Desafio de reyes (11/15): La crema - Las Bolas de Pablo

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24 may 2017

Desafio de reyes (11/15): La crema


CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE

   El resto de los conursantes que se disputaban el amor de la reina RubĆ­ estaban reunidos en torno a la mesa del gran salĆ³n aguardando los resultados que Hermes debĆ­a entregarles previo la prueba de eliminaciĆ³n. Las cĆ”maras que transmitĆ­an el programa los enfocaban a todos mientras Hermes sostenĆ­a un sobre con los resultados del rey que fue seleccionado por el pĆŗblico para compartir una cita con las mujer mĆ”s deseada del universo.


   —¿CĆ³mo te sientes esta tarde, Elton? —fue la primera pregunta que lanzĆ³ Hermes para la reuniĆ³n.



   El rubio rey de la mĆŗsica afirmĆ³ con su cabeza con forma de caballo, su cuerpo era fuerte y tenĆ­a un bĆ³xer de color blanco. LevantĆ³ un dedo y con arrogancia dijo: 



   —En esta oportunidad me siento muy bien. Creo que volverĆ© a ser el seccionado para compartir una nueva cita con RubĆ­ pero en caso de no ser el beneficiado sĆ© que ya ella me conociĆ³ y en la oportunidad anterior disfrutamos de una rica cita si uno de ellos resulta seleccionado ella se darĆ” cuenta de la gran diferencia entre estar un gran rato conmigo y estar con otro rey.



   Hermes afirmĆ³ tenĆ­a una sonrisa sincera en el rostro. Su mirada se dirigiĆ³ a Electro.



   —Nuestro rey y seƱor del trueno parece uno de los guerreros mĆ”s letales y favoritos de RubĆ­. Con ella te vimos compartir una de estas tardes en una amena charla por el jardĆ­n, ¿tienes algo que argumentar, Electro?




   El fornido y guapo hombre tenĆ­a una ropa interior verde, el rostro poblado por una virĆ­l barba y los mĆŗsculos brotando en su piel.


   —Verdaderamente RubĆ­ y yo nos hemos acercado mucho en las Ćŗltimas semanas demostrando que no sĆ³lo es una mujer guapa sino que ademĆ”s inteligente y entretenida con la que se puede tener una agradable conversaciĆ³n.



   —¿Tienes miedo de una represalia de parte de algĆŗn compaƱero?



   —No —negĆ³ tajante Electro—. He tenido buena amistad con muchos de ellos y sabemos que nuestro objetivo es ella y su amor. Cada quien se ha desempeƱado muy bien en cada reto desarrollando sus mejores tĆ©cnicas.



   Hermes volviĆ³ a afirmar con la cabeza y explicĆ³ en quĆ© consistĆ­a el nuevo reto, debĆ­an sujetar a sus testĆ­culos una cuerda de plata que estaba amarrada a un muro con varias toneladas de peso, cada rey tenĆ­a que atravesar un camino con el muro evitando que sus testĆ­culos fueran arrancados de su cuerpo.



   —Pero antes —detenĆ­a Hermes—, debo nombrar al rey que fue salvado de este reto por el pĆŗblico y que compartira una cita con RubĆ­. El nombre de ese rey es...




   Aqua que escuchaba todo en discreto silencio deseaba ser Ć©l el exonerado de la prueba, mĆ”s que por temor al reto deseaba compartir con RubĆ­ en intimidad y ofrecerle una disculpa por el accidente que habĆ­an tenido en una ocasiĆ³n anterior. Mientras esperaba que su nombre saliera de los labios de Hermes tuvo una erecciĆ³n que se vio marcada en su ropa interior azul, una franela negra ocultaba su blanco pecho.


   Los labios de Hermes pronunciaron el nombre de Electro por lo que el rey de la electricidad alzĆ³ los brazos en seƱal de victoria no era la primra cita Ć­ntima que compartirĆ­a con la reina hija de Olimpo rey de reyes.



   —¡Maldita sea mi suerte! —se escuchĆ³ que decĆ­a ParĆ­s, rey de la suerte. Su pesado cuerpo abandonĆ³ el asiento y parecĆ­a cruel e indestructible, una ropa interior negra guardaba dentro de Ć©l su grueso pene y el par de cojones que lo volvĆ­an vulnerable—. No entiendo como la suerte no me ha acompaƱado hoy, se supone que sĆ­.



   Hermes argumentĆ³:



   —Los votos del pĆŗblico decretan al ganador.



   James rey de la fertilidad tambiĆ©n se sentĆ­a decepcionado y abordando a un camarĆ³grafo se acercĆ³ a Ć©l mientras la cĆ”mara le enfocaba, doblĆ³ un bicep mientras mĆŗsculos de fuerza se acumulaban mostrando su poder corporal.



   —RubĆ­ otra vez perdiste de tener un macho de verdad en tu habitaciĆ³n.



   Electro caminĆ³ hasta el acostumbrado ascensor con los brazos elevados argumentando que la reina del amor y la pasiĆ³n no se arrepintirĆ­a de esa nueva cita. EntrĆ³ al artefacto y con alegrĆ­a observĆ³ por Ćŗltima vez a sus decepcionados compaƱeros de competencia.



   IngresĆ³ a la sala de la reina oliendo el pesado aroma de inciensos y rosas descubriendola ocupando un sofĆ”, estaba semidesnuda con un brasier de entalles dorados.



   ---AmadĆ­simo rey de la electricidad -comentĆ³ ella-. Vienes a visitarme una vez mĆ”s.



