La investigacion de Veronica (3/3) - Las Bolas de Pablo

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26 may 2018

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La investigacion de Veronica (3/3)

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING M/M Y SEXO HETEROSEXUAL.

EL MOMENTO MENOS DESEADO DE MIGUEL.

Durante la relación sexual entre Taro y Verónica, se escuchó un fuerte grito por parte de Miguel, esto fue lo que sucedió…
ā€œBueno es tu turno de sufrir Miguel…le prometĆ­ a la nenita que cumplirĆ­a mi parteā€. Expuso claramente IvĆ”n.
Miguel tragaba salida y separaba las piernas…si sus testĆ­culos debĆ­an pasar por un mal momento, que fuera de una vez.
ā€œListo o no allĆ” voy!ā€. El moreno tomó carrera hacĆ­a Miguel y con toda su potencia estrelló su pie contra las delicadas Ć”reas viriles del chico, el duro empeine del negro aplastó las bolas contra el cuerpo de Miguel, quien se elevó por el aire unos centĆ­metros, sus pelotas se comprimieron deformĆ”ndose considerablemente…Con la retirada del pie de su atacante, los cojones volvĆ­an a su posición inicial, descargando en el sistema nervioso de Miguel un shock impresionante, el cerebro del joven no tardó en recibir la terrible sensación.
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Como Ćŗnico desahogo la boca de Miguel se abrĆ­a exclamando:
ā€œOOOOHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!ā€.
ā€œLo siento colega hombre, pero era inevitable este asunto, tu aceptaste al quedarteā€.
Miguel se retorció en el suelo un buen rato, el dolor en sus genitales era de los peores que habĆ­a sentido en la vida…IvĆ”n se habĆ­a pasado en su golpe sin tener consideración alguna.
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Paso el tiempo, y para entonces Verónica ya habĆ­a terminado su relación sexual con Taro…AhĆ­ es cuando observa a Miguel caminar torpemente, sin alejar las manos de su entrepierna, la cientĆ­fica deduce que ya ha ido golpeado, y rememorando se percata que hubo un grito durante su acto sexual, la joven llama a Miguel para cerciorarse si ya estĆ” listo.
ā€œMiguel ya estĆ”s en capacidad de cumplir tu función reproductiva?ā€.
El joven sudoroso, la mira y algo molesto le responde:
ā€œQue locura! No sĆ© cómo acepte esto…pero creo que ya estoy mejor…puedo hacĆ©rteloā€. El joven retira las manos, pretende dirigirse hacia su amiga.
ā€œEntonces ven de una vez para terminar este asuntoā€.
De pronto IvÔn aparece por detrÔs, y corriendo le patea los testículos a Miguel. De poco pueden hacer las manos del chico, que acababan de descubrir el Ôrea dolida...El empeine del moreno una vez mÔs comprimía al mÔximo las pelotas de Miguel quien estalló en un alarido:
ā€œAAAAAiiiiiiiiiHHHHHHHH!!!!!!!!!!!ā€
ā€œIvĆ”n no!!ā€. Reclamó Verónica, El moreno la saludo a la distancia.
Miguel se arqueo casi rompiĆ©ndosele la espalda…
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…El aporreado joven cayó al piso en posición fetal, sus manos acunaban esas ardientes pelotas que lo hacĆ­an hombre…ahora sin duda era el peor sufrimiento de su vida….el chico comenzó a toser, y tuvo que escupir una saliva tan espesa que le era imposible de tragar y no le dejaba respirar las bocazas de aire que necesitaba.
ā€œIvĆ”n fue un golpe a traición!…no es vĆ”lido atacar por la retaguardia…y lo lastimaste mucho!, que golpe tan intenso en las gónadas….te excediste!…pobre Miguelā€. Verónica estaba indignada.
ā€œNenita a mĆ­ me dieron dos golpe, este es el segundo, ya estoy en pazā€.
ā€œPero fue Taro quien te golpeĆ³ā€. Tanto Verónica como IvĆ”n observaron al oriental…Taro enseguida reclamó:
ā€œA mĆ­ no me vean!, yo cumplĆ­ en patear y me patearon…no quiero problemas contigo IvĆ”n…ya con Miguel te desahogaste asĆ­ que no tengo nada que ver en asuntos testicularesā€.
IvƔn no tuvo palabras de reclamo, pues Taro estaba en lo cierto.
Verónica fue a revisar a Miguel quien tenía lÔgrimas a punto de salir, miro a IvÔn y una vez mÔs le reclamó.
ā€œQue malo fuiste, golpear por un Ć”ngulo no referenciado por la visión de tu oponente, es deshonroso!ā€.
ā€œNenita no me digas eso...no te enfades conmigoā€.
ā€œNo estoy enfadada, pero tu golpe retrasara todo los tiempos preestablecidos para mi investigación… Es mejor que se retiren, sus funciones acordadas en este estudio ya fueron cumplidas en su totalidadā€.
ā€œOK, pero ya sabes en quĆ© quedamosā€. Taro comenzó a vestirse y recordaba una cita a futuro aceptada por Verónica.
ā€œNo te preocupes, estĆ”n pendientes tus estĆ­mulos lingualesā€.
IvÔn no quería irse pues pensó que Verónica si se hallaba molesta con él, y eso afectaría un posible nuevo encuentro sexual con ella. Pero la científica deduciendo la expresión de IvÔn y su renuencia a salir se puso frente a él, y ubicando la mano en el bulto de sus calzoncillos le tranquilizó.
ā€œIvĆ”n no es acertada tu expresión de preocupación, recalco que no estoy enfadada con tus actos, solo di mi opinión, abandona el laboratorio, la promesa de pensar en un nuevo encuentro contigo sigue sin alteracionesā€¦ā€.
El suave tacto en sus zonas viriles le hizo reaccionar levemente el miembro viril, y como siempre el contacto genital ejercido por Verónica dominaba al moreno…AdemĆ”s ante esa voz calmada y persuasiva, el joven solo pudo obedecer con una sonrisa.
Ambos testigos aceptaron y salieron.
Pero Verónica tenĆ­a un motivo oculto en la petición de marcharan sus ā€œespecĆ­menesā€, habĆ­a prometido en privado una segunda relación sexual con Miguel sin protección, y no querĆ­a que los otros testigos se enterasen de ello, no querĆ­a reclamos ni alguna idea loca de esos dos…TambiĆ©n habĆ­a otro motivo para quedar a solas con Miguel…Pero se negaba a considerarlo como cierto.
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COMPRENDIENDO A VERƓNICA.
Verónica volvió la mirada hacía Miguel, y arrodillÔndose, le pidió acceso a sus lastimados testículos.
ā€œDĆ©jame masajearte, tendrĆ”s una mejorĆ­a mĆ”s prontaā€.
Miguel no protestó, necesitaba alivio de inmediato; Verónica bajó el interior y masajeo sus testículos con mucha delicadeza, sus ojos estaban fijos en el flÔcido pero grueso glande de su amigo.

