Cinturon de Honor: Miguel vs Manuel (actualizado) - Las Bolas de Pablo

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18 may 2017

Cinturon de Honor: Miguel vs Manuel (actualizado)

CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


   Cristobal estaba reunido con los luchadores pertenecientes al Club Zafiro, el equipo habĆ­a tenido una excelente racha en la temporada anterior logrando eliminar de la categorĆ­a 5 (la mĆ”s importante de la empresa) al club RubĆ­ uno de los equipos mĆ”s fuertes y con mejor desempeƱo en los Ćŗltimos meses.

   El rubio hombre vestia esa noche un ajustado traje de etiqueta que acentuaba sus atractivos rasgos de edad madura. Dominaba a la perfecciĆ³n sus nervĆ­os pues esa noche iniciaba una nueva temporada y se enfrentarĆ­an a lo largo de las prĆ³ximas semanas contra el Club Diamante.

   —Diamante por aƱos ha sido un hueso duro de roer —decĆ­a—, tiene luchadores importantes, fuertes, aguerridos y escalĆ³ sin mayor deficultad a la categorĆ­a despuĆ©s de que las rubĆ­es los eliminaron. Nuestra misiĆ³n es eliminarlos lo mĆ”s pronto posible.

   —¿Le tienes miedo? —preguntĆ³ con una sonrisa burlona Salem, el pelirojo capitĆ”n del equipo.

   —¿Miedo? ¡JAJAJA! ¡JAMƁS! —negĆ³ CristĆ³bal acomodĆ”ndose el cuello de la camisa—. Miedo tengo de que nos eliminen. Por eso, muchachones, quiero que entrenen duro, al doble de la temporada pasada y ganemos en esta nueva oportunidad. Hoy inicia nuestra etapa y la pizarra de ranking de luchadores debe estar pintada de azul a nuestro nombre. Ya he decidido quien lucharĆ” esta noche y serĆ”s tĆŗ Miguel.

   La orgullosa sonrisa de Salem se esfumĆ³ de su cara al escuchar el nombre de su compaƱero de equipo. El muchacho moreno a su vez afirmĆ³ con la cabeza mientras apretaba los labios.

   —¿Por quĆ© Ć©l va a abrir la temporada? —saltĆ³ Salem—. Teniamos la tradiciĆ³n de que era el capitĆ”n del equipo quien abrĆ­a las luchas.

   —En esta oportunidad vamos a cambiar —respondiĆ³ CristĆ³bal—, y serĆ” Miguel quien entrarĆ” en acciĆ³n por el club. Ya ha tenido muchos meses sin participar y quiero verlo en movimiento, necesito que justifique su sueldo.

   Miguel lanzĆ³ una cĆ”lida sonrisa, seguidamente replicĆ³ de manera serena a Salem:

   —Amigo, ya tienes varias temporadas coronandote en el primer lugar del ranking y cobrando tu bono como el mejor de la temporada es hora de dar oportunidad a tus demĆ”s compaƱeros.

   —Ahora cĆ”llate y trae el cinturĆ³n de honor a tu casa —respondiĆ³ tajante Salem.

   CristĆ³bal actuĆ³ antes que sus hombres se enfrascaran en medio de una discusiĆ³n estĆ©ril sobre el nĆŗmero de participaciones en peleas. OrdenĆ³ a Miguel que se dispusiera a cambiar de ropa para el encuentro de esa noche, cuando el moreno joven saliĆ³ de la oficina se dedicĆ³ a enviar sus datos al departamento de internet para las apuestas de luchadores de la noche. Conversaron unos Ćŗltimos puntos y salieron de la oficina rumbo a la sala Caverna.

   Cuando todos llegaron al salĆ³n CristĆ³bal emitiĆ³ un chasquido con su lengua en seƱal de desaprobacion. Encima del ring de lucha lo esperaba un hombre, era de estatura alta, cabellos negros y cortos, su tez era blanca y una pequeƱa barba negra con algunas canas revelaba rasgos atractivos y a la vez salvajes en Ć©l, era AlĆ­ el director del Club Diamante. VestĆ­a completamente de negro y su pantalĆ³n acumulaba un apetecible relieve en el Ć”rea genital. AlĆ­ sostenĆ­a un micrĆ³fono el cual encendiĆ³ y comenzĆ³ a hablar:

