ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING M/M Y SEXO HETEROSEXUAL.
EL MOMENTO MENOS DESEADO DE MIGUEL.
Durante la relación sexual entre Taro y Verónica, se escuchó un fuerte grito por parte de Miguel, esto fue lo que sucedió…
“Bueno es tu turno de sufrir Miguel…le prometĆ a la nenita que cumplirĆa mi parte”. Expuso claramente IvĆ”n.
Miguel tragaba salida y separaba las piernas…si sus testĆculos debĆan pasar por un mal momento, que fuera de una vez.
“Listo o no allĆ” voy!”. El moreno tomó carrera hacĆa Miguel y con toda su potencia estrelló su pie contra las delicadas Ć”reas viriles del chico, el duro empeine del negro aplastó las bolas contra el cuerpo de Miguel, quien se elevó por el aire unos centĆmetros, sus pelotas se comprimieron deformĆ”ndose considerablemente…Con la retirada del pie de su atacante, los cojones volvĆan a su posición inicial, descargando en el sistema nervioso de Miguel un shock impresionante, el cerebro del joven no tardó en recibir la terrible sensación.
Como Ćŗnico desahogo la boca de Miguel se abrĆa exclamando:
“OOOOHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!”.
“Lo siento colega hombre, pero era inevitable este asunto, tu aceptaste al quedarte”.
Miguel se retorció en el suelo un buen rato, el dolor en sus genitales era de los peores que habĆa sentido en la vida…IvĆ”n se habĆa pasado en su golpe sin tener consideración alguna.
Paso el tiempo, y para entonces Verónica ya habĆa terminado su relación sexual con Taro…AhĆ es cuando observa a Miguel caminar torpemente, sin alejar las manos de su entrepierna, la cientĆfica deduce que ya ha ido golpeado, y rememorando se percata que hubo un grito durante su acto sexual, la joven llama a Miguel para cerciorarse si ya estĆ” listo.
“Miguel ya estĆ”s en capacidad de cumplir tu función reproductiva?”.
El joven sudoroso, la mira y algo molesto le responde:
“Que locura! No sĆ© cómo acepte esto…pero creo que ya estoy mejor…puedo hacĆ©rtelo”. El joven retira las manos, pretende dirigirse hacia su amiga.
“Entonces ven de una vez para terminar este asunto”.
De pronto IvĆ”n aparece por detrĆ”s, y corriendo le patea los testĆculos a Miguel. De poco pueden hacer las manos del chico, que acababan de descubrir el Ć”rea dolida...El empeine del moreno una vez mĆ”s comprimĆa al mĆ”ximo las pelotas de Miguel quien estalló en un alarido:
“AAAAAiiiiiiiiiHHHHHHHH!!!!!!!!!!!”
“IvĆ”n no!!”. Reclamó Verónica, El moreno la saludo a la distancia.
Miguel se arqueo casi rompiĆ©ndosele la espalda…
…El aporreado joven cayó al piso en posición fetal, sus manos acunaban esas ardientes pelotas que lo hacĆan hombre…ahora sin duda era el peor sufrimiento de su vida….el chico comenzó a toser, y tuvo que escupir una saliva tan espesa que le era imposible de tragar y no le dejaba respirar las bocazas de aire que necesitaba.
“IvĆ”n fue un golpe a traición!…no es vĆ”lido atacar por la retaguardia…y lo lastimaste mucho!, que golpe tan intenso en las gónadas….te excediste!…pobre Miguel”. Verónica estaba indignada.
“Nenita a mĆ me dieron dos golpe, este es el segundo, ya estoy en paz”.
“Pero fue Taro quien te golpeó”. Tanto Verónica como IvĆ”n observaron al oriental…Taro enseguida reclamó:
“A mĆ no me vean!, yo cumplĆ en patear y me patearon…no quiero problemas contigo IvĆ”n…ya con Miguel te desahogaste asĆ que no tengo nada que ver en asuntos testiculares”.
IvƔn no tuvo palabras de reclamo, pues Taro estaba en lo cierto.
Verónica fue a revisar a Miguel quien tenĆa lĆ”grimas a punto de salir, miro a IvĆ”n y una vez mĆ”s le reclamó.
“Que malo fuiste, golpear por un Ć”ngulo no referenciado por la visión de tu oponente, es deshonroso!”.
“Nenita no me digas eso...no te enfades conmigo”.
“No estoy enfadada, pero tu golpe retrasara todo los tiempos preestablecidos para mi investigación… Es mejor que se retiren, sus funciones acordadas en este estudio ya fueron cumplidas en su totalidad”.
