Generacion Chacon (1/3): Cuestión de genética familiar - Las Bolas de Pablo

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23 may 2019

Generacion Chacon (1/3): Cuestión de genética familiar


CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE Y MUJER/HOMBRE
SEXO HETEROSEXUAL

   Rafael es el hijo mayor de Israel Chacón, para el año 2019 su edad es de 12 años pero para esta serie titulada Generación Chacón será basada en un pequeño salto en el tiempo de los hijos de los principales personajes, en esta primera entrega Rafael, a quien se le aumentará la edad en salto de tiempo a los 28 años e inicia de este modo:


   Rafael  miró su reloj antes de entrar al bar. Eran las 10:20 de la noche. El rubio era increíblemente atractivo y en más de una ocasión le habían dicho que tenía mucho parecido con su padre, él no encontraba mucha similitud en las viejas fotos de facebook, quizás el mayor parecido estaba en sus gustos por las mujeres o por el gran tamaño de sus testículos heredados de él y que a su vez él había regalado a su hijo que contaba con apenas 3 años.


   Penetró en el bar y tanteo con la mirada, sus ojos vagaban de una mesa a otra hasta que un brazo femenino se agitó llamando su atención, sí, allí estaba la chica que su primo Vicente le había establecido para una cita a ciegas, eran tan bromista su primo que quiso seguirle el juego en su disparatada idea.


   Ocupó la mesa ante la atractiva muchacha de cabellos castaños y comenzaron a hablar. Rafael en seguida se sintió atraido por aquellos labios grandes y gruesos, la piel blanca y su desenvoltura e interés en la comunicación. Ella era abogada y como meta deseaba ser juez, así que tenía propósitos.


   Rafael sonrió, por su parte siguió los pasos de Israel hasta convertirse en odontólogo, como afición familiar de dedicarse a un deporte en su tiempo libre jugaba béisbol, desde pequeño.


   Ella, Julia, no practicaba ningún deporte, pero cuando estuvo de novia, hace mucho tiempo atrás, disfrutaba del fútbol.


   —Tengo entendido que son familia de Lucas Chacón.


   Rafael afirmó con la cabeza.


   —Es uno de esos primos segundos, terceros, ya no recuerdo qué.


   —Tuvo muy buen desempeñó en el mundial pasado.


   —Sí —afirmó con la cabeza Rafael.


   —Mi sobrino lo adora, un día de estos promete que lograrás que se tome una foto con él y le firme la camiseta del equipo.


   —¿Así lo crees? Lo intentaré. Al pobre Lucas ya se le vence la edad en el fútbol, ya dio lo que tenía que rendir.


   Ambos se rieron.


   —Pero es una gloria nacional —indicó Julia.


   Con eso continuaron bebiendo hasta altas horas de la noche, coqueteando de un lado a otro con Rafael y este colocando una mano en el muslo de Julia.


   Cuando dio la medianoche Julia dijo que ya tenía que irse a casa. Rafael se inclinó hacia delante y le susurró:


   —O simplemente podrías venir a mi departamento.


   Julia sonrió como respuesta y, con eso, se fueron hasta el apartamento de Rafael. Una vez allí, Rafael llevó a Julia abrazada a su habitación, la acostó y se inclinó para besarla. Besos largos y profundos llenos de pasión... El hermoso rubio presionaba su cuerpo contra el de la guapa abogada, se estaban explorando hasta que Rafael rompió el beso.


   —¿Oíste un ruido? —interrogó Rafael.


   Ambos se miraron a los ojos hasta y un sonido desde la puerta de entrada llegó a sus oídos.


   Rafael dio un resoplido.


   —Es Vicente —sonrió Julia.


   —Está loco, es más de la medianoche.


   —Quiere hablar contigo.


   —¡Brrr! Iré a atenderlo.


   Con eso, se levantó de la cama y salió por la puerta teniendo que ajustar su polla dura como roca y claramente visible en su ajustado jeans. Julia se recostó admirando el culo de Rafael mientras salía de la habitación. Se acarició los senos mientras él volvía.


   Rafael salió y se dirigió a la sala de estar donde abrió la puerta encontrándose con Vicente el hijo mayor de su tío Simón. Alto, delgado y de cabellos rubios, era un muchacho vivaracho de actitud inmadura.


