CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Brake se quedĆ³ estupefacto cuando otro varĆ³n ingresĆ³ a su aposento. Fue una sorpresa recibir al ciudadano que ahĆ se presentaba de facciones crueles.
Brake pertenecĆa a esa honorable raza de Orinocos que custodiaban las gemas que salvarĆan a la humanidad de las tinieblas. Su cuerpo era fuerte y grueso.
—¿QuĆ© estĆ”s buscando aquĆ? —inquiriĆ³.
—Vine con la misiĆ³n de buscar la piedra —dijo el otro hombre—. Entregala por las buenas, no quiero herirte.
Brake negĆ³ muy decidido con la cabeza.
—Por las buenas no te la entregarĆ©. TendrĆ”s que matarme.
—SĆ© muy bien como derrotar a un orinoco.
—¿A caso eres un Atlante? ¿De los hombres del mal?
Quien lo desafiaba era Garbok, enviado de la oscuridad para robar la piedra que llevarĆa la fuerza maligna al poder. Era un guerrero de cabellos negros y cuerpo musculoso. Fue bendecido por una gran polla y un par de bolas enormes.
Garbok no perdiĆ³ el tiempo. LevantĆ³ el pie entre las piernas de Brake, apuntando a sus testĆculos.
Pero el Orinoco saltĆ³ a un lado y golpeĆ³ el pie de Garbok, respondiendo con un fuerte golpe en la mandĆbula que hizo que el atlante tropezara hacia atrĆ”s, gruƱendo de dolor.
TeniĆ©ndolo en el suelo el pie de Brake aplastĆ³ las bolas de Garbok, pisoteando sus pelotas contra su cuerpo y haciendo que soltara un gruƱido de sorpresa que se convirtiĆ³ en un gemido angustiado cuando se doblĆ³ de dolor.
—La esmeralda no caerĆ” en el mal —asegurĆ³ el protector Orinoco.
Garbok gruĆ±Ć³— Eres un buen luchador, ¿eh?
—¿Sorprendido? —Brake sonriĆ³—. Es mejor que te marches.
Garbok se encogiĆ³ de hombros, apretĆ³ sus puƱos sonriendo a Brake—. PensĆ© que dejarĆas que otros lucharan por ti.
Antes de que Brake tuviera oportunidad de responder, Garbok se abalanzĆ³ hacia Ć©l, apuntando un fuerte golpe a su cara.
Su ataque funcionĆ³. El puƱo chocĆ³ en el rostro de Brake, haciendo que gritara de dolor. CayĆ³ de rodillas, agarrando su cabeza.
El Orinoco se quebrĆ³ de rabia.
—¿Donde estĆ” la piedra esmeralda?
Brake dejĆ³ escapar un gemido gutural y levantĆ³ su puƱo entre los muslos de Garbok, comprimiendo los huevos chocandolos en su cuerpo.
Los ojos de Garbok se agrandaron y dejĆ³ escapar una tos seca.
De pie, Brake le dio un fuerte puƱetazo a sus musculosos abdominales, haciendo que el Atlante diera un gruƱido de dolor.
El protector Orinoco agarrĆ³ los hombros de Garbok y levantĆ³ su rodilla entre los muslos, aplanando sus bolas.
Garbok dejĆ³ escapar un grito de angustia, tratando de alejarse de Brake, pero el guerero siguiĆ³ con otro fuerte rodillazo contra los preciosos testĆculos de Garbok.
Una y otra vez, la rodilla de Brake encontrĆ³ las bolas de Garbok, aplastando sus frĆ”giles cojones en su cuerpo y provocando todo tipo de ruidos en Ć©l.
Brake entregĆ³ una Ćŗltima rodilla dura a las bolas de Garbok antes de empujarlo al suelo donde se acurrucĆ³ gimiendo de dolor.
Brake se quedĆ³ pasmado cuando en su aposento se presentĆ³ otro gladiador que estaba de pie, mirando a Garbok que se retorcĆa de dolor. Era un hombre de cuerpo grande, pesado y musculoso. De cabellos largos y facciĆ³n cruel. Usaba una truza oscura.
—¡¿QuĆ© diablos?! —se preguntĆ³ Brake—. ¿Otro Atlante en mi dominio?
El visitante abriĆ³ la boca para decir algo, pero Brake lo detuvo agarrando sus enormes huevas con ambas manos y apretando con fuerza.
La cara del atlante intruso se contrajo de dolor cuando las puntas de los dedos de Brake se clavaron en sus carnosas bolas. Su boca se abriĆ³ y cerrĆ³, haciĆ©ndolo parecer un pez fuera del agua, mientras sus ojos se humedecĆan y perdĆan la concentraciĆ³n.