   ----Y vendrĆ© todas las que sea necesarias.



   ---Me alegrĆ© cuando escuchĆ© tu voz -usĆ³ un control remoto para bajar el volumen del televisor.



   ---Y yo me contentĆ© cuando supe que me eligieron para visitarte -asegurĆ³ Electro ocupando un asiento a su lado y besandole un brazo.



   ---¿Eres muy fuerte, cierto? -ella tanteĆ³ cada uno de los mĆŗsculos que adornaban el robusto brazo del rey.



   ---Fuerte para ti, para protegerte de todos los envidiosos. Todo un macho guerrero.



   ---¿Tan fuerte eres?



   ---Lo sabes. He ganado todas las batallas en las que participĆ©.



   A medida que pasaban los minutos, los dos individuos acercaban cada vez mĆ”s sus cuerpos besĆ”ndose y abrazĆ”ndose. Con cada caricia al robusto cuerpo del rey Electro su polla comenzĆ³ a reaccionar y crecer en su calzĆ³n ajustado. Excitado con el aumento de las hormonas el rey hubiera deseado follar a la bella rubia una vez mĆ”s. Su enorme polla estaban hinchada llena de sangre volviĆ©ndose mĆ”s gruesa y larga con cada latido de su corazĆ³n presionando la tela de su ropa interior elevĆ”ndola como una carpa de circo.



   ---Vaya, parece que el monstruo de tu amiguito ya se despertĆ³ -bromeĆ³ RubĆ­.



   ---AsĆ­ de emocionado nos tienes. ¿Quieres saber algo? Ɖl estĆ” frĆ­o y quiere resguardarse en una cueva caliente y protegida.



   RubĆ­ riĆ³ con la ocurrencia del rey de la electricidad.



   Los ojos de RubĆ­ estaban fijos en la enorme erecciĆ³n de Electro. Su pito estaba duro como una roca y seƱalaba desafiante hacia el techo.



   Una mano de RubĆ­ empezĆ³ a recorrer el magnĆ­fico cuerpo de aquel hombre, acariciĆ³ su cuello, pasando por sus grandes pectorales y acariciĆ³ una de sus testillas, luego bajĆ³ a los mĆŗsculos de su abdomen e ingresĆ³ dentro de su ropa interior, la polla de Electro se mantuvo dura babeando pequeƱas gotas de presemen.



   De improviso Electro empezĆ³ a gritar de dolor, con una voz profunda y poderosa. Sin haberlo esperado RubĆ­ lo habĆ­a agarrado de las pelotas y las estaba estirando y retorciendo.



   A RuĆ­ le brillaron los ojos de sĆ³lo ver como el apuesto rostro de Electro se desintegraba en medio del dolor, doblando los ojos y abriendo la boca.



   En menos de un minuto los gruƱidos de Electro se hicieron mĆ”s profundos y se mezclaron con inconfundibles sonidos del placer pero su polla se volvĆ­a mĆ”s gruesa y larga.



   Mientras la reina retorcĆ­a y jalaba con rotunda fuerza los carnosos y grandes huevos la polla del rey palpitĆ³ un par de veces, se estremeciĆ³ y comenzĆ³ a eyacular una poderosa carga de semen de manera insolita.



   El primer chorrete grueso de Electro saliĆ³ de su polla justo cuando RubĆ­ meneaba la mano sobre su miembro, asĆ­ que la primera cuerda de semen volĆ³ por el aire donde se arqueĆ³ para aterrizar como un pegoste blanco cerca de su mĆŗsculoso pecho, un segundo disparo de leche blanca escapĆ³ de la polla, y dio paso a una tercera, una cuarta, quinta y sexta cayendo en direcciones aleatorias.



   ParecĆ­a que el orgasmo colosal del rey Electro no tenĆ­a fin. Treinta titĆ”nicos escupitazos de lefa derramĆ³ la majestuosa polla del seƱor de la electricidad cubriendo su magnĆ­fico pecho, su vientre ondulado, los brazos poderosos, las piernas impresionantes y hasta el lozano rostro de la increĆ­blemente guapa reina RubĆ­.



   Finalmente el placer en Electro acabĆ³ y cuando creĆ­a que todo habĆ­a terminado (incluso el tanque de reserva de semen) la traviesa reina apretĆ³ sus huevas como dos pelotas de gomas. Electro gruĆ±Ć³ y disparĆ³ un Ćŗltimo taco enorme de semen que volĆ³ por el aire hacia la pared y cayĆ³ perdiendo gravedad dando un increĆ­ble sonido cuando chocĆ³ sobre el suelo.



   RubĆ­ estaba emocionada por aquello, tanto ella como Electro estaban cubiertos de la espesa crema blanca y una hermosa piscina se habĆ­a formado en el sudoroso pecho del honorable rey. En la habitaciĆ³n se respiraba una mezcla de aroma entre rosas y el almizcle y viril sabor de hombre.


   Electro arrugaba su hermoso rostro en medio del terrible dolor que salia de sus gonadas.



   RubĆ­ tomĆ³ con una mano el charco de esperma que habĆ­a en el torso del magnĆ­fico rey y comenzĆ³ a chuparse los dedos tragando el nutritivo nĆ©ctar. Estaba tan emocionada por lo que ahĆ­ habĆ­a ocurrido que no escuchĆ³ la voz de Hermes a travĆ©s del televisor diciendo:



   —Y los eliminados en este desafĆ­o fueron Elton el rey de la mĆŗsica y Ɓrtico el rey del hielo.




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