ā€œComo los tengo?ā€.
ā€œEh?...Ah, presentan una leve reacción inflamatoria, sin cambios significativos en el tejido glandular, pasarÔ…estarĆ”s bien Miguel.
ā€œDisfrutaste que fuera golpeado verdad?ā€.
ā€œNo es verdadā€.
ā€œLo es!, Estas molesta por la exigencia de hacer mi trabajo de fin de semestreā€.
ā€œAdmito que aĆŗn estoy molesta contigo!...
…Es que…no entiendo cómo pudo fallar mi plan?, calculĆ© el cómo lograr que todos  aceptaran el trauma gonadal, Taro tenĆ­a gusto por mĆ­, IvĆ”n era fĆ”cil de convencer estimulando su dotados genitales, y en cuanto a ti Miguel…en la masturbación descubrĆ­ tu dĆ©bil glande…pero…!.
ā€œPero, no ocurrió como esperabasā€¦ā€.
ā€œConocĆ­a tu punto dĆ©bil, y te tenĆ­a del pene!, pensaba que tenĆ­a toda la ventaja en la negociación, pero no fue si, y termine cediendo mucho…como quede obligada a realizar ese trabajo de odontologĆ­a por ti?ā€.
ā€œTodo lo que dices es cierto…estaba por caer en tu tentación Verónica, iba a ceder al estĆ­mulo sexual, pero si bien tu encontraste mi debilidad, tambiĆ©n dejaste ver la tuyaā€.
ā€œMi debilidad?ā€.
ā€œAsĆ­ es…eres engreĆ­da Verónica, siempre haciendo cĆ”lculos y estrategias, el querer anticipar todo y que todo salga como lo previste, eso te hace engreĆ­da…Por eso te ofendió el que fuera contra tus planesā€. 
ā€œAun asĆ­ terminaste aceptando recibir el traumaā€.
ā€œSi, pero logrĆ© que te costara y bastante…Y despuĆ©s de todo, debĆ­a aceptar, porque si quiero hacerte el amorā€.
Verónica bajó la mirada un instante, tomó aire, y respondió:
ā€œMiguel me dejas sorprendida con tu accionar y raciocinio, tienes razón, has visto como soy en verdadā€.
ā€œY te enoja eso mĆ”s?ā€.
ā€œAntes eso me deberĆ­a haber enojado, pero ahora es todo lo contrario, ante tu sinceridad y argumentos, no puedo mĆ”s que resignar mi enojo…Todo lo que dices es cierto, soy engreĆ­da, y admito que por eso apareció mi enfado, pero no seguirĆ© con esoā€.
ā€œMe alegraā€. 
ā€œAdemĆ”s debo aclararte, que cuando IvĆ”n te golpeó por detrĆ”s, me preocupĆ© realmente por ti, deje a un lado mi enfado, y sólo pensĆ© en tu bienestar, despuĆ©s de todo eres mi amigo, y no te deseo un mal asĆ­ā€.
ā€œQuĆ© bonito oĆ­rte hablar asĆ­ Verónicaā€. La cientĆ­fica se coloreo un poco.
ā€œPerdón por los dolores que te causa mi investigaciónā€. Miguel le tocó las mejillas y mostro una gran sonrisa.
ā€œMiguel! Ya estĆ”s listo?ā€. La reacción de la joven fue ante el inicio de la erección en su amigo…el glande se inflaba aĆŗn mĆ”s y el aspecto venoso volvĆ­a a notarse.
ā€œTe recuperaste mĆ”s pronto que IvĆ”n y Taro…felicidades, es una prueba de tu gran condición virilā€.

