ESCRITO POR: ZATN
Contiene Ballbusting M/M y Sexo M/M.
Secuela de MI EXTRAĆO ENCUENTRO CON “TRUMP”, Y NAVIDAD CON “TRUMP”.
Ya me conocen, soy Daniel Roberto un universitario de 23 aƱos, hace unos meses tuve una experiencia bastante extraƱa con un “criminal”, Al que llamĆ© “Trump”; Le volvĆ a ver en navidad en donde supe que se llamaba Adriano, y quien vive en otra ciudad, Ćl se marchĆ³ con mi nĆŗmero telefĆ³nico y quedĆ³ de regresar este nuevo aƱo, anhelo verlo otra vez.
Mis gustos en cuanto a pareja han sido heterosexuales, y escasamente homosexuales, pero desde que conocĆ a “Trump”... quiero decir a Adriano, mi aceptaciĆ³n por mi gusto por los hombres ha sido total, desde aquella vez en la fiesta navideƱa, decidĆ que tendrĆa sexo con Ć©l, sĆ³lo debĆa esperar a que regresase y me llamase.
Hoy por fin recibo la tan esperada llamada, me cita en aquel parque en el que nos conocimos, y el asistiĆ³ a la hora acordada.
AllĆ me encontraba a plena tarde con mi tradicional disfraz de chica, no era mi intenciĆ³n usarlo, pero Adriano insistiĆ³ en que fuera disfrazado, segĆŗn Ć©l aĆŗn no se sentĆa bien viĆ©ndose con un hombre para una relaciĆ³n mĆ”s allĆ” de la amistad, y el verme como chica le resultaba mĆ”s cĆ³modo para interactuar conmigo… Le complacĆ, si verme como una linda rubia hacia las cosas mĆ”s naturales para Ć©l, pues yo saldrĆa ganando.
Pronto apareciĆ³ Adriano, le salude con entusiasmo corriendo hacia Ć©l a abrazarle.
“Que felicidad verte”.
“TambiĆ©n anhelaba verte rubia”.
“Daniel, dime Daniel”.
Decidimos caminar un buen rato por los alrededores, me invitĆ³ a tomar un helado y charlamos un largo tiempo, me contĆ³ que estudiaba derecho en su localidad, y que vivĆa con sus tĆos; Por mi lado le comentĆ© cosas sobre mi familia.
Llegamos a un restaurante donde cenarĆamos dado que ya eran mĆ”s de las 7 de la noche.
Era una mesa para dos, le tenĆa en frente y no dejaba de ver su bello rostro, Ć©l camarero tomĆ³ la orden y mientras esperĆ”bamos, Adriano no paraba de hacerme reĆr con sus bromas, era una persona muy divertida.
“Hola seƱorita cĆ³mo estĆ”?, y que tal usted caballero?”. Un sujeto se dirigĆa a nosotros, cuando voltee a ver, era el administrador del hotel donde “Trump” y yo intimamos la primera vez; Se hallaba con dos hombres, al parecer sus amigos por el ambiente de camaraderĆa entre ellos; HabĆan ingresado al restaurante, y al parecer buscaban mesa cuando me divisĆ³ y decidiĆ³ saludarnos.
Una vez mĆ”s ante Ć©l, estaba asustado, Que acaso este tipo me estaba siguiendo?, siempre me lo encuentro y estando yo disfrazado de rubia… Pero una vez mas no vio a travĆ©s de mi disfraz.
Le salude con una sonrisa mĆ”s que falsa, mientras observaba a sus acompaƱantes…Trataba de evitar un contacto visual, ojala no se dieran cuenta de mi identidad real, pero cuando de reojo los miraba, observaba sonrisas en ellos, estaban gustosos de conocernos…
Tras marcharse y hallar una mesa, Adriano comenzĆ³ a bromear sobre lo asustado que estaba ante ese sujeto; Me preguntaba internamente cĆ³mo ese sujeto no se daba cuenta de mi real gĆ©nero, y al parecer sus dos amigos, tambiĆ©n se creĆan de quĆ© trataban con una chica.
“Es que eres hermosa como rubia”.
“Oh basta Adriano!”.
“Recuerda que a mĆ me engaƱaste cuando nos conocimos”.
“En eso tienes razĆ³n”.
“Eres una linda rubia, y por eso mismo te pedĆ vinieras vestido asĆ”.