“OK, pero ya sabes en quĆ© quedamos”. Taro comenzó a vestirse y recordaba una cita a futuro aceptada por Verónica.
“No te preocupes, estĆ”n pendientes tus estĆmulos linguales”.
IvĆ”n no querĆa irse pues pensó que Verónica si se hallaba molesta con Ć©l, y eso afectarĆa un posible nuevo encuentro sexual con ella. Pero la cientĆfica deduciendo la expresión de IvĆ”n y su renuencia a salir se puso frente a Ć©l, y ubicando la mano en el bulto de sus calzoncillos le tranquilizó.
“IvĆ”n no es acertada tu expresión de preocupación, recalco que no estoy enfadada con tus actos, solo di mi opinión, abandona el laboratorio, la promesa de pensar en un nuevo encuentro contigo sigue sin alteraciones…”.
El suave tacto en sus zonas viriles le hizo reaccionar levemente el miembro viril, y como siempre el contacto genital ejercido por Verónica dominaba al moreno…AdemĆ”s ante esa voz calmada y persuasiva, el joven solo pudo obedecer con una sonrisa.
Ambos testigos aceptaron y salieron.
Pero Verónica tenĆa un motivo oculto en la petición de marcharan sus “especĆmenes”, habĆa prometido en privado una segunda relación sexual con Miguel sin protección, y no querĆa que los otros testigos se enterasen de ello, no querĆa reclamos ni alguna idea loca de esos dos…TambiĆ©n habĆa otro motivo para quedar a solas con Miguel…Pero se negaba a considerarlo como cierto.
COMPRENDIENDO A VERĆNICA.
Verónica volvió la mirada hacĆa Miguel, y arrodillĆ”ndose, le pidió acceso a sus lastimados testĆculos.
“DĆ©jame masajearte, tendrĆ”s una mejorĆa mĆ”s pronta”.
Miguel no protestó, necesitaba alivio de inmediato; Verónica bajó el interior y masajeo sus testĆculos con mucha delicadeza, sus ojos estaban fijos en el flĆ”cido pero grueso glande de su amigo.
“Como los tengo?”.
“Eh?...Ah, presentan una leve reacción inflamatoria, sin cambios significativos en el tejido glandular, pasarĆ”…estarĆ”s bien Miguel.
“Disfrutaste que fuera golpeado verdad?”.
“No es verdad”.
“Lo es!, Estas molesta por la exigencia de hacer mi trabajo de fin de semestre”.
“Admito que aĆŗn estoy molesta contigo!...
…Es que…no entiendo cómo pudo fallar mi plan?, calculĆ© el cómo lograr que todos aceptaran el trauma gonadal, Taro tenĆa gusto por mĆ, IvĆ”n era fĆ”cil de convencer estimulando su dotados genitales, y en cuanto a ti Miguel…en la masturbación descubrĆ tu dĆ©bil glande…pero…!.
“Pero, no ocurrió como esperabas…”.
“ConocĆa tu punto dĆ©bil, y te tenĆa del pene!, pensaba que tenĆa toda la ventaja en la negociación, pero no fue si, y termine cediendo mucho…como quede obligada a realizar ese trabajo de odontologĆa por ti?”.
“Todo lo que dices es cierto…estaba por caer en tu tentación Verónica, iba a ceder al estĆmulo sexual, pero si bien tu encontraste mi debilidad, tambiĆ©n dejaste ver la tuya”.
“Mi debilidad?”.
“AsĆ es…eres engreĆda Verónica, siempre haciendo cĆ”lculos y estrategias, el querer anticipar todo y que todo salga como lo previste, eso te hace engreĆda…Por eso te ofendió el que fuera contra tus planes”.
“Aun asĆ terminaste aceptando recibir el trauma”.
“Si, pero logrĆ© que te costara y bastante…Y despuĆ©s de todo, debĆa aceptar, porque si quiero hacerte el amor”.
Verónica bajó la mirada un instante, tomó aire, y respondió:
“Miguel me dejas sorprendida con tu accionar y raciocinio, tienes razón, has visto como soy en verdad”.
“Y te enoja eso mĆ”s?”.
“Antes eso me deberĆa haber enojado, pero ahora es todo lo contrario, ante tu sinceridad y argumentos, no puedo mĆ”s que resignar mi enojo…Todo lo que dices es cierto, soy engreĆda, y admito que por eso apareció mi enfado, pero no seguirĆ© con eso”.
“Me alegra”.
