un preciso masaje en el hombro que tĆ”cticamente supo dominar la tensiĆ³n de Enzo al instante. 

 

Felipe sonriĆ³ su pene estaba tan duro de estar en contacto tan cercano con aquel semental. 

 

Mientras Enzo se relajaba cayendo en las garras del placer del abogado, Felipe levantĆ³ la rodilla bruscamente, aplastando las bolas del hombre entre su rĆ³tula y la pelvis. 

 

Enzo se quedĆ³ sin aire. Sus brazos se movieron inĆŗtilmente. Felipe volviĆ³ a levantar la rodilla, masacrando las bolas. 

 

ā€”Ā”Uuuhhhhggg! 

 

Felipe se encantĆ³ por la maravillosa demostraciĆ³n de resistencia de Enzo. TrasladĆ³ sus manos a los pectorales, sintiĆ©ndolos duros, despuĆ©s desabrochĆ³ el botĆ³n superior de la camisa, pasĆ³ al segundo y asĆ­ al tercero, descubriendo poco a poco su torso marcado con tatuajes. 

 

ā€”No ā€”susurrĆ³ Enzo. 

 

ā€”SĆ­ ā€”afirmĆ³ serenamente, pero firme Felipe continuando la laborā€”. No pongas resistencia o te romperĆ© la camisa...

 

La ropa saliĆ³ del torso de Enzo.

 

Felipe se lamiĆ³ los labios. 

 

ā€”SĆ”cate el zapato, amigo ā€”pidiĆ³ el abogado abriendo el cinturĆ³n. 


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Con los zapatos fuera, el pantalĆ³n comenzĆ³ a deslizarse por los muslos del hombre. Felipe contuvo el aliento, sintiĆ©ndose ansioso de estar cerca de los genitales de ChacĆ³n. Enzo vestĆ­a un ajustado calzoncillo blanco, su pene medio duro apuntaba a su ombligo y sus huevos redondos y extra grandes quedaban expuestos debajo. Felipe se mordiĆ³ el labio inferior sin dejar de mirar el impresionante paquete.

 

Felipe se arregostĆ³ a Enzo y comenzĆ³ a besar su cuello al mismo tiempo que frotaba su erecciĆ³n contra la de Ć©l, si no, se inclinaba y la pasaba por su muslo y cadera. 

 

ā€”No ā€”susurrĆ³ Enzo con los ojos cerrados. 

 

Felipe no se detuvo continuĆ³ con sus labios y lengua por el cuello y pecho de ChacĆ³n, raspĆ³ con su barba la rasurada cara de Enzo y se emocionĆ³ cuando ese joven emitiĆ³ un suave gemido. 

 

ā€”No, por favor, no sigas ā€”susurrĆ³. 

 

Felipe lo ignorĆ³, estimĆ³ con su boca el cuello, su mano frotaba el paquete de ChacĆ³nā€¦ el contacto piel a piel se hacĆ­a cada vez mayor

 

Felipe Gargano estaba ansioso de besar los labios de ChacĆ³n, pero se contuvo. Al menos Ć©l se atreviĆ³ a hacer en vivo lo que aƱos atrĆ”s solo en la mente de su padre ocurriĆ³ por otro ChacĆ³n. 

 

ā€”Esto te gusta, Enzo ā€”susurrĆ³ Felipe a su oĆ­do. 

 

ā€”No, por favor no. No quiero seguir. Detente

 

ā€”Me pides que me detengas y tus brazos estĆ”n muy tranquilos a ambos lados de mi costado. 

 

Dicho eso Enzo bajĆ³ sus brazos dejĆ”ndolos inertes. Felipe se echĆ³ a reĆ­r y empujĆ³ la palma de su mano abierta hacia arriba en los cocos de Enzo. Sus testĆ­culos se empujaron hacia arriba por el impacto; Enzo abriĆ³ la boca y moviĆ³ las manos lentamente para proteger su vulnerable hombrĆ­a. Sin embargo Felipe, nunca apartĆ³ su mano y la mantuvo entre las piernas de Enzo ChacĆ³n, sujetando su escroto. 

 

ā€”Confieso que se sienten mejor cuando uno las sostienes ā€”le dijo tras pasar la lengua por su orejaā€”. Quiero que sepas que estos huevos de avestruz me pertenecen y no son de lady botox. Yo solo te comparto con ella, pero juro que a partir de hoy eres mĆ­o ā€”avisĆ³ haciendo rodar las bolas gordas y llenas de semen en su palma, aplastando una contra la otra. En poco tiempo, el rĆ­tmico aplastamiento de sus testĆ­culos hizo que la impresionante herramienta del hombre se alargara y endureciera, sobresaliendo contra su ajustado calzoncillo. Felipe rozĆ³ su cuerpo con el de Enzo, sabiendo que estaba muy bien dotado. 