   —Gran idiota, te estoy llamando desde temprano para saber cómo te fue en la cita de Julia. Ya no encuentro la manera de contactarte.


   —Has silencio, tarado, ella está aquí. No quiero que nos molestes. Puedes marcharte ya.


   Vicente notó el evidente bulto en el pantalón de Rafael.


   —Y parece que están en plena faena, ¿eh, Rafa? Lo sabía Julia es una ninfómana de primera. EH, JULIA, ANDAS RUIN.


   Con la mano Vicente lanzó una palmada a la entrepierna de su primo. 


   —¡¡¡Bastardo!!!


   Vicente se echó a reír mientras Rafael se hundía en el suelo gimiendo, con la mano enterrada entre sus piernas.


   Julia escuchó lo que sonaba como un gemido desde afuera y decidió ver lo que sucedía. Salió para encontrar a Vicente parado sobre Rafael intentando presionar el pie sobre sus bolas. Abrió la boca sorprendida detallando aquella genuina broma entre primos, que se sabía, tenían los testículos grandes y por ende se lastimaban. Lentamente se arrastró detrás de Vicente. Rafael levantó la vista y la miró, le sonrió por un momento y luego volvió a concentrarse en proteger sus huevos de los pies de su primo.


   Julia justo detrás de Vicente le dio un golpecito en el hombro. Vicente se dio la vuelta y sorprendido recibió un rodillazo entre sus piernas.



   Se hundió en el suelo con un grito ahogado.


   Tras eso, la joven le ofreció una mano a Rafael ayudándolo y dándole un beso en los labios. Rafael pasó la mano por la espalda de Julia, acariciando hacia abajo hasta que agarró firmemente su trasero.


   —Nena, este tonto te llamó ninfómana. Creo que deberíamos enseñarle una lección.


   —Así es —corroboró la muchacha—, a mi nadie me llama así al menos que sea el tipo que me gusta.


   Julia se rió y fue detrás de Vicente. Agarró sus brazos y los echó detrás de él, Vicente intentó zafarse y aunque pudo liberarse del agarre de Julia, no pudo actuar deprisa por el paralizante dolor de ingle, Rafael con cautela abrió sus piernas en forma de V.


   Así estrelló una patada contra el paquete de Vicente, estrellando los huevos contra su pelvis.


   Vicente instantáneamente gritó y se echó hacia adelante, y Julia renovo el agarre de brazos, así que el sobrino favorito del tio Pablo comenzó a gemir.


   Rafael se rió y le regaló otra patada. Vicente gritó y empujó la cadera hacia arriba. Tanto Rafael como Julia se echaron a reír mientras Vicente gemía. Julia soltó los brazos de Vicente, dejándolo caer y acurrucarse en posición fetal con las manos enterradas en su entrepierna. Ella se levantó de un salto y corrió hacia Rafael.


   Lo empujó hacia adelante por la cintura de su jeans, presionando sus cuerpos uno contra el otro, luego movió una mano alrededor de Rafael, agarrando su trasero mientras su otra mano recorría la espalda agarrando la parte posterior de su cabeza para sellar un beso largo.


   Luego miraron a Vicente, Rafael lo levantó sosteniendo sus brazos detrás de su espalda mientras Julia estaba de rodillas frente a la entrepierna de Vicente. Ella lamiendo sus labios, deslizó sus manos por las piernas del hombre hasta que descansaron en la cintura de su pantalón.


   —Ya que estás de rodilla, besame los huevos, nena —bromeó Vicente con una áspera voz.


   La descarada Julia le guiñó un ojo.


   Rafael intervino rápidamente.


   —Me estoy poniendo muy celoso.


   Julia se rió y sonrió dulcemente a Rafael y volvió a centrar su atención en Vicente enganchando su mano en la cintura del pantalón. Lentamente los deslizó por las piernas de Vicente cayendo al suelo, al momento que Julia vio el paquete de Vicente completamente descubierto, se quedó boquiabierta y simplemente miró a Vicente, luego a Rafael y luego a Vicente una vez más.


   —¿Impresionada? —Vicente se rió sacudiendo su cadera ligeramente haciendo que su polla oscilara hacia adelante y atrás—. Es cuestión de genética familiar.


   Julia se levantó de un salto y le dio otro beso a Rafael, agarró a Vicente por su polla y comenzó a acariciarla lentamente a lo largo de la misma.