“AdemĆ”s debo aclararte, que cuando IvĆ”n te golpeó por detrĆ”s, me preocupĆ© realmente por ti, deje a un lado mi enfado, y sólo pensĆ© en tu bienestar, despuĆ©s de todo eres mi amigo, y no te deseo un mal asĆ”.
“QuĆ© bonito oĆrte hablar asĆ Verónica”. La cientĆfica se coloreo un poco.
“Perdón por los dolores que te causa mi investigación”. Miguel le tocó las mejillas y mostro una gran sonrisa.
“Miguel! Ya estĆ”s listo?”. La reacción de la joven fue ante el inicio de la erección en su amigo…el glande se inflaba aĆŗn mĆ”s y el aspecto venoso volvĆa a notarse.
“Te recuperaste mĆ”s pronto que IvĆ”n y Taro…felicidades, es una prueba de tu gran condición viril”.
Miguel comenzó a besarla, al tiempo que la olĆa, con su expiración hacĆa leves cosquillas sobre el cuello de la cientĆfica…pronto se observó color en sus mejillas.
“Entonces es cierto que ya no estas molesta?”.
“Claro que no…procede a darme tu muestra espermĆ”tica”.
“No lo digas de esa forma….segura que sólo ves esto como parte de tu investigación?”.
“Por supuesto”.
Verónica se inclinó un poco y puso el preservativo a Miguel, este disfruto como lentamente la cientĆfica deslizaba la prenda sobre su circuncidado miembro viril.
“No sabes cómo voy a disfrutar esto Verónica”.
“Por fin tus necesidades genitales masculinas quedarĆ”n satisfechas”.
Y asà se inicia el acto sexual entre ambos, Verónica se recuesta sobre la mesa, el mismo lugar donde fue tomada por IvÔn y Taro, pero Miguel la retira.
“AhĆ no, quiero que me consientas con una posición”. El joven condujo a Verónica hasta arrodillarse ambos…la mujer adoptaba la posición en cuatro y Miguel se prestaba a penetrarla.
“Aahhhhhh”. Exclamó Verónica al sentir el erecto pene de su amigo en una entrada lenta, pero sin pausa…el abultado glande dilataba al mĆ”ximo la vagina de la cientĆfica.
“Es muy grueso...con cuidado Miguel…”.
“Lo que tu pidas querida, porque te consentirĆ© como gustes”.
Miguel comenzó a mover sus caderas, en un mete-saca sin pausa…Las jugos vaginales de Verónica de inmediato salĆan en abundancia, facilitando la intimidad, y volviendo aĆŗn mĆ”s excitado a Miguel que reforzó sus embates.
EL gordo glande restregaba con firmeza las carnosas paredes vaginales de la chica, que jadeaba y sentĆa falta la respiración.
La cientĆfica no tardó en tener un orgasmo…regalando gemidos de alta intensidad al aire…por fortuna no habĆa testigos. Miguel sentĆa delicioso como la vagina de su amiga se contraĆa alrededor de su hinchado glande…Para la chica los sucesivos placeres de esa noche se acumulaban haciĆ©ndola cada vez perder el control mĆ”s rĆ”pido.
“Oh Verónica. Me estas ordeƱado la verga!!”.
“Para por favor, dĆ©jame descansar mientras tengo mi momento especial”.
“Lo siento Vero, Pero ahora me toca a mĆ disfrutar al mĆ”ximo”.
Miguel aceleró la penetración, haciendo suplicar a la joven.
“Te lo ruego….deja de darle a mi coƱooooo!!!!”. La cientĆfica se sintió desvanecer, colapsaron sus brazos, descansando ahora sobre su cara….la debilidad extrema de sus piernas, amenazaba con hacerlas ceder tambiĆ©n, ante lo que Miguel se apoyó con firmeza en las caderas de Verónica, dĆ”ndole algo de soporte…El joven sentĆa su resistencia llegar a su fin, y con el glande palpitĆ”ndole junto a sus huevos recogidos, sabĆa que era inevitable la corrida.
Dio un empujón final y eyaculó…se vino en ella antes de que la chica terminara acostada por completo en el suelo. De no tener el condón puesto le habrĆa llenado el coƱo de esperma caliente.
Miguel quedó sentado en el suelo, sudando y respirando a profundidad, mientras observaba el tórax a mĆ”xima expansión de Verónica, la cientĆfica necesitaba aire para reponerse.
Ante la vista del coƱo de la chica casi ante Ć©l, el chico tuvo el perverso pensamiento de metĆ©rsela una vez mĆ”s, pero lo prudente era recuperar energĆas y permitir a su amiga lo mismo.
