Las travesuras de Caua (4/7): tarea asignada - Las Bolas de Pablo

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2 oct 2022

Las travesuras de Caua (4/7): tarea asignada

A principios de agosto, el seƱor Marcos ChacĆ³n decidiĆ³ adquirir un fantĆ”stico resort de lujo con acceso al mar. Los miembros de su familia no se hicieron esperar para trasladarse a la edificaciĆ³n y compartir varias vivencias.

 

Rafael el nieto mayor de Marcos invitĆ³ a varios de sus compaƱeros de la universidad entre ellos estaban JosĆ©, un atractivo negro y Caua quien llegĆ³ de Brasil y desarrollĆ³ una especial atenciĆ³n por los grandes testĆ­culos en los hombres de la familia ChacĆ³n.

 

Una noche de octubre, Rafael ofreciĆ³ a algunos de sus amigos una invitaciĆ³n a un restaurante con estilo hawaiano. Por lo que los jĆ³venes no dudaron en disfrutar una velada deliciosa.

 

Bebieron vino tinto y hablaron, pero en un momento Rafael se sintiĆ³ mareado y poco despuĆ©s dijo que se retiraba a su habitaciĆ³n.

 

—Oh, meu Deus. Vou acompanhĆ”-lo ao seu quarto —se excusĆ³ Caua levantĆ”ndose de la silla para irse con Rafael.

 

El rubio muchacho tan pronto llegĆ³ su habitaciĆ³n se desmayĆ³ en el sofĆ” de la entrada. La mirada de Caua se enfocĆ³ en su pecho que subĆ­a y bajaba, mientras la boca se le hizo agua. Se acercĆ³ y desvistiĆ³ a su amigo inconsciente, luego doblĆ³ la ropa con cuidado y la colocĆ³ en otra silla.

 

Estaba feliz con lo que sus ojos memorizaban. Rafael tenĆ­a un cuerpo promedio, no estaba tan fuertemente desarrollado, pero los mĆŗsculos se dibujaban en los lugares correctos. Le gustĆ³ una vez mĆ”s el par de testĆ­culos tan caĆ­dos que el rubio ostentaba.

 

Caua atĆ³ los brazos y las piernas de Rafael y luego le dio varias bofetadas en el rostro para despertarlo del aturdimiento.

 

—¿QuĆ© estĆ”s haciendo, amigo? — preguntĆ³ el rubio un tanto somnoliento.

 

—No lo sĆ©. Eu quero propor um Ćŗltimo jogo —respondiĆ³ Caua con una sonrisa—. Antes de irme del resort quiero ver un juego Ć©pico.

 

—¿De quĆ© hablas? ¡Esto no es gracioso, dĆ©jame ir! ¡AYUDA!

 

—No seas tonto, Rafael.

 

—Caua, somos amigos, ¿me quieres golpear los huevos? ¡No tienes que hacer esto! ¡DĆ©jame las bolas!

 

—Ɖ um Ćŗltimo jogo. He visto a tu abuelo y como se le balancean los huevos cuando va a la playa en su baƱador. Y tambiĆ©n he visto a tu pai bonito, tu papĆ” es bastante rubio y joven. Quiero ver una competencia donde las tres generaciones se revienten los huevos.

 

—¡EstĆ”s loco, Caua! ¿CĆ³mo los voy a convencer de lograrlo?

 

—No lo sĆ©. Consigue la manera de que abuelo, padre e hijo compitan por quiĆ©n tiene os melhores ovos da competiĆ§Ć£o.

 

Caua agarrĆ³ las bolas de Rafael y tirĆ³ de ellas. Rafael ChacĆ³n gritĆ³, nunca habĆ­a sentido tanto dolor. Caua luego torciĆ³ el escroto de Rafael y presionĆ³ sus uƱas en la bola derecha de Rafael.

 

Rafael gritĆ³ y torciĆ³ los ojos.

 

Caua sonriĆ³ y lo soltĆ³ de las pelotas, le regalĆ³ un beso en la mejilla y procediĆ³ a desatar una de sus manos. Rafael gimiĆ³ y procediĆ³ a acariciarse los huevos.

 

—Ya lo sabes, meu amor. Prepara una competencia rompe huevos entre tu abuelo, tu padre y tĆŗ. De lo contrario eu venho e te parto uma bola. Feliz noche.

 

Le dio otro beso en la mejilla a Rafael y se fue canturreando una canciĆ³n.

 

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