Cosas de pareja (5/6): El plan de David - Las Bolas de Pablo

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29 may 2017

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Cosas de pareja (5/6): El plan de David

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   David estaba reunido en la casa de su hermano mayor de nombre Camilo, un robusto moreno que se desempeƱaba como ingeniero en informatica. Ambos habĆ­an tenido lazos fuertes como hermanos desde la infancia y fue Camilo un pilar fundamental como apoyo cuando la homosexualidad de David se vio a flote en pleno matrimonio con una chica.

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   ā€”ĀæEstĆ”s seguro de lo que vas a hacer con Pablo? —le preguntó Camilo, hasta cierto punto se parecĆ­a fĆ­sicamente a su hermano menor aunque todavĆ­a no habĆ­a desarrollado un cuerpo tan fornido como David.


   ā€”SĆ­ —respondió David—. ĀæA caso lo dudas?


   ā€”No lo dudo pero serĆ” un giro de 180 grados y quiero que estĆ©s seeguro de lo que vas a hacer para que en un futuro no te arrepientas.


   ā€”Estoy seguro de lo que hago y creo que jamĆ”s me arrepentirĆ©.


   ā€”Yo creo que es muy pronto. Tienes poco conociendo a Pablo.


   ā€”Lo sĆ©. Pero si todo falla no tengo nada que perder, Āæo sĆ­?


   ā€”ĀæY Davidcito? —interrogó Camilo mirando a los ojos de su hermano, se estaba refiriendo al hijo que este tenĆ­a.

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   ā€”Quiero que crezca sin complicaciones y no en un tabĆŗ como en el que tĆŗ o mejor yo vivimos. Quiero que sepa que existen las diferencias.


   ā€”Te apoyarĆ© en todo lo que hagas, cuenta conmigo. Y te veo muy ilusionado, Āæy si Pablo no quiere?


   David suspiró y contestó:


   ā€”SeguirĆ© adelante como si nada, no tendrĆ­a por quĆ© afectarnos.


   ā€”Has dado unos pasos agigantados en poco tiempo, hermano. Y te ha salido todo muy bien te felicito.


   Ambos se dieron fraternas sonrisas. Seguidamente Camilo anunció que debĆ­a buscar a su hija al colegio y se despidió de su hermano con un abrazo haciendole prometer que le avisara de los acontecimientos que se dieran en la noche. Salió del gimnasio de su hermano a paso apresurado.


   Por el resto del tiempo David se dedicó a inspeccionar la rutina de entrenamiento de clientes del espacio y abandonó el lugar caĆ­da la noche. Subió a su vehĆ­culo y manejó hasta su departamento tenĆ­a varias semanasviviendo con Pablo y hasta el momento la relación marchaba muy bien —viento en popa— como decĆ­an varias personas.


Llegó al departamento y consiguió a Pablo Chacón sentado en el mueble usando el celular, lo saludó con un beso y un abrazo. Le preguntó por su jornada laboral, no aconteció nada interesante, ni en la constructora y tampoco en el gimnasio.

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   ā€”ĀæSaldremos a cenar esta noche? —preguntó Pablo


   ā€”No tengo planeado salir hoy —negó David—, Por el contrario hoy deseo comer huevos Chacón —le sonrió mirando el bulto que se formaba en el pantalón de su rubio novio al que siempre se le marcaban los grandes testĆ­culos en la ropa.


   Pablo sonrió muy cómodo y con aquellas palabras sintió que su pene daba un tipo de reacción. Sus ojos azule se posaron sobre los sexys labios de David por debajo de su varonĆ­l barba.


   ā€”ĀæVamos a la habitación? —le preguntó David—. Tengo ganas de una sesión rompehuevos y no quiero que los vecinos se enteren de la manera en que te destrozo las bolas. ĀæQuieres?


   Pablo movió la cabeza marcando una afirmacion.


   ā€”Me gustarĆ­a tambiĆ©n una ordeƱada de tu parte.


   David rió.


   ā€”Tus pelotas hoy quedarĆ”n doloridas y muy vacĆ­as.


   David y Pablo se miraron y sonrieron. Salieron de la sala de estar tan deprisa que sus pantalones parecĆ­an una carpa de circo en el Ć”rea de la entrepierna.



   Cuando llegaron a la privada habitación Pablo se quitó los zapatos y se abrió el pantalón mientras David excitado le miraba acariciando su abultado jeans.


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   David suspiró y se acercó a Pablo. Miró los dos enormes y gordos testĆ­culos debajo de su gruesa y larga polla.


   Pablo tragó saliva.


   David rió como un niƱo y agarró el escroto de Pablo con ambas manos.


   La polla erecta de Pablo se puso mĆ”s tiesa cuando los dedos de su pareja se cerraron alrededor de sus ovaladas gónadas.


   Un grito agudo de Pablo escapó de su boca cuando sus huevos comenzaron a crujir como cĆ”scaras. David tenĆ­a las dos huevas de Pablo atrapadas en las palmas de su mano, provocando en su pareja gritos agónicos.


