Ataque a Trump - Las Bolas de Pablo

Lo mƔs nuevo

8 feb 2019

Ataque a Trump

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M Y M/M y SEXO HOMOSEXUAL.

   Daniel Roberto y Adriano paseaban por el muelle como casi todos los dĆ­as. Esta rutina de salidas comenzĆ³ desde aquella fiesta en navidad, pues en periodo de vacaciones Adriano venĆ­a constantemente a visitar a su amado.

   Sin nada que hacer la pareja podĆ­an darse el lujo de caminar sin rumbo fijo, solo degustaban el paisaje, al par le dio las 10 de la noche y aun recorrĆ­an el Ć”rea turĆ­stica...
...Pero lo que no sabĆ­a la pareja es que desde hacĆ­a unos 20 minutos alguien a lo lejos les observaba, guardando prudente distancia la misteriosa persona vigilaba todos sus movimientos, y aĆŗn peor, hoy no era la primera vez que andaba tras ellos.

    Al llegar a casa de Daniel Roberto, el perseguidor se detuvo una cuadra antes... las cosas parecĆ­an mal... es mĆ”s, aquel individuo desde hacĆ­a dĆ­as sabĆ­a la rutina de la pareja y la vivienda de Daniel en esta ciudad.

   En la casa, la pareja fue directamente al cuarto, se besaron con pasiĆ³n mientras Adriano tocaba el paquete erecto de Daniel. El joven retirĆ³ la mano de su aparato genital, y subiĆ³ ambas manos de su pareja, entonces se escuchĆ³ un grito de Adriano:
   "AAAAHHHHHHHHHHH!!!!!". Expulso todo el aire de sus pulmones ante el sorpresivo, pero a la vez esperable golpe de rodilla de parte de Daniel.

   Adriano se alejĆ³ e inclinĆ³ reposando ante el trauma genital. Daniel avanzĆ³ hacia Ć©l, con intenciĆ³n de redoblar el ataque bajo, pero su pareja le hizo seƱal de alto.

   "Que pasa?, pero si te fascina esto...".

   "Auuu!, sabes que sĆ­, pero quiero usar todos los aditamentos".

   "Hablas de...". Daniel sabĆ­a que se referĆ­a a la peluca rubia que el usaba, y la mĆ”scara de Trump, que era esencial para el papel que encarnaba Adriano... desde la fiesta de navidad y su orgia en aquel cercano motel, no usaban aquellos "aditamentos".

   Daniel fue a su armario y en una gaveta buscĆ³ algo pero no lo encontrĆ³, le pareciĆ³ muy raro.

   "No estĆ”n... estoy seguro que guardĆ© aquĆ­ mi... ¿los moviste a otro lado?, o te los llevaste a tu casa?".

   Adriano negĆ³ y se uniĆ³ a la bĆŗsqueda... fue infructuosa y debieron resignarse... Retomaron la acciĆ³n desnudĆ”ndose y demĆ”s...
   "OOOGGGHH!!", ExpresĆ³ Adriano cuando Daniel le apretĆ³ los testĆ­culos.

   "Te duele? jajaja". 

   El joven le soltĆ³ las gĆ³nadas, acompaƱƔndole enseguida con un rodillazo antes de que su hombre pudiera cubrirse.

   Adriano cayĆ³ de rodillas, acunando sus pelotas, Daniel se acercĆ³ a Ć©l, y fue sorprendido cuando su pareja con una mano le agarrĆ³ la cara interna del muslo a centĆ­metros de su escroto. Adriano hundiĆ³ sus uƱas en aquella carne blanda haciendo chillar a Daniel.

   “Ayyyyyyyyyy!!!!!”.
   El torcido de la carne era dolorosĆ­simo. Por fin le liberĆ³, cayendo de rodillas tambiĆ©n Daniel.