“Espero que pronto puedas salir en pĆŗblico conmigo como hombre que soy, no me disfrazare para siempre!… AdemĆ”s podemos aparentar ser unos amigos y ya, que dos chicos no pueden salir a comer o ir al parque?”.
“CĆ³mo amigos varones, me darĆa pena hacer esto…”.
AhĆ se levantĆ³ un poco, e inclinĆ”ndose hacĆa mĆ me besĆ³ en los labios, fue un rĆ”pido y travieso beso.
Me sonroje, y sĆ³lo atinĆ© a decirle: “Ok, me seguirĆ© disfrazando cuantas veces quieras”.
“Eso es mi rubiecita”. Me pellizco las mejillas con ambas manos, me hizo parecer un niƱo, asĆ que me enfade un poco, y de inmediato busque desquite.
Bajo la mesa lancĆ© mi pie, y le di con la suela del zapato en su entrepierna, no fue muy fuerte, solo querĆa pisarle un poco sus Ć”reas viriles.
Adriano lanzĆ³ un leve quejido que ahogĆ³ de inmediato, y algo asustado expresĆ³:
“AquĆ no rubia, estamos en un sitio pĆŗblico”.
“Entonces deja de molestarme!”. En ese instante el camarero trajo la comida y paramos las bromas.
La cena transcurriĆ³ de forma mĆ”gica, no podĆa dejar de verle, me gustaba verle comer, sus labios abrirse y masticar el alimento, me tenĆan hipnotizado, tanto que descuidaba el probar la comida.
SĆ³lo cuando Adriano me llamĆ³ la atenciĆ³n retomĆ© mi comer.
En la entrada de mi humilde hogar, le dije lo que en mi mente rondaba desde que salimos del restaurante:
“Adriano lo he pensado muy bien desde aquella vez en navidad, y quiero dar el siguiente paso contigo”.
“SabĆa que llegarĆamos a esto, tambiĆ©n lo he pensado y estoy de acuerdo…tendremos intimidad!”.
Su rostro denotaba inseguridad, Ć©l nunca habĆa tenido sexo con otro hombre, asĆ que esperaba que fuera muy incĆ³modo para Ć©l, pero apenas entramos a la sala Adriano me besĆ³…
…Me pareciĆ³ muy impetuoso de su parte, estaba totalmente sorprendido, parecĆa que irĆa hasta el final, pero sus besos eran en mis mejillas y frente, tocar sus labios era muy escaso… notaba que lo que hacĆa era un poco forzado para este chico.
“Estas seguro de que realmente quieres esto Trump?”.
“Dime Adriano, y si es lo que quiero, pero no importa si estoy algo inseguro en como lo hago… lo haremos mi rubia”.
“Jajajaja, como quieras pero dime Daniel”.
“No, esta noche eres mi rubia”.
ProyectĆ© mi rodilla y le clave la rĆ³tula entre las piernas, enseguida se alejĆ³ de mĆ y se doblĆ³ a la mitad… me miro sonriente, mientras comenzĆ³ a dar brincos buscando aliviarse.
“…Pues entonces te seguirĆ© llamando Trump”.
“Como tĆŗ quieras, pero parece que quieres un pleito, quĆ© opinas si te doy una lecciĆ³n... desde ahora, hasta la cama!”.
En ese momento se tocĆ³ la polla sobre los pantalones, los cuales seguidamente quitĆ³, quedando en calzoncillos, imite su conducta, mientras aclaraba las cosas:
“Hablas de sexo agresivo, estas seguro?, si es nuestra primera vez, no serĆa mejor hacerlo mĆ”s calmaditos… y suavecito?”.
Se me acercĆ³ y me do una bofetada que me tiro al suelo.
“Mi querida rubia, en verdad quieres que la primera vez sea tan ordinaria?”.
Quede sentado en el suelo, tomĆ”ndome el labio, de verdad me dio fuerte, creo que hasta me lastimo el labio pues percibĆa algo de sabor a sangre, pero estaba de acuerdo y sabia como hacĆ©rselo saber.
Como estaba ante mĆ, tenĆa acceso a su entrepierna, asĆ le lance mi pierna hacia arriba y le clavĆ© un talonazo en el bulto mĆ”s llamativo de sus calzoncillos.
“AAAAHHHHHHHHHHH!!!!!”.
Se quejĆ³ mĆ”s intensamente, alejĆ”ndose y doblĆ”ndose a la mitad.
“Trump” no pudo resistir mĆ”s y terminĆ³ perdiendo la verticalidad, allĆ estaba Adriano rodando por el suelo.