EL MOMENTO MƁS DESEADO DE MIGUEL.
Miguel comenzó a besarla, al tiempo que la olĆ­a, con su expiración hacĆ­a leves cosquillas sobre el cuello de la cientĆ­fica…pronto se observó color en sus mejillas.
ā€œEntonces es cierto que ya no estas molesta?ā€.
ā€œClaro que no…procede a darme tu muestra espermĆ”ticaā€.
ā€œNo lo digas de esa forma….segura que sólo ves esto como parte de tu investigación?ā€.
ā€œPor supuestoā€.
Verónica se inclinó un poco y puso el preservativo a Miguel, este disfruto como lentamente la científica deslizaba la prenda sobre su circuncidado miembro viril.
ā€œNo sabes cómo voy a disfrutar esto Verónicaā€.
ā€œPor fin tus necesidades genitales masculinas quedarĆ”n satisfechasā€.
Y así se inicia el acto sexual entre ambos, Verónica se recuesta sobre la mesa, el mismo lugar donde fue tomada por IvÔn y Taro, pero Miguel la retira.
ā€œAhĆ­ no, quiero que me consientas con una posiciónā€. El joven condujo a Verónica hasta arrodillarse ambos…la mujer adoptaba la posición en cuatro y Miguel se prestaba a penetrarla.
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ā€œAahhhhhhā€. Exclamó Verónica al sentir el erecto pene de su amigo en una entrada lenta, pero sin pausa…el abultado glande dilataba al mĆ”ximo la vagina de la cientĆ­fica.
ā€œEs muy grueso...con cuidado Miguelā€¦ā€.
ā€œLo que tu pidas querida, porque te consentirĆ© como gustesā€.
Miguel comenzó a mover sus caderas, en un mete-saca sin pausa…Las jugos vaginales de Verónica de inmediato salĆ­an en abundancia, facilitando la intimidad, y volviendo aĆŗn mĆ”s excitado a Miguel que reforzó sus embates.
EL gordo glande restregaba con firmeza las carnosas paredes vaginales de la chica, que jadeaba y sentía falta la respiración.
La cientĆ­fica no tardó en tener un orgasmo…regalando gemidos de alta intensidad al aire…por fortuna no habĆ­a testigos. Miguel sentĆ­a delicioso como la vagina de su amiga se contraĆ­a alrededor de su hinchado glande…Para la chica los sucesivos placeres de esa noche se acumulaban haciĆ©ndola cada vez perder el control mĆ”s rĆ”pido.
ā€œOh Verónica. Me estas ordeƱado la verga!!ā€.
ā€œPara por favor, dĆ©jame descansar mientras tengo mi momento especialā€.
ā€œLo siento Vero, Pero ahora me toca a mĆ­ disfrutar al mĆ”ximoā€.
Miguel aceleró la penetración, haciendo suplicar a la joven.
ā€œTe lo ruego….deja de darle a mi coƱooooo!!!!ā€. La cientĆ­fica se sintió desvanecer, colapsaron sus brazos, descansando ahora sobre su cara….la debilidad extrema de sus piernas, amenazaba con hacerlas ceder tambiĆ©n, ante lo que Miguel se apoyó con firmeza en las caderas de Verónica, dĆ”ndole algo de soporte…El joven sentĆ­a su resistencia llegar a su fin, y con el glande palpitĆ”ndole junto a sus huevos recogidos, sabĆ­a que era inevitable la corrida.
Dio un empujón final y eyaculó…se vino en ella antes de que la chica terminara acostada por completo en el suelo. De no tener el condón puesto le habrĆ­a llenado el coƱo de esperma caliente.
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Miguel quedó sentado en el suelo, sudando y respirando a profundidad, mientras observaba el tórax a mÔxima expansión de Verónica, la científica necesitaba aire para reponerse.
Ante la vista del coƱo de la chica casi ante Ʃl, el chico tuvo el perverso pensamiento de metƩrsela una vez mƔs, pero lo prudente era recuperar energƭas y permitir a su amiga lo mismo.
Luego de un rato, Verónica se sentía mejor y se incorporaba, se notaba enrojecida en su rostro, pero arreglÔndose el peinado y lentes, intentó parecer en control.
ā€œRecibĆ­ mucho placer de tu parte, te lo agradezco Miguel…Y ahora, al asunto!ā€.
Verónica palpó el preservativo a pleno llenado, mientras Miguel se recostó disfrutando como le extraĆ­a el condón a su pene semierecto….Apenas la cientĆ­fica le dio la espalda, Miguel se levantó y comenzó a masturbarse, sin que la chica lo notara.
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ā€œVaya Miguel, tienes una buena reserva espermĆ”tica, a simple vista puedo decir que tu eyaculación es mayor que la primera…y es mucha la diferenciaā€.
ā€œEs producto de una mayor excitación…no es lo mismo una masturbada que el acto en tu vaginaā€
ā€œEs cierto, tu respuesta cerebro-gonadal es mĆ”s activaā€.
ā€œTe gusta que me venga mĆ”s, verdad?ā€.
ā€œMe es indiferente, pero entre varones es seguro motivo de orgullo eyacular una mayor cantidad que sus colegas, o me equivoco?ā€.
ā€œSegura que eres indiferente?ā€. Para ese momento la masturbación del joven habĆ­a logrado una vez mĆ”s la plena erección de su miembro viril.
ā€œClaro, que otra respuestaā€¦ā€.Miguel la interrumpió al tomarla de un hombro, seguidamente la hizo voltear, asombrada Verónica solo pudo decir:
ā€œMiguel que haces?ā€.
ā€œNo creo que seas indiferente a lo que hemos pasado esta nocheā€.
ā€œNo entiendo tu afirmación…Oh!...ya estas erecto de nuevo!ā€. El pene de Miguel se apoyaba casi punzando sobre la bata, el bajo vientre de la cientĆ­fica.
ā€œCómo puedo permanecer flĆ”cido si ahora viene algo que me gusta mucho…y apenas me lo propusiste quise que pasara de inmediatoā€.
ā€œPero espera a que procese la muestra post trauma…quiero ver tu reacción inflamatoria al microsco…Mmmmmā€. Miguel la besó y Verónica respondió.

