Los Hermanos del barrio (1/12): Llegando a la facultad - Las Bolas de Pablo

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11 ene 2023

Los Hermanos del barrio (1/12): Llegando a la facultad



Carlos Heredia era un joven de muy buen ver, criado en el seno de una familia de clase media, vivƭa con sus 2 hermanos mayores, Daniel e Aitor, quienes habƭan hecho de padre y madre del muchacho al quedarse huƩrfanos aƱos atrƔs.

Carlos era moreno, cabello corto, ojos castaƱos y con 19 aƱos reciƩn cumplidos. Al contrario de sus hermanos, siempre habƭa sido bastante responsable y buen estudiante, de hecho estaba a punto de comenzar su primer aƱo en la universidad en la facultad de Derecho. Su fibrado cuerpo sembraba estragos entre las feminas.

Daniel y Aitor, por el contrario habĆ­an tenido que mantener a la familia desde muy jĆ³venes por lo que eran de esos muchachos que no tenĆ­an formaciĆ³n acadĆ©mica alguna, pero en la Universidad de la calle eran autĆ©nticas eminencias.

Avisad quĆ© desvĆ­o debo seguir cojones, me pierdo en estas calles exclamĆ³ Daniel desde su asiento mientras con una mano mantenĆ­a el volante del vehĆ­culo y con la otra se rascaba las bolas por encima de su apretado jeans.

Daniel era el mayor de los hermano, 26 aƱos, castaƱo tirando a rubio, rapado, ojos verdes, cuerpo fibrado, rudo y guapo a partes iguales, con un tatuaje que le cubrƭa completamente su brazo derecho.

Eres una mierda de conductor, tronco, te he dicho que me dejaras manejar a mi respondiĆ³ Aitor desde el asiento del co piloto.

Aitor era bastante similar a su hermano, pero moreno y con un cuerpo menos conseguido que Daniel, algo mas delgado pero bastante fibrado. Un macarra de barrio motero.

Aitor, no empieces desde ya a tocarme los cojones se quejĆ³ el mayor de los hermanos.

Creo que es por aquĆ­, Dani —intervino Carlos indicando el camino a seguir.

Y tĆŗ, ten cuidado con las novatadas, he oĆ­do que estos niƱos pijos se las gastan bastante fuerte —intervino Aitor

Si alguno de estos se atreve solo a mirarte mal, lo destrozo amenazĆ³ Dani apretando el mentĆ³n mientras aparcaba el coche.

Al llegar al campus, Carlos se despidiĆ³ de sus hermanos y entrĆ³ a clase. A lo largo del dĆ­a, el joven sufriĆ³ alguna burla de compaƱeros de aƱos superiores sin mayor importancia. Iba de una clase a otra, intercambiĆ³ algunos comentarios con algunos compaƱeros de las materias y entonces la vio. La muchacha mĆ”s bella que habĆ­a visto nunca. Una joven mayor que Ć©l apareciĆ³ por el pasillo de la facultad meneando su cuerpo cual Venus del Nilo. Su sedosa melena dorada caĆ­a sobre los hombros desnudos. Unos enormes y firmes pechos, posiblemente operados, se adivinaban tersos dentro de aquel vestido blanco.

—¿Te gusta lo que ves, babe? preguntĆ³ ella al llegar a su lado y darse cuenta de su lasciva mirada.

Perdona, te refieres a mi? —preguntĆ³ perplejo.

He visto como me mirabas, por eso pregunto contestĆ³ ella regalĆ”ndole una pĆ­cara sonrisa.

Acaso hay alguien al que no le guste?

Ella emitiĆ³ una sonora carcajada y se acercĆ³ a su oido.

Si esto te gusta, lo que no se ve puede volverte loco le susurrĆ³.

No lo dudo respondiĆ³ Ć©l en el mismo tono.

El sonido de su voz era tan sensual, tan Ć©rotico que el joven ya estaba secretamente con la polla dura como una roca dentro de su bĆ³xer.

Quieres que nos divirtamos un poco?

Tengo que entrar en clase, pero quĆ© demonios Carlos estaba tan excitado que no le importaba faltar a una materia.

No podĆ­a creerse lo que le estaba ocurriendo. Nunca habĆ­a tenido problemas para ligar, pero aquella mujer jugaba en otra liga.

