CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
-SEXO HOMOSEXUAL
Pablo saliĆ³ a la arena al encuentro de su rival, un muchacho delgado, moreno y nalgĆ³n.
Pablo se ajustĆ³ el abultado paquete para intimidar a su rival. El pĆŗblico que lo seguĆa aplaudiĆ³ con Ć”nimos, el flaco, llamado SaĆŗl bostezĆ³ a drede, y sus fans rieron. No marcaba gran paquete, solo culo.
—¿guerreros preparados? —preguntĆ³ la voz de anfitriĆ³n. Ambos jĆ³venes afirmaron y se situaron uno frente al otro—: el combate termina cuando el ganador penetre al perdedor —el pĆŗblico aplaudiĆ³ con energĆa. SaĆŗl se sorprendiĆ³, Pablo sonriĆ³ nervioso.
—muy bien niƱo, no sĆ³lo te partirĆ© las bolas, sino que te desgarrarĆ© el intestino con mi pito.
—no lo creo —negĆ³ SaĆŗl.
Los muchacho se lanzaron al combate, Pablo le dio un puƱetazo a SaĆŗl y lo tirĆ³ al suelo. RĆ”pidamente SaĆŗl contraatacĆ³, cuando Pablo caminaba para patearlo. Le clavĆ³ un puƱetazo rĆ”pido en las bolas
Los ojos de Pablo se abrieron mirando a SaĆŗl con expresiĆ³n de dolor y disgusto, dejĆ³ escapar un largo gemido y se doblĆ³ agarrĆ”ndose las grandes pelotas.
—¡YA ME VEO METIENDO MI SALCHICHA EN ESE CULO ESPONJOSO —comunicĆ³ SaĆŗl obteniendo la aprobaciĆ³n de casi todo el pĆŗblico.
Pablo en el piso se quejaba con palabras incomprensibles mientras se agarraba los genitales.
SaĆŗl se arrodillĆ³ entre las piernas de Pablo, intentĆ³ alzarlo por el culo, pero ChacĆ³n se defendiĆ³ como un leĆ³n, SaĆŗl lo agarrĆ³ de las piernas y con un cabezazo aplastĆ³ las bolas de Pablo.
Pablo se estremeciĆ³ y pegĆ³ un grito desesperado, agarrĆ³ a su enemigo de los cabellos y los halĆ³ como si fuera a arrancarlos.
SaĆŗl se resistiĆ³
Pablo se aferrĆ³ a la cabeza, obedeciendo a su fuerza e impulso, SaĆŗl ascendiĆ³ y Pablo lo tirĆ³ a su lado, se subiĆ³ encima de Ć©l y puso su rĆ³tula en la entrepierna.
SaĆŗl hizo una mueca, pero se recuperĆ³ y defendiĆ³ doblando la tetilla de Pablo y luego golpeĆ³ sus testĆculos con el muslo.
Pablo rugiĆ³ con dolor, perdiĆ³ el equilibrio y cayĆ³ al piso protegiĆ©ndose la entrepierna.
SaĆŗl se levantĆ³, agarrĆ³ su ropa interior y la bajĆ³ por sus piernas, viendo la luz sus genitales. El pĆŗblico saludĆ³ a un pequeƱo pene pero a unas hermosas bolas que colgaban como pĆ©ndulos entre sus piernas.
Pablo golpeaba al piso con el pie, intentando recuperar fuerzas. Sus huevos eran los mĆ”s golpeados esa noche, no dejarĆa que una pequeƱa tripa lo penetrara.
—cooperando ojitos azules —decĆa SaĆŗl caminando hacia Pablo—. Te dolerĆ” al comienzo pero despues te gustarĆ”.
—¡NO! —gritĆ³ Pablo.
SaĆŗl lo pateĆ³ en un costado. Pablo chillĆ³ en el acto, el joven jalĆ³ el boxers de ChacĆ³n y sĆ³lo pudo bajarle la parte trasera mostrando sus nalgas. Pablo pudo defenderse lanzando un puƱetazo en los cojones desnudos de SaĆŗl, sintiendo como empujaba ambos Ć³rganos contra la pared de la pelvis.
SaĆŗl se quejĆ³, sostuvo sus huevos perdiendo fuerza. CayĆ³ de rodillas con los labios arrugados conteniendo el grito.
