Rivales (6/6): entrenador entrenado - Las Bolas de Pablo

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12 may 2017

Rivales (6/6): entrenador entrenado


CONTIENE:
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


 El entrenador Vladimir entornĆ³ los ojos cuando observĆ³ dentro de su oficina a sus dos mejores atletas y rivales.

   —¿QuĆ© pasa? —preguntĆ³, mirando al rubio con una camiseta blanca y al moreno con el duro torso desnudo y un jeans ceƱido a sus robustos muslos.

   —Nada —respondiĆ³ Israel—. ¿A caso te asusta nuestra presencia aquĆ­?

   El entrenador negĆ³ con la cabeza

   —Por supuesto que no pero creĆ­ que estarĆ­an afuera entrenando.

   Adam negĆ³ con la cabeza esbozando una mueca en su rectangular rostro. Se rasco la parte delantera del pantalĆ³n la cual levantaba en relieve el Ć”rea genital.

   —Bueno serĆ” mejor que salgamos y entrenemos con el resto de deportistas —indicĆ³ Vladimir, se dirigiĆ³ al escritorio y buscĆ³ el silbato—. Hoy no estamos para juegos entre nosotros. Vamos, salga...

   Israel habĆ­a estado esperando el momento en el que Vladimir bajara la guardia y, a la primera oportunidad, empujĆ³ un puƱetazo en la entrepierna del viejo deportista.

   Vladimir gimiĆ³ y se doblĆ³ derrumbandose en el suelo, acariciando sus gĆ³nadas. Todo su Ć”nimo fue devastado por el repentino dolor creciente desde su ingle que subĆ­a a su estĆ³mago.

   Israel y Adam estallaron en risas.

   —¡Putos! —exclamĆ³ Vladimir acariciando suavemente sus pequeƱas y arrugadas huevas.

   Cuando el palpitar finalmente se calmĆ³, Vladimir se puso en pie, los dos atletas se habĆ­an calmado y lo miraban con diversiĆ³n.

   —¿EstĆ” todo bien contigo? —preguntĆ³ Adam con una larga sonrisa.

   —Claro que sĆ­ pero no vuelvan a hacer eso, ya estoy viejo para esto. Esos golpes quedan para ustedes que estĆ”n jĆ³venes, robustos y con resistencia. Yo no.

   —Trato hecho —asegurĆ³ Israel que se acercĆ³ al entrenador con la palma de la mano extendida.

   Primeramente Vladimir se cubriĆ³ los genitales con la mano izquierda, escrutĆ³ con mirada de desconfianza a Israel y le tendiĆ³ la mano, seguidamente se acercĆ³ Adam que tambiĆ©n apretĆ³ su mano pero cuando Vladimir creyĆ³ que ya todo habĆ­a pasado, Adam hundiĆ³ la mano entre los muslos entreabiertos del entrenador y se apoderĆ³ de sus huevas cerrando su agarre alrededor de la bolsa escrotal con un firme apretĆ³n.

   Vladimir se sobresaltĆ³ ante el repentino ataque a su virilidad y su cara se contrajo instintivamente.

   Adam e Israel se rieron mientras el moreno machacaba al par de huevos.

   Los labios de Vladimir se curvaron y sus testĆ­culos le empezaron a doler bajo el opresivo ataque de Adam. TratĆ³ de agarrarlo del puƱo en un esfuerzo por arrancarlos, pero no sirviĆ³ para nada. Adam sabĆ­a lo que estaba haciendo al torturar las gĆ³nadas del viejo entrenador.

   Las piernas de Vladimir temblaron mientras sus bolas eran aplastadas lentamente en el agarre del corpulento moreno.

   —Israel, haz algo, por favor... ¡AyĆŗdame! Dile a Adam que suelte —gimoteando, Vladimir se retorcĆ­a bajo el agarre de Adam.

   —Esto es sĆ³lo una pequeƱa venganza de lo mucho por lo que no haz hecho pasar, querido entrenador —se mofaba Israel—, por Ćŗnica vez Adam y yo quisimos unirnos contra ti.