Luego de un rato, Verónica se sentĆa mejor y se incorporaba, se notaba enrojecida en su rostro, pero arreglĆ”ndose el peinado y lentes, intentó parecer en control.
“RecibĆ mucho placer de tu parte, te lo agradezco Miguel…Y ahora, al asunto!”.
Verónica palpó el preservativo a pleno llenado, mientras Miguel se recostó disfrutando como le extraĆa el condón a su pene semierecto….Apenas la cientĆfica le dio la espalda, Miguel se levantó y comenzó a masturbarse, sin que la chica lo notara.
“Vaya Miguel, tienes una buena reserva espermĆ”tica, a simple vista puedo decir que tu eyaculación es mayor que la primera…y es mucha la diferencia”.
“Es producto de una mayor excitación…no es lo mismo una masturbada que el acto en tu vagina”
“Es cierto, tu respuesta cerebro-gonadal es mĆ”s activa”.
“Te gusta que me venga mĆ”s, verdad?”.
“Me es indiferente, pero entre varones es seguro motivo de orgullo eyacular una mayor cantidad que sus colegas, o me equivoco?”.
“Segura que eres indiferente?”. Para ese momento la masturbación del joven habĆa logrado una vez mĆ”s la plena erección de su miembro viril.
“Claro, que otra respuesta…”.Miguel la interrumpió al tomarla de un hombro, seguidamente la hizo voltear, asombrada Verónica solo pudo decir:
“Miguel que haces?”.
“No creo que seas indiferente a lo que hemos pasado esta noche”.
“No entiendo tu afirmación…Oh!...ya estas erecto de nuevo!”. El pene de Miguel se apoyaba casi punzando sobre la bata, el bajo vientre de la cientĆfica.
“Cómo puedo permanecer flĆ”cido si ahora viene algo que me gusta mucho…y apenas me lo propusiste quise que pasara de inmediato”.
“Pero espera a que procese la muestra post trauma…quiero ver tu reacción inflamatoria al microsco…Mmmmm”. Miguel la besó y Verónica respondió.
Fue un beso largo, en el cual intercambiaron lenguas y se ensalivaron por completo.
“Eso puede esperar…tĆŗ me prometiste una segunda vez sin condón, y la quiero ya”.
“Eres muy impaciente, dame un Aauuuu…Miguel controla tu verga…quema!”. El pene de Miguel se deslizó bajo la bata y la acababa de puyar, y con su grueso glande a punto de hervir, hacia sobresaltar a Verónica apenas tuvo contacto su abdomen con ese intenso calor.
“Entonces que dices Verónica?”.
La cientĆfica dejo sobre la mesa el repleto preservativo en un frasco de vidrio y le toco el glande.
“Uuyyyyyy”. Expresó el joven al sentir como Verónica le apretaba el glande, haciĆ©ndole expulsar algunas gotas de lĆquido pre seminal…fue la mejor respuesta que hubiera podido esperar de la cientĆfica.
“Casi quema…y estĆ” mĆ”s rojo que nunca”.
Verónica se arrodillo ante Miguel y le lamio la punta del glande, degustando los fluidos lubricantes…El chico comenzó a jadear, sintiendo como era hĆ”bil con la lengua su querida amiga.
La cientĆfica bajó un poco mĆ”s y paso su lengua por los enrojecidos y algo inflamados testĆculos de su amigo.
“Pobres de tus gónadas, la fuerza cinĆ©tica con la que IvĆ”n te los golpeó, fĆ”cilmente pudo haberte hecho perder el conocimiento…me alegro que no fuese asĆ…o no podrĆa en estos instantes degustar toda tu masculinidad, Miguel”.
“Tengo tantas ganas de metĆ©rtelo sin condón Verónica, tantas ganas!”.
“Pero has pensado bien esto?, has valorado la posibilidad de la fecundación como consecuencia de realizar el coito sin la protección del aditamento de lĆ”tex?”.
“Per…pero, tu ofreciste hacerlo sin condón…pero si puedes quedar embarazada porque aceptaste entonces?…no te entiendo Vero?, yo querĆa hacĆ©rtelo sin… AhĆ no, tengo que ponerme otra vez el...”.
“Es una broma”. Verónica rio levemente, y dio un rico beso en la punta del pene del azorado muchacho, quien enseguida se calmó.
“Uffff, que susto!... ahora eres bromista Vero…mujer no me asustes asĆ!, pensĆ© que tendrĆa que volver a ponerme el gorro”.
