-SEXO HOMOSEXUAL
-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
David Aceituno era dueƱo de un gimnasio al norte de la ciudad capital es por eso que lunes a sĆ”bado era comĆŗn encontrarlo en ese lugar entrenando, dando tutoriales, aplicando ejercicios a clientes o simplemente caminando de un sitio a otro sin hacer nada. Esa maƱana el atractivo moreno estaba haciendo ejercicio de pesas. Sus musculosos bĆceps se tensaban mientras subĆa y bajaba la pesada mancuerna de 10 kilos. Sus ojos se cerraban y sus dientes se apretaban de manera graciosa mientras aplicaba la pujante fuerza o tensiĆ³n.
—Tan atractivo como siempre —dijo una suave voz que al instante le pareciĆ³ conocida.
David se quedĆ³ dudĆ”ndolo por un instante haciendo un gran esfuerzo es sostener y balancear la pesa en el aire.
—EstĆ”s en una posiciĆ³n vulnerable —dijo la misma voz— ahĆ echado con las piernas abiertas tentando a cualquiera.
No hubo dudas para David era Ć©l, colocĆ³ la mancuerna en su lugar se frotĆ³ las manos dirigiendo la mirada al individuo que le estaba hablando. Y sĆ era Ć©l, su ex.
SonriĆ³ al ver cara a cara el rostro familiar, un hombre de cabellos negro, con porte de macho, guapo, de cuerpo fornido y corpulento.
—¡Jean, que sorpresa! Volviste a la ciudad.
Internamente Jean se sorprendiĆ³ que David lo saludara tan afectuosamente despuĆ©s que su relaciĆ³n terminara tan malamente no se tratĆ³ de tedio o que le fuera infiel, incluso Ć©l pudo tolerar que en aquel tiempo su David se casara con su novia lo que nunca tolerĆ³ era que tuvieran un hijo.
—SĆ estoy de regreso para emprender un negocio y quise pasar a visitarte. Veo el local mĆ”s grande, ¿lo ampliaste?
—SĆ, el pasado diciembre.
Hubo un largo silencio mientras Jean asentĆa. DespuĆ©s ambos dijeron al mismo tiempo lo que les provocĆ³ risas:
—¿CĆ³mo estĆ”s?
Se miraron a los ojos con aire amigable.
—¿A quĆ© debo tu visita? —se adelantĆ³ David.
Jean sonriĆ³ y respondiĆ³:
—QuerĆa saber cĆ³mo estabas. Ponerme al dĆa y bueno… ver como te encontrabas despuĆ©s de todo este tiempo.
David le indicĆ³ a Jean que se alejaran de las maquinas y el ruido musical del gimnasio ingresaron a la oficina de David donde ocuparon un asiento.
Jean se sonrojĆ³ mientras que sus ojos navegaban por el escritorio del hombre habĆa allĆ la foto de un niƱo moreno que supuso era el hijo de David y habĆa otra donde su musculoso ex posaba ante la cĆ”mara con un atractivo rubio, ¿serĆa Ć©l su esposo? ¡Que cosas! Se sorprendiĆ³ cuando le llegĆ³ el chisme del matrimonio de David, cuando Ć©ste en el pasado decĆa nunca casarse con otro hombre… y se casĆ³ con otro que no fue Ć©l.
David se aclarĆ³ la garganta por lo que Jean apenado levantĆ³ la vista de las imĆ”genes.
—¿EstĆ”s bien, Jean?
—SĆ. Es solo que no esperaba que me recibieras tan afectuoso como la Ćŗltima vez que nos vimos.
—Ha pasado mucho tiempo, Jean. Comprendo que cuando uno estĆ” furioso dice y hace las cosas sin pensarlo.
—A veces me siento culpable.
—Oh no, descuida. En ocasiones todo debe ocurrir por algo.
David afirmĆ³ sonriendo y Jean le sostuvo la mirada todavĆa recordando la Ćŗltima vez que se vieron cuando insultĆ³ al bebĆ© de David y Ć©ste no tuvo una reacciĆ³n diplomĆ”tica o amorosa.
Jean sonriĆ³ y se inclinĆ³ sobre el escritorio.
—AĆŗn siento que tĆŗ y yo tenemos una conexiĆ³n. Lo sĆ©, sĆ© que lo sientes tambiĆ©n.
El corazĆ³n de David se agitĆ³. AbriĆ³ la boca para decir algo, pero Jean colocĆ³ un dedo sobre sus labios para silenciarlo.
—AdmĆtelo, papi. Y aunque ahora estĆ©s con otro todavĆa piensas en mi.
—Quiero sentir tus labios nuevamente. Quiero sentirte, David —decĆa Jean con la cabeza ligeramente inclinada.
