CONTIENE:
-BALLBUSTING
Al fondo del pasillo el seƱor Marcos ChacĆ³n reposaba sentado en una vieja silla de madera, el cuerpo sudoroso y jadeando, sus tres viriles hijos caminaban descalzos a lo largo de un oscuro pasillo hasta quedarse atĆ³nitos al divisarlo.
—¡papĆ”!
Los 3 machos corrieron para socorrerlo pero sus pasos quedaron interrumpidos al percatarse que la habitaciĆ³n que los separaba de su progenitor era un inmenso vidrio de cristal irrompible con 3 pequeƱos orificios, uno con una base, el segundo con una pequeƱa compuerta en el piso y el tercero no tenĆa algĆŗn acompaƱamiento.
—papĆ”, papĆ” ¡te rescataremos!
El seƱor Marcos los mirĆ³ con pesar, habĆa sido torturado, con golpes en el abdomen, le electrocutaron las turgentes tetillas, se montaron en su pecho y le pisaron los huevos.
—papĆ” ¿que hacemos? ¡papĆ”!
Pablo tocĆ³ a SimĆ³n en el hombro intentaba calmarlo. Israel divisĆ³ una hoja de papel en el suelo, la cogiĆ³ y leyĆ³, abriĆ³ la boca y mirĆ³ los orificios, entregĆ³ a sus hermanos, que leyeron:
<<Los tres son hijos del mismo padre, una misma gota de semen, y que mejor manera de agradecer su regalo de vida que liberarlo con su propio semen. Semen de su semen.
Se encuentran ante tres orificios, no tienen mƔs que introducir sus penes y dejarse estimular. Su orgasmo liberarƔ a su padre de una muerte segura.
Deben resistir el dolor viviendo en la tentaciĆ³n.
Tres leches hacen falta para el dulce>>
—¿tres leches hacen falta para el dulce? —releĆa SimĆ³n.
—no me importa —negĆ³ Israel caminando al primer orificio— esta maquina quiere leche, y a mi me sobra —indicĆ³ bajando el bĆ³xer revelando su firme culo, sus bolas y la vara de carne—. Me gusta el orgasmo —introdujo el pene en el orificio. SimĆ³n lo miraba con atĆ³nito—. Vamos, hermanos. Se siente rico uff —realizĆ³ movimientos sexuales—. Ufffff.
Pablo observĆ³ a su padre. DebĆa ayudarlo. Se desnudĆ³ y empujĆ³ el pene en el hueco. SimĆ³n tragĆ³ saliva, agarrĆ³ el bĆ³xer por la cintura y lo bajĆ³ por el muslo. El nalgĆ³n se encaminĆ³ al cristal empujĆ³ la verga a travĆ©s de el.
Tres hombres bombeaban contra un cristal con los penes excitados.
Israel se apoyĆ³ contra el cristal, de vez en cuando apretaba las nalgas, Pablo se mordĆa los labios, sentĆa su grueso pene rozar contra los compacto del orificio, el placer que sentĆa SimĆ³n era proporcional al sexo que le daba su esposa, el sudor resbalaba por la frente y evitaba mirar a su padre por vergĆ¼enza, pero el semen de sus tres hijos lo rescatarĆan.
Israel gruĆ±Ć³, sus bolas enormes ascendieron en su escroto, se movĆa frenĆ©tico contra el orificio, humedeciĆ©ndolo en lĆquido preseminal.
Pablo exhalĆ³ profundo, por un momento miro a su padre que estaba de ojos cerrados y aminorĆ³ su labor.
SimĆ³n gimiĆ³ duro, mirando al techo abriendo la boca, sin duda alguna se divertĆa.
El pene de Israel iba hacia adelante y atrĆ”s, la cabeza roja de su pene producĆa cosquilleo dentro del cilindro, su polla se hinchaba haciĆ©ndose mĆ”s dura y enorme.
El sudor empezaba a correr por la cara de Pablo que gemĆan exhalando el aire de los pulmones, de a rato se detenĆa para agarrar impulso y clavar su pene como un fiero estoque.
