CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
-SEXO HETEROSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Israel después del misterioso abandono de Diana en su vida se hundió en la tristeza, regresó a casa de su padre intentando tener conversación con la mujer pero fallando en ello.
ādebes hacer otras cosas āle recomendó una tarde Simónā, ya tendrĆ”s tiempo de hablar con ella.
āĀæpodrĆas hacer que yo entre al canal y vaya a su oficina?
āĀ”vaya! āSimón se rascó la cabezaā. Pudiera hacerlo, pero estĆ” difĆcil... Ā”Cuenta conmigo!
āeste fin de semana visitarĆ© a mis hijos, piensa que hacer para saber que plan de acción tomaremos.
Simón afirmó mientras hacia sus brazos corrĆa Vicente, su hijo, con el mismo color de ojos que Ć©l.
Durante ese fin de semana Israel viajó al otro Estado, donde atendió a algunos pacientes con ortodoncias y visitó la casa de sus hijos.
Tocó la puerta y fue recibido por una hermosa mujer de tez blanca, lindo cuerpo y cabellos oscuros.
āah, eres tĆŗ.
āhola Raquel, ĀæestĆ”n Rafel y Oriana?
āsalieron de paseo con mi hermana y sus hijos, no sabĆa que ibas a venir. Ya deben estar por llegar.
ādeseaba darles una sorpresa. ĀæLos puedo esperar?
Ella lo dejó pasar, cruzaron el pequeƱo jardĆn y penetraron en la amplia casa. Israel se sentó en el mueble mientras su ex esposa se dirigĆa a seguir preparando el almuerzo, honestamente no habĆan quedado en buenos tratos despuĆ©s y antes del divorcio, pues Raquel lo descubrió teniendo relaciones sexuales con su prima, pero Āæque hacer? aquella flaca estaba buenĆsima. Finalmente se divorciaron y Raquel seguĆa molesta con Ć©l.
«¿por que no pedirle perdón?» recapacitó Israel sentado en el mueble «ha sido la única mujer buena conmigo... me ha amado por mi forma de ser».
Dio un respingo y se acercó a la cocina donde Raquel preparaba una ensalada.
āhola
Ella lo miró indiferente y siguió en su preparación.
āĀæno me piensas hablar?
ā......... Āæy quĆ© quieres que te diga, Israel?
āno me digas nada, sólo me acerque aquĆ para pedirte perdón.
āĀæperdón? Āæpor quĆ©?
āpor el problema ocurrido con...... tu prima...
āah, eso, no lo recordaba āmintió Raquel cortando un tomateā. EstĆ”s perdonado.
āestoy siendo sincero contigo, tĆŗ has sido una mujer formidable, buena conmigo, con los niƱos.
Raquel esbozó una sonrisa sin ganas. Guardó la ensalada en el envase y se dirigió a la nevera, depositó el objeto en el interior, y al girarse se petrificó al ver al dentista tras ella.
āĀæquĆ© te pasa, Israel?
āno quiero que exista rencores entre ambos, no es bueno para nosotros ni para los niƱos.
āte dije que todo estaba bien āaclaró la mujer haciĆ©ndose a un lado procediendo azorada a cortar la carne. Se cortó con el cuchilloā. Ā”ay!
āĀæestĆ”s bien? DĆ©jame ayudarte.
ātranquilo, no fue nada.
Y verdaderamente tenĆa razón, soltaba un diminuto hilo de carne, pero Israel dominado por su mĆ”s instinto placer seductor metió el dedo de Raquel en sus labios, cautivando a la mujer al posar los ojos avellanas en sus gruesos labios.
La lengua absorbĆa la salada sangre y el simple hecho le causó una bonita y oculta erección.
Raquel casi cayó hechizada al instinto del macho, ”el muy cretino! Israel se mordió el labio inferior y con delicadeza sustrajo el dedo de la boca y era ella quien ahora se chupaba el dedo de manera seductora retrocediendo unos pasos.
Israel sonrió excitado, captaba lo que ella deseaba, llevó las manos a la cadera de Raquel, ella sonrió y lo rodeó del hombro, con sus dientes blancos el dentista acercó su cara para besarla.
Raquel cerró los ojos pero hubo un cambio en ella, siendo fuerte y con repentino movimiento mató todo acto de romanticismo. Levantó la rodilla justo en las bolas del macho, sabĆa que eran grandes y frĆ”giles al extremo.