   Adam retorciĆ³ el escroto tan duro, que casi arrancĆ³ las lĆ”grimas de los ojos de Vladimr.

   —Dejen... dejen mis huevos.

   Adam  riĆ³ y aflojĆ³ el agarre. TanteĆ³ los Ć³valos carnosos y empujĆ³ a Vladimir contra la pared.

   —Sigues tĆŗ, Israel.

   Hubo un lastimero gruƱido de Vladimir mientras Israel se acercaba y ahora sus manos envolvĆ­an los suaves cojones del entrenador una vez mĆ”s para apretados.

   La boca de Vladimir formĆ³ una "O" y gimiĆ³ sin control mientras el rubio nadador apretaba y apretaba sus huevos.

   Tras Israel, Adam emitiĆ³ una gemido, y era que se habĆ­a bajado el pantalĆ³n mientras frotaba su gruesa polla y observaba como le aplicaban la tortura al viejo entrenador.

   —No pueden hacerme esto. Se arrepentirĆ”n —escupiĆ³ Vlaimir en tono desafiante a pesar del doloroso control en sus testĆ­culos.

   Adam tenĆ­a los ojos cerrados mientras su mano derecha frotaba su polla y se dejaba llevar por los quejidos de lĆ”stima del entrenador. SacudiĆ³ la cabeza vigorosamente y su pecho se acelerĆ³.

   —Es una cucharada de tu propia medicina — enfatizĆ³ Israel manteniendo el agarre sobre el escroto de Vladimir.

   —Ohhhhh —jadeĆ³ el entrenador volteando los ojos.

   Del otro lado de la habitaciĆ³n la polla de Adam temblĆ³ y un primer de espesa crema saliĆ³ de su interior salpicando el suelo. Adam gimiĆ³ y su cuerpo se relajĆ³ entretanto su verga escupĆ­a otra faja de leche.

   Minutos mĆ”s tarde los dos atletas salĆ­an de la oficina de Vladimir, lo habĆ­an dejado agotado ocupando un asiento frotĆ”ndose las bolas ademĆ”s en el suelo habĆ­a quedado un pegote entero de semen de Adam que tenĆ­a que limpiar antes de dejar una mancha imborrable.

   Israel y Adam se miraron, juntos habĆ­an decidido hacer esa pequeƱa jugarreta al entrenador que tantas veces los puso a competir a drede.

   —Esto termina por ahora —dijo Israel.

   —SĆ­, tienes razĆ³n —afirmĆ³ Adam—. Y debes saber algo. Aunque hayamos planeado esta venganza no quiere decir que seamos amigos.

   —Eso lo sĆ©. Nunca formarĆ”s parte de mi exclusiva lista de amigos.


   Adam sonriĆ³ con las petulantes palabras de Israel y resaltĆ³ al decirle al rubio:

   —Ahora mĆ”s que nunca tĆŗ y yo somos rivales.

   Se adelantĆ³ a la jugada y clavĆ³ una fuerte patada entre las piernas del rubio haciendole levantar los pies del suelo. Israel aullĆ³ en agonĆ­a mientras Adam retrocedĆ­a riendo para ver su reacciĆ³n.

   Israel se doblĆ³ aturdido sintiendo que el mundo le daba vueltas y nauseas que lo invadĆ­a. Delirante se agarrĆ³ los grandes y pesados huevos con las manos.

   Su rostro se habĆ­a vuelto pĆ”ldio mientras las piernas le empezaron a temblar.

   Adam agarrĆ³ a Israel por los hombros y lo empujĆ³ dejĆ”ndolo firme contra la pared. DĆ”ndole tiempo suficiente para darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder, subiĆ³ la rodilla contra los recien pateados huevos estampĆ”ndolos contra la pelvis. El cuerpo de Israel se sacudiĆ³ y su boca se abriĆ³, pero no gritĆ³ nada otra vez Adam le daba un rodillazo profundo contra su ingle.

   Israel gruĆ±Ć³ sintiendo como sus pelotas absorbĆ­an el devastador golpe.

   Se desplomĆ³ sin fuerzas procesando el grave dolor de bolas que estaba sufriendo.

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