   "Y agradece que fue el muslo y no las pelotas". Adriano sabĆ­a que Daniel no compartĆ­a su gusto por el Ballbusting, por ello evitaba darle entre las piernas.
Ahora algo equilibrados en dolor, la pareja permaneciĆ³ arrodillada frente a frente sobĆ”ndose y sonriĆ©ndose mutuamente.

   Pero sombras se cernĆ­an a su alrededor, pues encima del armario habĆ­a estratĆ©gicamente ubicada una cĆ”mara miniatura, que transmitĆ­a en vivo la acciĆ³n de la pareja...
...Afuera de la casa, el desconocido perseguidor, observaba la transmisiĆ³n en su telĆ©fono mĆ³vil... Pero este espionaje no serĆ­a lo Ćŗnico que pretendĆ­a aquel desconocido con la pareja. 


   La pareja comenzĆ³ una ardiente relaciĆ³n sexual, Daniel chupaba el miembro viril de Adriano, mientras este jugaba con sus cabellos... no tardĆ³ el varĆ³n en correrse inundando la boca de su amado, quien tragaba leche desesperadamente, no aceptarĆ­a que gota alguna se perdiese

   Minutos despuĆ©s Adriano quedaba boca arriba en la cama y le abrĆ­a las piernas a Daniel, quien arrodillado le besaba los testĆ­culos… Las lamidas de su pareja aliviaban el ardor testicular por los golpes.

   La situaciĆ³n se invirtiĆ³ y ahora Adriano penetraba a Daniel colocado sobre Ć©l, su amado abrĆ­a las piernas disfrutando como ese grueso miembro se restregaba contra su ano.

   Las repetidas penetraciones dieron lugar a la eyaculaciĆ³n... Fue entonces cuando Daniel penetrĆ³ a Adriano, era menos frecuente que "Trump" fuera el pasivo, pero desde hace un tiempo la pareja ya compartĆ­a todos sus gustos y satisfacĆ­a los apetitos del otro. Daniel no quiso correrse dentro de Adriano, saco su pene palpitante y eyaculĆ³ en el rostro de su pareja... Adriano degustĆ³ el blanco fluido de su "Rubia".

   Los jadeantes novios no cesaron en tocarse y lamerse, ahora Adriano colocĆ³ a Daniel en cuatro y le penetrĆ³, con firmeza se adherĆ­a a sus caderas, estrellando sus bolas contra Ć©l, cuando entraba hasta el fondo... El mete y saca los llenĆ³ de sudor, mientras Daniel volteaba la cabeza invitando a Adriano a besarle, Ć©ste con gusto, bajĆ³ un poco el ritmo y acomodĆ”ndose se inclinĆ³ acercando sus labios a los de Daniel. El beso salado por el sudor de ambos, fue muy rico; Minutos despuĆ©s Adriano pedĆ­a clemencia cuando Daniel apretaba su ano... el chico no pudo mĆ”s y se derramĆ³ dentro del intestino de su amado.

   Tras un leve reposo, Daniel quedĆ³ boca arriba en la cama y un Adriano mermado de fuerzas, se acostĆ³ a su lado, mientras con una mano le masturbaba con avidez... el desliz sobre ese tubo de carne fue intenso, haciendo gemir casi al instante a Daniel... la verga se congestionĆ³ de sangre y no tardĆ³ en estallar en una fuente de semen.

   Tras la quinta eyaculaciĆ³n, ambos quedaron exhaustos, el final de la acciĆ³n tuvo cambios en quien les espiaba, la persona apagĆ³ la transmisiĆ³n en su telĆ©fono y puso rumbo a la casa de Daniel.

   Minutos despuĆ©s, los sudorosos amantes se dedicaban a darse halagos, Daniel acaricio las pelotas de su amado, quien agotado, le dijo:

   "Dame un respiro Daniel, estoy casi seco".

   Daniel sonriĆ³ y se levantĆ³. "Me darĆ© una ducha, me acompaƱas?".

