Julio, el fanatico - Las Bolas de Pablo

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19 feb 2019

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Julio, el fanatico

Escrito por: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING M/M y F/M.

LEER ANTES "MI COMBATE CONTRA EL CHICO DE LOS HUEVITOS 1 Y 2", "PEDRO ALFEƑIQUE EN EL CLUB FIGHT TWO 2" Y "ASALTO AL CLUB FIGHT TWO".
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   Julio Huertas de 19 aƱos es un joven soltero, inteligente y bastante tĆ­mido, apenas habĆ­a tenido una novia en su vida y esta le dejó al poco tiempo, enloquecĆ­a por las mujeres bellas, y observarlas se habĆ­an convertido en su segundo pasatiempo, solo superado por los videojuegos, en donde el chico era mĆ”s que un experto... Se le podrĆ­a llamar un "Nerd". 

   Un dĆ­a supo de las luchas eróticas y desde entonces se hizo fanĆ”tico de verlas... Se volvió cliente regular del club Fight Two, en donde observaba chicas luchando con escasa ropa… Casi desvarió al enterarse de las luchas mixtas, en donde las chicas guerreras peleaban desnudas.

   No le importaba sacar dinero de donde fuese necesario, pero asistĆ­a cada 3 dĆ­as al club, incluso alternaba sus jornadas universitarias con un empleo de medio tiempo para tener el billete necesario.
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   De entre las guerreras del club, Rosa Arango alias "La Rosa Negra", era su preferida... No se perdĆ­a una pelea de ella, casi babeaba ante las descomunales tetas de Rosa, asĆ­ como su actitud desestresada y bromista ante un pĆŗblico que la amaba... TambiĆ©n se podĆ­a decir que le fascinaba cuando golpeaba bajo el cinturón... las luchas mixtas de Rosa eran lo mejor... en fin se podĆ­a concluir que era su amor platónico.

   Aquella noche cuando pudo obtener su autógrafo, casi colapsa, y aquella foto  con firma era casi un altar para Ć©l.
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   DespuĆ©s de cada lucha terminaba con una erección y sin poder aguantar hasta su apartamento, se desahogaba en uno de los baƱos del club… Tras una copiosa eyaculación descargaba el sanitario, y expelĆ­a un enmascarado aroma de un pequeƱo spray de olor que llevaba consigo.

   Pero su enferma rutina de masturbación en el club, se vio alterada por dos recientes sucesos.

   El primero fue cuando Rosa combatió en lucha mixta con AndrĆ©s Miraban, su amada perdió, pero adoró su combate, y de alguna forma se excitó aĆŗn mĆ”s con la forma de perder de ella... un puƱo en su enorme teta, fue casi un sueƱo para Julio, el mismo deseó ser aquel hombre y poder golpear la teta de Rosa... como anhelaba tocar esa enorme parte de su querida Rosa; Aquella vez casi se corre en los calzoncillos, presuroso debió ir al baƱo y no paro de jalarse el pene hasta despuĆ©s de 3 corridas, en mĆ”s de una ocasión debió bajar el tono de voz durante su "manoseo", ante la entrada de algĆŗn hombre a orinar... Ni siquiera suspendió la masturbada, cuando un rezagado aficionado casi desfallece en el baƱo tras una colosal expulsión de heces.

   Pero el segundo suceso es el tema desarrollado en este relato:

   Hace unos dĆ­as Julio asistió a la batalla entre Pedro Coronado y Keilor PanamĆ”, Rosa no peleaba ese dĆ­a, pero el morbo de la pelea entre el enano y el puertorriqueƱo le hicieron asistir y entusiasmarse... AdemĆ”s terminó excitado con los golpes bajos entre estos luchadores, no se suponĆ­a que pelearĆ­an desnudos, pero el cambio en las reglas le alegró mucho... Julio imaginaba a Rosa dando cada golpe bajo a esos dos luchadores sin ropa, y eso le calentó…
…MĆ”s aĆŗn cuando la pelea se decidió con un mutuo apretón testicular, el pene de Julio casi suelta la preciada carga blanca, el fanĆ”tico cruzó los muslos logrando a Ćŗltima hora evitar eyacular en pleno asiento.
                                                                     
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   Terminada la velada y con la gente marchĆ”ndose, Julio hĆ”bilmente se escurrió hacĆ­a un baƱo del Ć”rea ejecutiva, evitó los baƱos del pĆŗblico porque  hoy no querĆ­a ser interrumpido en su acto masturbatorio, por un nutrido pĆŗblico en retirada, y seguramente repleto de orina.

   En medio de su faena, escuchó la entrada de alguien al baƱo, pensó que quien ingresó no tardarĆ­a. Pero la persona fue directamente a su cubĆ­culo, tocando de manera insistente, Julio detuvo su acto y se excusó diciendo que estaba ocupado el lugar, pero los golpes en la puerta del cubĆ­culo fueron mĆ”s y mĆ”s fuertes, la persona que golpeaba se identificó como el vigilante de tesorerĆ­a Marcos GarcĆ­a.