El rostro de SimĆ³n se contorsionaba liberando lĆquido preseminal, sus pesados huevos ascendieron mecĆ”nicamente, llenarĆa aquel envase de su leche para rescatar a papĆ”. La espalda se arqueaba acumulando sudor y las nalgas contrastaban con lo bronceado de su piel.
—asĆ... sĆ... pronto acabarĆ© —dijo Israel drogado de placer, hizo movimientos rĆ”pido y serenĆ³ el rostro deteniĆ©ndose—oh... —su verga vomitĆ³ un pegote de leche gruesa y grande, en cuestiĆ³n de segundos expulsarĆa otro caƱonazo.
Israel cerrĆ³ los ojos sintiĆ©ndose en el cielo, ya acabarĆa con una muestra grande. Su pecho y abdominales brillaban con sudor. ActivĆ”ndose con la gruesa capa de leche el sistema de ataque se hizo sentir, de la pequeƱa abertura bajo el orificio, saliĆ³ una mano robĆ³tica construida con metal, se apoderĆ³ de los huevos de Israel y los destripĆ³ con fuerza.
El hombre soltĆ³ un grito infeliz, arqueĆ³ la espalda inflando el pecho.
Pablo en medio del placer, comprendiĆ³ la agonĆa de aquel gran semental, se excitĆ³ y su verga creciĆ³ imponente y orgullosa.
La mano de metal magullaba los testĆculos de aquel macho fuerte que tenĆa los ojos cruzados sin parar de gritar. Lo cierto es que su pene saliĆ³ del agujero erecto y con la punta de la cabeza llena de su leche.
—suĆ©ltame, suĆ©ltame... AAAAAAAAGGGHHHH.
El pene se hizo flĆ”cido y la robĆ³tica mano soltĆ³ los testĆculos, Israel cayĆ³ al piso con las bolas hinchadas y con tonalidad roja como 2 manzanas.
—¡me duele ay, ay.
—¿estĆ”s bien, Israel? —quiso saber Pablo sacando el pene del orificio, seguĆa grande y apuntaba al techo.
—oh, me duele, me duele.
SimĆ³n tambiĆ©n dejo sus cosquilleos de placer, entre jadeos negĆ³:
—no... no lo harĆ©, tengo miedo por mis bolas. No.
—¡pero la vida de papĆ”!
—no podrĆ©, Pablo. Tengo miedo, mira a Israel.
Enseguida los gritos de Marcos ChacĆ³n inundaron la sala.
—¡papĆ”, papĆ”! —gritaba Pablo golpeando el cristal.
Su padre sufrĆa choques elĆ©ctricos, los cables no se le veĆan, pues se conectaban a sus testĆculos dentro del jeans.
—papĆ”, te salvarĆ© —asegurĆ³ Pablo metiendo el pene en el orificio.
SimĆ³n miraba a su padre con preocupaciĆ³n, seguĆa sufriendo los choques en menor grado. AgarrĆ³ su grueso falo y lo introdujo en el hueco. Marcos ChacĆ³n se quedĆ³ quieto, en ocasiones se sobresaltaba por una contundente descarga, jadeaba con pesadez.
—faltas tĆŗ, Israel, ayudanos.
El hombre gemĆa.
—debemos salvar a papĆ”. VacĆa tu escroto.
—me da miedo.
—¡vamos, carajo!
Israel gimiĆ³, se parĆ³ con pesar e introdujo lento la polla.
Marcos cerrĆ³ los ojos.
Israel bombeaba sin fuerzas, las piernas le temblaban, Pablo pujaba con energĆa, su semen salvarĆa a su padre, SimĆ³n parecĆa nervioso.
Pablo gritĆ³ emanando un caƱonazo de semen, sonĆ³ con fuerza y cayĆ³ suave y lĆquido en el envase. ComenzĆ³ a jadear mientras disparaba otras cinco chorradas de blanca leche.
En el piso la compuerta se abriĆ³ y un tubo de hierro subiĆ³ por la entrepierna de Pablo, aplanĆ³ sus testĆculos entre la pelvis y se le encajĆ³ en las nalgas. Pablo profiriĆ³ un ensordecedor grito, doblĆ³ los ojos y cayĆ³ derrotado al piso, con la pija chorreando todavĆa su leche en aquel momento liquida.
