-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Paolo entornĆ³ los ojos en direcciĆ³n a la puerta cuando esta fue abierta dejando pasar al sujeto blanco y calvo, Ć©l penetrĆ³ a la habitaciĆ³n dĆ³nde el cautivo seguĆa amarrado.
āHola ālo saludĆ³ el visitante con voz tranquila mirĆ”ndole a la cara.
āHola ārespondiĆ³ Paolo despuĆ©s de un momento.
āĀæCĆ³mo te sientes?
āAdolorido. ĀæPor quĆ© me tienen asĆ? ĀæQuĆ© hice?
āEs por el documento que estĆ” en tu poder y que todavĆa no hemos encontrado.
āNo sĆ© de quĆ© documento me estĆ”s hablando.
āEl documento que te entregaron en el aeropuerto.
āNo sĆ© de quĆ© me hablas.
āĀæNo lo recuerdas?
Paolo dudĆ³ por cortos segundos hasta negar con la cabeza.
āĀæTampoco recuerdas tu nombre? āel entrevistado negĆ³ con la cabeza otra vezā. Es Paolo y te criaste en EspaƱa a pesar de ser italianoā¦ ĀæRecuerdas algo de tu pasado?
Paolo clavĆ³ la vista en sus ojos y respondiĆ³ con mucho miedo.
āNo recuerdo nada de mi.
āNo te preocupes. Te ayudaremos a recuperar la memoria.
āĀæDesde cuando estoy asĆ? ĀæEs por el documento del que me hablas? āfue el turno de Armando en afirmar con la cabezaā. ĀæQuĆ© contiene ese documento?
Armando vacilĆ³ pero encontrĆ³ rĆ”pidamente las palabras.
āEs informaciĆ³n confidencial que nos ayudarĆ”. Trabajamos para el gobierno.
Paolo abriĆ³ la boca sorprendido.
āĀæPor quĆ© me tienen amarrado? Quiero orinar.
āPorqueā¦ no queremos que te escapes.
āNo lo harĆ©. ĀæSiempre he colaborado con ustedes o no? ĀæPorque la desconfianza?
āPorqueā¦ā¦ā¦ no recuerdas nada. Te estamos protegiendo.
āMe golpearonā¦ ĀæAsi me protegen?
āRafael pierde los estribos con frecuencia.
āQuiero orinar.
Armando escapĆ³ un suspiro y se acercĆ³ a la cama mirandole por breves segundos. Finalmente retrocediĆ³ y saliĆ³ de la habitaciĆ³n.
Paolo creĆa que lo iban a liberar.
Armando ingresĆ³ a la alcoba sosteniendo un orinal.
āĀæCĆ³mo harĆ©? SuĆ©ltame.
āTe ayudarĆ©, Paolo.
āĀ”ĀæQuĆ©?!
Armando se acercĆ³ a Paolo y le abriĆ³ la cremallera, metiĆ³ la mano en el pantalĆ³n extrayendo una enorme y flĆ”ccida polla por encima de unos testĆculos gordos e hinchados que habĆan sufrido maltratos en las Ćŗltimas horas.
āPor favor dĆ©jame solo mientras lo hago.
āOh, sĆ.
Armando dio la vuelta y se apartĆ³ escuchando desde el pasillo el fuerte ruido del pis. SintiĆ³ que se le hizo agua la boca cuando tocaba aquella polla sino fuera por la hinchazĆ³n los testĆculos de Paolo debĆan ser grandes. Sus bolas debĆan llenarse hasta los topes con leche acumulada. Ā”Si tan solo encontrara una manera de probarlo! No era justo que un tipo como Ć©l estuviera en su departamento y no le pudiera hacer nada.
Cuando terminĆ³ Paolo avisĆ³ que ya podĆa entrar y Armando asĆ lo hizo retirando la cubeta. IngresĆ³ al baƱo para botar el contenido amarillo y volviĆ³ a la habitaciĆ³n guardando con sumo cuidado el bonito pene de Paolo en su pantalĆ³n.
āTengo hambre.
āLo supuse āsonriĆ³ con simpatĆa Armandoā. Ya la cena estĆ” lista vine a ver cĆ³mo estabas y traerla.
āPor favor quiero comer.