Ćl querĆa agresividad y se la darĆa!.
Trump estaba sin fuerzas, asĆ que me coloque sobre Ć©l y comencĆ© a darle bofetadas, eran sonoras y no paraba de quejarse, le estaba dando una buena tunda; Ćl no podĆa hacer nada, sus manos solo sobaban sus bolas, y al tiempo las protegĆan de algĆŗn nuevo ataque mĆo…
…Me jacte de mi temporal superioridad, pero un rodillazo en mi estĆ³mago me recordĆ³ la mayor fuerza de mi pareja y rival.
Ahora era esta rubia la que rodaba por el suelo, Adriano se incorporĆ³, le vi respirando profundamente recobrando sus energĆas.
“AAyyyyy!!!!!!”, me quejĆ© cuando me pateo la espalda, fue un golpe fuerte, casi de verdad, pero lo soporte y planeĆ© mi venganza.
“Cobarde, me las vas a pagar, cuando menos lo esperes….”.
Pero el siguiĆ³ teniendo la ventaja, a las malas me desnudo, mientras le amenazaba con caparlo por portarse tan salvaje. Obviamente era broma, pero cĆ³mo deseaba retomar el control de esta lucha sexy.
Mi oportunidad llegĆ³… En nuestro forcejeo, meneĆ© mi largo cabello rubio estorbĆ”ndole la visiĆ³n por un segundo, durante el cual desaparecĆ de su frente y me coloquĆ© tras Ć©l; No vio venir cuando pase una mano hacia adelante, la metĆ en sus calzoncillos y le agarre las huevas.
“Su… suĆ©ltame!”.
Adriano ahora estaba en mi poder, le tenĆa las huevas agarradas con firmeza pero no se las apretaba, en su cara podĆa ver que estaba sin salida, parecĆa sudar sabiendo lo que podĆa hacerle de solo aplicar algo de fuerza en mis dedos.
“Quieres que apriete?”.
“No!... cĆ”lmate un poco, no me hagas algo asĆ”.
Le soltĆ© con una velocidad que no se lo espero, solo para bajarle los calzoncillos, y a la vez girarlo para que me diera el frente. De seguro pensĆ³ que le harĆa algo delicioso a su ahora desnuda entrepierna… pero su incipiente sonrisa se transformĆ³ en grito, cuando en vez de una caricia le clavĆ© la rodilla en su delicado escroto.
“AAAAHHHHHHH!!!!!”.
Se fue de espaldas, y termino sentado con las piernas abiertas, use mi ahora clara superioridad fĆsica para acostarlo, ya era hora de darle algo rico, asĆ que le acariciĆ© los muslos, mientras el acunaba sus dolidas bolas.
Pasaron los minutos y mis atenciones a su abdomen y cara interna de los muslos, le convencieron de darme acceso a sus huevos y verga. Se incorporĆ³ quedando de pie ante mĆ, de inmediato se la comencĆ© a chupar.
Una lamida en las bolas le sacĆ³ un gemido, y mĆ”s y mĆ”s, cuando le chupaba con elegancia el glande.
“Oh rubia!, chĆŗpamela mĆ”s… eres muy buena en esto”.
Le ensalivĆ© todo el glande, el cual no tardo en palpitar de gusto, hice una pausa para tomar algo de aire… De mi lengua goteaba el abundante lĆquido seminal de Trump... Pero cuando iba a reiniciar la lamida, el antepuso su mano.
“No mi rubia… alto! Quiero metĆ©rtela, dĆ©jame metĆ©rtela por atrĆ”s, ya estoy decidido, tengo que venirme dentro de tu cuerpo, quiero hacĆ©rtelo ya”.
Trump ahora estaba decidido, no espere ese cambio de actitud en Adriano tan pronto, pero el querĆa meterlo en mi ano, y la verdad estaba excitado y querĆa una verga dentro, mi ano virgen sufrirĆa de seguro, pero habĆa llegado la hora de la verdad… tendrĆamos nuestra primera vez de sexo homosexual.
“Solo espĆ©rame un segundo, ven a conocer mi cuarto, lo haremos allĆ, es mĆ”s cĆ³modo”.
Totalmente desnudo, Adriano se colocĆ³ a un lado de mi cama, mientras ingresaba al baƱo en busca de algo vital para mi salud anal.
Y le presentaba un enorme tarro de vaselina que habĆa comprado apenas supe que me verĆa con Trump, Adriano casi carcajeo, cuando le invite a aplicĆ”rmelo.
