Baris Azó bajó hacia el cuadrilátero desde los vestuarios encontrándose con su rival Pablo Chacón que ya lo esperaba. Subió al ring y empezó a estirar un poco los brazos. Caminó hacia Pablo exhibiendo su cuerpo, y flexionó el bíceps en su cara.
—Que interesante que tenga un combate con el famoso Pablo Chacón. Tengo mi oportunidad de vencer a un gran guerrero —se detuvo ante él a centímetros de distancia.
—¡No me intimidas, grandullón! —Pablo lo miro de arriba abajo escaneando su musculoso cuerpo. Su voz era calmada antes de sonreír ligeramente y levantar la comisura de los labios. Hizo rebotar los pectorales y extendió la mano para comenzar con un apretón de manos—. ¡Vamos, hombre!
Baris dio un paso atrás y estrechó su mano con un apretón firme. Subió los brazos y empezó a rodear el cuadrilátero buscando la oportunidad de iniciar. Afirmó la pisada colocando los pies en la lona con firmeza, preparándose para lo que fuera.
—Estoy listo para derribarte, Chacón —dijo con sonrisa despreocupada.
Pablo saltó hacia Baris, se agachó y giró el cuerpo alrededor de su rival, envolviéndolo sus brazos en torno a su cintura. Empujó sus rodillas detrás de las de Baris y cambió su peso hacia atrás para desequilibrarlo, usando su peso en contra para aplicar un suplex y lanzarlo sobre su hombro.
La lona retumbó con Baris cayendo, lastimándose la espalda y un poco la cabeza. Se levantó rápidamente y se abalanzó contra Pablo extendiendo el brazo derecho para agarrarlo con un clothesline.
Pablo se agachó, Baris siguió corriendo hacia las cuerdas. Rebotó en ellas y corrió hacia el rubio. Pablo lo recibió con un salto dándole una dropkick con los dos talones apuntando a los enormes pectorales del rival.
Recibiendo el impacto Baris cayó contra las cuerdas. Respiró profundamente y salió de la zona hacia el centro donde Pablo apenas se levantaba de la última patada. Cuando estuvo cerca, Pablo lanzó la pierna hacia arriba dando una patada alta hacia su cabeza, seguido aterrizó un barrido de pies hacia los tobillos tumbándolo de espaldas.
Rápidamente Baris colocó los brazos en la colchoneta y pateó hacia arriba, haciéndolo tambalear. Se puso de pie y corrió hacia Pablo como un toro con el objetivo de estrellarse en sus abdominales con un spear.
Baris logró su objetivo, chocando con fuerza en el centro del cuerpo de Pablo. El impacto fue tan profundo que los dos aterrizaron fuera del cuadrilátero, donde quedaron tumbados de espaldas.
Baris se quejó poniéndose de rodillas, arrastrándose para alejarse de Pablo, negando con la cabeza. Se apoyó en el esquinero del ring y se levantó mirando a Pablo respirando con dificultad. Tenía la cara roja y se sentía furioso. Se acercó hacia Pablo y lo tomó del cabello jalándolo hacia arriba, arrastrándolo hasta la esquina para golpear su cara contra los escalones de acero.
Antes de que su cabeza golpeara contra los escalones, Pablo puso los brazos justo a tiempo para protegerse el rostro y reducir el daño. Con el otro brazo golpeó el codo en los abdominales de Baris. Tiró de la parte superior de su cuerpo hacia arriba agarrando el cabello del retador con ambas manos. Con la derecha sostuvo su cabello y con la izquierda la nuca y golpeó su cabeza contra los escalones de acero con toda su fuerza.
—Aaaaay —Baris se tambaleó sintiéndose dolorido.
Retrocedió un par de pasos, Pablo se acercó a él, respirando hondo, lo agarró del cabello y lo empujó contra la barricada de acero. Aplastando su cara contra el duro material una vez más.
Baris quedó completamente aturdido, Pablo soltó su cabello y dejó que se quedase reposando apoyando la espalda a un costado de los escalones, para su afortunada suerte abrió mucho las piernas dando la oportunidad perfecta para que Pablo lo pateara en las bolas.
—¡AAAAAAAGH, HIJO DE PUTA! —gritó sorprendido Baris cuando una tremenda cantidad de dolor se disparó en sus testículos, los agarró entre sus manos y se colocó en posición fetal, tratando de respirar a través del dolor.
Pablo continuó con una patada en la nuca para aturdirlo.
Baris ya bastante aturdido se agarró la cabeza con dolor e intentó levantarse lentamente.
—¡Quédate en el suelo, hijo de puta! —ordenó Pablo colocando su talón sobre el cuello de su rival. Lo agarró de las muñecas. Levantó la parte superior del cuerpo de Baris con bastante brusquedad y envió la pierna hacia arriba, dándole un brutal rodillazo en la cara.
Baris se quedó totalmente aturdido y agotado. Volvió a caer al suelo. Estaba tumbado respirando con dificultad. Intentó rodar hacia un lado y se arrastró. Quería descansar para recuperarse y volver al combate. Intentó levantar su cuerpo inerte con los tubos de acero.
Pablo lo tomó nuevamente del cabello y lo levantó bruscamente. Para meter su cabeza debajo de su axila empapada de sudor. Con la otra mano buscó su bañador y lo agarró con fuerza para levantarlo y elevar sus piernas para colocarlas justo encima de la barra de acero. Sin perder tiempo se dejó caer sobre el trasero clavando la cara de Baris en el frío suelo con un DDT.
—Aaay —gritó Baris gruñendo y gimiendo.
Pablo emitió un grito fuerte y tomó una de las muñecas de Baris, tiró de su brazo hacia atrás y comenzó a golpearlo en la parte posterior de la cabeza. Cuando estuvo agotado de sus movimientos dejó de golpearlo. Descansó unos minutos y arrastró a Baris hasta el ring, haciendo rodar su cuerpo casi inerte por el borde.
Pablo subió al cuadrilátero llevando con él a Baris, su retador estaba mareado y sin fuerzas. Pablo Chacón se sentó sobre su cara, colocando el trasero encima de su boca. Se inclinó y agarró su pierna derecha.
—¡UNO! ¡DOS! ¡TRES!
Oficialmente Pablo era el ganador del combate especial. Se levantó con ímpetu con los dos brazos en alto y salió del cuadrilátero directamente hacia las duchas.
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