BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Marcos Chacón se pasó la mano por el cabello y exhaló profundamente. Cerró los ojos y contó hasta diez.
Estaba furioso.
Era un señor apuesto, bastante alto, con un cuerpo cuidado para su edad y con una gran polla y pelotas que creaban un bulto muy impresionante dentro de su pantalón, misma herencia genética que heredó a sus hijos y todas sus generaciones de hombres.
Marcos volvió a abrir los ojos y miró al techo. HabĆa fundado una empresa de artĆculos deportivos y estaba elaborando infomerciales para los medios de comunicación promocionando un protector inguinal y Simón era la imagen de la tienda deportiva y del protector testicular.
āIntentarĆ© soportar los golpes ādijo Simón con una sonrisa comprensivaā. Pero en la Ćŗltima oportunidad el protector no funcionó o quizĆ”s yo no estaba preparado.
Su padre le habĆa pedido que soportara los golpes usando el Protex3000 por el bien de la empresa y por la inversión que hizo al adquirirlos.
āAh, ya llegó Eladio āindicó Marcos acercĆ”ndose al joven futbolista que hacĆa su entrada al sitio de grabación.
Eladio era reconocido en el mundo del fĆŗtbol por ser el capitĆ”n del equipo en la selección nacional y en este blog por ser un miembro mĆ”s de los peloteros. Era uno de los tipos mĆ”s populares del deporte. Se presentó con una sonrisa ganadora, una cara bonita, un cuerpo inmaculado y un gran sentido del humor. HabĆa ganado innumerables trofeos con el equipo de fĆŗtbol nacional y local.
Se paró frente a Simón oyendo todas las instrucciones de la grabación y pareció interesado en adquirir algunos protectores por el bienestar de sus grandes pelotas.
Cuando todo estuvo a la orden cada quien ocupó sus posiciones y la grabación dio inicio con el parlamento de Simón vistiendo como todo un futbolista cuando el diÔlogo culminó fue el gran momento de Eladio.
El afamado deportista levantó el pie entre los muslos de Simón. Su empeine chocó con los gordos testĆculos de Simón guardados en aquella defectuosa taza de titanio flexible aplastĆ”ndolos contra su cuerpo con un fuerte sonido.
Los ojos de Simón se agrandaron y dejó escapar una tos seca.
Eladio arrugó el ceño cuando Simón se dobló, dejando escapar un gemido sibilante.
Otra vez acercó una patada a la entrepierna de Simón y aplastó sin preocupación sus huevas sacÔndole un gemido de angustia.
Simón chilló de dolor agarrando su entrepierna.
Marcos Chacón dio una patada al suelo sintiéndose furioso.
āCreo que... No lo ajuste bien āalegó Simón mintiendo por el bien de la inversión económica de su progenitor. Soltó un triste lamento acomodando sus grandes albóndigas dentro de la incontenible taza protectora.
Se tambaleó hacia adelante, su rostro estaba contorsionado de dolor.
DespuĆ©s de un tiempo se reanudó la grabación y Eladio estrelló otra patada precisa en los testĆculos de Simón, chocĆ”ndolos contra su pelvis.
Simón se atragantó y tosió. Jadeó por aire. Trató de decir algo, pero todo lo que salĆa de su boca era baba y mas baba, continuaba soportando el terrible dolor genital.
Le dolĆan los huevos, le dolĆan los abdominales, le dolĆan los riƱones, le dolĆan todas las fibras de su cuerpo. Irónicamente, su polla gorda se habĆa engrosado con una erección furiosa que estaba encajada entre su cuerpo y la concha de protección.
Jadeaba intentado respirar, medio doblado y con las bolas comenzƔndose a hinchar.
Se detuvo la grabación, aquella parte habĆa resultado un Ć©xito. Simón se acurrucó, juntando sus doloridas bolas y jadeando para respirar. Su garganta estaba adolorida y con un sabor vil en su boca. Tosió y gimió de dolor.
Ā”Y como le dolĆan las enormes huevas!
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