—Jean, debes entender que yo…
David fue interrumpido cuando Jean se lanzĆ³ sobre el escritorio y lo besĆ³. Los ojos de David se cerraron cuando fue dominado por el beso. Su pene estaba palpitando y la boca de Jean se sentĆa tan bien que pensĆ³ que iba a estallar. Los dos se separaron lentamente y David caminĆ³ hacia el frente del escritorio y se quedo mirando fijamente a Jean, antes de agarrarlo y tirar de Ć©l hacia adelante. Los dos se besaron y se tocaron el uno al otro, perdiendo gradualmente la ropa hasta que ambos estuvieron sin camisa. David estaba abrumado por la lujuria mientras lamĆa y chupaba cada centĆmetro del cincelado torso de Jean, bajĆ³ hasta que estuvo a la altura de la cintura de su ex. El pene de Jean estaba a punto de salir de su pantalĆ³n y David lo ayudĆ³ abriendo la cremallera e inmediatamente chupando la polla de Jean. PasĆ³ las manos por sus abdominales apretando los pezones mientras movĆa la cabeza de arriba a abajo en el tronco de Jean. La espalda de Jean se arqueĆ³ mientras pasaba sus manos por el cabello de David.
David sintiĆ³ que un chorro de lĆquido preseminal escapaba de su pene. Estaba tan excitado al tocar a Jean que casi no podĆa contenerse. AgarrĆ³ la cintura del ex y lo girĆ³, inclinĆ”ndolo sobre el escritorio para que pudiera tener una vista sin obstrucciones de su grande y apretado culo.
Jean gimiĆ³ y un chorro de esperma salpicĆ³ el escritorio de David, no le iba a importar llenarlo todo de leche, la corrida mojĆ³ los papeles de David.
David se agachĆ³ y apretĆ³ el puƱo golpeando los huevos de Jean contra su escritorio. Jean chillĆ³, mordiĆ©ndose el brazo en un intento desesperado por contener su grito.
—¡David! ¡No! ¡Por favor!
David siguiĆ³ golpeando los testĆculos de Jean. Eran grandes y duros.
—¡David! —gritĆ³ Jean, manteniendo las piernas abiertas a pesar que sus rodillas querĆan doblarse.
Jean lanzĆ³ un disparo de leche despuĆ©s de un golpe violento que hicieron que sus huevos se aplastaran peligrosamente contra el escritorio.
David empezaba a jadear se dedicĆ³ a dejar reposar a Jean mientras frotaba contra el culo de Ć©ste su increĆble erecciĆ³n.
Agotado el tiempo David se inclinĆ³ y empezĆ³ a estampar el puƱo contra las bolas de Jean observando cĆ³mo los testĆculos rebotaban. Jean literalmente se agarraba al escritorio para no dejarse embargar del dolor.
—David, detente… ¡Oh! ¡Ah! ¡Ay!
Jean finalmente se derrumbĆ³ en el suelo, tratando desesperadamente de cubrir su entrepierna, pero las manos fuertes de David las apartaron. El moreno hombre se levantĆ³ mirando a su presa, totalmente a su merced y levantĆ³ su zapato sobre los cojones.
—¡David! David! ¡No! —Jean agitĆ³ sus brazos y suplicĆ³ en vano.
David pisĆ³ fuertemente aplastado los huevos. Jean empezĆ³ a llorar tratando desesperadamente de liberarse, el dolor era terrible.
David estaba tan excitado que el tiempo solo le alcanzĆ³ para bajarse el pantalĆ³n deportivo y eyacular sobre el torso y rostro de Jean. Desafortunadamente, estaba tan atrapado en su orgasmo que no se dio cuenta, o no le importĆ³, que estaba rebotando y apretando el pie contra las huevas de Jean mientras eyaculaba. Cuando el orgasmo se aminorĆ³ David levantĆ³ el pie. Se apartĆ³ de Jean dejando que se colocara en posiciĆ³n fetal. Estaba llorando.
David cayĆ³ sobre Jean y los dos se labios tocaron, abrazĆ”ndose suavemente. David sintiĆ³ que su cuerpo estaba caliente y dominado por la pasiĆ³n y lujuria.
—Te sigo amando —susurrĆ³ Jean al oĆdo de David mientras descansaba sobre Ć©l, atormentado del extasis.
Los dos se besaron suavemente y exploraron mutuamente sus cuerpos empapados de sudor. Finalmente, cuando David estaba con el pantalĆ³n lejos de sus piernas y preparado para follar a Jean algo hizo que se alejara de Ć©l, retrocediĆ³ cogiendo el la ropa para vestirse.
—¿A dĆ³nde vas? —preguntĆ³ Jean a travĆ©s de sollozos por sus cojones doloridos.
—Esto no puede pasar —concluyĆ³ David lo mirĆ³ profundamente a los ojos, sorprendiĆ©ndose a sĆ mismo con la declaraciĆ³n.
—Ćl no tiene por quĆ© enterarse… Sabes a quien me refiero.
David negĆ³ con la cabeza y simplemente saliĆ³ de su oficina dejando a Jean ahĆ para que se recuperara. Al salir acariciĆ³ su polla aĆŗn dura, se lamiĆ³ los labios y caminĆ³ al gimnasio sintiendo miedo de todavĆa sentir algo por Jean.
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