Vaya, veo que podrias caminar sobre 3 piernas si quisieras le espetĆ³ ella mientras agarraba decidida su miembro duro dentro del pantalĆ³n.

Ɖl mirĆ³ para todos lados, por si alguien podĆ­a verlos pero ya estaba el pasillo completamente vacĆ­o.

Como te llamas? quiso saber Ć©l sin apartar la vista de sus tetas

DarĆ­a, ¿y tĆŗ?

Carlos. ¿DĆ³nde quieres ir? preguntĆ³ Ć©l entre gemidos mientras ella frotaba su miembro a travĆ©s del pantalĆ³n, estimulando al muchacho.

Ven conmigo lo agarrĆ³ de la mano y caminaron juntos hasta llegar al sub sĆ³tano de la facultad. Un entramado de cajas, tuberĆ­as y juego de cuadros de electricidad se dibujaban entre ambos.

Carlos agarraba a Darƭa por la cintura, pegƔndose a ella y restregando su polla dura sobre el culo de esta. Estaba tan cachondo que no sabƭa cuanto tardarƭa en correrse.

Se siente bien, ¿eh? 
quiso saber Ć©l extasiado mientras seguĆ­a restregĆ”ndosela en el culo a traves de la ropa. SentĆ­a que los jeans le explotarĆ­an en cualquier momento tratando de mantener aquella erecciĆ³n.

Ella se dio la vuelta y lo besĆ³ frenĆ©tica en los labios agarrĆ”ndolo del pelo, y sacĆ”ndole la camiseta dejando ver sus perfectos abdominales cortesĆ­a de la genĆ©tica familiar. Ɖl le apretaba las tetas y jugaba con ellas, empezĆ³ a sobarlas por dentro de la ropa y cuando estaba a punto de desnudarla un ruido lo sobresaltĆ³

Vaya, vaya, pero quĆ© tenemos aquĆ­? ¿Un novato intentando follarse a una potra como esta?

Un joven de entre 22 y 24 aƱos apareciĆ³ ante ellos, un muchacho rubio, musculado de ojos verdes y un tatuaje en el cuello los increpĆ³ de manera chulesca y burlona. Tras Ć©l, 3 chicos mĆ”s aparecieron en escena.

Vamos chavales, no estamos buscando problemas, dejadnos en paz.

Los chicos lejos de atender a las palabras del futuro abogado se rieron a carcajadas.

HabĆ©is tardado muchĆ­simo, un poco mĆ”s y me lo tiro.EstĆ” muy bueno el corderito respondiĆ³ ella escondida en su espalda hasta el momento y caminando hasta ellos.

—¿QuĆ©? ¿QuĆ© estĆ” pasando? pregunto el joven.

Que te vamos a enseƱar en quĆ© mujeres te puedes fijar y a cuĆ”les debes dejar para los hombres de verdad —intervino el primero en llegar, el que parecĆ­a el lĆ­der.

Vamos, Isma, comencemos con este mamarracho uno de los muchachos se acercĆ³ a Carlos y tratĆ³ de sujetarlo, pero el chico luchĆ³ y consiguiĆ³ safarse, el tercero de ellos se uniĆ³ en la lucha pero no consiguiĆ³ dominarlo.

Carlos habĆ­a crecido con sus dos hermanos macarras y sabĆ­a perfectamente como defenderse. Isma, miraba la pelea como espectador esperando el momento perfecto. Se colocĆ³ detrĆ”s de Carlos y le lanzĆ³ un patadĆ³n potente desde atras directo entre las piernas.

El joven gritĆ³ de sorpresa y cayĆ³ derribado al suelo colocĆ”ndose en posiciĆ³n fetal.

Dios, lo has reventado riĆ³ DarĆ­a mientras grababa con su telĆ©fono movil. Estaba retransmitiendo en directo para sus redes sociales.

Vamos, levantadlo.

Uno de los amigos de Isma lo levantĆ³ y le sujetĆ³ los brazos con fuerza por detras de la espalda.

Ahora sĆ­ que nos vamos a divertir. ¡Traed a la puta!