Y en ese preciso instante SimĆ³n se movĆa como loco, se tensĆ³ y sobre el recipiente apareciĆ³ un liquido blanco, pegajoso y espeso. SimĆ³n sacĆ³ la polla del orificio todavĆa soltando un hilo de semen. MirĆ³ al rededor.
—estoy bien, no me paso nada...
Se escuchĆ³ un silbido por el aire...
SWWWWIIITTTT
Una bola de hierro impactĆ³ contra los genitales del hombre, venĆa atravesando el aire, chocĆ³ contra su polla gorda y golpeĆ³ a la velocidad de la luz su testĆculo derecho.
PROOCK
SimĆ³n contorsionĆ³ el rostro mientras su huevo se fracturaba. CayĆ³ al piso envuelto en posiciĆ³n fetal.
Por Ćŗltimo el pene de Israel descargĆ³ un disparo de nutritiva leche que pegĆ³ con un gorgoteĆ³ en el recipiente.
La mano de metal apareciĆ³ apretando las dos bolas reventĆ”ndolas definitivamente, Israel lanzĆ³ un grito de terror y cayĆ³ inconsciente al piso con el escroto sin gĆ³nadas.
Una sombra desconocida apareciĆ³ en el aire tomando tres recipientes con tres tipos de flujos: espeso, lĆquido y condensado. La sombra se desvaneciĆ³ en el aire.
Los cables que rodeaban los cojones de Marcos ChacĆ³n desaparecieron de entre los pantalones sin embargo todavĆa no era liberado.
—¡SUĆLTENME, SUĆLTENME!
No se supo cuanto tiempo pasĆ³ pero la sombra regresĆ³ sosteniendo un envase con comida.
—probaras esto para ser liberado —dijo con irreconocible voz.
—no probarĆ© esa mierda —se negĆ³ Marcos observando un pastel color blanco.
—tus hijos pusieron de su parte en esto para salvarte la vida... tu decides, la vida o la muerte.
Marcos torciĆ³ la boca, la sombra continuĆ³:
—es una inocente torta tres leches, te salvarĆ”.
La maquiavelica sombra usĆ³ una cuchara que hundiĆ³ en el postre, enseguida brotĆ³ de el un increĆble liquido blanco pastoso y otro liquido, apuntĆ³ la cuchara a Marcos que temblaba.
El trozo de pastel fue depositado en su lengua, al morder, mĆ”s liquido emanaba del esponjoso manjar, al probar aquel postre tenĆa gusto fuerte, lĆquidos salados se acumularon en su garganta. Con asco quiso vomitar y la sombra puso su pestilente mano en su boca.
—¿te gustĆ³ la tres leches? Hecha por tus amados hijos... la leche espesa de Israel, la condensada de SimĆ³n y la lĆquida de Pablo. ¿Te encanta? —y rebanĆ³ otro pedazo que estaba mojado y empapado de color blanco.
—¡NO!
La cuchara se metiĆ³ en su boca, innundandola de mĆ”s nĆ©ctares salados, viscosos, nutritivos y pegajosos.
—no vomites, te la comerĆ”s toda...
—no, no, no —negaba Marcos resbalando baba con mezcla del semen de sus tres hijos
...
—¡no, no, no!
—¡ChacĆ³n, despierta! —era la voz de su esposa zarandeĆ”ndolo en el colchĆ³n. Ćl por fin despertĆ³—. Tienes rato negando.
—oh dios, fue otra horrible pesadilla...
—¿que soƱabas?
—que......... me obligaban a comer......... porquerĆas hechas por mis hijos.
—¿sĆ? Que raro ¿y quĆ© clase de porquerĆa era?
—........ pues... asquerosidades —alegĆ³ el marido cerrando los ojos, dando media vuelta y echĆ”ndose a dormir.
Su esposa se acercĆ³ a Ć©l abrazĆ”ndolo por la amplĆa espalda y colocando una mano en el pecho.
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