Los hombres de Jhonny (4/5) - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

6 oct 2022

Los hombres de Jhonny (4/5)

AnĆ­bal
Semanas atrĆ”s el periodista AnĆ­bal Ugas y el jefe de campaƱa polĆ­tica Harold Clauss desarrollaron rencillas internas en torno al candidato Jhonny GarranchĆ”n. Lo que a ojos externos parecĆ­an desacuerdos laborales entre ambos, el trĆ­o tenĆ­an en claro que todo era por la relaciĆ³n amorosa del candidato. Esa maƱana Clauss ingresĆ³ a la oficina del periodista consiguiĆ©ndolo de pie ordenando unos papeles, en cuestiĆ³n comenzĆ³ a criticar su forma de abordar la campaƱa para los medios de comunicaciĆ³n y la pĆ©sima manera en la que la oposiciĆ³n despotricaba sobre los Ćŗltimos discursos del candidato.

 

Harold
—Es una porquerĆ­a definitivamente —afirmaba Harold—. No entiendo cĆ³mo puedes seguir aquĆ­ despuĆ©s de todo lo que ha pasado.

 

—De todo lo que has dicho, nada es verdad. Hasta la fecha no he recibido ni escuchado ninguna de las crĆ­ticas a la que usted se refiere. Las Ćŗltimas encuestas dan una muy buena ventaja sobre el seƱor GarranchĆ”n.

 

—Si estĆ” en esa buena posiciĆ³n se debe a mĆ­. Por mis estrategias, porque tu desempeƱo deja mucho que desear. Si sigues aquĆ­ sabemos que se trata por la suerte de tener al candidato como amante.

 

Entonces AnĆ­bal y Harold se quedaron mirando de forma desafiante. La ira que sintiĆ³ de pronto AnĆ­bal fue superior, por lo que levantĆ³ el pie hacia adelante y directamente entre las piernas de Harold.

 

El apuesto jefe de campaƱa apenas pudo respirar cuando el pie lo golpeĆ³ entre los muslos. La protuberancia en su pantalĆ³n se aplastĆ³ con un ruido violento y sus ojos se abrieron alarmados.

 

Un pequeƱo y suave gemido se escapĆ³ de sus labios, y las manos se dirigieron a sus testĆ­culos al instante en el que AnĆ­bal bajĆ³ su pierna. Incapaz de sostenerse cayĆ³ de rodillas frente al periodista.

 

—Mide muy bien tus palabras cuando te dirijas a mĆ­ —declarĆ³ AnĆ­bal— o de lo contrario, pueden ocurrir accidentes desafortunados como este.

 

Harold gimiĆ³, sus ojos marrones se cruzaron resbalando algunas lĆ”grimas mientras acunaba sus bolas entre las manos.

 

AnĆ­bal dibujĆ³ una sonrisa de satisfacciĆ³n cuando vio a Harold desplomarse en el suelo, agarrĆ”ndose sus partes Ć­ntimas y cerrando los ojos con fuerza, mostrando los dientes.

 

La puerta de la oficina fue abierta y la altiva figura del candidato apareciĆ³ en el umbral. Jhonny GarranchĆ”n vestĆ­a su ajustado traje y se quedĆ³ mirando a Harold en el suelo.

 

—¿QuĆ© ha sucedido aquĆ­? —quiso saber—. ¿Lo mismo de la ocasiĆ³n anterior, AnĆ­bal? ¿Por quĆ©?

 

AnĆ­bal se encogiĆ³ de hombros.

 

—Vino aquĆ­ y me empezĆ³ a molestar sobre mi.

 

Jhonny ingresĆ³ a la oficina y ayudĆ³ a Harold a ponerse de pie, quien obedeciĆ³ entre gemidos.

 

—¿Y lo vas a ayudar?

 

Jhonny dirigiĆ³ una mirada al periodista.

 

—Si fueras tĆŗ yo harĆ­a lo mismo.

 

SaliĆ³ de la oficina con Harold entre sus brazos, quien caminaba apretando los dientes y haciendo gestos de dolor. Ambos caminaron hasta la oficina del candidato donde se quedaron a puerta cerrada. Jhonny ayudĆ³ a su jefe de campaƱa a sentarse en un sofĆ” alejado del escritorio, el candidato se mantuvo de pie.

 

—¿Hasta cuĆ”ndo lo vas a molestar? —interrogĆ³ Jhonny con semblante serio.

 

—Hasta que se canse y se vaya. Me emputa verlo siempre aquĆ­.

 

—No se va a ir y en todo caso de que se vaya, seguirĆ” conmigo.

 

—No sĆ© para que lo trajiste aquĆ­. ¿Para darme celos?

 

—¿Celos? No seas ridĆ­culo, Harold. Entre tĆŗ y yo no hubo nunca nada mĆ”s.

 

—No hubo nunca nada mĆ”s porque tĆŗ asĆ­ lo quisiste. Actuaste con un talante de orgullo que hasta el dĆ­a de hoy me martilla los sentimientos.

 

Jhonny GarranchĆ”n suspirĆ³. —Tuviste una aventura con tu ex y no te lo pude perdonar.