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Fue un beso largo, en el cual intercambiaron lenguas y se ensalivaron por completo.
ā€œEso puede esperar…tĆŗ me prometiste una segunda vez sin condón, y la quiero yaā€.
ā€œEres muy impaciente, dame un Aauuuu…Miguel controla tu verga…quema!ā€. El pene de Miguel se deslizó bajo la bata y la acababa de puyar, y con su grueso glande a punto de hervir, hacia sobresaltar a Verónica apenas tuvo contacto su abdomen con ese intenso calor.
ā€œEntonces que dices Verónica?ā€.
La cientĆ­fica dejo sobre la mesa el repleto preservativo en un frasco de vidrio y le toco el glande.
ā€œUuyyyyyyā€. Expresó el joven al sentir como Verónica le apretaba el glande, haciĆ©ndole expulsar algunas gotas de lĆ­quido pre seminal…fue la mejor respuesta que hubiera podido esperar de la cientĆ­fica.
ā€œCasi quema…y estĆ” mĆ”s rojo que nuncaā€.
Verónica se arrodillo ante Miguel y le lamio la punta del glande, degustando los fluidos lubricantes…El chico comenzó a jadear, sintiendo como era hĆ”bil con la lengua su querida amiga.
La científica bajó un poco mÔs y paso su lengua por los enrojecidos y algo inflamados testículos de su amigo.
ā€œPobres de tus gónadas, la fuerza cinĆ©tica con la que IvĆ”n te los golpeó, fĆ”cilmente pudo haberte hecho perder el conocimiento…me alegro que no fuese así…o no podrĆ­a en estos instantes degustar toda tu masculinidad, Miguelā€.
ā€œTengo tantas ganas de metĆ©rtelo sin condón Verónica, tantas ganas!ā€.
ā€œPero has pensado bien esto?, has valorado la posibilidad de la fecundación como consecuencia de realizar el coito sin la protección del aditamento de lĆ”tex?ā€.
ā€œPer…pero, tu ofreciste hacerlo sin condón…pero si puedes quedar embarazada porque aceptaste entonces?…no te entiendo Vero?, yo querĆ­a hacĆ©rtelo sin… AhĆ­ no, tengo que ponerme otra vez el...ā€.
ā€œEs una bromaā€. Verónica rio levemente, y dio un rico beso en la punta del pene del azorado muchacho, quien enseguida se calmó.
ā€œUffff, que susto!... ahora eres bromista Vero…mujer no me asustes asĆ­!, pensĆ© que tendrĆ­a que volver a ponerme el gorroā€.
ā€œSolo jugaba un poco contigo, como miembro del gĆ©nero masculino se nota lo centrado de tu interĆ©s en el acto Ć­ntimo sin analizar debidamente las consecuencias reproductivas; Para tu alivio querido Miguel, te informo que si bien no tengo pareja actualmente, mantengo el uso de anticonceptivos parenterales…TambiĆ©n tengo necesidades fisiológicas, asĆ­ que en ocasiones mantengo coito con algunos varones…Y eventualmente sin protecciónā€.
ā€œLa verdad Verónica me debiste llamar cuando tenĆ­as esas necesidades, no tendrĆ­a problema en ayudarte a satisfacerlasā€.
ā€œAhora eres tĆŗ quien estĆ” bromeando cierto?, porque tenemos una relación de amistad de toda la vida, y asuntos sexuales no son compatibles con la amistad…aclarando claro que lo de hoy es necesario para mi investigaciónā€. Miguel desvió la mirada un instante.
ā€œClaro que sĆ­ Vero, solo es bromaā€. Miguel por un momento exhalo decepcionado.
La científica reanudó las caricia al pene del su amigo, haciéndolo erectarse y lubricarse al mÔximo. El chico no soportó mÔs e iniciaría el acto.
Miguel se arrodilló, y ahora a la misma altura de la joven la besó, en medio del beso desabotonó la bata, mientras la misma Verónica ayudaba quitando el lazo que habĆ­a mantenido recogida esa larga prenda; Por fin la bata es retirada y termina el beso…Miguel coloca sobre el suelo del laboratorio a la desnuda Verónica y la cubre…enseguida degusta los mediando senos de la cientĆ­fica.
