A principios de agosto, el seƱor Marcos ChacĆ³n decidiĆ³ adquirir un fantĆ”stico resort de lujo con acceso al mar. Los miembros de su familia no se hicieron esperar para trasladarse a la edificaciĆ³n y compartir varias vivencias.
Rafael el nieto mayor de Marcos invitĆ³ a varios de sus compaƱeros de la universidad entre ellos estaban JosĆ©, un atractivo negro y Caua quien llegĆ³ de Brasil y desarrollĆ³ una especial atenciĆ³n por los grandes testĆculos en los hombres de la familia ChacĆ³n.
Una noche de octubre, Rafael ofreciĆ³ a algunos de sus amigos una invitaciĆ³n a un restaurante con estilo hawaiano. Por lo que los jĆ³venes no dudaron en disfrutar una velada deliciosa.
Bebieron vino tinto y hablaron, pero en un momento Rafael se sintiĆ³ mareado y poco despuĆ©s dijo que se retiraba a su habitaciĆ³n.
—Oh, meu Deus. Vou acompanhĆ”-lo ao seu quarto —se excusĆ³ Caua levantĆ”ndose de la silla para irse con Rafael.
El rubio muchacho tan pronto llegĆ³ su habitaciĆ³n se desmayĆ³ en el sofĆ” de la entrada. La mirada de Caua se enfocĆ³ en su pecho que subĆa y bajaba, mientras la boca se le hizo agua. Se acercĆ³ y desvistiĆ³ a su amigo inconsciente, luego doblĆ³ la ropa con cuidado y la colocĆ³ en otra silla.
Estaba feliz con lo que sus ojos memorizaban. Rafael tenĆa un cuerpo promedio, no estaba tan fuertemente desarrollado, pero los mĆŗsculos se dibujaban en los lugares correctos. Le gustĆ³ una vez mĆ”s el par de testĆculos tan caĆdos que el rubio ostentaba.
Caua atĆ³ los brazos y las piernas de Rafael y luego le dio varias bofetadas en el rostro para despertarlo del aturdimiento.
—¿QuĆ© estĆ”s haciendo, amigo? — preguntĆ³ el rubio un tanto somnoliento.
—No lo sĆ©. Eu quero propor um Ćŗltimo jogo —respondiĆ³ Caua con una sonrisa—. Antes de irme del resort quiero ver un juego Ć©pico.
—¿De quĆ© hablas? ¡Esto no es gracioso, dĆ©jame ir! ¡AYUDA!
—No seas tonto, Rafael.
—Caua, somos amigos, ¿me quieres golpear los huevos? ¡No tienes que hacer esto! ¡DĆ©jame las bolas!
—Ć um Ćŗltimo jogo. He visto a tu abuelo y como se le balancean los huevos cuando va a la playa en su baƱador. Y tambiĆ©n he visto a tu pai bonito, tu papĆ” es bastante rubio y joven. Quiero ver una competencia donde las tres generaciones se revienten los huevos.
—¡EstĆ”s loco, Caua! ¿CĆ³mo los voy a convencer de lograrlo?
—No lo sĆ©. Consigue la manera de que abuelo, padre e hijo compitan por quiĆ©n tiene os melhores ovos da competiĆ§Ć£o.
Caua agarrĆ³ las bolas de Rafael y tirĆ³ de ellas. Rafael ChacĆ³n gritĆ³, nunca habĆa sentido tanto dolor. Caua luego torciĆ³ el escroto de Rafael y presionĆ³ sus uƱas en la bola derecha de Rafael.
Rafael gritĆ³ y torciĆ³ los ojos.
Caua sonriĆ³ y lo soltĆ³ de las pelotas, le regalĆ³ un beso en la mejilla y procediĆ³ a desatar una de sus manos. Rafael gimiĆ³ y procediĆ³ a acariciarse los huevos.
—Ya lo sabes, meu amor. Prepara una competencia rompe huevos entre tu abuelo, tu padre y tĆŗ. De lo contrario eu venho e te parto uma bola. Feliz noche.
Le dio otro beso en la mejilla a Rafael y se fue canturreando una canciĆ³n.
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