“Solo jugaba un poco contigo, como miembro del gĆ©nero masculino se nota lo centrado de tu interĆ©s en el acto Ćntimo sin analizar debidamente las consecuencias reproductivas; Para tu alivio querido Miguel, te informo que si bien no tengo pareja actualmente, mantengo el uso de anticonceptivos parenterales…TambiĆ©n tengo necesidades fisiológicas, asĆ que en ocasiones mantengo coito con algunos varones…Y eventualmente sin protección”.
“La verdad Verónica me debiste llamar cuando tenĆas esas necesidades, no tendrĆa problema en ayudarte a satisfacerlas”.
“Ahora eres tĆŗ quien estĆ” bromeando cierto?, porque tenemos una relación de amistad de toda la vida, y asuntos sexuales no son compatibles con la amistad…aclarando claro que lo de hoy es necesario para mi investigación”. Miguel desvió la mirada un instante.
“Claro que sĆ Vero, solo es broma”. Miguel por un momento exhalo decepcionado.
La cientĆfica reanudó las caricia al pene del su amigo, haciĆ©ndolo erectarse y lubricarse al mĆ”ximo. El chico no soportó mĆ”s e iniciarĆa el acto.
Miguel se arrodilló, y ahora a la misma altura de la joven la besó, en medio del beso desabotonó la bata, mientras la misma Verónica ayudaba quitando el lazo que habĆa mantenido recogida esa larga prenda; Por fin la bata es retirada y termina el beso…Miguel coloca sobre el suelo del laboratorio a la desnuda Verónica y la cubre…enseguida degusta los mediando senos de la cientĆfica.
“Cuidado, mi sensibilidad cutĆ”nea es mayor en mi región areolar y de pezones, me es difĆcil procesar los estĆmulos repetidos en esa zona”.
“Solo di que no soportas que te besen los pezones y ya”.
Verónica disfrutó como la lengua de Miguel recorrĆa en cĆrculos su areola y pezones, unas leves mordidas la hicieron jadear.
“No dirĆ”s algo como, no uses tus incisivos centrales supero-inferiores, jajaja recuerda que la odontologĆa es lo mĆo”. Se rio una vez mĆ”s Miguel.
“No te burles de mi lenguaje, e introduce tu hiperestimulado miembro erĆ©ctil en mi conducto vaginal”.
“Ese lenguaje si me gusta”.
Miguel se acoplo perfectamente sobre Verónica, apuntando su pene y penetrĆ”ndola lentamente, sin preservativo sentĆa mĆ”s morbo y mayor sensación le otorgaba su glande…no tenĆa prisa y avanzaba en la penetración un centĆmetro a la vez. Verónica jadeaba y pedĆa que entrara todo…
…Pero Miguel adoraba el suspenso y poco a poco, centĆmetro a centĆmetro, la fue llenado de su ardiente carne viril.
Cuando por fin sintió el pegue de los huevos, la beso de nuevo…y enseguida comenzar menear sus caderas.
Miguel comenzó a bombear con intensidad, contrayendo sus glĆŗteos para mayor potencia, mientras la pelvis de Verónica tambiĆ©n colaboraba, el dĆŗo se complementaba perfectamente y los besos y lamidas de Miguel a la cientĆfica iban de la boca a los senos, el cuello no era mĆ”s que el desliz perfecto para la activa lengua del chico.
Verónica jadeaba sin parar, y abrazaba a su amigo, por instinto le enterraba las uñas en la espalda, causando quejidos pero de disfrute en Miguel.
“Como a todos los varones te agradan las lesiones de origen ungueal, causadas por tu contraparte durante el coito, verdad?, ese aspecto masoquista es de difĆcil entender”.
El intercambio de jugos Ćntimos entre los dos era abundante, y de la potencia, Miguel estrellaba sus dolidas bolas contra el perineo de la cientĆfica.
“Oh Miguel, sigue…dame mĆ”s de ti”.
“Te darĆ© todo lo que tengo!!”. El muchacho dio un fuerte empuje, haciendo gritar del gusto a la chica, pero de inmediato se vio callada con un beso de lengua, Verónica estaba extasiada y alcanzó el orgasmo nuevamente…El chico ya acostumbrado a la presión vaginal sobre su glande, solo respiró por la boca, y tragó saliva, aguantando las ganas de correrse…Tras la pausa renovó el golpeteo de cadera contra una Verónica que estaba en el cielo.
MĆ”s y mĆ”s contracciones vaginales hacĆan jadear a la muchacha, y finalmente Miguel se corrió…
“AhĆ voy de nuevo Vero!!”.