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ā€œCuidado, mi sensibilidad cutĆ”nea es mayor en mi región areolar y de pezones, me es difĆ­cil procesar los estĆ­mulos repetidos en esa zonaā€.
ā€œSolo di que no soportas que te besen los pezones y yaā€.
Verónica disfrutó como la lengua de Miguel recorría en círculos su areola y pezones, unas leves mordidas la hicieron jadear.
ā€œNo dirĆ”s algo como, no uses tus incisivos centrales supero-inferiores, jajaja recuerda que la odontologĆ­a es lo mĆ­oā€. Se rio una vez mĆ”s Miguel.
ā€œNo te burles de mi lenguaje, e introduce tu hiperestimulado miembro erĆ©ctil en mi conducto vaginalā€.
ā€œEse lenguaje si me gustaā€.
Miguel se acoplo perfectamente sobre Verónica, apuntando su pene y penetrĆ”ndola lentamente, sin preservativo sentĆ­a mĆ”s morbo y mayor sensación le otorgaba su glande…no tenĆ­a prisa y avanzaba en la penetración un centĆ­metro a la vez. Verónica jadeaba y pedĆ­a que entrara todo…
…Pero Miguel adoraba el suspenso y poco a poco, centĆ­metro a centĆ­metro, la fue llenado de su ardiente carne viril.
Cuando por fin sintió el pegue de los huevos, la beso de nuevo…y enseguida comenzar menear sus caderas.
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Miguel comenzó a bombear con intensidad, contrayendo sus glúteos para mayor potencia, mientras la pelvis de Verónica también colaboraba, el dúo se complementaba perfectamente y los besos y lamidas de Miguel a la científica iban de la boca a los senos, el cuello no era mÔs que el desliz perfecto para la activa lengua del chico.
Verónica jadeaba sin parar, y abrazaba a su amigo, por instinto le enterraba las uñas en la espalda, causando quejidos pero de disfrute en Miguel.
ā€œComo a todos los varones te agradan las lesiones de origen ungueal, causadas por tu contraparte durante el coito, verdad?, ese aspecto masoquista es de difĆ­cil entenderā€.
El intercambio de jugos Ć­ntimos entre los dos era abundante, y de la potencia, Miguel estrellaba sus dolidas bolas contra el perineo de la cientĆ­fica.
ā€œOh Miguel, sigue…dame mĆ”s de tiā€.
ā€œTe darĆ© todo lo que tengo!!ā€. El muchacho dio un fuerte empuje, haciendo gritar del gusto a la chica, pero de inmediato se vio callada con un beso de lengua, Verónica estaba extasiada y alcanzó el orgasmo nuevamente…El chico ya acostumbrado a la presión vaginal sobre su glande, solo respiró por la boca, y tragó saliva, aguantando las ganas de correrse…Tras la pausa renovó el golpeteo de cadera contra una Verónica que estaba en el cielo.
MĆ”s y mĆ”s contracciones vaginales hacĆ­an jadear a la muchacha, y finalmente Miguel se corrió…
ā€œAhĆ­ voy de nuevo Vero!!ā€.
El chico mantuvo la presión sobre Verónica eyaculando todo su esperma en el fondo vaginal, la chica correspondió y cruzo sus piernas alrededor de la espalda de Miguel, manteniéndolo inmóvil...No quería que ese ardiente pene saliera de ella.
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Los amigos se besaron mientras todo el flujo de leche abandonaba los huevos del joven.
ā€œEs diferente y placentero sentir tu glande sin preservativo….siempre quiero sentirlo asĆ­ā€.
ā€œComo adoro tu coƱo Verónica….es rico y calientito…no quiero sacĆ”rtela nuncaā€.
Permanecieron viĆ©ndose a los ojos sin decir nada, mientras las Ćŗltimas gotas de semen dejaban el pene de Miguel y eran recibidos por una calurosa y estimulada vagina. 