 

Desde su posiciĆ³n apoyado contra la puerta de entrada, Enzo no supo que hacer. Salir corriendo u obedecer el repentino impulso sexual que nacĆ­a dentro de Ć©l.

 

A su vez Felipe le embistiĆ³ un rodillazo en los huevos.

 

Enzo rugiĆ³ en lo que sus gĆ³nadas explotaron de dolor. 

 

Felipe lo miraba de felicidad con su polla a punto de reventar el calzoncillo

 

Enzo se atragantĆ³ cuando su entrepierna fue embestida con un puƱetazo de Felipe.

 

ā€”ĀæTe duele, semental? ā€”preguntĆ³. 

 

Enzo nada le respondiĆ³, pero todavĆ­a seguĆ­a con el pito erecto. 

 

Sin demora, Felipe se apoderĆ³ de sus grandes bolas.

 

Enzo ChacĆ³n respirĆ³ hondo y contuvo el aliento, en lo que el abogado girĆ³ sus cojones entre sus fuertes dedos.

 

Felipe se sentĆ­a contento de tener solo para Ć©l a este semental, completamente bajo control y con la guardia baja. AgregĆ³ presiĆ³n a los Ć³rganos del rubio y sonriĆ³. EnderezĆ³ a Enzo empujĆ”ndolo con su otra palma por el musculoso pecho. Deliberadamente rodĆ³ sus bolas en su palma, siendo el absoluto dueƱo de su hombrĆ­a. Enzo rugiĆ³ muy bajo. 

 

HabĆ­a un magnĆ©tico contacto visual entre ambos. Sin embargo la mirada de Felipe se transformĆ³ en un brillo de sexo, dejĆ³ de apretar los cojones de Enzo y deslizĆ³ su mano por toda el Ć”rea genital del hombre, sonriĆ³ de palpar el duro pene, era gordo. Se dedicĆ³ a escuchar la respiraciĆ³n de su cautivo, eran mezclas de una contenida excitaciĆ³n y jadeos.

 

Felipe lo tomĆ³ de la mano. 

 

ā€”Ven ā€”dijo con una sincera sonrisa. 

 

ā€”No ā€”dijo Enzo.su voz no era firme, era como una sĆŗplica. 

 

ā€”Ven, me encargarĆ© que lo pases bien

 

Y lo hizo caminar alejĆ”ndolo de la puerta, otro dudoso Ā«noĀ» de Enzo fue omitido. 

 

ā€”QuĆ­tate eso. 

 

ā€”No. 

 

ā€”ĀæEs todo lo que puedes decir? ā€”Felipe sonriĆ³ divirtiĆ©ndose. 


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Enzo se quedĆ³ callado, entonces rĆ”pidamente Felipe hizo caer la ropa interior del joven por sus muslos. Fue gracioso porque en vano Enzo intentĆ³ cubrir su dotada erecciĆ³n. 

 

ā€”Uy, tan grande y tan miedoso. No te preocupes, no te voy a violar ā€”se acercĆ³ a su oĆ­do y le susurrĆ³ā€”, me voy a encargar de que la pases bien. ĀæHasta cuando lo repito? ā€”suavemente retirĆ³ las manos de Enzo de su hombrĆ­a, tragĆ³ saliva. Aquella herramienta sexual era sumamente hermosa, una gran vara para penetrar con dos cargadas gĆ³nadas, un poco rojas por los golpes anterioresā€”. SiĆ©ntate ā€”empujĆ”ndolo suavemente hizo que Enzo utilizara una silla. 

 

Felipe se arrodillĆ³ en medio de sus piernas abiertas, le mirĆ³ con los ojos llenos de brillo, tomĆ³ la hermosa polla y empezĆ³ a lamerle el tronco y el glande mientras estimulaba tambiĆ©n con la mano. EmpezĆ³ lentamente, saboreando cada milĆ­metro de ese pene con consistencia pĆ©trea.

 

La verdad, Enzo se sintiĆ³ en el cielo, mirĆ³ a Felipe, pero sintiĆ³ vergĆ¼enza y desvĆ­o la vista cuando el abogado dirigiĆ³ sus ojos hasta Ć©l para detallar su reacciĆ³n y despuĆ©s siguiĆ³ con su mamada. Le comĆ­a el pene con mucha delicadeza, poniĆ©ndole la mĆ”xima atenciĆ³n a lo que hacĆ­a. Se daba cuenta que nunca antes se la habĆ­an chupado de esa forma. Desde que perdiĆ³ la virginidad a los 16 aƱos con una compaƱera de clases y despuĆ©s de muchas bocas femeninas en esos 13 aƱos de sexo, nunca antes se lo habĆ­an hecho con tanta precisiĆ³n.