   —Mi amigo CristĆ³bal —dijo—. Vaya, tanto tiempo sin vernos, es un honor volvernos a encontrar, mi estimado amigo. Ven y sube al ring que necesitamos hablar —el director del club rival que siempre se habĆ­a caracterizado por ser un hombre rudo y sin miedo obedeciĆ³ y se cuadrĆ³ ante Ć©l sobre la lona—, ¿cĆ³mo estĆ”s, amigo? En esta oportunidad siento tanta lastima por ti, mira que despuĆ©s de tener una bonita suerte y haber eliminado a RubĆ­ tener que tenernos a nosotros de frente. Un club tan temido y respetado... ¡Los vamos a eliminar como moscas! VolverĆ”n a la categorĆ­a 1, disfruten el poco tiempo que les queda aquĆ­...... ¿Tienes algo que decir mi amigo? —le ofreciĆ³ el micrĆ³fono el cual CristĆ³bal rechazĆ³—. Bueno amigo dejame seguir deseandote buena suerte porque la verdad es que la vas a necesitar -se quedĆ³ detenido observando a CristĆ³bal y le tendiĆ³ la mano-. A pesar de todo siento lastima por ti y tu equipo, mira que intentar mantenerse en la cumbre para ser eliminados por nosotros, bueno, a pesar de todo somos amigos, ¿o no? Vamos, dame esos cinco.
   AlĆ­ se quedĆ³ tendido esperando el saludo de CristĆ³bal, el cual lanzĆ³ una sonrisa hipĆ³crita al pĆŗblico y cuando se creĆ­a que se estaba preparando para estrechar la mano del director del Club Diamante, le clavĆ³ una poderosa patada en los testĆ­culos. El hombre saltĆ³ en el aire y emitiĆ³ un gruƱido de sorpresa y dolor. Cuando sus pies tuvieron contacto con el suelo enseguida se cubriĆ³ la entrepierna con las manos y cayĆ³ de rodillas en medio de quejas y lamentos.

   El pĆŗblico dio exclamaciones variadas, algunas en apoyo y otras en contra. Absolutamente todos los luchadores pertenecientes al nuevo club de la categorĆ­a 5 subieron al ring para socorrer a su jefe que estaba encogido acariciando sus pateadas gĆ³nadas. CristĆ³bal bajĆ³ de un salto de la lona y se refugiĆ³ con los miembros de su club.

   Tuvo que pasar al rededor de 10 minutos para que la situacion se normalizara, AlĆ­ fue cargado entre su hombro para que pudiera salir del ring y llevarlo a ocupar su mesa donde se acariciĆ³ los testĆ­culos mientras veĆ­a como se desarrollarĆ­a la primera pelea de la temporada.


   Los contrincantes se encontraron sobre el ring, por un lado estaba Miguel agitando la mano al publico, el miembro mĆ”s jĆ³ven del Club Zafiro, de tez bronceada y cabello cortos y negros. Usaba un ajustado calzoncillo azul que se aferraba a su redondo y carnoso trasero mientras dibujaba la silueta de su gorda polla apuntĆ”ndo a un lado. Su rival era Manuel, el capitĆ”n del nuevo equipo rival, su edad rondaba cerca de los 40 aƱos, su estatura era alta, su cuerpo agil y fuerte y de facciones dura.

   Se habĆ­a decretado con el sonido de la campana el inicio del combate.

   Y los hombre empezaron a moverse, Miguel miro a la lona donde habĆ­a perdido un tiempo atrĆ”s, esta vez ganarĆ­a, miro al fuerte Manuel, sus piernas y la forma de su trasero sobre el apretado speedo negro, las nalgas se ajustaban a su ropa y eso a Miguel le gustaba, Manuel supo como Miguel lo miraba

   Miguel echĆ³ una rĆ”pida mirada al bulto pronunciado de Manuel, localizando en el medio de sus piernas las bolas, debĆ­a golpearlo e inmovilizarlo como fuera, eso valĆ­a, pero no solo Miguel miraba los testĆ­culos, pues del otro lado Manuel, miraba el speedo azul de su enemigo detallando como se inclinaba la polla y estudiaba la manera de como pulverizar al joven aplastĆ”ndole las bolas.

   Miguel tuvo ventaja y empezĆ³ lanzando golpes contra Manuel. Con poca destreza sobre su jĆ³ven rival, el experimentado miembro Diamante pudo evitar algunos de los ganchos, otros no, pero podĆ­a resistir aquellos fuertes puƱetazos que se estrellaban contra sus costillas y la cara. Sin dejar pasar la oportunidad de oro que sĆ³lo le ofrecieron microsegundos el luchador diamente apretĆ³ el puƱo y lo estampĆ³ en el abdomen de Miguel. AsĆ­ empezĆ³ a ganar terreno, golpeĆ”ndolo en repetidas ocasiones.


   Los cautelosos luchadores se protegĆ­an de recibir un golpe en sus genitales. Ahora era Miguel quien intentaba defenderse como podĆ­a, pero al tratar de cubrir sus testĆ­culos, bloqueaba su mente de defender otras partes del cuerpo, Manuel lo arrojĆ³ contra las cuerdas, y reposando allĆ­, el experto en luchas corriĆ³ hasta el, hasta dar un salto y pegarle con el pie desnudo en el pecho, Miguel dejĆ³ escapar una gran bocanada de aire de su cuerpo y cayĆ³ al suelo con dificultad para respirar y dejando sus piernas abiertas y vulnerables sus gordos testiculos.

   SintiĆ©ndo que su integridad estaba en riego Miguel se puso de pie.

   Manuel se le acercĆ³ para golpearle supo hacer frente y atacar con furia.

