Rivales 2 (1/5): La venganza de Israel - Las Bolas de Pablo

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20 mar 2018

Rivales 2 (1/5): La venganza de Israel


CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE


   El sol de la tarde iluminaba el semidesnudo cuerpo de Israel ChacĆ³n, dentista de dĆ­a y atleta de nataciĆ³n por las tardes. Usaba un baƱador pequeƱo y ajustado. Su cuerpo musculoso lucĆ­a perfecto en el ala de la piscina del club deportivo. Ɖl hablaba por celular.


   —Patricio, ¿cĆ³mo te atreves a faltar hoy? —reclamaba—. TenĆ­a que consumar mi venganza y estoy en el momento pefrecto.


   —¡Hermano, siento mucho el fallar en el plan que tenĆ­amos trazado! —se disculpaba la voz de su amigo quien tambiĆ©n sentĆ­a un sentimiento de repulsiĆ³n por Adam— pero la salud de mi suegra empeorĆ³ y tuve que salir con Elizabeth al hospital. Lo siento amigo. El entrenador Vladimir entendiĆ³ mi excusa, de igual manera ejecutas mi venganza la prĆ³xima semana que regrese a la city.


   —No te lo perdono, pato —reĆ­a Israel—. EstĆ” bien, quedamos pendiente con mi venganza. Deseo que tu suegra mejore de salud.


   Un minuto y veinte segundos despuĆ©s la mirada de Israel se situĆ³ en direcciĆ³n a las duchas, allĆ­ dentro estaba Adam y Ramiro que en una ocasiĆ³n anterior le habĆ­an dado una paliza, lo que Israel buscaba con su amigo era consumar una justa venganza y aunque su amigo no iba a poder apoyarlo el cuerpo perfecto de Israel estaba abarrotado de adrenalina y necesitaba liberarla golpeando a su eterno rival y al cĆ³mplice. EchĆ³ un vistazo a la piscina y vio al entrenador Vladimir ocupado con los nadadores. Era hora de consumar la venganza.


   Israel abriĆ³ la puerta del vestuario de golpe encontrando a los dos atletas uno frente al otro charlando.


   —¡AquĆ­ los querĆ­a encontrar! —acusĆ³.


   —¿A ti quĆ© mierda te pasa? —insultĆ³ Adam levantĆ”ndose del banco de madera, su amigo Ramiro lo siguiĆ³.


   —Lo que me hicieron la Ćŗltima vez no tiene perdĆ³n.


   —¿QuĆ©? ¿Joderte? Siempre lo hago, Israel.


   Israel dio varios pasos valientemente a la pareja, el primero en responder al encuentro fue Ramiro dispuesto a pelear, era tanta la ira acumulada de Israel que de un derechazo a la mandĆ­bula Ramiro cayĆ³ noqueado al suelo.


   Adam respondiĆ³ al ataque y los dos machos se enfrascaron en una lucha de clara ventaja de parte de Israel.
   El hijo mayor de Marcos ChacĆ³n clavaba puƱetazos contra el estĆ³mago y rostro de Adam que inĆŗltimente intentaba protegerse por escasos segundos pudo ganar ventaja al aplicar ganchos a las costillas de Israel, de manera cobarde subiĆ³ la rodilla entre las piernas de su enemigo cuyo paquete bailaba a ritmo de sus movimientos pero Israel pudo echar la pelvis hacia atrĆ”s y prevenir un ataque mortal para sus bolas.


   Israel sujetĆ³ la rodilla de Adam y haciĆ©ndolo saltar en un pie lo tumbĆ³ al suelo y le dio de puƱos contra la cara.


   —Ven, sigue —invitĆ³ Israel separandose de Ć©l para dejar que respirara y se levantara.


   Adam furioso de saberse vencido por aquel huevĆ³n se levantĆ³.


   Nuevamente Israel lo devolviĆ³ al piso de un fuerte puƱetazo al rostro.


   —Hey, Israel —lo llamaron desde atrĆ”s.


   Cuando Israel se girĆ³ y antes de que supiera lo que le iba a pasar. Ramiro estaba de pie y metiĆ³ la mano en su ropa interior adueƱandose de sus genitales. Las bolas de Israel eran mĆ”s grandes que las de cualquier macho del club, y la mano de Ramiro se estirĆ³ para cubrir a los dos huevos.


   —¿QuĆ© estĆ”s... ¡Oh!


   Ramiro apretĆ³ el escroto de Israel, presionando tan fuerte como pudo.


   —¡AAAAAAAAHHHHHHHH!


   —No dejes de apretar —ordenĆ³ Adam sin aliento.


   De inmediato la larga y gruesa polla de Israel no tardĆ³ en hincharse con una erecciĆ³n. El contorno de su cabeza en forma de hongo se distinguiĆ³ claramente en su baƱador.


   Israel hizo una mueca cuando sintiĆ³ el pulgar clavarse en uno de sus huevos.


   Adam se riĆ³ de manera arrogante al ver un pequeƱo parche mojado en el traje de baƱo de su por siempre rival.


   Israel lleno de dolor se dio cuenta que estaba empezando a derramar lĆ­quido preseminal. DirigiĆ³ a Adam y Ramiro una mirada avergonzada antes de cerrar los ojos e intentar sacar aquella muƱeca de sus gĆ³nadas. Cuando lo estaba logrando Ramiro lo solto pero subiĆ³ la rodilla y atrapĆ³ con fuerza vigorosa los grandes cojones.


   Ramiro le dio un rodillazo una y otra vez y luego volviĆ³ a apretar los cojones fuertemente. Israel gimiĆ³ y su polla se crispĆ³.


   —Revientale esas bolas anormales —condenĆ³ Adam.


   Ramiro obedeciĆ³ e Israel jadeĆ³.


   Ramiro le dio un rodillazo a las huevas de Israel haciĆ©ndolas rebotar sobre su rodilla.


   —AAAAAYYYYYYY.


   Israel puso las manos sobre los brazos de Ramiro cuando sus rodillas comenzaron a doblarse. Ramiro era quien dominaba al hombre que ingresĆ³ allĆ­ hecho una furia humana. ClavĆ³ un puƱetazo con fuerza mientras Israel casi se desplomaba en medio de gemidos, una gran mancha hĆŗmeda crecĆ­a en su baƱador. Ramiro siguiĆ³ golpeando sin cansarse, Israel lloraba de dolor, otra vez Ramiro metiĆ³ la mano en el baƱador y cogiendo las huevas apretĆ³ como si las fuera a arrancar.


   Israel gritĆ³ y suplicĆ³ para que lo dejaran en paz, sus testĆ­culos estaban crujiendo.


   Cuando Ramiro retirĆ³ la mano esta saliĆ³ cubierta de semen, tuvo que limpiarla en el cuerpo del humillado rubio. La tela del baƱador estaba absolutamente empapada del pegajoso semen.


   Adam sentenciĆ³ cruelmente:


   —Mientras tengas esas bolas serĆ”s vĆ­ctima de derrotas.

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