Armando afirmĆ³ y saliĆ³ de la habitaciĆ³n. Fue a la cocina y sirviĆ³ la nutritiva comida antes de ingresar a la habitaciĆ³n guardĆ³ en la parte trasera de su jeans una pistola era mejor protegerse y no dejarse confiar. AcudiĆ³ de nuevo a la habitaciĆ³n y acomodĆ³ la almohada para que la cabeza del cautivo quedara levantada.
āQue tengas buen provecho ādeseĆ³ Armando.
āSerĆa mejor si pudiera comer solo.
Armando soltĆ³ un resoplido y negĆ³ con la cabeza estaba dando de comer directamente a la boca de Paolo.
Armando se le quedaba mirando parecĆa un tierno chiquillo al fondo le causaba simpatĆa y un amplio deseo de tenerlo para siempre ahĆ preso.
āĀæTe gusta la comida? āPaolo le afirmĆ³ā. La preparĆ© yo.
āCocinas muy bien.
āSiempre te ha gustado como cocino.
āĀæEh? ĀæQuĆ© dices?
āJoder, Āæno recuerdas absolutamente nada? Siempre te ha gustado como cocino.
āCuĆ©ntame, por favor.
āTermina de comer, tĆo.
Cuando las chistorras se terminaron en el plato Armando saliĆ³ de la habitaciĆ³n con la vajilla en pocos minutos regresĆ³ a la habitaciĆ³n y se sentĆ³ a un lado de Paolo.
āEs una lastima que no puedas recordar nada āArmando minuciosamente evaluaba su rostroā. HarĆ© todo lo posible para que recuerdes. Por los dos.
āNo entiendo.
āPaolo tĆŗ y yo por todos estos aƱos hemos sido pareja.
āĀæPareja? ĀæTĆŗ y yo? ĀæTe refieres que somosā¦?
āSĆ āafirmĆ³ con alegrĆa Armando detallando el confuso rostro de Paoloā. Hemos sido pareja por muchos aƱos. ĀæEso despeja tu mente en algo?
āNo, no, no recuerdo nada por mĆ”s que lo intente.
Armando desviĆ³ la mirada a los finos labios de Paolo y sintiĆ³ mĆ”s capricho por Ć©l. Se inclinĆ³ ante su rostro casi compartiendo el mismo aire. Armando continuaba clavĆ”ndole la mirada mientras Paolo tenĆa los ojos cerrados dispuesto a besarlo y Armando no desperdiciĆ³ la ocasiĆ³n asĆ lo hizo uniendo su boca con la de Ć©l en un lento y deseado beso.
Cuando se separaron Armando lucĆa contento en contraste a Paolo que parecĆa sorprendido.
āNo recuerdo nada āconcluyĆ³.
āYa lo harĆ”s poco a poco ādeterminĆ³ Armandoā. No quiero que borres nuestros recuerdos para siempre.
Paolo sonriĆ³ tristemente.
āArmandoā¦ ĀæpodrĆas soltarme? Siento entumecido los brazos por favor. TodavĆa no entiendo por quĆ© me amarran.
āPorqueā¦ al no recordar nada podrĆas reaccionar violento.
āNo lo harĆ© y menos si me has dicho que entre tĆŗ y yo hay amor.
Armando se mordiĆ³ el labio inferior dudando al mirar a Paolo. Finalmente se decidiĆ³ e inclinĆ”ndose sobre Ć©l le desatĆ³ los brazos. Al ser liberado Paolo bufĆ³ acariciĆ”ndose las muƱecas, se sentĆ³ en la cama moviendo las manos.
āMe sentĆa incĆ³modo.
Armando sonriĆ³ aunque sus nervios afloraban.
Paolo lo mirĆ³ y tocando su cara lo besĆ³ en la boca. Armando llevĆ³ las manos a la cintura de Paolo y Ć©ste tanteĆ³ con sus manos el pecho del calvo y siguiĆ³ bajando.
Hubo un aullido ahogado que se convirtiĆ³ en un grito angustiado cuando Paolo aplastĆ³ los huevos de Armando con su mano sin romper el beso que le daba.
Paolo retorciĆ³ el par de gĆ³nadas haciendo que Armando soltara un gemido angustiado.
Inmediatamente Armando se separĆ³ de Paolo y le soltaron de las bolas comenzado a gemir y agarrando dolorosamente su entrepierna.
Paolo lo contemplĆ³ nervioso pero enseguida Armando le devolviĆ³ la mirada y una sonrisa.
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