-BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Pablo ChacĆ³n se rascĆ³ la cabeza e hizo una mueca muestra de su incomodidad. Estaba sentado de brazos cruzados en el sillĆ³n del departamento que compartĆa con David. Su sorpresa fue cuando llegĆ³ ahĆ y se encontrĆ³ a su esposo con Jean, para su suerte no estaban teniendo algĆŗn acto indecoroso contra el matrimonio sino que charlaban en la sala.
—¿QuĆ© es todo esto? —habĆa dicho Pablo cerrando la puerta.
Jean se riĆ³.
—No es nada malo —alegĆ³ David invitĆ”ndolo a sentarse a su lado en el mueble—. Jean ha venido aquĆ y ya le estoy despejando sus dudas. Estoy contigo.
Pablo se sentĆ³ a su lado doblando los brazos por encima de su pecho y abriendo las piernas. Jean sintiĆ³ envidia de como se marcaban sus testĆculos en aquel pantalĆ³n. Sus huevos lucĆan especialmente grandes porque en los Ćŗltimos 7 dĆas no los habĆa drenado por diferentes motivos por lo que estaban llenos hasta el tope de leche.
—Como te decĆa, Jean —rompiĆ³ el silencio David tomando de la mano a Pablo—, lo nuestro terminĆ³ hace mucho tiempo y no de la mejor forma. Me reprochaste el haber tenido un hijo con Carolina y ya recuerdas como me enfurecĆ contigo. Seguido, volvĆste aparecer y preferĆ mantener un trato cordial contigo dando vuelta a la pĆ”gina.
—No es justo —negĆ³ Jean—. TĆŗ me decĆas que nunca te casarĆas con un hombre, jamĆ”s te ibas a asumir como gay o bisexual, lo que digas que seas, y desaparecĆ y cuando regreso tienes una vida contraria a la llevabas —Pablo le sonriĆ³ sintiĆ©ndose triunfador. Jean se levantĆ³ del sillĆ³n—. ¿Fue por este tonto, cierto? ¿QuĆ© le viste? A leguas se ve que es un cabeza hueca.
—Soy un profesional universitario y no un arrabalero instructor de yoga como tĆŗ.
David lo mirĆ³ de soslayo, de una manera un otra se sintiĆ³ suscestible al tener una rama profesional parecida a Jean.
Jean no pudo soportar mĆ”s tiempo y levantĆ³ el pie para hundirlo en la abultada entrepierna de Pablo aplastando sus inmensas huevas y sacando el aire de sus pulmones.
Los azules ojos del rubio se agrandaron y tosiĆ³ antes de doblarse intentando apartar la pierna de Jean lejos de sus gĆ³nadas.
David se alarmĆ³.
—Aparta tu pierna de Pablo —ordenĆ³ golpeando su tibia.
Jean sonriĆ³ con orgullo.
—Quita —dijo Pablo con voz tensa, queriendo arrancar el pie de Jean de sus bolas y haciendo una mueca de dolor.
—Que lo dejes —ordenĆ³ David aunque enseguida recibiĆ³ una manotada en la entrepierna de parte de Jean, un agudo chillido escapĆ³ de sus labios. Y cayĆ³ en el mueble ahuecando sus pelotas.
Pablo estaba saltando en el asiento preso del dolor, soportando el pisotĆ³n de huevos, estaba con los ojos cerrados, la boca abierta y empezaba a gritar de dolor.
Como recurso de defensa Pablo dirigiĆ³ el puƱo entre las piernas abiertas de Jean.
Los ojos del profesor de yoga se agrandaron y gritĆ³ sintiendo nauseas y espasmos de dolor. ApartĆ³ la pierna de las bolas de Pablo y se dedicĆ³ a masajear sus testĆculos lejos del mueble.
Tres machos estaban en aquel departamento dando muestras distintas del proceso de dolor.
David hizo una mueca y siendo el menos dolorido de los tres se puso de pie.
—Jean, voy a pedirte por las buenas que abandones el departamento. No tienes nada que hacer aquĆ.
Cuando se acercaba a Jean recibiĆ³ un puntapiĆ© en los huevos de parte de este.
David chillĆ³ de agonĆa.
Jean lo mirĆ³.
—Parece que duele, ¿cierto? AsĆ duele mi amor por ti —de manera cĆ³mica Jean empujĆ³ a David con el dedo Ćndice por la frente y David se despolmĆ³ en el suelo agarrĆ”ndose los cocos.
Seguido, el ex dirigiĆ³ una mirada asesina a Pablo y corriĆ³ en direcciĆ³n a Ć©l saltando sobre el mueble.
Ambos comenzaron una lucha. Pablo clavaba golpes fuertes y profesionales contra Jean que tenĆa como objetivo doblegarlo por sus bolas grandes.
En un momento el muslo de Jean entrĆ³ en contacto contra las bolas de Pablo.
Un sordo golpe resonĆ³ en la sala de estar.
Un gemido largo y sibilante escapĆ³ de los labios de Pablo.
Jean sonriĆ³ a pesar de tener un labio roto.
—¡Te jodĆ!
MirĆ³ la entrepierna de Pablo.
Su polla estaba tensamente dura y sus bolas se dibujaban colgando vulnerables en el pantalĆ³n.
La cara de Pablo estaba contraĆda de dolor.
Jean se alzĆ³ en el mueble y trajo un rodillazo en los huevos de Pablo. AplastĆ”ndolos como papilla y provocando un gemido profundo y gutural en los labios de Pablo.
El cuerpo del guapo rubio se congelĆ³. Sus pĆ”rpados se abrieron y sus labios temblaron. Los ojos de Pablo se subieron hacia su cabeza mientras su polla explotaba con un chorro inmenso de esperma que mojĆ³ su pantalĆ³n con una mancha larga y pegajosa.
Jean insertĆ³ otro rodillazo aniquilador.
Un segundo chorro de semen, brotĆ³ de la polla de Pablo.
De pronto Jean fue arrebatado de encima de Pablo, David lo habĆa cogido por el cuello para obligarlo a salir.
Pablo se acurrucĆ³ gimiendo mientras su polla continuaba disparando lo que quedaba en sus testĆculos doloridos y traumatizados.
Cargado de rabia David pudo sacar del departamento a Jean regalĆ”ndole mĆŗltiples puƱetazos. Cuando cerrĆ³ la puerta se dirigiĆ³ hacia Pablo cojeando y tambiĆ©n agarrando sus bolas.
—¿Amor, estĆ”s bien? —le preguntĆ³.
Pablo gimiĆ³.
David dijo:
—Ese puto. Seguro no volverĆ” a joder mĆ”s, lo odio. BuscarĆ© una bolsa de hielo para ti.
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