En el automóvil - Las Bolas de Pablo

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14 may 2015

En el automóvil

CONTIENE:

-SEXO HOMOSEXUAL

-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Después de la golpiza entre Alfredo y Otto,  el señor terminó con la mandíbula dislocada, mientras que el mas joven con unos golpes certeros en sus zonas más débiles.

   Cuanto Otto se presentó de inmediato en la enfermería indicó que se había golpeado fuertemente contra la puerta de su oficina defendiendo ante todo y de manera misteriosa a Alfredo.

   —¿me explicarás como fue aquel golpe que te diste? —quiso saber el señor Marcos Chacón.

   Conversaban en la oficina hablando de trabajo mientras bebían café.

   —dí un traspiés y estampillé la boca contra la puerta —explicaba Otto, estaba de regreso luego de varios días de reposo—, pero de eso no quiero hablar Marcos, ya estoy aquí y retomaré mi adorado trabajo.

   —¡hombre! Esos traspiés deben ser cosas de la edad.

   Otto miro despreciable a quien se reía a su frente.

   —me iré al trabajo —se levantó de la silla—. El deber llama.

   El viejo Otto salió de la oficina y Marcos le dijo:

   —cuidado al caminar por el pasillo.

   Pero Otto no se molestó en contestar, cerró la puerta y lanzó una divertida risa, Marcos Chacón estaba al tanto de que Alfredo y aquel viejo tuvieron una pelea, al principio se molestó cuando Pablo le contó. Pero a fin de cuentas, el mismo Otto cubrió a Alfredo ante el golpe.

   «no me quiero enterar que Alfredo y Otto volvieron a pelear» amenazó a Pablo «. En cuanto a ti, me alegra el saber que vuelves con Alfredo y te olvidas de ese viejo bruto

   Otto al salir de la oficina caminó por el largo pasillo eran las 8:44 de la mañana y era seguro que se encontraría sentado con...

   Oh sí, el musculito aquel ya había llegado, tenía un montón de documentos en el escritorio. Para molestarlo canturreó:

   —Fijate, fijate en tu secretaria, ay señor que dolor pobre secretaria, pídele que copie cien mil veces yo te amo. Fijate, fijate en tu secretaria, ay señor que dolor, pobre secretaria creo que le falta poco para enloquecer.

   Alfredo apretó los labios y lo ignoró, Otto cantó más fuerte hasta desaparecer por el pasillo.

   —le daré una patada por el culo que lo enviará a Japón —juró en un susurro Alfredo.

   Otto caminó por el pasillo, deseando visitar a Pablo, pero recordó que estaba dolido con él, por estar enamorado de Alfredo, defendelo y protegerlo. Ademas que Pablo había terminado con él definitivamente toda relación, dejando sólo la laboral intacta. Si en algún momento defendió al fortachón por haberlo golpeado, fue porque él mismo propinó la batalla. Siguió caminando para dedicarse a su trabajo.

   Yenny Chacón llegó a la empresa a media mañana cargaba una carpeta con los requisitos para cumplir las prácticas profesionales que necesitaba para graduarse en ese lugar, saludó a Alfredo con un beso y anunció que iría a la oficina de su padre, al entrar escuchó que este estaba en comunicación telefónica con Israel, que apenas estaba llegando de viaje desde Alemania después de una bochornosa competencia.

   —la verdad es que no lo sé hijo —negaba el señor Marcos Chacón—. Ella solo apareció en la televisión hace tres días, en un programa de chismes argumentando que decidió regresar al lado de su novio.

   —¡¿por qué?! Diana y yo teníamos contacto y ella me decía que todo estaba bien...

   —hijo es cuestión de que hables con ella. No te puedo explicar nada, y tampoco te quería decir esto por teléfono pero ya que llegas así tan apresurado.

   —Fue porque perdimos...

   —lo sé, ya vendrán los triunfos. ¿estás ya en el aeropuerto? ¿cuanto tiempo tienes esperando?

   —como trece minutos, esperaba que me recibiera ella... no una portada de revista con el chisme.

   —todo estará bien, Israel. Tus hijos te esperaban, tu familia...

   —ya llegó Simón a buscarme, ¿quieres hablar con él?

   —no, dale un saludo de mi parte. Saldré temprano del trabajo y llegaré a casa para que hablemos. Un beso.

   Marcos Chacón culminó la llamada y miró a su hija.

   —Que tipa más ruin al hacerle eso —dijo ella—, mira que dejarlo para poder recuperar su carrera como actriz, ¡estúpida! Si yo fuera ella e Israel no fuera mi hermano, jamás dejaría a ese papito.


   Marcos Chacón la miró con desaprobación.


