El Protex3000 (1/5) - Las Bolas de Pablo

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2 may 2019

El Protex3000 (1/5)


CONTIENE:
BALLBUSTING MUJER/HOMBRE

   Marcos ChacĆ³n ya se estaba planteando sus aƱos de jubilaciĆ³n, tenĆ­a muchos aƱos trabajando para una empresa constructora comenzando a ocupar el cargo mĆ”s bajo e ir escalando con el paso de los aƱos, comprĆ³ unas acciones siendo parte de la junta directiva, sumĆ³ a su sĆ­ntesis curricular como arquitecto el cargo de presidente de esa constructora y posteriormente el de vicepresidente. Pero ya estaba planteando sus aƱos para el retiro del trabajo que desempeĆ±Ć³.


   Tras escuchar varias propuestas y recomendaciones decidiĆ³ inaugurar una tienda dedicada a la rama del deporte, con anterioridad inaugurĆ³ una de ropa que administraba su esposa pero retomando el tema fundĆ³ dentro de un centro comercial la tienda LĆ­der.



   El local fue equipado con balones de fĆŗtbol, bĆ©isbol, baloncesto, trofeos, uniformes y demĆ”s enseres deportivos hasta que una tarde su amigo Manuel llegĆ³ al local con una novedad.



   —Es el protector testicular Protex3000, la ultima gama para evitar los golpes mĆ”s bajos en boxeo, fĆŗtbol o lo que quieras. Y hombres como tĆŗ saben lo que eso duele —agregĆ³ con una sonrisa.



   Marcos afirmĆ³ con la cabeza pasando sin darse cuenta el dedo Ć­ndice por el dibujo de sus grandes cojones que le abultaban el pantalĆ³n.



   —Decidido, lo compro —indicĆ³ Marcos convencido.



   —Es lo Ćŗltimo en el mercado —corroborĆ³ Manuel.



   Marcos afirmĆ³ con la cabeza y decidido a comerciar con el producto y llevar a la cĆŗspide su local comercial una tarde invitĆ³ a su hijo SimĆ³n a la grabaciĆ³n de un infomercial auspiciando el protector inguinal. El set habĆ­a sido convertido en un gimnasio de peleas.



   SimĆ³n estaba sentado ante una mesa leyendo toda la informaciĆ³n del Protex3000. El apuesto rubio estaba con las piernas separadas por lo que su abultada hombrĆ­a salĆ­a a relucir. Era un apuesto papi de 36 aƱos cuyas pelotas fabricaban preciosa y nutritiva lefa ademĆ”s de ser grandes, pesadas y frĆ”giles. Su pene tambiĆ©n era grueso y majestuoso.



   Su padre se acercĆ³ a Ć©l pidiĆ©ndole que leyera las lĆ­neas para el infomercial y que luciera perfecto como modelo de la empresa.



   SimĆ³n sonriĆ³.



   —Ella es SofĆ­a —indicĆ³ Marcos ChacĆ³n.



   Era una guapa morena que grabarĆ­a el video con SimĆ³n para demostrar que el protector era de calidad. La profesiĆ³n de la muchacha era kickboxer.



   SimĆ³n cambiĆ³ su vestuario para interpretar a un entrenador de pelea. Se detuvo ante la cĆ”mara quien comenzĆ³ a enfocar su parlamento hablando de la protecciĆ³n que todo hombre necesitaba y para ello y todo lo demĆ”s existĆ­a el Protex3000 fabricado con titanio flexible.



   —Y de esta manera tus futuros hijos lo agradecerĆ”n —terminĆ³ su diĆ”logo SimĆ³n dando media vuelta para quedar frente a la mujer.



   SofĆ­a pateĆ³ las huevos de SimĆ³n con toda la fuerza que pudo reunir. Su empeine chocĆ³ con los testĆ­culos embistiĆ©ndolos contra su cuerpo y haciĆ©ndolo gritar de agonĆ­a.



   El chillido agudo de SimĆ³n se hizo eco en el set de filmaciĆ³n, Ć©l se doblĆ³ y apretĆ³ su entrepierna, con el rostro contraĆ­do de dolor.



   —¿QuĆ© pasa, SimĆ³n? —inquiriĆ³ Marcos ChacĆ³n con el rostro fruncido.



   —Justo en los dos —murmurĆ³ reajustando la taza dentro del Ć”rea donde quedaron apretadas sus grandes pelotas, la concha era pequeƱa para el tamaƱo de sus testĆ­culos quizĆ”s ahĆ­ estaba el fallo—. Volvamos a repetir la escena.



   El camarĆ³grafo asintiĆ³ con la cabeza, a pesar del fastidio de volver a grabar. SimĆ³n esperĆ³ unos minutos para repetir su publicidad al protex3000, y cuando concluyĆ³ el diĆ”logo mirĆ³ como SofĆ­a echĆ³ su pierna hacia atrĆ”s y lanzĆ³ una patada que hizo destrozo entre sus muslos, haciendo crujir sus tiernos huevos y aplastando su impresionante bulto en el short inutilizando el protector inguinal.



   La mandĆ­bula de SimĆ³n cayĆ³ y sus ojos se abrieron de par en par. DejĆ³ escapar un suspiro y lentamente se doblĆ³, sus rodillas se encontraron—. Eso me doliĆ³ —susurrĆ³ con voz tensa.



   SofĆ­a emitiĆ³ una sonrisa entremezcla de simpatĆ­a y burla.



   SimĆ³n sonriĆ³ dĆ©bilmente, masajeando su dolorosa entrepierna haciendo a un lado la concha, era estĆŗpido quejarse asĆ­ frente a una mujer teniendo un protector de bolas.