 

—Lo has dicho, una aventura con ese tonto y me arrepiento, una aventura que no durĆ³ mĆ”s que dos noches, no me puedes condenar para siempre con eso. AdemĆ”s, hace pocos dĆ­as tĆŗ y yo tambiĆ©n tuvimos algo cercano. Casi estuvimos juntos.

 

—¡Que tĆŗ volvieras una noche con tu ex me doliĆ³!

 

—Mi ex no significĆ³ nada, solo un despecho.

 

—Me fuiste infiel.

 

Jhonny se encogiĆ³ de hombros. Harold tuvo la valentĆ­a de ponerse de pie y quedarse mirando al candidato, que intimidado retrocedido. Harold lo tomĆ³ del rostro con delicadeza y acercĆ³ sus labios a los de Ć©l. Se besaron. Ambos cerraron los ojos para tener una mejor sensaciĆ³n. Siguieron besĆ”ndose y las manos de Harold lo acariciaron de manera mĆ”s segura, sintiĆ³ su piel al tacto por sus manos fue una sensaciĆ³n de mucho gusto para Ć©l, la boca de Jhonny era un placer jugoso en la suya, y su polla se puso dura con el mĆ”s mĆ­nimo roce.

 

Para Jhonny tampoco hubo un sentimiento diferente, sintiĆ³ un placer absoluto, Harold lo estaba acariciando suavemente, los dos estaban abrazados uno al otro, la mano de Harold navegĆ³ a la entrepierna de Jhonny, quiso abrirle la cremallera y el candidato puso resistencia al principio, luego accediĆ³ a la insistente mano de Harold, su polla siempre bonita fue extraĆ­da del pantalĆ³n, no muy grande pero recta, dura y perfecta. Jhonny tragĆ³ saliva cuando bajĆ³ la mirada y vio que Harold se abrĆ­a por completo el pantalĆ³n dejĆ”ndolos caer a sus tobillos, hizo sentar a Jhonny en el sofĆ” y Harold se subiĆ³ encima de Ć©l, sentĆ”ndose sobre su polla, su trasero se acomodĆ³ sobre el falo.

 

—Penetrame, penetrame —susurrĆ³ Harold muy cerca del oĆ­do de Jhonny.

 

AsĆ­ que el candidato sacĆ³ de su ropa un preservativo, deslizĆ³ el condĆ³n sobre su pene, despuĆ©s humedeciĆ³ el trasero de Harold con un lubricante y se preparĆ³ para penetrarlo.

 

Harold comenzĆ³ a emitir sonidos entre el dolor y el placer.

 

—Uuuuum... uuuuuum... ooooooh... uuuuuum... estĆ” bien, asĆ­……… asĆ­…

 

Jhonny bombeaba con la cadera mientras Harold hacƭa sentadillas sobre su polla, lo estaba pasando bien, gozaba, disfrutaba y el candidato tambiƩn estaba que reventaba de placer, estuvieron unos minutos mƔs asƭ, los dos gemƭan.

 

Luego de varias sentadillas del profesional, el candidato no tuvo mĆ”s que eyacular entre gemidos y espasmos de placer. Su condĆ³n saliĆ³ lleno de esperma. Harold se arrimĆ³ a Ć©l y lo besĆ³ con ternura, se tumbĆ³ a su lado acariciĆ”ndole el cabello.

 

—¿Te gustĆ³?

 

—SĆ­ —confesĆ³ Jhonny.

 

—Tal y como los viejos tiempos —se echĆ³ a reĆ­r Harold—. ¿Te acuerdas la vez que te besĆ© antes de que dieras un discurso polĆ­tico? Ja, ja, ja. Saliste al foro con un erecciĆ³n que llamĆ³ mĆ”s la atenciĆ³n que tu conferencia.

 

Jhonny se echĆ³ a reĆ­r.

 

—¡No me lo recuerdes! Eso fue tu culpa.

 

—SĆ­ soy culpable de eso y mĆ”s, que me condenen.

 

Llegado un momento los dos comenzaron a recordar hazaƱas del pasado, hasta que Jhonny se quedĆ³ en silencio y contemplĆ³ el suelo. Harold lo mirĆ³ y lo besĆ³ en los labios.

 

—SerĆ” mejor que te vistas —dijo levantĆ”ndose del sofĆ”—. Puede llegar alguien y no quiero que demoremos en abrir.

 

—SĆ­, tienes razĆ³n —afirmĆ³ Harold subiĆ©ndose el pantalĆ³n. Se sintiĆ³ incĆ³modo por la actitud serĆ­a que habĆ­a tomado Jhonny—. ¿Dije algo mal?

 

—No —respondiĆ³ Jhonny yendo a su mesa para acomodar unos papeles sin mirarle al rostro.

 

Harold se quedĆ³ un rato mirĆ”ndolo, rendido se dirigiĆ³ a la puerta.

 

—Aun te amo, Jhonny. Y sĆ© que tĆŗ todavĆ­a sientes algo por mĆ­ —le dijo antes de abrir y salir sin recibir una respuesta.

 

Jhonny suspirĆ³. A la mente le vinieron varios recuerdos de Harold, cuando eran pareja y quiso desecharlos. No era bueno recordar el pasado. SuspirĆ³ y pensĆ³ en AnĆ­bal.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Pages