   "Claro que no!, ya te dije que debo tomar aire, y algo de nutrientes, irĆ© a la cocina”... Y asĆ­ cada uno se dirigiĆ³ a su lugar opuesto.

   Desnudo, Adriano entraba a la cocina, se le antojaba leche y tal vez un sĆ”ndwich, cuando encendiĆ³ la luz, observĆ³ algunos periĆ³dicos pegados en la pared, con extraƱeza los observĆ³, era pĆ”ginas de diarios en donde se plasmaban los ataque nocturnos a mujeres del criminal que usaba una mĆ”scara de "Trump".

   Adriano quedĆ³ anonadado ante lo que veĆ­a, Daniel habĆ­a puesto esos periĆ³dicos?, pero porque?, no lo creĆ­a, el no harĆ­a eso... o alguien mĆ”s habĆ­a entrado a la casa mientras fueron de paseo?... se asustĆ³ un poco... la idea que alguien supiese que Ć©l fuese aquel criminal le asustaba, su vida ahora era perfecta y feliz, los fantasmas del pasado parecĆ­an perseguirle.

   Daniel se duchaba con deliciosa agua caliente, de repente sintiĆ³ que tocaban a la puerta, sonriente fue a abrir, parecĆ­a que su Adriano cambiĆ³ de opiniĆ³n. 

   Apenas abre la puerta su sonrisa es mayor, observa a su amado usando la mĆ”scara de "Trump", al fin la pudo encontrar.

 Repentinamente siente un contacto en su hĆŗmedo pene, enseguida un potente choque elĆ©ctrico le hace gritar.
   "AAAAAAHHHHHHHHH!!". Le acaban de colocar un arma elĆ©ctrica en contacto con su pene, el accionar del arma conduce la electricidad por todo su cuerpo.

   La cercanĆ­a del contacto con el pene le hace liberar gotas de orina... Por fin cesa el ataque y  un atontado Daniel cae al piso, aun temblando.

   Desde el suelo, Daniel recupera la claridad en la vista observando el calzado de su atacante, a medida que asciende se da cuenta que es una mujer quien le ha agredido, al llegar al rostro, esta mujer se retira la mĆ”scara de Trump y denota otra mĆ”scara debajo... la mĆ”scara femenina desconocida para Ć©l, pero conocida por la policĆ­a y otras vĆ­ctimas, al ser usada en el robo al club Fight Two.

   Daniel no puede ni hablar, deseaba advertir a Adriano, pero su mandĆ­bula no le obedecĆ­a.

   La atacante regresĆ³ al cuarto dejĆ”ndole en el suelo... Segundos despuĆ©s Adriano entraba a la habitaciĆ³n.

   "Daniel tu gritaste?, me pareciĆ³ escuchar un grito, que te pasa?". El hombre alcanza a divisar la puerta del baƱo abierta y alguien acostado, es Daniel!... En ese momento por detrĆ”s y en total sigilo, la mujer le da una fuerte patada en la entrepierna... el empeine aplasta las desnudas gĆ³nadas del joven contra su hueso pĆŗbico 

   Adriano responde como cualquier hombre: "AAAAAAHHHHHHHHH!!!!!!!!!". De inmediato el varĆ³n cae al suelo en posiciĆ³n fetal, la mujer se le acercĆ³ y sin Ć©l poder evitarlo, le colocĆ³ un collarĆ­n, enseguida se alejĆ³ en direcciĆ³n a la cama. 

   El adolorido soba con rapidez sus pelotas... con la leve mejorĆ­a observĆ³ a su atacante.