   —Estoy seguro que con esta repeticiĆ³n todo va a quedar.



   —¡SimĆ³n! —el llamado sonĆ³ como un reproche de su padre.



   —Hagamos algo —indicĆ³ el camarĆ³grafo—. Grabemos tu diĆ”logo y en otra secuencia el golpe.



   SimĆ³n afirmĆ³ con cara de color.



   AjustĆ³ la taza guardando muy bien sus bolas y con asombrosa dramatizaciĆ³n supo compartir empatĆ­a en su diĆ”logo de promociĆ³n.



   El empeine de la luchadora hizo contacto con la taza de titanio que resultĆ³ inĆŗtil al aplastar las gĆ³nadas de SimĆ³n contra su cuerpo.



   Los ojos del conductor de TV se abrieron de par en par y se cruzaron al instante. Hubo un momento de silencio absoluto antes de que soltara un grito desgarrador, doblando y saltando arriba y abajo, chillando en agonĆ­a.



   La muchacha lo mirĆ³, con una sonrisa orgullosa en su rostro aunque le era extraƱo que esa concha no resguardara con efectividad aquĆ©llos testĆ­culos. Aunque sabĆ­a la inmensidad del bulto del conductor.



   Le tomĆ³ un minuto o dos hasta que SimĆ³n estaba listo para continuar.



   Iba a grabar otra promociĆ³n con un diĆ”logo diferente.



   —Todo hombre necesita protecciĆ³n en el deporte. Un golpe bajo puede acabar con tu carrera, orgullo y dignidad. Es por eso que hoy traemos para ti el nuevo Protex3000: un protector inguinal construido con titanio flexible que cubrirĆ” todos los daƱos causados en deportes de contacto. Usa protex3000 y tus futuros hijos lo agradecerĆ”n.



   El sonido del pie de SofĆ­a chocando con las bolas protegidas de SimĆ³n fue seguido inmediatamente por un rugido angustiado.



   —Eso sonĆ³ bastante feo —dijo SofĆ­a mientras observaba al hombre tratando de evitar el dolor. DespuĆ©s dĆ”ndose cuenta se cubriĆ³ la boca con las manos habĆ­a daƱado el flime con su voz.



   Y Marcos tambiĆ©n se estaba molestando con las repeticiones.



   Y SimĆ³n se sentĆ­a ridĆ­culo de quejarse como una niƱa usando un protector de testĆ­culos y siendo golpeado por una fĆ©mina.



   En la segunda repeticiĆ³n del nuevo infomercial SofĆ­a le dio una patada a las gĆ³nadas tan fuerte como pudo, levantando a SimĆ³n del suelo y haciĆ©ndole gritar de dolor.



   El rostro de SimĆ³n rebelo angustia cuando se encogiĆ³ y saltĆ³ de arriba a abajo, aullando en agonĆ­a.



   —Es inĆŗtil, SimĆ³n —indicĆ³ Marcos completamente rabioso. Entre sus manos sostenĆ­a el protector palpando lo fuerte y resistente que se sentĆ­a.



   SimĆ³n caminĆ³ hacia un rincĆ³n mientras bajaba su short y acunaba sus bolas en su mano.



   Estaban rojas y muy hinchadas.



   GimiĆ³, tentativamente apretando las orbes hinchadas antes de dejar escapar un grito de angustia. Arriba estaba su pene enorme, un trozo grande y jugoso de carne con un tronco grueso y largo y una cabeza bulbosa. Incluso en su estado de flacidez se veĆ­a muy impresionante.



   SacudiĆ³ su polla un par de veces, dĆ”ndole una dureza total en segundos.



   SofĆ­a que detallĆ³ los movimientos en el brazo del hombre expresĆ³ con ironĆ­a:



   —Apuesto a que el tronco se derrumbarĆ” en segundos.



   SimĆ³n se echĆ³ a reĆ­r, dejando caer su pesado miembro.



   Sin haberselo esperado recibiĆ³ una patada desde atrĆ”s de parte de SofĆ­a.



   Las bolas de SimĆ³n rebotaron dentro del escroto absorbiendo el impacto porque le habĆ­an removido el Protex3000. GritĆ³ de dolor. Su pene se balanceĆ³ sin perder dureza, mientras tropezaba hacia atrĆ”s, agarrando sus bolas.



   SofĆ­a se llevĆ³ las manos a la boca cuando se percatĆ³ que el protector resbalĆ³ de una mano de SimĆ³n con el impacto.



   Marcos ChacĆ³n que contemplĆ³ la escena abriĆ³ la boca preocupado.



   —Que bueno que ya SimĆ³n me dio nietos —dijo cĆ³micamente.



   —Espero que me perdones —pidiĆ³ SofĆ­a—, creĆ­ que tenĆ­as puesta la concha.



   SimĆ³n tenĆ­a los ojos cerrados, la boca abierta y la cabeza echada hacia atrĆ”s cayendo de rodillas, agarrando sus bolas.



   La pateadora lo mirĆ³, riĆ©ndose.



   SimĆ³n gimiĆ³ de dolor.



   —Por hoy hemos culminado —intervino Marcos ingresando al set—. Con las grabaciones que tenemos estoy seguro que los tĆ©cnicos lograrĆ”n un buen montaje. Muchas gracias, SofĆ­a.



   La chica sonriĆ³ y se apartĆ³ del camino. Marcos mirĆ³ con desaprobaciĆ³n a SimĆ³n, si querĆ­a Ć©xito en su nuevo negocio iba a pedirle que resistiera las prĆ³ximas grabaciones.

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