Pablo se erguĆa acomodĆ”ndose el boxers, arrogante, pensĆ³ que SaĆŗl era tan feo que no era digno de penetrarlo. Lo pateĆ³ en la costilla y el guerrero serpenteĆ³ en el piso. Luego Pablo lo jalĆ³ del cuero cabelludo, esta vez, SaĆŗl le dio un golpe en el estomago y retrocediĆ³ soltĆ”ndole.
Pablo se desnudo, cautivando al publico que apreciĆ³ su gran trozo de carne, largo y grueso. Y los hermosos testĆculos repletos de semen heredado por generaciones de su familia y mĆ”s grandes y brillantes que los de su rival.
Lleno de poder estampĆ³ tres golpes seguidos en el pecho a SaĆŗl.
Cuando intentĆ³ golpear por cuarta vez a su rival, SaĆŗl aplastĆ³ los huevos con la mano.
Pablo gritĆ³ vibrando la Ćŗvula, SaĆŗl girĆ³ la mano con saƱa y Pablo perdiĆ³ fuerzas, cayĆ³ al piso con ambas manos en las pelotas.
SaĆŗl lo atacĆ³ con varios golpes cerrados en el abdomen. Pablo se resistĆa apretando los dientes, luego SaĆŗl se puso a su espalda y le manoseĆ³ las nalgas.
Pablo se puso boca arriba enviando un codazo en la boca de SaĆŗl.
—estĆ”n prohibidos los golpes a la cara —intervino el anfitriĆ³n.
Aprovechando el traicionero golpe Pablo saltĆ³ sobre la espalda de SaĆŗl, teniendo mĆ”s masa muscular le fue fĆ”cil dominarle. Pudo someterlo con un brazo, y con la mano libre apuntĆ³ su vara de carne erecta al ano del flacucho muchacho.
Pablo empezaba a ganar el combate, la cabeza rosa de su polla entraba en la puerta del ano de SaĆŗl, que gritĆ³ entre sorprendido y adolorido. El pĆŗblico hizo un gesto de emociĆ³n, y Pablo escuchĆ³ unos pasos tras Ć©l, girĆ³ la cabeza, pero era demasiado tarde. Ya estaba el macho a pos de Ć©l.
Jorge, que habĆa perdido 2 combates consecutivos contra Ć©l entrĆ³ en escena agarrando los sobrantes testĆculos de Pablo. El muchacho gritĆ³ sacando el pene del agujero y batiĆ©ndose, mientras sus bolas eran estiradas.
SaĆŗl respirĆ³ aliviado y escapĆ³ lejos de esos luchadores arrastrĆ”ndose por el piso. Jorge apretaba con odio las bolas de Pablo queriendo pulverizarlas con los dedos, el muy puto las tenĆa frĆ”giles y duras al mismo tiempo.
Pablo intentaba patalear, a ciegas golpeaba, desesperado, sintiendo un grave dolor que escapaba de sus gĆ³nadas y se esparcĆa asfixiante por el cuerpo, tal vez sus bolas serĆan estiradas hasta sus rodillas o partidas con los dedos.
—TRAMPOSO —gritaba Jorge estirando y doblando los testĆculos a mĆ”s no poder.
Pablo continuaba dando sus Ćŗltimos gritos ahogados, y fue rescatados por los guardias del evento que doblegaron a Jorge haciĆ©ndolo soltar los testĆculos y retirarlo de la arena.
Pablo quedĆ³ tendido en el piso, sudoroso, con las bolas palpitando, rojas y templadas. Se sentĆa mareado
SaĆŗl caminĆ³ lento hacia Ć©l y lo pateĆ³ en la espalda.
Pablo no tuvo aliento para defenderse.
Y como si fuera atacado por el karma, SaĆŗl lo pudo girar boca abajo, Pablo solo deseaba proteger sus maltratados huevos. AsĆ que el pequeƱo pene del rival se abriĆ³ paso por las carnosas nalgas de Pablo.
Lo empezaba a penetrar salvajemente como un potro, un potro de pene pequeƱo, pero bolas grandes que chocaban en el trasero de Pablo.
El pene de SaĆŗl se crispĆ³ y derramo su flojo semen en el interior de Pablo ganando asĆ el combate.
...
Pablo caminaba a su camerino, desnudo, a paso lento agarrando sus cocos hinchados, se encontrĆ³ con Esteban.
—perdiste —le dijo.
—no quiero hablar. Quiero renunciar.
—eso no podrĆ” ser. Eres mi favorito. Entiende que me gusta verte aquĆ. Al menos que aceptes salir conmigo.
—vete a la mierda.
Pablo pasĆ³ de largo a Ć©l y se cerrĆ³ bajo seguro en su camerino.
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