   La agresora estaba enmascarada, usaba una chaqueta negra y un short bastante pequeƱo, cruzĆ³ las piernas al sentarse en la cama, En su dolor Adriano intentĆ³ quitarse el collar sin resultados, parecĆ­a ser de un material muy duro... El hombre sacĆ³ fuerzas y logrĆ³ incorporarse, atezĆ³ las piernas y se lanzĆ³ contra la mujer que no parecĆ­a tener armas... TemĆ­a que le hubiese hecho algo a Daniel...
...Pero a los tres pasos el collarĆ­n liberĆ³ una descarga elĆ©ctrica deteniĆ©ndole en seco, Adriano se electrocutĆ³ unos instantes antes de cesar la corriente, tras ello se fue al suelo quedando sentado... el voltaje no fue tan intenso como con Daniel, pero igual incapacitaba.

   La enmascarada alejĆ³ su dedo de la pantalla del telĆ©fono, al parecer con tocar un botĆ³n en la pantalla habĆ­a activado el collarĆ­n. 

   Adriano no tardĆ³ en entender que estaba en manos de aquella enmascarada, solo oprimiendo un botĆ³n le podrĆ­a incapacitar... de pronto escuchĆ³ balbuceos de Daniel, el chico ya podĆ­a hablar.

   "Aauuuu… ¿que… que el has hecho a Daniel?".

    Por ahora Daniel no podĆ­a hacer nada, solo se arrastraba... sentĆ­a un terrible ardor en el Ć”rea de su pene que entrĆ³ en contacto con el arma elĆ©ctrica.

   La enmascarada se incorpora y va hacĆ­a Adriano, el joven no puede hacer nada... es obligado a levantarse y conducido contra la pared mĆ”s cercana... de inmediato la mujer le clava un rodillazo en los huevos, haciendo que Adriano abra la boca
   "AAAAHHHHHHH!" y seguido otro golpe de rĆ³tula, "OOOUGGGGHHH!!!!" el macho no soporta el castigo y se derrumba al suelo. 

   "Adrianoooooo...". Expresa apenas audible Daniel, quiĆ©n avanzando de rodillas, quisiera poder ayudar a su pareja...
...La enmascarada voltea la cabeza y se dirige hacĆ­a Daniel, con facilidad le agarra de los testĆ­culos, tira del escroto haciĆ©ndole decir: "AAAayyyyyyyyy!!!!!!!!", y obligĆ”ndole a levantarse, la mujer avanza arrastrando de las gĆ³nadas a Daniel... se acercan hacĆ­a Adriano....
...Como a cinco pasos se detienen, ella saca algo de un bolsillo y lo arroja, deslizƔndolo hacia Adriano; El hombre puede ver lo que es... Es una grabadora de bolsillo, pero que significa esto?.

   Por fin se escuchĆ³ la voz de la enmascarada: "Confiesa que eres el criminal -Trump-, o lastimarĆ© a tu pareja".

   Daniel gritĆ³: "No lo hagas Adriano!!... AAAAAHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!". 

   EstallĆ³ en dolor Daniel cuando la enmascarada le halĆ³ con fuerza de los testĆ­culos.

   Adriano desesperado intenta correr hacĆ­a ellos, pero el collarĆ­n se activa y una nueva  descarga le paraliza… y de nuevo al piso!

   La mujer afloja la presiĆ³n, tanto del escroto de Daniel, como del botĆ³n en su telĆ©fono, que activaba el collarĆ­n.

   "Es simple, admite tu culpa como -Trump- o Daniel sentirĆ” mĆ”s dolor". SentenciĆ³ la mujer.

   Daniel se envalentonĆ³, sus pelotas dolĆ­an como nunca en su vida, pero no dejarĆ­a que su amado Adriano admitiera su culpa, porque de seguro irĆ­a a la cĆ”rcel.

   "DĆ©jalo en paz, Adriano es bueno, AAAAAHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!". La enmascarada le interrumpiĆ³ con un rodillazo en las pelotas.

   Daniel se retuerce del dolor en el piso, sus testĆ­culos parecen a punto de derretirse de tal sensaciĆ³n que quemazĆ³n. 