El chico mantuvo la presión sobre Verónica eyaculando todo su esperma en el fondo vaginal, la chica correspondió y cruzo sus piernas alrededor de la espalda de Miguel, manteniĆ©ndolo inmóvil...No querĆa que ese ardiente pene saliera de ella.
Los amigos se besaron mientras todo el flujo de leche abandonaba los huevos del joven.
“Es diferente y placentero sentir tu glande sin preservativo….siempre quiero sentirlo asĆ”.
“Como adoro tu coƱo Verónica….es rico y calientito…no quiero sacĆ”rtela nunca”.
Permanecieron viéndose a los ojos sin decir nada, mientras las últimas gotas de semen dejaban el pene de Miguel y eran recibidos por una calurosa y estimulada vagina.
CONFESIONES MUTUAS.
Tras sacĆ”rsela, Miguel le dio un tierno beso y comenzó a vestirse, Verónica hizo lo mismo, pero no dejaba de mirar a su amigo… en cierto momento cruzaron miradas y la joven desvió los ojos, coloreĆ”ndose en las mejillas, Miguel sonrió, y algo encarnado puso la mirada en el suelo.
“Bueno entonces me retiro y te dejo trabajar”. Miguel hablaba pero parecĆa en su rostro querer decir otra cosa…
Terminada su frase dio la espalda y empezó a alejarse.
“Espera Miguel…”.
Miguel rĆ”pidamente se volteó…esperaba que Verónica dijera algo que querĆa escuchar desde hace tiempo.
“…Miguel…yo, yo…Oh, no sĆ© cómo articular mis palabras….yo no soy asĆ”.
“Solo dilo, o tendrĆ© que decirlo yo Verónica”. La cientĆfica se dio cuenta que Miguel tenĆa lo mismo en su mente, se sintió mĆ”s segura y habló.
“Siempre te he visto como un amigo, un gran amigo, incluso me he preocupado por tu persona en muchos aspectos…pero luego de esta noche, mis pensamientos me dicen otra cosa…yo…no sĆ© cómo exponerlo, me hallo en algĆŗn tipo de alteración de mi estado mental, no es coherente la inseguridad verbal que expreso, simplemente no logro explicar mi estado”.
Miguel sonreĆa y entendiendo la aparente perturbación en Verónica tomo la palabra.
“DĆ©jame a mi decirlo Verónica…la verdad deberĆa ser el hombre el que diga estas cosas…es lo mĆ”s tradicional”.
Algo aliviada la cientĆfica le dejó seguir.
“Verónica, tu siempre me has gustado, me has gustado como mujer!, eres tan linda, y me caes tan bien a pesar de tus investigaciones y demĆ”s, jajaja…Pero he mantenido oculto esto que siento, nunca creĆ tener oportunidad contigo, y no querĆa arruinar nuestra amistad confesando algo que creĆa que sólo yo sentĆa”. Miguel hablaba fluidamente, pero no notaba lo encarnado de su rostro, evidenciable sólo para su amiga.
Las palabras del joven incomodaban a la cientĆfica, que sólo se acomodaba los lentes intentando con las manos ocultar la perturbación en su rostro.
“Miguel, saber esto ahora me resulta sorpresivo, no sabĆa que sentĆas algo por mi…Recalco que ahora mismo estoy confundida...Expreso hacĆa ti algo que no experimente con mis anteriores parejas… pero estar ahora frente a tu persona me resulta muy incómodo…no es lógico lo que siento”. Las palabras de Verónica hacĆan alegrar como nunca a Miguel.
“El amor no es lógico”.
“No, no es eso, a lo que llaman amor es solo un cumulo de reacciones hormonales que influencian la región lĆmbica del cerebro… y esto no es amor…no puede ser…”.
Miguel se acercó y le dio un ligero pero tierno beso.
“Dilo como quieras…pero igual es amor, yo lo siento y quisiera que tĆŗ lo sintieras igual”.
“Entonces… esta sensación si lo es?…es amor?, no lo conocĆa….es algo intrigante, inesperado e irracional…todo lo opuesto al pensamiento cientĆfico, pero… ”
“Pero quĆ©?”. Miguel no dejaba de sonreĆr al ver las coloradas mejillas de Verónica.
“…Pero…es lo que quiero sentir!”.
Verónica ahora besaba a Miguel, un beso que lo llevó contra la pared. Pronto sus lenguas se entrelazaron y solo tras un largo momento separaron sus bocas.
“Verónica se mi novia”.
