CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
David estaba reunido en la casa de su hermano mayor de nombre Camilo, un robusto moreno que se desempeƱaba como ingeniero en informatica. Ambos habĆan tenido lazos fuertes como hermanos desde la infancia y fue Camilo un pilar fundamental como apoyo cuando la homosexualidad de David se vio a flote en pleno matrimonio con una chica.
—¿EstĆ”s seguro de lo que vas a hacer con Pablo? —le preguntĆ³ Camilo, hasta cierto punto se parecĆa fĆsicamente a su hermano menor aunque todavĆa no habĆa desarrollado un cuerpo tan fornido como David.
—SĆ —respondiĆ³ David—. ¿A caso lo dudas?
—No lo dudo pero serĆ” un giro de 180 grados y quiero que estĆ©s seeguro de lo que vas a hacer para que en un futuro no te arrepientas.
—Estoy seguro de lo que hago y creo que jamĆ”s me arrepentirĆ©.
—Yo creo que es muy pronto. Tienes poco conociendo a Pablo.
—Lo sĆ©. Pero si todo falla no tengo nada que perder, ¿o sĆ?
—¿Y Davidcito? —interrogĆ³ Camilo mirando a los ojos de su hermano, se estaba refiriendo al hijo que este tenĆa.
—Quiero que crezca sin complicaciones y no en un tabĆŗ como en el que tĆŗ o mejor yo vivimos. Quiero que sepa que existen las diferencias.
—Te apoyarĆ© en todo lo que hagas, cuenta conmigo. Y te veo muy ilusionado, ¿y si Pablo no quiere?
David suspirĆ³ y contestĆ³:
—SeguirĆ© adelante como si nada, no tendrĆa por quĆ© afectarnos.
—Has dado unos pasos agigantados en poco tiempo, hermano. Y te ha salido todo muy bien te felicito.
Ambos se dieron fraternas sonrisas. Seguidamente Camilo anunciĆ³ que debĆa buscar a su hija al colegio y se despidiĆ³ de su hermano con un abrazo haciendole prometer que le avisara de los acontecimientos que se dieran en la noche. SaliĆ³ del gimnasio de su hermano a paso apresurado.
Por el resto del tiempo David se dedicĆ³ a inspeccionar la rutina de entrenamiento de clientes del espacio y abandonĆ³ el lugar caĆda la noche. SubiĆ³ a su vehĆculo y manejĆ³ hasta su departamento tenĆa varias semanasviviendo con Pablo y hasta el momento la relaciĆ³n marchaba muy bien —viento en popa— como decĆan varias personas.
LlegĆ³ al departamento y consiguiĆ³ a Pablo ChacĆ³n sentado en el mueble usando el celular, lo saludĆ³ con un beso y un abrazo. Le preguntĆ³ por su jornada laboral, no aconteciĆ³ nada interesante, ni en la constructora y tampoco en el gimnasio.
—¿Saldremos a cenar esta noche? —preguntĆ³ Pablo
—No tengo planeado salir hoy —negĆ³ David—, Por el contrario hoy deseo comer huevos ChacĆ³n —le sonriĆ³ mirando el bulto que se formaba en el pantalĆ³n de su rubio novio al que siempre se le marcaban los grandes testĆculos en la ropa.
Pablo sonriĆ³ muy cĆ³modo y con aquellas palabras sintiĆ³ que su pene daba un tipo de reacciĆ³n. Sus ojos azule se posaron sobre los sexys labios de David por debajo de su varonĆl barba.
—¿Vamos a la habitaciĆ³n? —le preguntĆ³ David—. Tengo ganas de una sesiĆ³n rompehuevos y no quiero que los vecinos se enteren de la manera en que te destrozo las bolas. ¿Quieres?
Pablo moviĆ³ la cabeza marcando una afirmacion.
—Me gustarĆa tambiĆ©n una ordeƱada de tu parte.
David riĆ³.
—Tus pelotas hoy quedarĆ”n doloridas y muy vacĆas.
David y Pablo se miraron y sonrieron. Salieron de la sala de estar tan deprisa que sus pantalones parecĆan una carpa de circo en el Ć”rea de la entrepierna.
Cuando llegaron a la privada habitaciĆ³n Pablo se quitĆ³ los zapatos y se abriĆ³ el pantalĆ³n mientras David excitado le miraba acariciando su abultado jeans.
David suspirĆ³ y se acercĆ³ a Pablo. MirĆ³ los dos enormes y gordos testĆculos debajo de su gruesa y larga polla.
Pablo tragĆ³ saliva.
David riĆ³ como un niƱo y agarrĆ³ el escroto de Pablo con ambas manos.
La polla erecta de Pablo se puso mĆ”s tiesa cuando los dedos de su pareja se cerraron alrededor de sus ovaladas gĆ³nadas.
Un grito agudo de Pablo escapĆ³ de su boca cuando sus huevos comenzaron a crujir como cĆ”scaras. David tenĆa las dos huevas de Pablo atrapadas en las palmas de su mano, provocando en su pareja gritos agĆ³nicos.
