Viviendo en trio (2/5): las intenciones de David - Las Bolas de Pablo

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5 feb 2019

Viviendo en trio (2/5): las intenciones de David

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   —¿TodavĆ­a no vas a salir? —preguntĆ³ Pablo. El musculoso rubio de 27 aƱos se ajustaba la corbata del uniforme para salir a trabajar.


   David que estaba echado en el sofĆ” negĆ³ con la cabeza. Estaba con el cuerpo desnudo a excepciĆ³n del pantalĆ³n deportivo estaba pegado a sus dos grandes pelotas.



   —SaldrĆ© mĆ”s tarde al gimnasio —dijo.



   Pablo meneĆ³ la corbata y se acercĆ³ a la cama para despedirse.



   —Se portan muy bien —pidiĆ³ le entregĆ³ un beso pasional en los labios y saliĆ³ de la habitaciĆ³n dejĆ”ndolo con la televisiĆ³n encendida.



   En la cocina fregando los platos estaba Eddy, el apuesto hombre que compartĆ­a el trĆ­o entre David y Pablo, tenĆ­a el cabello negro y un gran cuerpo fuerte.



   —Ya voy saliendo —dijo Pablo.



   Eddy le sonriĆ³.



   —Hoy no me corresponde dar clases —alegĆ³ el profesor de matemĆ”tica y fĆ­sica.



   —Bueno, vale —alegĆ³ Pablo, se acercĆ³ a el y tambiĆ©n lo besĆ³.



   Eddy se despidiĆ³ de Ć©l con una frase cariƱosa, seguidamente Pablo abandonĆ³ el departamento y Eddy continuĆ³ fregando los platos del desayuno.



   Honestamente la vida en trĆ­o le gustaba, durante mucho tiempo estuvo en solterĆ­a y ya la soledad lo atormentaba lo que nunca se imaginĆ³ fue vivir en trĆ­o, aunque de los dos su especial interĆ©s recaĆ­a sobre Pablo.



   De pronto sintiĆ³ unos ligeros pasos. TragĆ³ saliva mientras el agua le mojaba las manos. Por medio de un pequeƱo espejo detallĆ³ que David muy sigilosamente se acercaba a Ć©l y con un calzoncillo blanco y ajustado.



   Se contuvo, sabĆ­a que David estaba tras Ć©l y que estaba loco por follarle el carnoso trasero. El dueƱo de gimnasio penetraba a la cocina.



   Eddy mantuvo la calma.



   David detallĆ³ la gruesa espalda de Eddy, iba a doblegarlo y follarle el culo, Ć©l era el macho alfa del trĆ­o. Una erecciĆ³n estaba llenando su calzoncillo.



   Cuando estuvo a un paso de Eddy, Ć©ste levantĆ³ la pierna y le dio un cruel talonazo en los huevos. ReinĆ³ un largo gemido en la cocina y David se doblĆ³.



   Eddy cerrĆ³ el grifo del agua y se dio media vuelta.



   —¿QuĆ© pasa? ¿Se te rompieron los huevos, David?



   El guapo moreno asintiĆ³, gruƱendo de dolor.



   —QuerĆ­a... ¡ay!... Darte... Una sorpresa.



   Eddy se riĆ³.



   —¿QuĆ© sorpresa? Arregostarme tu pequeƱo pene. ¡Que risa!



   David no pudo estar mĆ”s de pie y se tumbĆ³ en el suelo. Su erecciĆ³n todavĆ­a estaba dura dibujĆ”ndose en el calzĆ³n.



   —¿Que regalo ibas a darme? —preguntĆ³ Eddy pateando a David en el costado con la punta del pie.



   David soltĆ³ un gruƱido.



   —Quiero saber. ¿Se relaciona con tu chocha polla? —dudĆ³ Eddy, poniendo su pie en el pecho de David. Luego lo pisoteĆ³ haciĆ©ndolo gemir de dolor.



   Eddy lo mirĆ³, sonriendo de oreja a oreja.



   —QuĆ© perdedor —se riĆ³—. Siempre estĆ”s alardeando de ser el macho alfa de la relaciĆ³n.



   Los ojos de Eddy vagaron hacia la dura erecciĆ³n de David. Con risa burlona, ​​le dio una patada a la polla, haciendo que pequeƱas gotas de presemen mojaran la ropa interior. LevantĆ³ el pie y pisĆ³ fuerte las gĆ³nadas, haciendo que David aullara de dolor.



   —¿QuĆ© pasa macho alfa? ¿Tu cuerpo de hierro no puede resistirse a mi?