“Acepto ser tu pareja heterosexual Miguel, tanto para el ambiente sociocultural, como para el Ć”mbito coital, pero en este Ćŗltimo solamente para lo fĆsico-emocional, puesto que aĆŗn no deseo explorar el aspecto reproductivo, dada nuestra juventud claro esta”.
“Como me gusta oĆrte hablar asĆ, jajaja”.
“Pero hay ahora un predicamento Miguel”.
“CuĆ”l es?”.
“PrometĆ a Taro tener relaciones sexuales con Ć©l, y si bien solo quede en pensar un nuevo encuentro sexual con IvĆ”n…era muy probable el aceptar yacer con Ć©l….si ahora somos pareja no podrĆa cumplir tales acuerdos, a menos que apruebes mi intimidad con ellos”.
“Claro que no Verónica!, no me traiciones tan pronto. Por favor!”. Miguel sabĆa que la cientĆfica no hablaba en serio.
“SabĆa que esa serĆa tu respuesta, quieres una relación monogamica, y tambiĆ©n es mi deseo, pero solo querĆa saber tu opinión…tendrĆ© que pensar como compensarlos”.
“Pues se me ocurre que les presentes a algunas amigas tuyas…mientras sean atractivas ellos aceptaran una cita”.
“Es buena idea, y la verdad no veo problema, mĆ”s de una estarĆ” interesada en un órgano erĆ©ctil como el de IvĆ”n, y un musculo lingual como el de Taro…”.
Miguel simplemente no quiso indagar mƔs en lo expresado por su ahora novia.
IVAN Y TARO, AMIGOS MAS QUE NUNCA.
Taro e IvĆ”n pasarĆan el camino a sus casas rememorando la extraƱa noche que habĆan tenido, ambos aun sobaban sus genitales….Pero en ningĆŗn momento IvĆ”n reclamo a Taro como su agresor…al parecer el asunto habĆa sido olvidado tan rĆ”pido para el…claro que el astuto Taro no menciono ese tema, y centraba la charla en el coƱo de Verónica, asĆ su moreno amigo, simplemente se preocupó por describir con gran orgullo su acto sexual con la cientĆfica.
Ambos llegaron a una encrucijada, donde cada quien tomarĆa un camino diferente…IvĆ”n le extendió la mano a Taro, y el oriental respondió.
“Aaahhhhhh!!!”. Se quejó Taro cuando la rodilla derecha de IvĆ”n se incrustó en su entrepierna.
El agredido cayó de rodillas, y enseguida se cubrió los testĆculos. El oriental apretó los dientes ahogando un nuevo grito.
Un moreno que se veĆa mĆ”s alto que nunca, y con una cara de enojo le decĆa:
“Que creĆas?, que este negro olvida a quien le faulea las pelotas!…eso es en venganza de mis cojones…nadie se mete con ellos, y entĆ©rate que mis huevas son sagradas, y no perdonare quien intente afectar mi capacidad de coger chicas…Oh! como adoro a las chicas, y esa nenita sĆ que me quedó gustando, Yo pienso en salir con ella y darle hasta por las ojeras y…
…AAAAHHHHHHH!!!”. IvĆ”n grito a todo pulmón y abrió los ojos al mĆ”ximo, cuando Taro contraatacaba desde el suelo, dĆ”ndole un rĆ”pido y certero puƱo en sus muy colgantes huevos…El golpe sacudió el vulnerable contenido escrotal del moreno.
El oriental estaba dolido, pero vio una oportunidad de responder ante un hombre que abierto de piernas no paraba de hablar y hablar…AsĆ entonces tuvo su rĆ”pido y justo desquite, a la vez que callaba al moreno que practicaba la verborrea.
IvĆ”n igual perdió fuerzas en las piernas y termino acurrucado sobĆ”ndose la hombrĆa junto a su fauleador.
“Las tienes mĆ”s grandes, a ti te va peor mi amigo!”.
“AAyyy, ayy, ayy, mis cojones”. IvĆ”n se retorcĆa en el suelo, Taro saco fuerzas y con mucho esfuerzo lograba ponerse en pie…Pero un sollozante IvĆ”n, se puso boca arriba y con lo que le quedaba de fuerza, lanzó su pierna arriba justo en la desprevenida ingle del joven de rasgos orientales. El zapato de IvĆ”n le acható las pelotas.