   Requerido por una autoridad, Julio subió sus pantalones y abrió la puerta

   Apenas vio al guardia, este le agarró de la camisa y le hizo salir, con fuerza le arrojó al suelo, mientras iba a la puerta del baƱo y colocaba seguro por dentro. Julio se atemorizó ante la situación.

   ā€œQuĆ© demonios haces aquĆ­ eh?, alguna cochinada de seguro, verdad?ā€.

   Julio negó todo, pero el vigilante ya habĆ­a sospechado de Ć©l, todo ese tiempo en el baƱo y ningĆŗn olor fĆ©tido, y ahora que se acercaba nuevamente, si podĆ­a percibir ese aroma caracterĆ­stico a semen… el sujeto le darĆ­a el susto de su vida al joven pervertido.

   Tomado del cuello por alguien mĆ”s fuerte, Julio solo pudo decir: ā€œDĆ©jeme en paz, yo no querĆ­a hacer nada maloā€.

   ā€œEres un enfermo y te voy a enseƱar a no hacer esas porquerĆ­as en este club!ā€.

   El guardia saco su arma y apunto al pecho de Julio, quien se puso pĆ”lido del miedo.

   ā€œNo me haga nadaā€¦ā€.

   ā€œĆbrete los pantalones idiota, Obedece!ā€.

   Sin opción Julio abrió su cremallera, igual hizo a un lado sus calzoncillos ante la nueva orden del guardia, en su miedo Julio no daba para hablar, estaba confundido de que pretendĆ­a el guardia.

   La obvia presencia de semen en el pene e interior, era la prueba reina que querĆ­a ver el guardia… De repente el hombre estiro la mano y agarró los huevos de Julio.

   Asustado al tener su hombrĆ­a cautiva, suplicó: ā€œSuĆ©lteme… dĆ©jemelosā€.

   Con malicia GarcĆ­a apretó las bolas, como si se tratasen de esferas de goma.
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   ā€œAAAAHHHHHHHHHHHHH!!!ā€. Expresó Julio cuando trituraban sus cojones, nunca en su vida le habĆ­a hecho tal cosa, ahora por fin sentĆ­a lo que era el dolor testicular en su mĆ”xima expresión.

   El guardia hasta retorció su escroto para causarle el mayor castigo posible, para Ć©l, asĆ­ aprenderĆ­a aquel pervertido.

   Los ojos de Julio se aguaron rĆ”pidamente y las lĆ”grimas comenzaron a correr.

   ā€œDejameeeeeeeeeee!!!!!!ā€. Gritó Julio quien sentĆ­a sus pelotas casi a punto de explotar, las lĆ”grimas aumentaron llenando sus mejillas, junto a algo de moco que salĆ­a de su nariz, para GarcĆ­a su vista era deliciosa, sentĆ­a felicidad al ver al joven denigrado y suplicante.

   Julio rogó le liberase, su orgullo y dignidad estaban por el suelo.

   Satisfecho de la humillada, Marcos GarcĆ­a por fin liberó sus bolas y Julio de inmediato cayó al piso, el guardia, sonriente y jactancioso, enfundó su arma y dio un leve puntapiĆ© en las piernas del joven, casi despreciĆ”ndole, entonces ordenó:

   ā€œTienes 5 minutos para largarte, y no te quiero ver de nuevo por aquĆ­ enfermo!!ā€.

   El guardia abandonó el baƱo, dejando a Julio sobĆ”ndose en posición fetal, el dolor en sus huevos era tan fuerte que no podĆ­a ni moverse, y asĆ­ permanecerĆ­a por algunos minutos.

   SecĆ”ndose las lĆ”grimas, Julio cerró su pantalón, y dispuso a salir… Pero por algĆŗn inexplicable motivo, el sobar sus testĆ­culos de forma repetida y frotar sobre su pantalón su bulto, le hizo excitarse…
…No entendĆ­a bien lo que le pasaba, pero no pudo aguantarse y bajó una vez mĆ”s su pantalón, para cuando se dio cuenta, su mano le pajeaba una vez mĆ”s.

   Se daba prisa, no querĆ­a que el guardia regresase y ahora mĆ”s enojado le maltratara peor.
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   La eyaculación se produjo, asĆ­ que tomó aire, se vistió y se aventuró a salir con cautela del baƱo… Pero justo al abrir la puerta vio a alguien caminando hacia el Ć”rea administrativa, de inmediato supo que era una mujer, vestĆ­a pantalón jean color negro y un suĆ©ter manga larga de igual color, calzaba ademĆ”s zapatos deportivos… pero cuando Ć©sta doblo el pasillo, pudo verla de perfil... Llevaba puesta una mĆ”scara!

   La curiosidad le hizo avanzar tras la mujer, manteniendo una prudente distancia, logró llegar a la esquina del pasillo, y asomĆ”ndose con prevención, observó cómo ella caminaba hacĆ­a el guardia de seguridad que le habĆ­a agredido, Ć©ste se encontraba de espaldas y claramente la mujer iba en pos de sorprenderle por detrĆ”s… Era esto alguna broma?, no tenĆ­a como saberlo.