—Pensaste que podĆas joderme, ¿eh? —gruĆ±Ć³ Brake, aplastando y retorciendo las carnosas pelotas con sus propias manos—. ¿TĆŗ y cuĆ”ntos atlantes vendrĆ”n a buscar la esmeralda? Puedo contigo y todos los que se aparezcan.
El intruso dejĆ³ escapar un lastimoso chillido agudo, sus ojos se cruzaron, y su pene se moviĆ³ violentamente.
Brake gruĆ±Ć³, soltando las bolas del intruso, dĆ”ndole la vuelta y tirĆ”ndolo al suelo.
El atlante aterrizĆ³ a cuatro patas, gimiendo de dolor. Antes de que tuviera oportunidad de agarrar sus dolorosas gĆ³nadas, Brake lo desnudo y buscĆ³ entre sus muslos por detrĆ”s, agarrĆ³ su dura polla y la tirĆ³ hacia atrĆ”s, aplastando los carnosos testĆculo contra sus piernas y entre la dura polla.
El intruso soltĆ³ un gemido cuando Brake apretĆ³ el puƱo y lanzĆ³ un golpe devastador a la cabeza brillante de la polla retorcida.
Brake sonriĆ³, doblando el miembro duro del atlante.
Las bolas del atlante estaban aplastadas contra su cuerpo y Ć©l estaba arrodillado en cuatro patas, con el rostro contraĆdo de dolor. La sensaciĆ³n desconocida y la fricciĆ³n hicieron que su polla se contrajera y palpitara violentamente.
De repente, una violenta corrida cremosa abandono la polla del intruso chocando contra la cara de Brake. Fue seguido por un segundo y un tercer chorro de esperma que se disparĆ³ directamente a los ojos abiertos del protector Orinoco, que lo hizo gritar de sorpresa.
El cuarto y quinto arrebato encontraron su camino hacia la boca abierta de Brake, convirtiendo su grito en un gracioso gorgoteo.
La polla seguĆa disparando semen como una manguera, empapando la cara de Brake y haciĆ©ndole jadear para respirar.
Cegado por el semen salado en sus ojos, Brake soltĆ³ la polla, lo que le permitiĆ³ al intruso acurrucarse en posiciĆ³n fetal mientras el Orinoco cubierto de lefa intentaba frenĆ©ticamente limpiar la esperma ardiente de su mirada, solo empeorando las cosas al frotarla.
Mientras tanto, Garbok se habĆa recuperado y se acercĆ³ a Brake, cojeando ligeramente, haciendo una mueca de dolor.
Brake estaba dando vueltas, gritando obscenidades mientras se frotaba los ojos doloridos.
Sin mĆ”s preĆ”mbulos, Garbok echĆ³ su pierna hacia atrĆ”s y pateĆ³ las gĆ³nadas del guerrero con toda la fuerza que pudo reunir.
El grito de Brake se detuvo bruscamente y soltĆ³ un lastimoso chillido antes de desplomarse en el suelo, gimiendo de dolor. Parpadeaba frenĆ©ticamente, sus ojos estaban rojos y doloridos, y era obvio que no podĆa ver al que lo habĆa fauleado.
—¿CĆ³mo te sientes, Tom? —quiso saber Garbok.
A lo que el intruso respondiĆ³ levemente.
—Mejorando.
Al decir eso lanzĆ³ las manos entre las piernas de Brake y envolviĆ³ sus dedos alrededor de las bolas apretando con fuerza.
Brake dejĆ³ escapar un chillido.
Tom puso el pulgar y el Ćndice alrededor de la base del escroto de Brake, atrapando los huevos hinchados en la palma de su mano. Luego apretĆ³ el puƱo y le sonriĆ³ a Brake. Con eso, puso su puƱo sobre las bolas de Brake antes de torcer la mano, apretando las bolas entre su palma y los nudillos.
Brake gritĆ³ descomunalmente.
El guapo guerrero se retorcĆa de agonĆa, sus ojos estaban rojos de la esperma salada y gruesas gotas de sudor corrĆan por su rostro mientras gritaba preso de agonĆa.
Tom retorciĆ³ el puƱo y aplastĆ³ las huevas de Brake.
—DĆ©jame intentar —gimiĆ³ Garbok, levantĆ³ el puƱo y lo dejĆ³ caer sobre las bolas de Brake como un martillo.
El Orinoco gritaba en agonĆa, su voz se quebrĆ³ cuando Tom y Garbok se turnaron para romper sus preciosas bolas con sus puƱos.
Consiguieron dejarlo derrotado, humillado y sin ninguna fuerza. AsĆ la piedra esmeralda fue arrebatada de su poder.
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