āĀ”aaagggggg! āIsrael se fue al piso sosteniĆ©ndose las pelotas entre las manos.
āĀ”AHORA SI ESTĆS PERDONADO, IDIOTA! YA NO SOY LA TONTA DE ANTES. ĀæQUĆ TE CREĆAS?
Raquel salió de la cocina dejÔndolo convaleciente en el suelo, amargada se sentó en la sala.
"Ā”estĆŗpido! pensaba mentalmente, era un cretino, ĀæquĆ© pretendĆa? Ā”el muy idiota!... pero...
āĀæy si le peguĆ© muy duro?... creo que me extralimite... no debĆ hacerle eso, pero... se lo tenĆa bien merecido el condenado...... aunque, no se ha parado el pobre.
Recordó cuando tiempo atrĆ”s se divertĆa con los juguetones huevos de Israel, grandes, pesados y colgantes, Ā”cuanto semen producĆan!
Sintió remordimiento y fue a la cocina.
Ā«pobrecillo, estĆ” tirado ahĆ todavĆa... āpensabaā DeberĆa ayudarlo... pobre, me extralimité».
āĀæte sientes bien Israel, perdona?
Se acercó a Ć©l ayudĆ”ndolo a levantar, con el rostro contraĆdo Ć©l se puso lento de pie, agarrĆ”ndose la entrepierna.
āllevame al sofĆ”, me quiero recostar.
ApoyĆ”ndolo lo acompaƱo al sitio, Ć©l sentĆa un pesar en los testĆculos pero podĆa caminar libremente, pero era una estrategia y la puso en practica cuando la mujer lo ayudó a recostarse, Ć©l actuando se resbaló haciendo que ella cayera sobre su pecho.
āuf, disculpame āy luego mirĆ”ndola a los ojosā: perdoname, te lo juro, no querĆa fallar āle acarició el cabello y ella fijó sus ojos en Ć©lā, te lo juro, no querĆa fallar asĆ... estoy arrepentido de haberte sido infiel.
Raquel tragó saliva, miraba a sus ojos, luego a su boca y de nuevo a sus ojos. No podĆa ocultarlo, sentĆa la fiera carne erecta de aquel macho en la entrepierna, ademas de que todavĆa sentĆa algo por Ć©l, o ĀæserĆa las deudas de pasión pendientes con Israel?. El dentista seguĆa suplicante... y sucumbió ella aceptó a sus labios con un beso.
Los dos juntos. Israel contento y excitado, Raquel todavĆa enamorada y entregada, deslizó la mano por el pecho, el hermoso abdomen del varón y dejó estĆ”tica la mano en su cadera. Faltaba poco para que el pene reventara la costura del pantalón. Israel tambiĆ©n rodeó con sus brazos la lisa espalda de Raquel, introdujo la mano por la blusa y le palpó uno de los senos, todavĆa firmes y duros, su mujer.
Las lenguas se enlazaban, sus respiraciones se mezclaban, los dedos de Israel jugaban con el pecho de la hermosa mujer, se los pellizcaba suavemente, acariciaba sus pezones, rosados, los recordaba con claridad. Se seguĆan besando, Israel loco por penetrarla, ella ansiosa por volverlo a sentir dentro de su cuerpo,metió la mano por el pantalón de Raquel palpĆ”ndole la vagina, con cortos vellos, estaba hĆŗmeda y le arrancó un suspiro que no pudo contener.
Sin decir una palabra Israel se incorporó en el sofĆ”, Raquel con los ojos cerrados se sentó sobre el hombre sintiendo su verga aprisionada deseando penetrarla. SeguĆan comiĆ©ndose a besos.
Con total dedicación Israel abrió el pantalón de Raquel, ella dócil y excitada cooperó en deslizar por las piernas su ropa. Oliendo su piel Israel le besó y lamió los muslos, olfateó su vulva, ahà la cosquilleó con la lengua, la besó y hasta introdujo sus dedos.
āay,..., por favor... penetrame ya...
Israel se enderezó, besÔndola con delicadeza la recostó en el mueble, apuntó la venosa vara contra la vagina y comenzó a introducirla, ella soportó la presión, cerró los ojos y se aferró al cuello del fuerte macho.