   —Es broma, papá. Pero que tipa tan pesada, bueno, mejor que terminará con Israel, pero más idiota es el novio que aceptó volver con ella, se lo volverá a hacer.



...


   En horas de la noche Pablo daba un paseo en automóvil con Alfredo, estaban en un sitio alejado de la ciudad donde se besaban y tocaban con pasión. Pablo lo besaba con detenimiento en los labios, lo miró y presenció como Alfredo cerraba los ojos al besarlo.
   Alfredo frotó el bulto en la pierna de Pablo, el muchacho tomó la cara del fortachón volviéndolo a besar. Alfredo se inclinó en el asiento quitándose la camisa, Pablo le palpó el pecho, luego el abdominal y por último aquellas venas que le encantaba y se dirigían a sus genitales. Alfredo volvió a recostarse.
   Pablo alzó el cuello para lamer los pezones a su pareja, fuerte, duros, redondos y apetecibles... recostaba su paquete contra el de Alfredo y se reía.
   El hijo de Marcos Chacón se puso de rodillas, abrió el cinturón ante la atenta mirada de Alfredo, le brillaban las pupilas. De manera impresionante la verga de Pablo salió a la luz.
   Alfredo tragó saliva, apuntó la mano a su paquete que también parecía una carpa por lo excitado. Desnudó su cuerpo, con su hermoso pene blanco y un pequeño escroto.
   Pablo acarició la cara de su pareja e introdujo los dedos en su boca. Alfredo paladeó con su saliva y rozó con los labios hasta que Pablo apartó la mano y usó su pene en la boca del rubio, Alfredo chupaba el gran trozo de carne mientras su barbilla tenía en pocos segundos contacto con 2 cojones colgantes.
   Pablo impulsaba las manos contra nuca de Alfredo, su lengua mojaba cada segmento salado de su falo. A medida que se masturbaba al mismo tiempo.
   Cuando el pene de Alfredo se hinchaba a más no poder producto de la excitación y a punto de descargar su jugo sexual, dejaba de pajearse, para postergar su excite.
   De momento la boca de Alfredo escapó del pene de Pablo, le chupaba ahora los dos inmensos caramelos de entre las piernas.
   En poco tiempo Alfredo regresó a su trabajo lamiendo la hinchada verga, como un profesional, con dedicación.
   Pablo lanzó un profundo suspiro enterrando la cabeza de su pareja más en su polla. Alfredo aceleró la lamida de verga. Pablo sintió cerca del pie un pegote caliente, era la lefa de Alfredo que brotaba de su pene. A su tiempo Chacón sentía que entraba a un rico orgasmo, le chupeteaban la cabeza de la polla hasta que el paladar se innundó con el primer trallazo de leche espesa.
   Alfredo saboreó el salado semen y lo tragó. Pablo probó el de su pareja.
   —compota de manzana para ti.
   Pablo sonrió, su pareja tomaba pastillas para cambiar el sabor de su néctar de macho.
   —cerca de la guantera tengo servilletas.
   —¿servilletas? ¡estás siempre preparado, Pablo!
   —no seas tonto, son de cuando salgo con mi sobrino y se ensucia.
   Alfredo se inclinó para buscar el pedido, sacó de un paquetito y empezó a limpiar los dedos de Pablo, con delicadeza limpió algunos rastros en los genitales del joven, torció la boca.
   —¿de que ríes? —quiso saber Pablo.
   Alfredo tomó las grandes bolas de Pablo y apretó lentamente. Pablo gimió sintiéndo que su pene volvía a ponerse duro.
   —Ooofffff...
   Alfredo dejó de apretar, soltando los cojones dejando que se colocaran rojos, si algo había heredado de su padre era una fuerza sobrenatural. Sabía que si maltrataba los cocos de Pablo, sería letal.
   Alfredo agarró el huevo izquierdo y lo apretó con los dedos indice y pulgar, aplastando, provocando que Pablo soltara una mueca y tratando de contener un grito.
   —te los aplastaré por ser un chiquillo malo —bromeó Alfredo, parecía un hermoso seductor.
   Los dedos soltaron al testículo y este cayó palpitante a los muslos de su dueño.
   Alfredo clavó la vista en aquellos hermosos genitales, una vara larga de carne y dos vistosos huevos que relucían, apretó el puño y lo hundió sin medir fuerza en las bolas de Pablo. El muchacho se retorció y gritó.
   Los traumatizados testículos estaban hinchados y rojos, le dio un beso a su pareja y dejó que se los acariciara para pasar el dolor.
   —¿Qué es Otto para ti, Pablo?
   —Absolutamente nada, te amo a ti.  

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