Cristobal se despide del Club Rubi (actuallizado) - Las Bolas de Pablo

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14 may 2017

Cristobal se despide del Club Rubi (actuallizado)

Contiene:
-Ballbusting hombre/hombre

I


   Nick bajĆ³ por la avenida e ingresĆ³ al estacionamiento donde CristĆ³bal el jefe del Club Zafiro le habĆ­a dicho que lo esperaba. El hombre caminĆ³ por el largo pasillo y se escontrĆ³ con el rubio director usando el celular arregostado en su camioneta.

   —Ah, llegaste —le dijo, guardĆ³ el objeto en su bolsillo y lo saludĆ³ con un calido abrazo y un apretĆ³n de manos—. ¿CĆ³mo te va, Nick? ¿Ahora quĆ© planeas hacer ya que hemos  eliminado tu equipo de la categorĆ­a 5?

   —Luchar para   salir de forma rĆ”pida de la categorĆ­a 1 —indicĆ³ seriamente Nick (aunque dispuesto a aceptar el ingreso a su club si Cristobal se lo pedia)—. Y ver como el Club Diamante que ingresarĆ” por nosotros los elimina.

   —¿Diamante? Jajaja. No lo creo, Ali tiene luchadores fuertes pero se desgastarĆ”n… asĆ­ como les pasĆ³ a ustedes que necesitaron renovarse.

   —Al grano, CristĆ³bal, ¿para quĆ© me llamas?

   CristĆ³bal sonriĆ³ a gusto.

   —QuerĆ­a hablar contigo, conocer tu posiciĆ³n.

   —¿A quĆ© te refieres, CristĆ³bal?

   —Eres un guerrero letal y Adalberto estĆ” orgulloso de ti. ¿Te vendrias a nuestro equipo?

   —En estos dias Adalberto esta muy estresado —respondiĆ³ Nick—, nunca antes habia pensado irme del Club Rubi pero viendo esta ultima humullacion con derrotas tan seguidas. No estaria de mas si abandono ese club y me voy contigo. ¿Que me ofrece? Alla soy el capitan del grupo, merezco la misma posicion en el tuyo


   —¿Quieres que despida a Salem y te de su lugar?

   CristĆ³bal sonriĆ³ mostrando los dientes:

   —SĆ­. No es una mala decision.


   —Salem es de mis mejores hombres. ¿Por que cambiarlo por ti? Para mas humillacion el nuevo chico que lucho en la batalla millonaria tuvo mas puntos que tu esta temporada.


   —Sabes que soy un hombre poderoso. ¿Llegaremos a un acuerdo? ¿Firmare contrato en tu club?

   CristĆ³bal riĆ³ con fuerza mientras Nick recibiĆ³ un duro golpe en la nuca que lo hizo caer inconsciente al suelo.

II

   Adalberto se habĆ­a recuperado del hueco emocional sufrido con la derrota en la Guerra de Titanes. AceptĆ³ la eliminaciĆ³n de su club de la categorĆ­a y afirmaba que pronto recuperarĆ­an su puesto en la empresa.

   Estaba en su oficina junto a AndrĆ©s y Alan, los escuchaba hablar de trivialidades mientras usaba el computador.

   —AndrĆ©s, ¿viste el resultado de la tabla de posiciones? —le preguntĆ“.

   —SĆ­, me decepcionĆ³. Los 5 primeros lugares de azul. Fui el Ćŗnico rojo que acumulĆ³ mas de un punto en la temporada.

   —SĆ­ y siendo asĆ­ es bueno para ti y para la empresa —explicaba Adalberto—. Al ser el Ćŗnico que cerrĆ³ con puntos te toman en cuenta como el luchador mĆ”s destacado del Club RubĆ­.

   —Oh, vaya. ¿Y me pagarĆ”n por eso?

   —No, ya no recibirĆ”s mĆ”s dinero hasta cuando ganemos una pelea de la categorĆ­a 1.

   —Eso espero la Ćŗnica ganancia que vi por estos dias fue la Batalla Millonaria, aĆŗn puedo vivir con lo que ganamos.

   En ese momento el celular de Adalberto sonĆ³ con una video llamada entrante.

   —¿Y este cretino para quĆ© me estĆ” llamando?

   —¿Quien es? —quiso saber Alan.

   —Es CristĆ³bal —respondiĆ³ Adalberto.

   —No le contestes.

   Sin embargo Adalberto no escuchĆ³ y contestĆ³ la llamada diciendo una mala palabra.

   —Amigo, perdedor —lo saludĆ³ CristĆ³bal sonriendo a la cĆ”mara de su celular—, espero que ya no sigas llorando por tu derrota y por tus huevillos. ¡JAJAJAJA!… Hey, no no cierres. Quiero que veas algo.

   —¿QuĆ© quieres, idiota?