   La enmascarada parecĆ­a impaciente, asĆ­ que dejĆ³ a Daniel agonizando del dolor, y se dirigiĆ³ contra Adriano.

   "Arriba grandote". OrdenĆ³ la mujer a este, llevaba el telĆ©fono en la palma de su mano, solo con descender el pulgar y activarĆ­a el collarĆ­n... Adriano obedeciĆ³, con dificultad se incorporĆ³, sin retirar una mano para sobar sus enrojecidas pelotas, mientras con la otra sostenĆ­a la grabadora.

   "Confiesa que tĆŗ...". De repente Adriano actuĆ³!, con un veloz manotazo le tumba el telĆ©fono de la mano, la enmascarada fue sorprendida y recibe de inmediato el ataque del varĆ³n... Adriano estaba desesperado, pero aĆŗn asĆ­ ladeo su cadera para protegerse las pelotas, DeducĆ­a que siendo ella mĆ”s dĆ©bil fĆ­sicamente sin duda recurrirĆ­a a golpearle las bolas para poder dominarlo. 

   Con decisiĆ³n fue a por la mĆ”scara de la atacante!, querĆ­a saber quiĆ©n era, para enseguida darle el puƱo que ya preparaba...
...Pero la enmascarada le interceptĆ³ la mano casi a punto de tocarle la mĆ”scara, y en un segundo, le torciĆ³ la muƱeca, hiper extendiĆ©ndole el brazo... la mujer sabĆ­a defenderse con habilidad.

   Adriano se quejĆ³ al verse inmovilizado, y no pudo hacer nada cuando la mujer contratacĆ³ pinzĆ”ndole con fuerza el testĆ­culo derecho.

   "UUUUMMPPPPPPP!!!!". Adriano tratĆ³ de aguantar el dolor, mordiĆ©ndose los labios.

   En ese momento Daniel ataca a la mujer por detrĆ”s, pasĆ”ndole el brazo por el cuello y llevĆ”ndola hacĆ­a atrĆ”s, Ć©sta libera a Adriano quien cae de rodillas.

   "DĆ©jalo en paz maldita!... ¡Ough!". Se quejĆ³ Daniel cuando la enmascarada le dio un codazo en el plexo solar... Un segundo codazo y la mujer se ve libre, de inmediato voltea y observa los desprotegidos huevos de Daniel…
…le propina un manotazo en ellos, haciendo al joven gemir y arrugar el rostro… Ahora ocupado en cubrir sus dolidas pelotas, la mujer no tiene obstĆ”culos y da una certera patada a la rodilla de Daniel, quien grita con agudeza femenina al sentir resentidos sus ligamentos articulares.

   La agresora deja de rodillas a Daniel y se vuelve hacĆ­a Adriano, con el puƱo cerrado intenta golpearle la garganta, pero a Ćŗltima hora cambia de tĆ”ctica... necesita que el hombre pueda hablar... Es entonces cuando un golpe contundente se estrella contra el Ć”rea esternal de Adriano, haciĆ©ndole cae de espaldas... toda la zona costal del varĆ³n esta doliĆ©ndole.

   La enmascarada retoma su telĆ©fono, asĆ­ como la grabadora, y se la acerca al acostado Adriano.

   "Confiesa, o Daniel sufrirĆ” todavĆ­a mĆ”s… Ɖl no es como tĆŗ, sus testĆ­culos no estĆ”n acostumbrados a recibir repetidos traumas, alguno de mis golpes puede llegar a causarle un daƱo permanente”. 

   Resignado y desesperado por el bienestar de su pareja, Adriano respondiĆ³:

   "Oohhh… Lo, lo harĆ©… Pero jura que lo dejaras en paz... jura que el quedarĆ” fuera de esto".

   "Nadie sabrĆ” que Ć©l estaba enterado de tus acciones criminales".

   La mujer acercĆ³ la grabadora a Adriano, quien se dispuso a confesar sus fechorĆ­as.