En silencio Israel seguĆa moviĆ©ndose sobre Raquel, sus hermosos cojones caĆan entre sus muslos, ella le revolvĆa el cabello y Ć©l le lamĆa las tetas.
Raquel tuvo un orgasmo.
Israel se movió rĆ”pido y soltó una pedazo de su semen dentro de Raquel, extrajo la verga, se arrodilló en el mueble y masturbĆ”ndose largó otras chorradas de leche en el pecho de ella, en aquellos tiempos de novios, ella se excitaba con aquellos rĆos blancos y calientes de nĆ©ctar masculinos.
Cansado y jadeando él se relajó sobre ella, donde Raquel con cuidados delicados lo acarició.
...
Aquellos instantes fueron felices por efĆmeros minutos, compartieron caricias y risas, se ducharon juntos pero todo cambió a la llegada de sus hijos.
Raquel se mostró evasiva, frĆa y distante.
āesta noche me quedarĆ© a dormir aquĆ āaseguró el odontologo.
āno, te irĆ”s ānegó Raquelā. AquĆ no te vas a quedar.
āĀæpero por quĆ©? hicimos el amor riquĆsimo, estamos compartiendo con nuestros hijos.
āyo no hice el amor contigo, juntos compartimos una fornicación. Es a lo que estĆ”s acostumbrado, Āæno? Con varias mujeres. TĆŗ y yo nunca mĆ”s seremos marido y mujer.
Israel se ofendió nunca hubiera esperado una respuesta tan cruel de parte de ella.
No lo toleró por mucho tiempo y se fue de aquella casa rumbo a la ciudad capital.
...
El lunes por la tarde Israel se dirigió a su entrenamiento en la piscina despuĆ©s de la jornada de trabajo. Al finalizar fue abordado por Adam, era la primera vez que se veĆan despuĆ©s de la competencia en Alemania.
āĀæque cuenta el deshuevado? o mejor dicho, casi hombre.
āĀæte refieres a mĆ? āpreguntó el dentista sabiendo que volcarĆa en su enemigo todas sus frustracionesā, me dices deshuevado, para tu información, tengo los huevos bien puestos, enormes y llenos de semen. Una verga que le fascina a las mujeres. ĀæTĆŗ que tienes? Āæunas pequeƱas canicas y un pseudo pene?
Aquellas palabras de alguna menra hirieron el orgullo a Adam, furioso se encaminó a Israel, y éste, mÔs furioso por sus frustraciones lo recibió con un golpe en la cara.
āeres un maricón āinsultó Adam conteniendo el llanto, consiguió levantarse y como otras veces se abalanzó contra Israel.
āme tienes harto, idiotaā gritaba Israel descargando su frustraciones en Adam.
El muchacho estaba recibiendo la peor parte en la pelea, Israel lo golpeaba duro en el abdomen, pecho, cara, costillas. Era una fuerza brutal que Adam no habĆa conocido nunca. Israel con el puƱo cerrado le dio un golpe en el ojo, Adam retrocedió desorientado y se apoyó contra una pared pero Israel estaba preso de la ira, lo agarró del cuello apretando como si fuera una gallina.
Adam asustado puso las manos en las muñecas del nadador. La presión cerraba la oxigenación a los pulmones. Sacó la lengua desesperado gimiendo. Israel se apoyo sobre él con una furia loca y ciega.
Adam sentĆa el cuerpo casi desnudo de Israel sobre Ć©l, lo matarĆa ahĆ mismo si no hacĆa algo. Palmoteó las manos que lo ahorcaban y lo que consiguió fue mĆ”s presión. RĆ”pidamente se le vino una idea desesperada a la cabeza, los grandes cojones del hombre estaban expuestos ante las piernas abiertas y muy frĆ”giles al estar con el baƱador, puso su mano en el hombro y subió la rodilla con extrema dureza.
PRRRRTTTT
PRRRRTTTT
La rótula chocó contra la entrepierna de Israel, aplastando las bolas contra la pelvis, haciĆ©ndolas crujir y levantando a Israel leves centĆmetros en el aire, con un grito ahogado, soltó a Adam agarrĆ”ndose las pelotas, por su parte Adam empezó a toser.
Israel estaba en el suelo, debilitado sintiendo nauseas. Agarrando sus cojones que al simple contacto se hincharĆan, Adam sintió miedo y huyó de los baƱos.
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