   Rafael colocó sus manos en la cadera de Julia, palpando su cintura, yendo hacia adelante y bailando a través de la entrepierna de la bella mujer, recorriendo la espalda y rastreando a tientas el pequeño y apretado trasero. Se inclinó apoyando sus suaves labios contra la curva del cuello de Julia, besándose por toda esa zona.


   La polla de Vicente se puso dura como piedra en las manos de Julia. Ella comenzó a gemir, sus ojos se cerraron, con la cabeza mirando hacia arriba, perdida en el placer de los besos de Rafael. Rafael estaba empezando a gemir y susurrar cosas al oído de Julia. La otra mano de Julia se disparó hacia adelante envolviendo el escroto de Vicente. Echándolo hacia abajo para que sus bolas se presionasen.


   La mano de la muchacha se movió hacia abajo, dejando los cojones en la palma y cerrándola su alrededor de ellas. Aplastando las grandes piezas carnosas. Dando un fuerte apretón presionando con fuerza en las bolas de Vicente y haciéndole gritar. Su mano aún estaba acariciándole la polla. Presemen había comenzado a escaparse del miembro de Vicente lubricándola, haciendo que los movimientos de caricia se sintieran aún mejor para él.


   —Cariño, necesito follarte ahora —susurró Rafael al oído de Julia.


   —No te preocupes, tu primo acabará en un segundo y luego puedes follarme aquí en el suelo.


   Con eso, los movimientos de Julia se hicieron aún más rápidos y su mano se cerró más fuerte sobre las huevas de Vicente.


   —Oh...


   Fueron las palabras finales de Vicente, su polla disparó lo que debe haber sido un galón de semen. Derramando por todo el piso y por toda la ropa de Julia. Las rodillas de Vicente se doblaron y Julia lo soltó dejándolo caer de espaldas, Vicente se mantuvo acurrucado, cubierto de lefa.


   Julia colocándose frente a Rafael comenzo a quitarse la camisa, dejando su perfecto pecho al descubierto. Julia luego lo besó en los labios y a lo largo de su cuello. Rafael le agitó los pezones duros con su lengua logrando que Julia se quedase sin aliento. Luego ella continuó sus besos por los abdominales de su macho, a lo largo de su ombligo, donde luego alcanzó la cintura de su pantalón, los derribó con un movimiento rápido, revelando un par de calzoncillos azules y ajustados, que parecían que apenas podían contener al miembro tan grande. Julia se los quitó también, luego comenzó a besar y lamer la hermosa polla. Rafael estaba gimiendo y jadeando de placer hasta que sintió que se acercaba al borde. La sensación de los gruesos labios de Julia envueltos alrededor de su polla, deslizándose a lo largo del miembro usando su lengua para provocar la punta, lo estaba volviendo loco.


   —Cariño, debes parar, quiero follarte ahora.


   —Hazlo ya —respondió Julia.


   En el momento en que Julia fue despojada completamente de su ropa, él la llevó al borde del sillón y comenzó a penetrarla.


   —¡Oh! Estás tan apretada, eso me encanta —era la emoción de Rafael cuando la cabeza de su polla finalmente pasó la barrera de su vagina.


   Julia se limitó a reír y jadear por poco se quejaba.


   Rafael la besó en los labios mientras que su polla se hundía más en ella. Julia comenzó a moverse hacia arriba y abajo con la polla gigante dentro de ella.


   En ese momento, Vicente finalmente había encontrado suficiente energía para salir de la habitación. Cuando se puso de pie, la mano de Julia se lanzó hacia adelante y se envolvió alrededor de sus bolas. Con un fuerte tirón, Vicente fue devuelto al suelo.


   La respiración de Rafael comenzaba a acelerarse a su punto más álgido. La polla de Vicente ahora estaba dura otra vez y los tres respiraban rápido y gimiendo: Rafael y Julia con placer, Vicente con dolor. Rafael cambio de posicion y se sentó, besó a Julia y llevó sus manos a su cadera, empujando hacia abajo mientras movía su cuerpo hacia arriba en un largo movimiento, descargando su semen en el interior de Julia.


   —Preciosa, esto fue increíble —dijo mientras sacaba su polla cubierta de semen del cuerpo de Julia.


   Ambos se trabaron en un beso apasionado.

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