El otro amigo fue a buscarla y tras 1 minuto apareciĆ³ con un chico gay de unos veinti tantos vestido de mujer. Mostraba una actitud pasiva y sumisa pero no parecĆ­a obligado a estar allĆ­.

—¿Que es esto? Por... 
—preguntĆ³ el novato gemiendo de dolor, pero antes de que acabara la frase fue silenciado con un puntapie directo a los huevos.

¡Aaaaaaaaaah!

Chilla cuĆ”nto quieras, aquĆ­ nadie te oirĆ” respondiĆ³ Isma mientras le calzaba otra patada en los huevos.

Carlos estaba sin aliento, sudaba, sollozaba y la polla le palpitaba dentro del pantalĆ³n. La puta se acercĆ³ a Ć©l y a la fuerza desabrochĆ³ su cinturĆ³n para desprenderlo de sus pantalones y el bĆ³xer, revelando una polla completamente dura apuntando al techo

Vaya, veis como no me equivocaba, vamos, puta, chupasela a este cabrĆ³n que lo estĆ” deseando. Y tĆŗ sigue grabando al puto maricĆ³n, que lo vea todo el mundo 
—gritĆ³ dominante Isma. La sala se llenĆ³ de risas y burlas.

Mirad es un puto marica. Le mola que le ostien, quĆ© patetico.

La puta se puso de rodillas dejando su rostro a la altura del hermoso miembro, Carlos intentĆ³ resistirse pero un agarre firme a sus bolas por parte de la puta hizo que el muchacho abriera la boca en forma de "0" sin emitir ningĆŗn sonido y reposĆ³ su cabeza en los hombros de su atacante. Carlos cediĆ³ y la Puta comenzĆ³ a chupar los 18 cm de polla dura y gorda, mientras los demĆ”s se reĆ­an, grababan y escupĆ­an al joven.

Que pollĆ³n tiene este chaval, ¡¡que cosa rica!! 
exclamaba la puta mientras mamaba su polla sin soltar su solido agarre de huevos.

Carlos se perdiĆ³ en un mundo de sensaciones, una mezcla de dolor y placer inundĆ³ la boca de la puta, una corrida colosal disparĆ³ directo a su garganta. El futuro abogado se estremeciĆ³ encorvando la espalda y bramando como un animal salvaje.

La puta se levantĆ³ y besĆ³ a la fuerza al joven dejandole en la boca los restos de su propia corrida para acto seguido clavarle un certero y potente rodillazo en su ya hinchado escroto

—Aaaah, maldito marica, mis... hue..vos... sollozĆ³ el muchacho.

Soltarlo. Ya toda la ciudad debe saber que este perdedor es un maricĆ³n de huevos hinchados —se burlo el lĆ­der de la banda entre risas.

Los secuaces soltaron al muchacho cayendo como un saco de patatas al suelo, llevĆ”ndose las manos entre sus piernas y meciendose de dolor. Isma se parĆ³ delante de Ć©l, se sacĆ³ la polla morcillona y comenzĆ³ a mear al chaval.

—Hijos de puta—gimiĆ³ Carlos sin poder moverse en posiciĆ³n fetal con las manos entre las piernas y la cara repleta de su propia corrida.

—Este marica me pertenece. Cuando me salga de los cojones lo usaremos para jugar, y si alguien tiene algĆŗn problema que venga a decirmelo gritaba mirando a la cĆ”mara y golpeando su propio pecho—. ¡Ismael Garrido! El dueƱo de la facultad! concluyĆ³ el video mofĆ”ndose, dejando a Carlos sollozando en el suelo casi sin poder respirar.

Mientras tanto, Aitor, conectado a su red social, sonriĆ³ y llamĆ³ a su hermano.

Dani, creo que esto te gustarĆ” verlo. Tenemos que hacer una visita a un chaval amigo de nuestro hermano.

—¿QuĆ©? ¿De quĆ© hablas? 
—preguntĆ³ el mayor de los hermanos, mientras hacĆ­a pesas y las dejaba en el suelo para dirigirse hasta Aitor.

Dani frunciĆ³ el ceƱo, apretĆ³ el mentĆ³n y reventĆ³ el escritorio donde estaba el ordenador de un solo golpe.

Tienes razĆ³n, tenemos que hacerles una visita.

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