   —Me emociona mucho que estes sentado porque cuando veas lo que te tengo te vas a desmayar. Pero quiero que sepas que lo hago por tu bien. La prĆ³xima semana inicias en la categorĆ­a de perdedores y quiero fortificar que sepas la clase de canalla que tenias como tu mejor luchador, sĆ­, ya sabes a quien me refiero, a Nick.

   —¿QuĆ© le hiciste a Nick, maldito?

   —Nick es sumamente fuerte, una piedra en el zapato dirĆ­a yo. Sin embargo yo te quiero ayudar, todavĆ­a recuerdo que a Ć©l era muy fĆ”cil inmovilizarlo con golpes a las bolas pero el condenado es fuerte. ¿Sabes quĆ© quiero hacer? Fortificarle los huevos, porque todo hombre fuerte debe tener bolas de acero y no de cristal como ahora. DespuĆ©s de todo esto serĆ” todo un hombre y es para su bien. Ademas es un rato te enviare una grabacion para que veas como este tipo te iba a trainicionar.

   —¿QuĆ©? ¡NICK, NICK! —gritaba Adalberto, sus acompaƱantes se situaron a su espalda observando el video.

   Nick estaba en una especie de galpĆ³n ocupaba una silla mientras cuatro hombres fuertes lo sujetaban por sus grandes y musculosos brazos. Nick tenĆ­a las piernas abiertas y al frente de ellas estaba una gran maquina.

   —Nick recibirĆ” sobre sus bolas varias latas repletas de un lĆ­quido muy pesado —explicaba CristĆ³bal—, no te preocupes, Adalberto, esto es un regalo que te hago para que no defiendas nunca mas a traidores como Nick.

   Nick estaba tratando inĆŗtilmente de soltarse del los varios hombres que le sujetaban, con miedo contemplĆ³ como desde una altura considerable varias latas amenazaban con aplastarle los grandes testĆ­culos en su jeans.


   El grito que querĆ­a contener escapĆ³ con una voz desaforada cuando una pesada lata se estrellĆ³ contra sus gĆ³nadas. Nick saltĆ³ en el asiento y los hombres que lo sujetaban rieron deleitados por los siguientes sobresaltos que el luchador dio sobre la silla cuando mĆ”s latas golpearon su entrepierna.

   Tres latas cayeron de manera consecutiva en los cojones de Nick causandole un potente dolor. CristĆ³bal reĆ­a como algunos de los espectadores. No estaban seguros de lo que era mĆ”s divertido, las sacudidas del cuerpo de Nick por las reacciones ante las latas estrelladas en su ingle o los quejidos que el pobre hombre escapaba de su boca.
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   —Adios —fue lo Ćŗltimo que dijo CristĆ³bal antes de terminar con la videollamada.

   —Maldito va a joder a Nick —insultĆ³ Adalberto levantandose de la silla—. Ustedes quedense aquĆ­ si hay mĆ”s informaciĆ³n me contactan al otro celular.

   Adalberto saliĆ³ de su oficina para hacer una bĆŗsqueda fallida de CristĆ³bal.

   En la actualidad Nick seguĆ­a sufriendo por las diferentes latas que caĆ­an unas tras otras sobre sus cojones.

   CristĆ³bal observaba como en cada momento se reanudaba el dolor en la ingle de Nick mientras se deleitaba con los gritos que aquel macho proclamaba. Desde lo alto chocĆ³ contra sus testĆ­culos dos latas que cayeron una tras la otra.

   Nick sentĆ­a como sus pelotas sufrĆ­an el daƱo pero no podĆ­a hacer nada, los hombres sobre sus hombros sujetaban sus fuertes brazos.

   —Basta, apaguen eso y vamos a la fase B.

   Los hombres obedecieron a las palabras de CristĆ³bal y apagaron la mĆ”quina. Levantaron al debilitado Nick y permitieron que el pobre luchador se acariciara sus adoloridas bolas, el hombre hacia mĆŗltiples gestos con el rostro amasando sus huevos.

   Seguidamente rompieron la camiseta del luchador, que intentĆ³ defenderse pero el nĆŗmero que estaba ahĆ­ lo superaban y tenĆ­an mĆ”s energĆ­a acumulada.

   Minutos mĆ”s tarde una foto llegĆ³ al celular de Adalberto. Alan y AndrĆ©s pudieron revisarla, tenĆ­a un mensaje de CristĆ³bal:

   Descarga de shock para los pectorales.

   En la imagen se observaba a Nick con el torso desnudo y par de cables conectados a sus tetillas estaba sufriendo descargas elĆ©ctricas.

   Seguidamente al celular de Adalberto llego un archivo de audio con laconversacion sostenida entre Nick y Cristobal cuando estaban en el estacionamiento. Cuando Adalberto la escuchara se sentiria traicionado por el mejor de sus hombres y tomaria la accion de despedirlo de su club cuando le viera.

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