CONFESIONES MUTUAS.
Tras sacĆ”rsela, Miguel le dio un tierno beso y comenzó a vestirse, Verónica hizo lo mismo, pero no dejaba de mirar a su amigo… en cierto momento cruzaron miradas y la joven desvió los ojos, coloreĆ”ndose en las mejillas, Miguel sonrió, y algo encarnado puso la mirada en el suelo.
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ā€œBueno entonces me retiro y te dejo trabajarā€. Miguel hablaba pero parecĆ­a en su rostro querer decir otra cosa…
Terminada su frase dio la espalda y empezó a alejarse.
ā€œEspera Miguelā€¦ā€.
Miguel rĆ”pidamente se volteó…esperaba que Verónica dijera algo que querĆ­a escuchar desde hace tiempo.
ā€œā€¦Miguel…yo, yo…Oh, no sĆ© cómo articular mis palabras….yo no soy asĆ­ā€.
ā€œSolo dilo, o tendrĆ© que decirlo yo Verónicaā€. La cientĆ­fica se dio cuenta que Miguel tenĆ­a lo mismo en su mente, se sintió mĆ”s segura y habló.
ā€œSiempre te he visto como un amigo, un gran amigo, incluso me he preocupado por tu persona en muchos aspectos…pero luego de esta noche, mis pensamientos me dicen otra cosa…yo…no sĆ© cómo exponerlo, me hallo en algĆŗn tipo de alteración de mi estado mental, no es coherente la inseguridad verbal que expreso, simplemente no logro explicar mi estadoā€.
Miguel sonreía y entendiendo la aparente perturbación en Verónica tomo la palabra.
ā€œDĆ©jame a mi decirlo Verónica…la verdad deberĆ­a ser el hombre el que diga estas cosas…es lo mĆ”s tradicionalā€.
Algo aliviada la científica le dejó seguir.
ā€œVerónica, tu siempre me has gustado, me has gustado como mujer!, eres tan linda, y me caes tan bien a pesar de tus investigaciones y demĆ”s, jajaja…Pero he mantenido oculto esto que siento, nunca creĆ­ tener oportunidad contigo, y no querĆ­a arruinar nuestra amistad confesando algo que creĆ­a que sólo yo sentĆ­aā€. Miguel hablaba fluidamente, pero no notaba lo encarnado de su rostro, evidenciable sólo para su amiga.
Las palabras del joven incomodaban a la cientĆ­fica, que sólo se acomodaba los lentes intentando con las manos ocultar la perturbación en su rostro. 
ā€œMiguel, saber esto ahora me resulta sorpresivo, no sabĆ­a que sentĆ­as algo por mi…Recalco que ahora mismo estoy confundida...Expreso hacĆ­a ti algo que no experimente con mis anteriores parejas… pero estar ahora frente a tu persona me resulta muy incómodo…no es lógico lo que sientoā€. Las palabras de Verónica hacĆ­an alegrar como nunca a Miguel.
ā€œEl amor no es lógicoā€.
ā€œNo, no es eso, a lo que llaman amor es solo un cumulo de reacciones hormonales que influencian la región lĆ­mbica del cerebro… y esto no es amor…no puede serā€¦ā€.
Miguel se acercó y le dio un ligero pero tierno beso.
ā€œDilo como quieras…pero igual es amor, yo lo siento y quisiera que tĆŗ lo sintieras igualā€.
ā€œEntonces… esta sensación si lo es?…es amor?, no lo conocĆ­a….es algo intrigante, inesperado e irracional…todo lo opuesto al pensamiento cientĆ­fico, pero… ā€
ā€œPero quĆ©?ā€. Miguel no dejaba de sonreĆ­r al ver las coloradas mejillas de Verónica.
ā€œā€¦Pero…es lo que quiero sentir!ā€.
Verónica ahora besaba a Miguel, un beso que lo llevó contra la pared. Pronto sus lenguas se entrelazaron y solo tras un largo momento separaron sus bocas.
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ā€œVerónica se mi noviaā€.
ā€œAcepto ser tu pareja heterosexual Miguel, tanto para el ambiente sociocultural, como para el Ć”mbito coital, pero en este Ćŗltimo solamente para lo fĆ­sico-emocional, puesto que aĆŗn no deseo explorar el aspecto reproductivo, dada nuestra juventud claro estaā€.
ā€œComo me gusta oĆ­rte hablar asĆ­, jajajaā€.
ā€œPero hay ahora un predicamento Miguelā€.
ā€œCuĆ”l es?ā€.
ā€œPrometĆ­ a Taro tener relaciones sexuales con Ć©l, y si bien solo quede en pensar un nuevo encuentro sexual con IvĆ”n…era muy probable el aceptar yacer con Ć©l….si ahora somos pareja no podrĆ­a cumplir tales acuerdos, a menos que apruebes mi intimidad con ellosā€.
ā€œClaro que no Verónica!, no me traiciones tan pronto. Por favor!ā€. Miguel sabĆ­a que la cientĆ­fica no hablaba en serio.
ā€œSabĆ­a que esa serĆ­a tu respuesta, quieres una relación monogamica, y tambiĆ©n es mi deseo, pero solo querĆ­a saber tu opinión…tendrĆ© que pensar como compensarlosā€.
ā€œPues se me ocurre que les presentes a algunas amigas tuyas…mientras sean atractivas ellos aceptaran una citaā€.
ā€œEs buena idea, y la verdad no veo problema, mĆ”s de una estarĆ” interesada en un órgano erĆ©ctil como el de IvĆ”n, y un musculo lingual como el de Taroā€¦ā€.
Miguel simplemente no quiso indagar mƔs en lo expresado por su ahora novia.