“Que exagerado, solo con un poco basta”.
“No me arriesgarĆ© a que me duela!”.
Y decidimos hacerlo de pie, mientras apoyaba las manos en la cama, “Trump” se ubicaba a centĆmetros de mi retaguardia y me aplicaba la vaselina con uno de sus deditos.
“No lo hagas tan lento, AsĆ lo haces ver mĆ”s pervertido!”.
“Pero mira como baila mi dedito en tu culito rubiecita”.
“Que me llames Daniel caramba! O quieres que te vuelva faulear”.
“No me desagradarĆa, pero no es este el momento”.
Trump se declarĆ³ listo para el comienzo y en mi posiciĆ³n me aferrĆ© a las sabanas, mientras le separaba las piernas lo mĆ”s posible… sus manos se apoyaron en mis caderas, y solo faltaba que el actor principal entrara en escena… su miembro viril!.
El pene de Adriano a plena erecciĆ³n palpo entre mis nalgas, y ayudĆ”ndose con los dedos, Adriano ubicĆ³ su glande en la entrada de mi dilatado ano.
Desde hace unos minutos mi ano podĆa con dos dedos de este chico que me fascina, pero su polla es otra cosa, el asomo de la punta de su glande, me hizo poner la piel de gallina, y el muy despiadado, introdujo su grueso glande de empujĆ³n…. Y se detuvo ante mi reacciĆ³n.
“Aaaaayyyyyyyyy”, Me quejaba sintiendo casi romper mi anillo anal.
“Estas bien mi rubia?”.
“Que preguntas son esas, si casi me rompes el culoooo, pero dale de una vez calenturiento!”.
Adriano introdujo con lentitud cada uno de los gruesos centĆmetros de su verga, inicialmente haciĆ©ndome gritar mĆ”s de una vez, pero a medida que sentĆa el deslizar su miembro con la vaselina y sus naturales fluidos lubricantes sentĆa mĆ”s y mĆ”s goce…
….el componente romĆ”ntico tambiĆ©n hacĆa su parte, pues sentĆa maravilloso al ser uno solo con ese chico a quien apreciaba tanto.
Su miembro lubricado en exceso, ahora entraba con una facilidad pasmosa… el roce era delicioso.
El ritmo de penetraciĆ³n se hizo mĆ”s frenĆ©tico, y podĆa sentir palpitar su verga dentro de mi culo, lo gozaba mucho… El pĆ”lpito aumento y sabĆa que estaba por venirse.
“Por favor Ć©chalo afuera”.
“Estas loca rubia, lo mejor es echarlo adentro”.
Y con unos empujes salvajes finales, Trump detuvo su ataque, sentĆ como eyaculaba en mi interior, su semen era caliente y salĆa a mucha presiĆ³n.
Varios disparos y sentĆ cesar su eyaculada, Adriano estaba jadeante, y excesivamente sudado, por mi lado, el sudor tambiĆ©n me inundaba, y debo admitir que disfrutĆ© mucho el ser penetrado; Pero tras recomponer algo la cordura tuve una perversa idea en mi mente y decidĆ darle rienda suelta.
“Ya sĆ”camela!”.
Pero cuando me lo sacĆ³, Adriano se masturbĆ³… Demostrando que gran parte de la corrida habĆa quedado en su conducto peneano, por lo que al pajearse escupĆa toda la leche que aĆŗn tenĆa adentro… me manchĆ³ las nalgas con su esperma.
Apenas el miembro semi-erecto y empapado de esperma de Adriano dejĆ³ de escupir en mi retaguardia… lancĆ© mi pierna hacia atrĆ”s!... mi talĆ³n fue certero e impactaba el bajo escroto de Adriano.
“Aayyyyy… es… espera!”. IntentĆ³ detener mi agresiĆ³n alejĆ”ndose un poco, pero habĆa dado certeramente en sus cojones, y Ć©l lo sintiĆ³ con una severa debilidad en sus piernas, ante lo cual debiĆ³ aferrarse a mis caderas para no caer.
Pero esa misma debilidad, le mantenĆa con las piernas separadas, y repetĆ mi ataque de talĆ³n por segunda y tercera vez… no le di el menor respiro.
PUM, PUM sonaban los golpes de talĆ³n contra su delicado y delgado escroto. Sus bellos ojos se cruzaron y casi terminaron en blanco.