 

Felipe chupaba con autĆ©ntico deleite. Se sentĆ­a feliz de poder hacerlo con Enzo y querĆ­a que no lo olvidase nunca en su vida, por esa razĆ³n siguiĆ³ lamiendo a toda disposiciĆ³n. Con la mano temblorosa Enzo le acariciĆ³ el cabello con una mano y luego con la otra.

 

Dio un respiro y supo que se relajĆ³. Felipe seguĆ­a recorriendo toda la extensiĆ³n de su verga con la lengua y labios, no hubo un solo contacto con sus dientes como a menudo le ocurrĆ­a con alguna chica. LlegĆ³ un momento en el que el abogado se metiĆ³ su pene por completo en la boca y se lo sacĆ³ rĆ”pidamente.

 

Enzo gimiĆ³ deliciosamente, Felipe sĆ­ que sabĆ­a muy bien cĆ³mo prolongar el placer.

 

Gradualmente, sus movimientos fueron subiendo de intensidad y con la mano derecha empezĆ³ a acariciar los grandes testĆ­culos ChacĆ³n, empezĆ³ a masajearlos muy suavemente mientras se empezaba a meter la polla en su boca.

 

No tardĆ³ mucho en engullir toda la extensiĆ³n del falo. PodĆ­a notar su cara y su nariz bajando y subiendo mientras usaba su lengua para jugar con su polla, que se encontraba totalmente encerrada en su boca.

 

Enzo solo pensĆ³ en la fabulosa garganta profunda, se sentĆ­a en el cielo. PodĆ­a ver las nubes y el placer. Felipe realmente disfrutaba mamando una verga. 


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ā€”Ah, ah, ah ā€”empezĆ³ a decir Enzo, con la boca abierta de manera muy pequeƱa, aferrĆ³ sus manos a las patas de la silla. Estaba muy cachondo y no demorarĆ­a en eyacularā€”
. Estoyā€¦ estoy a puntoā€¦ 

 

ā€”No me importa ā€”dijo Felipe, aumentando el movimiento de sus labios. Moviendo la cabeza con mĆ”s energĆ­a, follĆ”ndolo con sus labios y lengua.

 

Alternaba movimientos largos que dejaban el glande dentro de su boca, con movimientos mƔs cortos y rƔpidos en los que sacaba de su boca unos cinco o seis centƭmetros de esa barra de carne ardiente.

 

Era increĆ­ble lo que hacĆ­a con la lengua. La movĆ­a de sitio de modo que la sensaciĆ³n de la mamada iba cambiando en cada ocasiĆ³n. Enzo sentĆ­a que su semen iba a brotar como lava de un volcĆ”n en erupciĆ³n.

 

Tal como pensĆ³, expulsĆ³ el primer chorro con toda la potencia de un caĆ±Ć³n. 

 

Felipe enterrĆ³ toda la verga hasta el fondo de su garganta recibiendo los largos disparos de leche ChacĆ³n. Con la boca abierta mientras respiraba, Enzo observĆ³ cĆ³mo Felipe tragaba por el movimiento de su garganta, lo que le produjo un placer mayor.

 

A medida que la leche era expulsada de su cuerpo, su pene se deshinchaba conforme pasaban los segundos.

 

Cada vez que notaba como Felipe hacĆ­a presiĆ³n, le invadĆ­a una oleada de placer. Al final, Felipe volviĆ³ a metĆ©rsela entera hasta el fondo e hizo una pasada de lengua hasta que su verga quedĆ³ completamente fuera de su cuerpo, relajada.

 

HabĆ­a sido una mamada increĆ­ble. Pero no se atrevĆ­a a decĆ­rselo.

 

Felipe levantĆ³ la boca, algunos rastros del jugo viril de Enzo estaba empegostado alrededor de sus labios, le sonriĆ³. Enzo lo mirĆ³ y se mordiĆ³ el labio inferior.

 

ā€”IrĆ© a lavarme la cara para quitar este desastre ā€”declarĆ³ irguiĆ©ndoseā€”. Oye, ĀæquĆ© comes? Tiene buen sabor.

 

Enzo se encogiĆ³ de hombros. Felipe le guiĆ±Ć³ un ojo.

 

ā€”Ya vuelvo.

 

Se dio la vuelta y caminĆ³ al baƱo, a mitad de su recorrido, se quitĆ³ la ropa interior. Enzo le observĆ³ las redondas nalgas, se habĆ­a depilado sin duda alguna.

 

Cuando Felipe saliĆ³ del baƱo con la cara hĆŗmeda se quedĆ³ observando la sala.

 

ā€”Lo que me esperaba ā€”dijo.

 

Enzo se habĆ­a ido. 

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