   Se hacĆ­an marcas rojas en los abdominales de David.



   David hizo una mueca de dolor, pero tambiĆ©n se sentĆ­a increĆ­blemente emocionado por la situaciĆ³n. Su polla emanaba presemen como si se tratase de un tubo roto.



   Eddy sonriĆ³ y pisoteĆ³ la entrepierna de David, haciĆ©ndole gritar de sorpresa y dolor. PisĆ³ duro sus testĆ­culos, y torciĆ³ el pie como si estuviera apagando un cigarrillo, moliendo las preciosas huevas de David con el pie desnudo.



   DespuĆ©s lanzĆ³ varios golpecitos contra las preciosas gĆ³nadas de David, haciĆ©ndole jadear y toser de dolor.



   Eddy volviĆ³ a patear las bolas de David, metiendo el pie en sus carnosas papas.



   Mientras David se movĆ­a de lado a lado acurrucĆ”ndose las bolas Eddy caminĆ³ al rededor de todo su cuerpo.



   El robusto cuerpo del morenazo estaba lleno de magulladuras, y sus pelotas estaban hinchadas y rojas, pero su polla todavĆ­a estaba dura como roca.



   —GrandĆ­simo pervertido —se riĆ³ Eddy, bajando la ropa interior del macho. Seguido le masturbĆ³ el pene arrancĆ”ndole varios gemidos.



   GuiƱƔndole un ojo a David, Eddy le separĆ³ las piernas antes de volver a poner el pie contra sus genitales.



   Una y otra vez, pateĆ³ las bolas de David provocando un grito ahogado.



   Eddy dio una patada tras otra a los genitales maltratados de David.



   Lo dejĆ³ acurrucarse largo rato en el piso, se distanciĆ³ y se frotĆ³ los genitales motivado por los movimientos del moreno.



   Cuando pasaron cerca de cinco minutos se volviĆ³ a acercar al fuerte David.



   —Ven, perra, prueba esto. No tendrĆ”s mi culo pero si toda mi polla.



   Eddy hizo poner de rodillas a David y le entregĆ³ una sonrisa maliciosa a su vez el moreno estaba adolorido. AsĆ­ Eddy se bajĆ³ el calzoncillo exponiendo su verga. La metiĆ³ de golpe en la boca de David mientras le sostenĆ­a la nuca.



   David empezĆ³ a mamar.



   La polla de Eddy se contraĆ­a violentamente. Presemen salĆ­a de su punta, cubriendo la glotona lengua de David con una capa pegajosa del jugo de macho.



   —¡MĆ”s fuerte! ¡MĆ”s rĆ”pido! —ordenĆ³ Eddy, presionando la cara de David contra su pubis.



   Su pie se estrellĆ³ contra las bolas de David con un golpe resonante.



   Hubo un ligero sobresalto cuando David mordisqueĆ³ el gĆ¼evo de Eddy producto del dolor gonadal.



   Y al instante su polla entrĆ³ en erupciĆ³n con un gran chorro de semen, disparando la crema lechosa y blanca en el paladar de David.



   Eddy retirĆ³ su pene de la boca de David y se lo empezĆ³ a restregar por la cara llenando su barba, el pĆ³mulo, labios y barbilla.



   Eddy tenĆ­a sonrisa de satisfacciĆ³n.



   Cuando la fuerte eyaculaciĆ³n se convirtiĆ³ en ligera y acuosa Eddy dejĆ³ caer a David mientras celebraba su post orgasmo.



   El cuerpo de David era un desastre. Estaba sudoroso, sus pelotas estaban hinchadas, y su cara salpicada de semen. DejĆ³ escapar un gemido.



   Eddy le guiĆ±Ć³ un ojo.



   —¿QuĆ© pasa, David? ¿Ya no quieres diversiĆ³n?



   Le clavĆ³ una fuerte patada a sus testĆ­culos doloridos y sensibles.



   David gritĆ³



   —¡Por favor, no puedo soportarlo mĆ”s!  —suplicĆ³.



   Eddy lo mirĆ³ con una enorme sonrisa.



   —Espero que lo hayas disfrutado —sonriĆ³ antes de colocar su pie en el rostro de David.



   TomĆ³ un poco de tiempo para que David pudiera levantarse.



   —SerĆ” mejor poner algo de hielo en eso. Mejor aĆŗn, tomar un baƱo de hielo... Te lo digo yo, el verdadero macho alfa de esta manada.



   David gimiĆ³.

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