   Le dio un puƱetazo a Manuel que lo hizo tambalear y otro golpe en la cara.
   Manuel se fue al suelo, para quitĆ”rselo de encima, usĆ³ sus piernas contra Miguel. El jĆ³ven de ventitantos aƱos cayĆ³ con su pomposo trasero sobre la lona. Manuel se levantĆ³ y corriĆ³ hasta Miguel, el muchacho en el suelo supo ganar tiempo y con un certero gancho fulmino las robustas gĆ³nadas de Manuel, que gritĆ³ de dolor cayendo al suelo sobĆ”ndose sus golpeadas bolas. Su rostro reflejaba sufrir, tenĆ­a las dos manos sobre la ingle mientras Miguel sonreĆ­a complacido ganando amplia ventaja.

   Miguel se subiĆ³ encima del cuerpo de Manuel y continuo propinĆ”ndole golpes en la cara, el abdomen y el pecho, bajo el culo de Miguel estaban las manos de Manuel protegiendo sus palpitantes bolas.


   Cuando estuvo casi inconsciente, Miguel se alejĆ³ de Ć©l para dejarlo respirar.

   Cuando el capitĆ”n del Club Diamante se pudo levantar Miguel corriĆ³ hasta Ć©l, pero Manuel le bloqueo el movimiento con una llave que rematĆ³ con un rodillazo en los huevos

   —No debiste alejarte de mi —sonriĆ³ Manuel con maldad.
   Mientras el muchacho se revolcaba en la lona adolorido sobĆ”ndose las bolas, Manuel estaba riĆ©ndose. Buscando venganza, Miguel dejĆ³ de acariciar sus bolas y saltando se aferrĆ³ con una mano a la entrepierna de Manuel y apretĆ”ndole los testĆ­culos, lo hizo gritar al instante.

   Para defenderse Manuel tuvo que encestar varios puƱetazo en el rostro de Miguel logrando que asĆ­ lo soltara de sus delicados testĆ­culos para despues alejarse de Ć©l como un animal herido. Ambos luchadores estaban distanciados agarrĆ”ndose los huevos.

   Miguel estaba inmĆ³vil con las manos en los testĆ­culos deseando ganar. Sudando completamente se puso de pie, y mirando al humillado Manuel, (que se agarraba con fuerza las bolas) camino hasta Ć©l, y sin ningĆŗn rastro de piedad lo sostuvo levanto el puƱo y encesto repetidos golpe en su cara. 

   Miguel logro reducirlo y Manuel de a poco fue cediendo y cayendo al suelo.

   Miguel se subiĆ³ encima de Manuel esperando que el arbitro decretara el final del encuentro, pero Manuel se sacudiĆ³ a tiempo antes del conteo final.

   Miguel entrĆ³ en colera, creĆ­a que ya Manuel estaba derrotado, tenĆ­a entonces que fulminarlo. Lo tomĆ³ del corto cabello y lo intentĆ³ alzar. Pero estando de rodillas el luchador diamante reaccionĆ³ sobre los muslos separados del joven Miguel. ApretĆ³ el puƱo y pegĆ³ contra sus bolas como si fuera un martillo, Miguel grito del dolor y cayĆ³ de bruces contra la lona empezando a llorar cĆ³micamente.

   Manuel se subiĆ³ sobre Ć©l y apretĆ³ sus bolas haciendo que Miguel gritara con una maldiciĆ³n al sentir sus huevos ser destripados duramente por las manos de Manuel, se resistĆ­a y debatĆ­a para liberarse de los dedos.

   —¡AAAaahhh suĆ©ltame... ahhhh! —gritaba Miguel, batiendo su hermoso cuerpo encima de la lona.

   Manuel ahora reĆ­a machacando las bolas de Miguel haciĆ©ndolo gritar cada vez mĆ”s fuerte.

   DespuĆ©s de segundos de angustia Manuel soltĆ³ los torturados huevos de Miguel. Para culminar se subiĆ³ encima de Ć©l y le aplicĆ³ una llave inmovilizadora, el arbitro decretĆ³ la victoria para el Club Diamante y Manuel se alzĆ³ con orgullo aunque sosteniendo sus testiculos con las manos.


...


   Cuando los miembros del club se reunieron esa noche en la oficina celebraron con algarabĆ­a, era el primer encuentro de la temporada y su capitĆ”n les habĆ­a regalado la victoria. Celebraban tomando cervezas y hubo un momento en el que Manuel distanciado del grupo usaba su celular, AlĆ­ se acercĆ³ a Ć©l y con una sonrisa en el rostro le hablĆ³:

   -Felicitaciones -le dijo-. Una vez mĆ”s te debo felicitar pero en privado, como estĆ”n los muchachos aquĆ­ no puedo hacerlo como corresponde.

   -Ya tendremos tiempo -confirmĆ³ Manuel-, esperaremos que se vayan... ¿TĆŗ como sigues de tus bolas? Ese imbĆ©cil de Cristobal te pateĆ³ duro.

   -SĆ­, es un maldito. Pero tĆŗ tomaste venganza. ¿CĆ³mo te encuentras de tus testĆ­culos ante ese muchacho?

   -Estoy muy bien. Mal la debe estar pasando Ć©l.

   Ellos se dirigieron miradas cĆ³mplices. Manuel a pesar de aparentar un feliz matrimonio heterosexual era secreto amante de AlĆ­.

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