“AAAAaahhhhhhh!!”. Fue un grito de reacciĆ³n, si no se alejaba de mĆ, acabarĆa con sus huevos!, AsĆ que para salvar su hombrĆa, sacĆ³ fuerzas no sĆ© de donde, y por fin se retirĆ³ de mi trasero… y de mi torturador talĆ³n.
Pero fui por sus bolas!!, ExtendĆ la pierna mĆ”s atrĆ”s y le impactaba de nuevo en las pelotas.
“AAggghhh…”. Su Ćŗltimo grito se oyĆ³ lastimero, y seguidamente le acertĆ© el quinto talonazo… DespuĆ©s ya se habĆa alejado lo suficiente!… VolvĆ el rostro al frente, sĆŗper contento de haberle fauleado a gusto… Aunque era algo que igual le encantaba al pervertido de “Trump”.
De pronto escuche un ruido y voltee, me asuste al verlo tirado en el piso, corrĆ desesperado hacia Ć©l y le revisĆ©… estaba sin conocimiento, Adriano no pudo soportar mĆ”s el dolor y se habĆa desmayado.
5 Talonazos en las huevas tras correrse en mi ano, fueron demasiados para Ć©l.
Le mire las bolas, su escroto estaba enrojecido, vaya que habĆa recibido bastante castigo de mi parte, creo que despuĆ©s de la tercera patada debĆ haber parado.
Aunque parecĆa bien fĆsicamente, Estaba muy preocupado:
“Adriano no me asustes asĆ… reacciona papi, vamos abre los ojos”. QuĆ© hacer?, me decidĆ a sobarle las huevas, no habĆa mĆ”s que hacer hasta que recobrase la conciencia.
Mi masaje era impetuoso, se las frotaba con ahĆnco, querĆa que despertase ya, que se molestase conmigo, pero no soportaba seguir en la incertidumbre.
Unos diez minutos despuƩs comenzaba a reaccionar, se me quitaba una tonelada de angustia de encima.
“Que pasĆ³?”.
“PerdĆ³name, te desmayaste”.
“Me desmayĆ©?, pero cĆ³mo?”.
Le contĆ© lo sucedido, y de inmediato recordĆ³: “Ah sĆ, las patadas”.
“PerdĆ³n Adriano no debĆ pegarte tantas veces… y tan seguido, debĆ darte descanso… me excedĆ”.
Como esperaba no se enfadĆ³: “No te preocupes mi rubia”.
“No, no me disculpes tan rĆ”pido”.
“Ok, te perdono pero si me los sobas, gĆ”nate mi disculpa”.
Mis manos se pusieron a la obra, arrancƔndole unos gemidos, primero de alivio y luego de goce.
Cuando ya estuvo repuesto del dolor, me alcanzĆ³ a reclamar: “Siempre me pegas cuando me vengo… que costumbre la tuya”.
Me reĆ frente a Ć©l y sonriĆ³.
Tras unos buenos minutos, me dio un beso sĆŗper tierno en la boca y expresĆ³:
“Gracias por una noche maravillosa!, me pateaste, y hacerte el amor fue riquĆsimo… Gracias Daniel… que lindo nombre”.
“Vaya, por fin me vas a llamar por mi nombre!”.
“TenĆa que empezar algĆŗn dĆa no?”.
AsĆ concluyĆ³ mi primera experiencia con otro hombre… el sexo anal, fue inicialmente doloroso, pero valiĆ³ la pena… se sintiĆ³ demasiado delicioso hacia el final.
Y nuevamente partĆa Trump, Ć©l estudiaba en su ciudad asĆ que no era viable que viviera por acĆ”, tenĆa la intenciĆ³n de ofrecerle mi hogar como suyo, pero no era factible por ahora… lo que si me dijo fue que podrĆa visitarle a su casa… Por fin irĆa a verle donde el habitaba.
Desde entonces nuestros encuentros fueron mĆ”s seguidos, a veces el venĆa y en otras yo iba a su casa, nuestra relaciĆ³n fue creciendo poco a poco, y si bien ante su familia debĆa fingir ser un amigo nada mĆ”s, Adriano estaba feliz de la relaciĆ³n conmigo…ambos Ć©ramos una pareja y seguirĆamos intimado y cada vez mĆ”s seguido… Claro que tambiĆ©n le complacĆa en su peculiar gusto masoquista.
Mi vida con “Trump” es maravillosa al dĆa de hoy.
Fin.
Gracias
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
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