   "NO LO HAGAS!!, EL NUNCA QUISO LASTIMAR A NINGUNA MUJER, SOLO QUERIA QUE LE GOLPEARAN LAS BOLAS, ENTIENDE QUE EL TIENE GUSTO POR EL BALLBUSTING!". GritĆ³ Daniel con sus pocas fuerzas, no querĆ­a perder a su amado Adriano.
   Adriano quedĆ³ sin palabras, y la enmascarada parecĆ­a pensativa... Repentinamente oprimiĆ³ el botĆ³n del telĆ©fono, provocando una fuerte descarga del collarĆ­n, el dedo mantuvo la presiĆ³n y Adriano no pudo soportar mucho mĆ”s, terminando sin sentido.

   Daniel no entendiĆ³ que pasaba, porque habĆ­a hecho eso aquella mujer?

   La enmascarada caminĆ³ hacia Daniel y se agachĆ³ quedando a la altura del arrodillado joven, quien no tenĆ­a modo de defenderse de aquella hĆ”bil mujer.

   "Jura que Ć©l no ha vuelto a lastimar a ninguna mujer, ni a nadie mĆ”s...".

   "Lo juro por mi vida, Adriano ha dejado atrĆ”s esa idea, ahora tiene a alguien a quien ama, y conmigo satisface su gusto de golpes bajos". Los ojos de Daniel denotaban una decisiĆ³n total, y la enmascarada con la mirada fija en estos, supo que era sincero.

   De repente la mujer se incorporĆ³, le dio la espalda y dijo:

   "Te creo... y los dejarĆ© en paz". Daniel quedĆ³ atĆ³nito, observĆ³ como la enmascarada caminaba hacĆ­a el desmayado Adriano... Le retirĆ³ el collarĆ­n diciendo:

   "AsegĆŗrate que continĆŗe por el buen camino...". AcariciĆ³ los inflamados testĆ­culos del inconsciente joven "... Porque si me entero que ha vuelto a su anterior conducta, perderĆ” los testĆ­culos...". La mujer atrapĆ³ en su mano los gordos huevos de Adriano, pero no los apretĆ³. "...Y tĆŗ tambiĆ©n los perderĆ”s, Daniel!". SoltĆ³ le escroto del joven y se incorporĆ³.

   "Ya dĆ©janos por favor". Fue la Ćŗltima sĆŗplica de Daniel; La mujer caminĆ³ hacĆ­a la cama, tomĆ³ algo y lo arrojĆ³ junto a Daniel, era la peluca rubia con la que Ć©ste se disfrazaba.

   El joven por fin sintiĆ³ alivio, cuando la enmascarada abandonaba la habitaciĆ³n y la casa.

   ArrastrĆ”ndose, Daniel llega con su amado Adriano sin sentido, le besa sin parar en la frente...

   Unos 10 minutos despuĆ©s, Adriano despertaba, le dolĆ­an las pelotas, pero sentĆ­a que se las masajeaban... Era Daniel, su amado Daniel, quien con una expresiĆ³n de alegrĆ­a le recibĆ­a, sin dejar de verse a los ojos, continuĆ³ con el masaje.

   Tras narrarle lo sucedido al final, la pareja se dio un prolongado y fuerte abrazo, nunca se separarĆ­an y no volverĆ­an a ser molestados por aquella enmascarada.

   Pero se preguntarĆ­an por mucho tiempo, quien habĆ­a sido aquella desconocida mujer?.

   Luego de una hora, Adriano recogiĆ³ del suelo la mĆ”scara de "Trump", y con una sonrisa pĆ­cara expresĆ³: "Continuamos en donde nos quedamos?".

   Daniel sonriĆ³ y le invitĆ³ a acercarse, en la mano Ć©l tenĆ­a la peluca rubia que fascinaba a su amado. 

FIN.

Gracias.
Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

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