Los hermanos del barrio (2/12): La puta es mía - Las Bolas de Pablo

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17 ene 2023

Los hermanos del barrio (2/12): La puta es mía

Carlos estuvo durante días en casa con dolor de huevos. Se le pusieron como auténticos pomelos tras la paliza recibida por Isma y su banda.

 

Al levantarse de la cama, se froto la entrepierna frunciendo el ceño. —Mierda, esos cabrones casi me revientan —susurró para sí el apuesto joven. 


En la sala principal, Aitor y Dani que terminaban de ultimar un plan. Discutían sobre algo antes de que la puerta los interrumpiera

 

—Vamos, ostias, ve abrir. Deben ser estos —ordenó Dani sin camiseta y con un ajustado jeans desgastado dejando al descubierto sus músculos adornados por sus tatuajes.

 

—Voy —respondió Aitor con cara de pocos amigos. Tampoco llevaba camisa, portando un pantalón de chándal holgado—. ¿Que tal chavales? Pasad.

 

Mientras tanto, a kilometros de distancia, Isma se fumaba unos canutos con sus amigos. Se encontraban en una cancha abandonada por detrás del campus. 

 

—No nos queda costo, tronco—se quejó el líder.

 

Alex
—Ni pasta hermano— respondió Alex, su mejor amigo. Un joven rubio de media melena y ojos claros. 


Eloy
—Hey tú, Puta. Ve a chuparla un rato y consíguenos pasta —intervino Eloy, un moreno de origen colombiano, delgado pero bastante definido y marcado. 

 

—No me apetece— respondió la Puta mientras inhalaba la última calada de aquel canuto compartido.

 

—¿Y quién te ha preguntado tu opinión, cojones?—preguntó Isma mientras se levantaba de su asiento y caminaba amenazante ante ella.

 

El líder agarró a la puta por el cuello y le soltó un golpe.

 

—¡Aah, Isma! Iré si tú me lo ordenas —exclamó el muchacho desde el suelo.

 

—Eso zorra, que te has vuelto muy contestona —intervino Eloy con una chulesca sonrisa en su rostro.

 

—Ven aquí. Ponte de rodillas, puta —ordenó Isma mientras se quitaba el cinturón.

 

—Espera, ¿qué vas a hacer? Perdona, Isma. De verdad —trataba en vano de disuadir a su dueño.

 

—¡¡Que te pongas de rodillas, ostias!! —gritó el rudo rubio mientras le soltaba un golpe en cara

 

La puta se puso tal como Isma le ordenó. Este se sacó el pene del pantalón. Ya estaba morcillón. Realmente le ponía muy cachondo dominar. Sentirse el amo de todo y todos.

 

—Vamos, chúpamela. ¿A qué esperas? 

 

A la puta se le iluminó el rostro y se lanzó a la vigorosa polla de su amo, la descapulló y antes de metérsela en la boca, ya estaba completamente dura. 

 

—Buff, que puta eres. Eloy, ven.

 

El joven no tardó en llegar. La erección del colombiano se marcaba en su pantalón. Llegaba al encuentro de sus amigos con una pícara y caliente mirada. 

 

—Vamos, tronco, acércate —susurró el rubio y justo en el momento preciso le clavó un patadón en la entrepierna a su amigo.

 


Eloy gimió y cayó en seco al suelo, doblándose y revolviéndose.

 

—Vamos, Alex, levanta a este cabrón. Tengo que enseñarle que a la puta solo le doy ordenes yo.

 

—Vamos, Isma, tronco, ya ha aprendido la lección. Míralo, lo has dejado hecho mierda—contestó el joven entre risas.

 

—¡Que lo levantes, ostias! —gritó el macarra.

 

Alex finalmente obligó a Eloy a levantarse, sujetándole los brazos por la espalda.


Va...Vamos, hermano. ¿Qué pasa? sollozó el moreno con el rostro desencajado.

 

—¿Quién cojones te crees que eres para ordenar a mi puta? —preguntó tajante el rubio mientras le apretaba los huevos.

 

—Aaaaaaaah, vamos, Isma, mis pelotas. Aaaaaaah. ¡Por favor! 

 

—¡No te oigo contestar a mi pregunta! —apretó un poco más su salvaje agarre.

 

—Ostia, Isma, perdona. Aaaaaah. ¡¡Mis huevos, tronco!!

 

Isma le soltó los cojones al muchacho, dejándolo respirar entrecortadamente, mientras apoyaba la cabeza en el hombro derecho de Alex.

 

—¿Tú que dices? ¿Lo perdonas? —preguntó Isma con una maliciosa sonrisa a la Puta del grupo—. Tú decides.

 

La puta se acercó al colombiano, dio media vuelta, cogió carrerilla y le metió una patada terrible entre las piernas

 

¡¡¡Aaaaaaah!!! ¡¡Puto maricón!! ¡Dios! ¡Mis cojones! Soltadme, tronco. Me vais a romper los huevos.

 

—¿Cómo me has llamado? —contestó el sumiso del grupo propinándole un rodillazo en los huevos clavándolos entre las caderas.

 

—Aaaaaah. ¡Cabrones! —sollozó el moreno. 

 

—Voy a romperte las bolas —y lanzó una nueva patada entre las piernas del guapo colombiano.

 

Aaaaaah. No puedo más. Por favor —imploró el muchacho con lágrimas en los ojos.

 

—Veamos como los tienes —la puta se había vuelto sádica. Agarró el elástico del pantalón de Eloy y se lo bajó hasta los tobillos junto con el bóxer, revelando dos huevos hinchados con un escroto rojo y una buena polla dura de 19 cm comenzando a soltar pre semen.

 

—Basta, por favor. Yo... —sus palabras fueron silenciadas por una fría dominatriz transexual clavándole una patada que hizo eco en las canchas—. ¡Aaaaaaah!

 

—Vamos, chavales. Voy a soltarlo. Miradlo, ya no puede más —intervino Alex encajando su erección en el culo de Eloy.

 

—No. Todavía no. Espera —se acercó al pobre desdichado y lo sujetó por los huevos. 

 

—Is... Is... ma. Por... fa... vor —Eloy estaba derrotado, no soportaba más. Su polla comenzaba a palpitar.

 

—Espero que hayas aprendido que soy yo quien da las órdenes. ¿Te queda claro? — apretó aún más fuerte las bolas del muchacho. Este pegó un rugido antes de eyacular como nunca antes. 

 

Isma soltó el escroto del joven, la puta le lanzó una nueva patada entre las piernas y Alex lo soltó mientras Eloy caía directamente al suelo, llorando, revolviéndose y sin parar de correrse, chorro tras chorro marcaba el suelo de piedra.

 

—Así aprenderá.

 

—Oooh, cabrones, me duelen los huevos, cabrones —gimió Eloy quejándose doblado en el suelo corriéndose sin parar.



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