El campeón en aquel momento era un ex militar del Cuerpo de Marines, Valentín Trovar, condecorado por su valentía, curtido en los campos de batalla, invicto desde que dejó el servicio activo y entró en el arte de las Artes Marciales Mixtas. Valentín Trovar era un orgulloso militar y en todos sus combates vestía un traje de camuflaje con una estrella sobre la entrepierna. Debido a su enorme poder y a su reputación de imbatible.
En el combate por el campeonato, Roland y Valentín se enfrentaron cuerpo a cuerpo. El público estaba entusiasmado, por fin su héroe de combate, le daría una buena paliza a la escoria de piel de ébano.
Lamentablemente, la multitud terminó muy decepcionada esa noche. Fue un combate increíble, pero a pesar de toda la habilidad y fuerza de Valentín, a pesar de todo su experto entrenamiento no pudo quebrar las defensas de Roland, el negro era rápido, esquivaba los golpes, además de que una y otra vez penetraba en la defensa del heroico militar, castigándole, apuntando a su grueso y musculoso abdomen con patadas y puñetazos brutales. Sin embargo, a pesar de todo, se recuperó, obligando a Roland a ponerse a la defensiva, logrando un espectacular derribo por la espalda que hizo que los gruesos músculos del negro se dieran de bruces sobre la colchoneta. Luego, montándose de espaldas y sujetando con fuerza las piernas del semental, el militar, cansado de la batalla, aplicó su característica llave final: ¡una llave de estrangulamiento! ¡Sus fanáticos gritaron de algarabía! ¡¡Nadie había escapado de esa llave antes!!
Pero, mientras el reloj seguía corriendo, ¡¡¡el negro no cedía!!! Los gritos de júbilo del público en apoyo al veterano militar decayeron por la confusión e instantes después, el negro, con músculos de acero, demostró su asombrosa fuerza, liberando de algún modo su cuerpo y apartándose. Entonces, con Valentín en estado de shock, y los fans en la incredulidad pura, se impulsó hasta sus pies, el militar orgulloso todavía luchando para mantener la llave volvió a ejecutarla y con un estallido de pura musculatura negra, Roland flexionó sus enormes brazos y, ante el asombrado público, se zafó de la llave. El explosivo escape hizo retroceder a Valentín Trovar, que perdió el equilibrio. Luchó por recuperarse, pero el brutal rival le había castigado durante gran parte del combate. Todo el castigo en sus abdominales estaba haciendo mella en el duro guerrero, y el shock emocional de tenerlo escapando de una llave de la que nadie había escapado nunca estaba haciendo mucha mella. El brutal guerrero negro giró sobre un talón y clavó el otro pie con toda su fuerza al estilo kárate en la entrepierna del militar, con tanta fuerza que sus huevos se hicieron añicos y el veterano guerrero se dobló en estado de agonía. Quedó prácticamente noqueado mientras se tambaleaba, con las manos en sus diezmados testículos con los ojos vidriosos, sin ver nada.
En un alarde de fuerza bruta, el orgullo y el poder del guerrero negro lo levantó y lo presionó militarmente sobre la cabeza, luego se arrodilló y golpeó al campeón sobre su rodilla en un brutal rompe espaldas nunca antes visto. El poderoso golpe rompió la espalda del militar, dejándolo inconsciente.
Cuando Roland recibió el oficialmente su título como Campeón en Artes Marciales Mixtas se atrevió, ante un público repleto de militares, a escupir a su rival abatido, provocando abucheos y rugidos de desaprobación del público.
Sin embargo, al cabo de un tiempo, abandonó el Campeonato. Se alistó en las Fuerzas Especiales de Élite Militares y se convirtió en toda una celebridad. Allí ascendió rápidamente, su poder de macho alfa dominaba sobre todos los demás. Aprendió técnicas de sigilo, marcaje, supervivencia y manejo de armas de todo tipo para complementar sus letales habilidades de combate cuerpo a cuerpo. Participó en muchas misiones secretas como miembro del Comando.
Muchos años después, su reputación de brutalidad despiadada llegó a oídos de una oscura organización. Esta organización denominada La Cofradía había obtenido, a un alto coste, una muestra poco común de suero de supersoldado, solo se habían fabricado dos en el mundo, una quedó en manos de un hombre llamado el Capitán Comando.
La organización se puso en contacto con Roland y le ofreció el suero a cambio de que trabajara para ellos. No le costó mucho convencerle y aceptó, ¡las oportunidades de caos y destrucción se multiplicaban increíblemente!
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