“AAAAAhhhhhhh!!”. Taro se cubrió el Ć”rea y se vio caĆdo…por orgullo intento algo…
…en su caĆda se inclinó hacia un lado…justo donde el aporreado IvĆ”n estaba…desafortunadamente el moreno estaba abierto de pierna, y Taro con toda la mala intención se dejaba caer de cabeza contra la entrepierna apenas cubierta de su agresor.
“AAAAAAHHHHHHHHHHH!!”. Grito IvĆ”n al sentir el peso de la cabeza del chico caer sobre sus muy lastimadas pelotas.
A continuación ambos rivales se retorcieron en el pavimento, acunaban sus pelotas como si no hubiese mÔs nada en el mundo que protegerlas.
“Mis malditas huevas otra vez!!!!”. Se quejaba IvĆ”n.
“CĆ”llate escandaloso!, me las dejaste aplanadas gran cobarde Auch!”.Taro igual sufrĆa.
Pasaron los minutos, y ambos coincidieron intercambiando miradas en la misma posición fetal…donde no paraban de sobar sus testĆculos…de pronto Taro comenzó a reĆr a pesar del dolor.
“Jajajajaja”.
“De que te rĆes?, aporrea bolas!”.
“Jajajaja…De a lo que hemos llegado, participar en esa extraƱa investigación, y darnos en las bolas hasta quedar en plena calle tirados…que locura ha sido esta noche”.
IvĆ”n comenzó a reĆr tambiĆ©n.
“Jajajaja, Pues tienes razón…creo que lo Ćŗnico que queda es reĆrse de uno mismo”.
“Entonces saldada la disputa entre nosotros?”.
“Saldada!, no tengo lĆos ya contigo”.
Ambos se ayudaron a levantar, y tras despedirse cada quien tomo su camino… en una larga caminata cojeando a sus casas.
CONCLUSIONES DE LA INVESTIGACION.
Al final, mientras Verónica procesaba las muestras y escribĆa datos en el computador, Miguel le expuso un asunto con seriedad.
“Te pedirĆ© algo muy comedidamente Verónica…Cancela la investigación!”.
“Pero de que hablas?”. La cientĆfica puso cara de completa sorpresa.
“Esta investigación no estĆ” bien…provocar dolor a alguien para hacer una investigación?…crees que eso es muy correcto?”.
“Pero despuĆ©s de todo lo que sucedió, los golpes en las gónadas a IvĆ”n, Taro y a tu persona… y me pides anule todo?”.
“Verónica te insisto, suspende esto, un cientĆfico debe hacer las cosas con reglas y limites, no siempre vale todo”.
“No es posible tu petición!, entĆ©rate que he invertido mucho tiempo en esto, sin mencionar los gastos en el laboratorio…equipos y quĆmicos...Miguel no sabes lo que dices…tĆŗ no eres hombre de ciencia...no se puede cancelar la investigación”.
“Y en donde queda tu Ć©tica, mujer de ciencia?”.
“La Ć©tica?...Pero Miguel…yo, yo nunca he cancelado una investigación, no puedo…”.
“Te darĆ© un incentivo…cancela la investigación y no tendrĆ”s que hacer mi trabajo de fin de semestre…piĆ©nsalo Verónica”.
“Pero…”.
“Es mĆ”s, te ayudare en cualquier investigación que inicies…siempre y cuando sea dentro de la Ć©tica”.
Verónica quedó pensativa…Miguel le dio su tiempo, mientras en una silla la cientĆfica tomaba una decisión.
Finalmente Verónica fue hacia el computador y oprimió las teclas indicadas para borrar la información recogida; Seguidamente arrojó las muestras de semen a una bolsa de desechos biológicos.
La investigación de Verónica se habĆa cancelado!.
Ya a punto de salir del laboratorio, Miguel la recibió con un beso.
“Hiciste lo correcto Vero”.
“TenĆas razón, Me negaba a aceptar lo cierto…no era Ć©tico realizar esa investigación”.
Tras cerrar y marcharse tomados de la mano, Miguel le pregunta:
“AlgĆŗn dĆa me tendrĆ”s que contar todo ese asunto de la promesa con tu exnovio. Que paso entre ustedes?”.
“De acuerdo, pero como dijiste, eso es para otro dĆa…Ahora cambiando de tema, dime querido Miguel… tienes alguna queja por hacerte perder el partido BOCA JUNIORS-RIVER PLATE?.
“Ninguna queja, lo de esta noche supera 10 veces la emoción de un sĆŗper clĆ”sico argentino”.
Fin.
Gracias.
Comentarios a zatniktiel@hotmail.com
Veronica se pone cachonda cuando los chicos se rompen las bolas. MƔs historias como esta por favor.
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