   Julio no sabĆ­a quĆ© hacer, esa enmascarada, que pretendĆ­a?, la velocidad de los acontecimientos, ni siquiera le permitió evaluar si debĆ­a o no advertir al guardia.
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   De repente se escuchó un ruido, el guardia caminó mĆ”s adelante, hacia dónde parecĆ­a provenir Ć©ste, se notaba que el hombre estaba extraƱado y no ubicaba el sonido, Julio pudo ver como la mujer con sigilo y por detrĆ”s, le puso la emboscada!, aceleró los pasos y lanzó una fuerte patada contra la entrepierna del guardia.

   Julio a quien los huevos le dolĆ­an bastante, arrugó el rostro al ver como ese zapato deportivo se estrellaba contra la zona baja del guardia, quien de inmediato grito de dolor.

   ā€œAAHHHH!!ā€. Expresó el hombre quien cayó de rodilla cubriendo sus pelotas, la enmascarada de un movimiento le quito el arma. Ahora armada era mucho mĆ”s peligrosa…Julio pensó en correr en dirección opuesta y no parar hasta salir del club, pero por algĆŗn motivo permaneció observando la situación. 

   Pudo ver como el guardia se abrazó contra las piernas de la mujer, sin duda querĆ­a evitar que le rematara, pero Ć©sta se mostró hĆ”bil y sin siquiera inmutarse le dio con la base de la palma en la nariz…
…GarcĆ­a enseguida la soltó y terminó boca arriba en el piso… acto seguido el hombre adoptó la posición fetal; Fue cuando la enmascarada saco algo de un bolsillo y lo colocó en la parte posterior de la cabeza del sujeto, entonces Ć©ste comenzó casi a convulsionar…Julio supo que era un arma elĆ©ctrica y que el guardia estaba acabado. Un rato y ya no se movió mĆ”s

   El corazón de Julio no paraba de latir, casi brincaba ante el estrĆ©s de contemplar tan situación… hasta se agarró las pelotas!, el agredido era el guardia pero Ć©l temĆ­a  por su seguridad, y por instinto cubrió lo mas preciado para el… su lastimada Ć”rea gonadal.

   Presto a huir, logró ver como la mujer avanzó unos pasos y regreso un instante despuĆ©s... traĆ­a un telĆ©fono en la mano, al parecer aquello fue lo que provocó el ruido que distrajo al guardia… la enmascarada planeo bien su ataque.

   La mujer comenzó a arrastrar el cuerpo de GarcĆ­a en dirección a Julio quien fue Ć”gil, y se ocultó en el baƱo…
…Casi le da un infarto cuando la mujer ingresa tambiĆ©n al baƱo con el inconsciente sujeto…para su fortuna Ć©l ya estaba atrincherado y fuera de la vista de quien ingresaba.

   Oculto en un cubĆ­culo del baƱo, pudo presenciar a travĆ©s de una rendija, como la enmascarada arrastraba al guardia de seguridad sin sentido justo al centro del baƱo, le ataba y colocaba cinta adhesiva en la boca… su corazón palpitó con fuerza del susto y casi se le salĆ­a por la boca… Pero paradójicamente se concentró en detallar a la mujer, era joven y tanto sus pechos como trasero eran de tamaƱo medio, a pesar de estar enmascarada juraba que debĆ­a ser linda de rostro. 

   Apenas la mujer salió de escena, Julio esperó un rato, finalmente se aventuró a dejar el cubĆ­culo, se acercó al guardia, lo observó un momento, sintió que habĆ­a recibido su merecido por apretarle las bolas y humillarlo… pero mirando su entrepierna, sintió lĆ”stima por Ć©l, Julio sabĆ­a de primera mano lo que dolĆ­a esa parte, y esa noche no se lo deseaba ni a su peor enemigo.
   Por fin Julio dejó el baƱo y huyó, no querĆ­a involucrarse en lo que sea que pasaba, y menos ser pillado por algĆŗn criminal o por la policĆ­a, en un baƱo masturbĆ”ndose… ademĆ”s que tal si todo este asunto terminaba en un tiroteo, aquella mujer estaba ahora armada, si es que no lo estaba desde antes.

   El camino a casa fue largo y su mente divagó en muchos temas… incluso pensó que aquella mujer enmascarada era interesante, linda de seguro, y peligrosa, nada mal para ser admirada por un chico como Ć©l… pero claro  al final su idea no pasó a mayores, ya que aquella chica no se comparaba a su amada Rosa… igual de peligrosa y de pechos gigantes… justo al llegar a casa, el pensamiento de Rosa le provocarĆ­a una nueva erección.

   Ya terminada la anĆ©cdota deben saber que mĆ”s cosas le sucederĆ”n a Julio, pues en poco tiempo su mĆ”s ansiado sueƱo se harĆ” realidad… Encontrarse y charlar frente a frente con su amor platónico, La Rosa Negra.

FIN.


Gracias.

Comentarios a  zatniktiel@hotmail.com

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