   David se colocó de rodillas y mientras lo hacĆ­a regaló a Pablo breves segundos de confort utilizando la boca sobre su pene pero acto seguido lanzó un certero puƱetazo contra su entrepierna, cambiando la expresión facial de Pablo con una mueca de dolor. Los nudillos de David volvieron a conectar contras las bolas colgantes de Pablo, estampĆ”ndolas en su cuerpo y haciendo que el muchacho pareciera a punto de vomitar.


   A confirmación del rubio, el acuerpado moreno empujó otra vez su puƱo contra las bolas de Pablo.


   Cansado de estar arrodillado David se levantó para cambiar de posición.


   El hermoso rostro de Pablo mostraba una mueca de dolor mientras su cuerpo se empapaba de sudor.


   ā€”Abre las piernas —le pidió de buena manera David—, que quiero ver esa leche.


   Pablo gimió acariciĆ”ndose las huevas. Tras 40 segundos de calma apartó las manos.


   Con toda la fuerza que pudo reunir, David pateó a Pablo en la ingle. Su empeine chocó contra las fuertes bolas levantĆ”ndolo del suelo.


   La polla de Pablo se estremeció mientras soltaba un grito penetrante y se iba al suelo.


   David se detuvo a observar como su pareja se retorcĆ­a en el piso entre tanto el bulto en su pantalón se ponĆ­a mĆ”s grande y protuberante.

   Cuando Pablo se pudo levantar recibió una segunda patada en los testĆ­culos tan dura como la primera. Gritó mientras el pie aplastaba sus gónadas como tortillas.


   Una sonrisa apareció en la cara de David.


   El rostro de Pablo se contorsionaba de dolor mientras observaba a David masajearse el bulto exquisito.


   El pene de Pablo rezumaba en su rosada cabeza lĆ­quido preseminal.


   ā€”Ā”EstĆ”s cerca! —rió David alegremente, seguidamente le preguntó si Pablo querĆ­a continuar y Ć©l le respondió afirmativamente.


   David se arrodilló y llevó una de sus manos a los grandes cojones de Pablo, mirĆ”dole a los ojos empezó a apretarlos.


   Pablo se quedó inmóvil. Sus ojos se cruzaron y su mandĆ­bula se abrió dibujando una mueca.


   La polla de Pablo comenzó a moverse violentamente. Sus azules ojos estaban llenos de lĆ”grimas.


   David seguĆ­a apretando fuertemente, sus manos eran grandes y gruesas.


   Sin mĆ”s que esperar el pene de Pablo estalló con un enorme chorro de semen que salpicó contra los abdominales de David.


   David miró hacia abajo y vio chorro tras chorro de espuma cremosa resbalar por su ondulado lavadero. Empapando la cintura de su pantalón. Abrió la palma de la mano liberando los huevos de Pablo.


   Las magulladas y rojas bolas de Pablo se contraĆ­an, disparando chorro tras chorro de semen caliente y salado sobre David, que lo miraba con una expresión radiante en su rostro.


   Finalmente, el orgasmo de Pablo cesó y dejó de gritar acurrucĆ”ndose en el suelo como una pelota.


   David se levantó y sonrió.


   ā€”IrĆ© a buscar agua para que tomes —aseguró. Se enderezó limpiando su abdomen con una mano que posteriormente se llevó a la boca degustando—. Hmm, rico, hoy estĆ” menos salada que el viernes. BuscarĆ© agua, por aquĆ­ deje la crema —buscó en un cajón un cofre de madera que colocó cerca de Pablo en el suelo—. SĆ”cala de ahĆ­ mientras voy por un vaso y agua frĆ­a.

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   Salió de la sala mientras Pablo se acomodaba en el piso para sacar del cofre la crema que le aliviarĆ­a la hinchazón en sus grandes cocos. Levantó la tapa del cofre y sus cejas se levantaron abrió la boca en seƱal de sorpresa.


   David caminó por el pasillo con el vaso de agua. Antes de entrar a la sala, se escondió en la pared para observar la reacción de Pablo, estaba ceƱudo. David suspiró y entró a la sala, cuando  llegó ante su pareja le entregó el vaso temblando.


   ā€”ĀæY bien? ĀæQuĆ© te parece? —preguntaba—. ĀæQuĆ© dices a eso?


   ā€”Eh... creo que estoy en shock —reconoció Pablo.


   ā€”Tengo miedo, estoy nervioso —reconoció David—. Es un paso importante que me gustarĆ­a dar contigo... ĀæquĆ© dices? ĀæMe acompaƱas?


   Pablo acariciaba con una mano sus bolas mientras que en la otra palma de su mano sostenĆ­a un par de anillos.


   ā€”Todo este tiempo que hemos estado juntos me has demostrado estabilidad —seguĆ­a hablando David—. Y lo quiero seguir intentando contigo, no hay nada que perder. ĀæTe casarĆ­as conmigo?


   Pablo miró los anillos, sonrió y abrazó a David mientras que con una mano seguĆ­a acariciando sus gordas pelotas maltratadas.

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