David se colocĆ³ de rodillas y mientras lo hacĆa regalĆ³ a Pablo breves segundos de confort utilizando la boca sobre su pene pero acto seguido lanzĆ³ un certero puƱetazo contra su entrepierna, cambiando la expresiĆ³n facial de Pablo con una mueca de dolor. Los nudillos de David volvieron a conectar contras las bolas colgantes de Pablo, estampĆ”ndolas en su cuerpo y haciendo que el muchacho pareciera a punto de vomitar.
A confirmaciĆ³n del rubio, el acuerpado moreno empujĆ³ otra vez su puƱo contra las bolas de Pablo.
Cansado de estar arrodillado David se levantĆ³ para cambiar de posiciĆ³n.
El hermoso rostro de Pablo mostraba una mueca de dolor mientras su cuerpo se empapaba de sudor.
—Abre las piernas —le pidiĆ³ de buena manera David—, que quiero ver esa leche.
Pablo gimiĆ³ acariciĆ”ndose las huevas. Tras 40 segundos de calma apartĆ³ las manos.
Con toda la fuerza que pudo reunir, David pateĆ³ a Pablo en la ingle. Su empeine chocĆ³ contra las fuertes bolas levantĆ”ndolo del suelo.
La polla de Pablo se estremeciĆ³ mientras soltaba un grito penetrante y se iba al suelo.
David se detuvo a observar como su pareja se retorcĆa en el piso entre tanto el bulto en su pantalĆ³n se ponĆa mĆ”s grande y protuberante.
Cuando Pablo se pudo levantar recibiĆ³ una segunda patada en los testĆculos tan dura como la primera. GritĆ³ mientras el pie aplastaba sus gĆ³nadas como tortillas.
Una sonrisa apareciĆ³ en la cara de David.
El rostro de Pablo se contorsionaba de dolor mientras observaba a David masajearse el bulto exquisito.
El pene de Pablo rezumaba en su rosada cabeza lĆquido preseminal.
—¡EstĆ”s cerca! —riĆ³ David alegremente, seguidamente le preguntĆ³ si Pablo querĆa continuar y Ć©l le respondiĆ³ afirmativamente.
David se arrodillĆ³ y llevĆ³ una de sus manos a los grandes cojones de Pablo, mirĆ”dole a los ojos empezĆ³ a apretarlos.
Pablo se quedĆ³ inmĆ³vil. Sus ojos se cruzaron y su mandĆbula se abriĆ³ dibujando una mueca.
La polla de Pablo comenzĆ³ a moverse violentamente. Sus azules ojos estaban llenos de lĆ”grimas.
David seguĆa apretando fuertemente, sus manos eran grandes y gruesas.
Sin mĆ”s que esperar el pene de Pablo estallĆ³ con un enorme chorro de semen que salpicĆ³ contra los abdominales de David.
David mirĆ³ hacia abajo y vio chorro tras chorro de espuma cremosa resbalar por su ondulado lavadero. Empapando la cintura de su pantalĆ³n. AbriĆ³ la palma de la mano liberando los huevos de Pablo.
Las magulladas y rojas bolas de Pablo se contraĆan, disparando chorro tras chorro de semen caliente y salado sobre David, que lo miraba con una expresiĆ³n radiante en su rostro.
Finalmente, el orgasmo de Pablo cesĆ³ y dejĆ³ de gritar acurrucĆ”ndose en el suelo como una pelota.
David se levantĆ³ y sonriĆ³.
—IrĆ© a buscar agua para que tomes —asegurĆ³. Se enderezĆ³ limpiando su abdomen con una mano que posteriormente se llevĆ³ a la boca degustando—. Hmm, rico, hoy estĆ” menos salada que el viernes. BuscarĆ© agua, por aquĆ deje la crema —buscĆ³ en un cajĆ³n un cofre de madera que colocĆ³ cerca de Pablo en el suelo—. SĆ”cala de ahĆ mientras voy por un vaso y agua frĆa.
SaliĆ³ de la sala mientras Pablo se acomodaba en el piso para sacar del cofre la crema que le aliviarĆa la hinchazĆ³n en sus grandes cocos. LevantĆ³ la tapa del cofre y sus cejas se levantaron abriĆ³ la boca en seƱal de sorpresa.
David caminĆ³ por el pasillo con el vaso de agua. Antes de entrar a la sala, se escondiĆ³ en la pared para observar la reacciĆ³n de Pablo, estaba ceƱudo. David suspirĆ³ y entrĆ³ a la sala, cuando llegĆ³ ante su pareja le entregĆ³ el vaso temblando.
—¿Y bien? ¿QuĆ© te parece? —preguntaba—. ¿QuĆ© dices a eso?
—Eh... creo que estoy en shock —reconociĆ³ Pablo.
—Tengo miedo, estoy nervioso —reconociĆ³ David—. Es un paso importante que me gustarĆa dar contigo... ¿quĆ© dices? ¿Me acompaƱas?
Pablo acariciaba con una mano sus bolas mientras que en la otra palma de su mano sostenĆa un par de anillos.
—Todo este tiempo que hemos estado juntos me has demostrado estabilidad —seguĆa hablando David—. Y lo quiero seguir intentando contigo, no hay nada que perder. ¿Te casarĆas conmigo?
Pablo mirĆ³ los anillos, sonriĆ³ y abrazĆ³ a David mientras que con una mano seguĆa acariciando sus gordas pelotas maltratadas.
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