IVAN Y TARO, AMIGOS MAS QUE NUNCA.
Taro e IvĆ”n pasarĆ­an el camino a sus casas rememorando la extraƱa noche que habĆ­an tenido, ambos aun sobaban sus genitales….Pero en ningĆŗn momento IvĆ”n reclamo a Taro como su agresor…al parecer el asunto habĆ­a sido olvidado tan rĆ”pido para el…claro que el astuto Taro no menciono ese tema, y centraba la charla en el coƱo de Verónica, asĆ­ su moreno amigo, simplemente se preocupó por describir con gran orgullo su acto sexual con la cientĆ­fica.
Ambos llegaron a una encrucijada, donde cada quien tomarĆ­a un camino diferente…IvĆ”n le extendió la mano a Taro, y el oriental respondió.
ā€œAaahhhhhh!!!ā€. Se quejó Taro cuando la rodilla derecha de IvĆ”n se incrustó en su entrepierna.
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 El agredido cayó de rodillas, y enseguida se cubrió los testĆ­culos. El oriental apretó los dientes ahogando un nuevo grito.
Un moreno que se veƭa mƔs alto que nunca, y con una cara de enojo le decƭa:
ā€œQue creĆ­as?, que este negro olvida a quien le faulea las pelotas!…eso es en venganza de mis cojones…nadie se mete con ellos, y entĆ©rate que mis huevas son sagradas, y no perdonare  quien intente afectar mi capacidad de coger chicas…Oh! como adoro a las chicas, y esa nenita sĆ­ que me quedó gustando, Yo pienso en salir con ella y darle hasta por las ojeras y…
…AAAAHHHHHHH!!!ā€. IvĆ”n grito a todo pulmón y abrió los ojos al mĆ”ximo, cuando Taro contraatacaba desde el suelo, dĆ”ndole un rĆ”pido y certero puƱo en sus muy colgantes huevos…El golpe sacudió el vulnerable contenido escrotal del moreno.
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El oriental estaba dolido, pero vio una oportunidad de responder ante un hombre que abierto de piernas no paraba de hablar y hablar…AsĆ­ entonces tuvo su rĆ”pido y justo desquite, a la vez que callaba al moreno que practicaba la verborrea. 
IvÔn igual perdió fuerzas en las piernas y termino acurrucado sobÔndose la hombría junto a su fauleador.
ā€œLas tienes mĆ”s grandes, a ti te va peor mi amigo!ā€.
ā€œAAyyy, ayy, ayy, mis cojonesā€. IvĆ”n se retorcĆ­a en el suelo, Taro saco fuerzas y con mucho esfuerzo lograba ponerse en pie…Pero un sollozante IvĆ”n, se puso boca arriba y con lo que le quedaba de fuerza, lanzó su pierna arriba justo en la desprevenida ingle del joven de rasgos orientales. El zapato de IvĆ”n le acható las pelotas. 
ā€œAAAAAhhhhhhh!!ā€. Taro se cubrió el Ć”rea y se vio caĆ­do…por orgullo intento algo…
…en su caĆ­da se inclinó hacia un lado…justo donde el aporreado IvĆ”n estaba…desafortunadamente el moreno estaba abierto de pierna, y Taro con toda la mala intención se dejaba caer de cabeza contra la entrepierna apenas cubierta de su agresor.
ā€œAAAAAAHHHHHHHHHHH!!ā€. Grito IvĆ”n al sentir el peso de la cabeza del chico caer sobre sus muy lastimadas pelotas.
A continuación ambos rivales se retorcieron en el pavimento, acunaban sus pelotas como si no hubiese mÔs nada en el mundo que protegerlas.
ā€œMis malditas huevas otra vez!!!!ā€. Se quejaba IvĆ”n.
ā€œCĆ”llate escandaloso!, me las dejaste aplanadas gran cobarde Auch!ā€.Taro igual sufrĆ­a.
Pasaron los minutos, y ambos coincidieron intercambiando miradas en la misma posición fetal…donde no paraban de sobar sus testĆ­culos…de pronto Taro comenzó a reĆ­r a pesar del dolor.
ā€œJajajajajaā€.
ā€œDe que te rĆ­es?, aporrea bolas!ā€.
ā€œJajajaja…De a lo que hemos llegado, participar en esa extraƱa investigación, y darnos en las bolas hasta quedar en plena calle tirados…que locura ha sido esta nocheā€.
IvÔn comenzó a reír también.
ā€œJajajaja, Pues tienes razón…creo que lo Ćŗnico que queda es reĆ­rse de uno mismoā€.
ā€œEntonces saldada la disputa entre nosotros?ā€.
ā€œSaldada!, no tengo lĆ­os ya contigoā€.
Ambos se ayudaron a levantar, y tras despedirse cada quien tomo su camino… en una larga caminata cojeando a sus casas.

