Hermanos de Lucas (5/5): la salud de Gaspar - Las Bolas de Pablo

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18 may 2018

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Hermanos de Lucas (5/5): la salud de Gaspar

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CONTIENE:
-BALLBUSTING MUJER/HOMBRE
-SEXO HETEROSEXUAL

—”¿Que Ć©l quĆ©?! —protestó Gaspar Chacón ante la oficina de la doctora que le habĆ­a hecho los Ćŗltimos exĆ”menes de salud.
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La hermosa profesional de treinta y tantos años lo miraba de manera seria y no parecía estar bromeando. Se veía hermosa con su uniforme habitual: un ajustado pantalón y una elegante camisa rosa que acentuaba discretamente la forma de sus senos y contrastaba muy bien con su bronceada piel.



—Lo digo muy en serio, seƱor Chacón, recientemente el doctor Anzola fue despedido del hospital con denuncias de sus pacientes. Por eso le invitamos a realizarse unas nuevas pruebas y determinar su estado de salud. El doctor Anzola estafó a varios de sus pacientes atribuyĆ©ndoles enfermedades para luego cobrar por medicamentos y curas. Le instamos a que lo denuncie. Con esta Ćŗltima prueba se denota que usted goza de excelente salud, aunque falta el Ćŗltimo examen de descarte aunque con este basta.



—”Ese desgraciado! Ā”Lo matarĆ©! Por meses estuve creyendo que iba a morir. Ā”Hijo de…! Ā”Grrrrrrr! —respiró profundo para no ser grosero ante la bella dama. MirĆ”ndola a los ojos interrogó—. ĀæY de quĆ© se trata la Ćŗltima prueba?



—Un anĆ”lisis de su semen. Como verĆ” el doctor Anzola admitió que su cĆ”ncer era de origen genital. Por medio de su semen observaremos la calidad y como estĆ” su organismo.



—EstĆ” bien —afirmó Gaspar con la cabeza—. ĀæCuando y dónde se harĆ­a la prueba?



—AquĆ­ atrĆ”s —seƱalo la mujer tras las cortinas—. Puede hacerse de inmediato.



—EstĆ” bien.



Ambos dejaron el escritorio y pasaron a la parte trasera del consultorio donde habĆ­a una camilla clĆ­nica y diferentes tubos de ensayo.

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—ExtraerĆ© su semen, seƱor Chacón —dijo la mujer buscando una mĆ”scara quirĆŗrgica y guantes—. Acomódese.



Gaspar la miró y sintió una ligera excitación. Se quitó la ropa, desnudÔndose y revelando su polla grande y un par de bolas gruesas que colgaban en su escroto.



La doctora se rió entre dientes.



—Ya creo entender por quĆ© el doctor Anzola alegó que usted estaba enfermo. Sus gónadas parece que tuvieran hidrocele, aunque estĆ”n bien, tienen buena coloración y buen estado fĆ­sico.



Gaspar esbozó una sonrisa y agarró sus grandes bolas.



—SĆ­, estos retoƱos estĆ”n llenos hasta el borde. Parecen que estuviera enfermo pero no. Son una buena herencia genĆ©tica de generación en generación.



La doctora sonrió e hizo un gesto de ordeño con las manos.



Gaspar se rió. Iba a disfrutar mucho de esa última evaluación. Se subió a la camilla y cerró los ojos, la mujer ató la primera correa de cuero alrededor de la muñeca izquierda del abogado.



La linda doctora se frotó las manos enguantadas ante el semental. Agarró la polla flÔccida comenzando a sacudirla bruscamente. Apretó el puño izquierdo y lo estrelló contra las frÔgiles pelotas del paciente haciéndolo llorar de inmediato.



—No se preocupe, seƱor Chacón, es para medir la resistencia y que para cuando se haga el escaneo de enfermedad, en caso de tenerla, circunstancia que dudo, no tenga como esconderse.



Gaspar supo quedarse callado con el rostro retorcido de dolor y una expresión suplicante en sus ojos.



La doctora siguió sacudiendo la polla mientras golpeaba levemente las gónadas.



—Estoy segura que recibirĆ© una gran carga de sus testĆ­culos para el anĆ”lisis de espermatogenesis.



Gaspar gruño guturalmente cuando el puño se estrelló contra sus huevos.



La profesional de medicina entregó tres golpes mÔs hasta hacer una pausa e inclinarse y coger en un tubo de ensayo. El primer chorro de semen salpicó hacia el fondo.



Gaspar soltó un gemido.



La doctora rió y se dedicó a sostener el testículo derecho de Gaspar apretÔndolo. Sacudió su pene con movimientos largos y parejos, alternativamente apretó la gónada izquierda para asegurarse que los dos testículos estuvieran bien drenados.



Salió impulsado otro chorro de semen sobre el recipiente.



Para Gaspar parecĆ­a un orgasmo sin fin, a pesar que lloraba y gemĆ­a. Su rostro se retorcĆ­a de dolor.



La mujer se mantuvo ordeñando la polla y las pelotas de Gaspar recolectando cada pegajosa carga de la salsa masculina del señor en el tubo de ensayo. Mantenía una sonrisa de satisfacción en el rostro.



Cinco minutos después, los testículos drenaron otro chorro no tan grande como los anteriores, pero aún bastante impresionante.



La mujer dejó descansar las pelotas del paciente y se enfocó en la erección con ambas manos, masajeando a un ritmo constante.



Gaspar tembló y dejó escapar un agudo chillido.



La doctora seguƭa sacudiendo la polla de con ambas manos como si estuviera ordeƱando una vaca.



El nuevo orgasmo de Gaspar fue violento y doloroso. Casi una docena de chorros grandes y cremosos aterrizaron en el cilindro.



—¿Ya estĆ”n vacĆ­os? —la mujer examinó los testĆ­culos con las manos dejando firme al pene. Estaban visiblemente hinchados, la piel de un tono rojo .



Le guiñó un ojo a Gaspar y abrió su boca, envolviendo sus labios alrededor de la polla. Apretó y amasó las bolas con ambas manos mientras chupaba al pene.



Gaspar gimió.



Las puntas de los dedos de la doctora se clavaron profundamente en la suave y tierna carne de los testĆ­culos de Gaspar mientras chupaba su polla.



Después de mÔs de cinco minutos de exprimir y chupar, ella se quitó la verga y se limpió la boca con el dorso de la mano.



—AquĆ­ vamos —dijo con una sonrisa y agarró el envase, llevĆ”ndolo hasta la polla de Gaspar justo a tiempo.



Esta vez el semen goteó sin fuerza.



La mujer observó cómo el líquido blanco goteaba y goteaba. Sonrió:



—Parece que hemos terminado.



Gaspar estaba gimiendo.



La doctora apiló las muestras una al lado de la otra y las colocó sobre la mesa antes de desatar las correas de cuero.



Gaspar tosió.

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—Escuche, seƱor Chacòn —dijo poniendo su mano sobre el hombro desnudo y sudoroso de Gaspar—. Puede estar tranquilo, como le indique el seƱor Anzola estafó a muchos de sus pacientes, usted estĆ” realmente sano y esta prueba es de descarte.



Gaspar gimió y se acurrucó en posición fetal agarrando sus bolas.



La mujer le sonrió y le guiñó un ojo y salió de la oficina llevÔndose las muestras al laboratorio.

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