CONCLUSIONES DE LA INVESTIGACION.
Al final, mientras Verónica procesaba las muestras y escribía datos en el computador, Miguel le expuso un asunto con seriedad.
ā€œTe pedirĆ© algo muy comedidamente Verónica…Cancela la investigación!ā€.
ā€œPero de que hablas?ā€. La cientĆ­fica puso cara de completa sorpresa.
ā€œEsta investigación no estĆ” bien…provocar dolor a alguien para hacer una investigación?…crees que eso es muy correcto?ā€.
ā€œPero despuĆ©s de todo lo que sucedió, los golpes en las gónadas a IvĆ”n, Taro y a tu persona… y me pides anule todo?ā€.
ā€œVerónica te insisto, suspende esto, un cientĆ­fico debe hacer las cosas con reglas y limites, no siempre vale todoā€.
ā€œNo es posible tu petición!, entĆ©rate que he invertido mucho tiempo en esto, sin mencionar los gastos en el laboratorio…equipos y quĆ­micos...Miguel no sabes lo que dices…tĆŗ no eres hombre de ciencia...no se puede cancelar la investigaciónā€.
ā€œY en donde queda tu Ć©tica, mujer de ciencia?ā€.
ā€œLa Ć©tica?...Pero Miguel…yo, yo nunca he cancelado una investigación, no puedoā€¦ā€.
ā€œTe darĆ© un incentivo…cancela la investigación y no tendrĆ”s que hacer mi trabajo de fin de semestre…piĆ©nsalo Verónicaā€.
ā€œPeroā€¦ā€.
ā€œEs mĆ”s, te ayudare en cualquier investigación que inicies…siempre y cuando sea dentro de la Ć©ticaā€.
Verónica quedó pensativa…Miguel le dio su tiempo, mientras en una silla la cientĆ­fica tomaba una decisión.
Finalmente Verónica fue hacia el computador y oprimió las teclas indicadas para borrar la información recogida; Seguidamente arrojó las muestras de semen a una bolsa de desechos biológicos.
La investigación de Verónica se había cancelado!.
Ya a punto de salir del laboratorio, Miguel la recibió con un beso.
ā€œHiciste lo correcto Veroā€.
ā€œTenĆ­as razón, Me negaba a aceptar lo cierto…no era Ć©tico realizar esa investigaciónā€.
Tras cerrar y marcharse tomados de la mano, Miguel le pregunta:
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ā€œAlgĆŗn dĆ­a me tendrĆ”s que contar todo ese asunto de la promesa con tu exnovio. Que paso entre ustedes?ā€.
ā€œDe acuerdo, pero como dijiste, eso es para otro dĆ­a…Ahora cambiando de tema, dime querido Miguel… tienes alguna queja por hacerte perder el partido BOCA JUNIORS-RIVER PLATE?.
ā€œNinguna queja, lo de esta noche supera 10 veces la emoción de un sĆŗper clĆ”sico argentinoā€.


Fin.
Gracias.
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

1 comentario:

  1. blogger_logo_round_35

    Veronica se pone cachonda cuando los chicos se rompen las bolas. MƔs historias como esta por favor.

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