Ballbusting en el polo norte - Las Bolas de Pablo

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23 dic 2019

Ballbusting en el polo norte

ORIGINAL DE: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING M/M Y F/M.

   Faltaban pocas horas para la navidad, en el polo norte, Santa Claus se preparaba para su jornada anual mĆ”s intensa… Los regalos estaban preparados y la lista de niƱos a visitar habĆ­a sido ajustada… alguno que otro desaplicado, recibirĆ­a un buen trozo de carbĆ³n.

   Mientras tanto afuera del taller de Santa, un verdoso personaje tramaba la desgracia del bonachĆ³n vestido de rojo… El GRINH!

   En su mano  llevaba su regalo del aƱo pasado… una bolsa de tela  llena de carbĆ³n… pero este aƱo se vengarĆ­a… se encargarĆ­a de arruinar la navidad en todo el mundo occidental.

   Dispuesto a todo y con sigilo, el intruso entrĆ³ al taller, Santa acomodaba regalos en su mĆ”gica bolsa sin sospechar la presencia del intruso; De pronto Santa escucha un llamado: 

   “Hey, Viejito gagĆ”!”.

   Voltea solo para recibir un golpe con un leƱo en plena frente. El viejo impactado en la cabeza, no pudo mantenerse estable, retrocediendo adolorido… es cuando el atacante aprovechĆ³ para enterrarle un rodillazo en la ingle.
   “! UUUGHHH!!!”. Expresa el veterano de rojo, quien cae inmediatamente de rodillas… el verde agresor se jacta.

   “Te duele?, no creo que duela mĆ”s que el ser humillado al recibir una bolsa con carbĆ³n… todos se rieron de mĆ­!”.

   La enojada criatura, toma con fuerza el leƱo y le da un golpe por el rostro. Santa cae al suelo, tomĆ”ndose el Ć”rea, pero desprotegiendo sus bolas.

   El Grinch demuestra  una sonrisa decide rematarlo… le propina una brutal pisotĆ³n en los testĆ­culos del gordo bonachĆ³n. Con la boca en forma de “O” el viejo de rojo queda desmayado.

   El atacante celebra bailando alrededor del anciano:
   “Jajajaja, ahora me llevarĆ© el regalo que quiera, no soy codicioso, solo tomare uno o dos… pero mi mayor regalo fue ver tu cara cuando te dejĆ© las pelotas hechas papilla… a ver si te regalas tĆŗ mismo unas huevas nuevas… o ponte unas de esas bolas de navidad, Jajaja, pero eso sĆ­, que te cuelgue una mĆ”s arriba que la otra, asĆ­ se ve mĆ”s natural, Jajajaja”.

   Mientras un par de renos se apiadaban del inconsciente Santa Claus, el Grinch se dedicaba a registrar la gorda bolsa de obsequios…
…Es entonces cuando Miss Claus aparece en escena.

   Una rubia despampanante que deja al verdoso sujeto boquiabierto… la hembra viste un abrigo navideƱo y debajo una diminuta prenda interior roja.

   La vista de semejante monumento hace reclamarle al inconsciente anciano:

   “Gordo condenado… tremenda hembra la que tienes en casa!”.
   “Pero que ha pasado aquĆ­?... Oh Amado mĆ­o!”. La mujer se alarmĆ³ al hallar a su marido en el suelo si sentido… Ante ella apareciĆ³ el Grinch, una criatura sin prendas de vestir, exponiendo sus musculoso cuerpo…

   El ser se degustaba ante la bella dama… en su cabeza, pensaba que porque no serĆ­a ella el regalo que pactĆ³ llevarse a su casa… tremendo regalo del viejo barbĆ³n acabarĆ­a con todo el resentimiento para siempre.

   “TĆŗ le hiciste esto a mi marido?, responde criatura”. La mujer bajo la mirada a los expuestos genitales del verde… quieres comenzaban a lubricarse. “Dios mĆ­o!”. La mujer levantĆ³ una ceja, impresionada… El Grinch notĆ³ la reacciĆ³n femenina y sonriĆ³.

   “CariƱo, perdĆ³n por dejarte sin esposo, pero Ć©l se merecĆ­a este ataque... MĆ”s  permĆ­teme me presento, soy el Grinch, y te aseguro que si me quieres conocer… olvidaras a tu marido en un dĆ­a”.

   “En serio?... pero sĆ­ he escuchado de ti… eres un villano… pero por otra parte, ahora que quedo solita tal vez tenga que considerar tu oferta”. Miss Claus  se mostraba como era…una seductora mujer con necesidades carnales.

   “ConsidĆ©rala bien mi vida… AquĆ­ solo estas de lujo, mi amor, pero si vienes conmigo serĆ”s una reina… mira que ser el adorno del viejo barbĆ³n es una ofensa para ti, conviĆ©rtete en mi mujer y te darĆ© todo”.

   “La verdad estoy tentada con tu oferta”, La mujer separĆ³ un poco su bata, exponiendo su diminuta tanga... el pene del Grinch dio un leve brinco.

   “Ricura, lo que te harĆ­a en mi cama”.

   “Entonces acĆ©rcate… a ver cĆ³mo me respondes en la intimidad”. La seƱora Claus sonreĆ­a, al parecer ansiaba tener a su alcance aquellos genitales verdosos.

   El Grinch acercĆ³ su entrepierna a la mujer, quien extendiĆ³ una mano, palpando las peludas bolas de la criatura.
   La mujer llevĆ³ su mano por toda el Ć”rea genital de la criatura, con maestrĆ­a jugaba con sus bolas… el Grinch comienza a jadear.

   “Eres divina… cuan hĆ”bil eres para dar placer… no sabes como envidio a ese viejo barbĆ³n… teniĆ©ndote por tanto tiempo para Ć©l sĆ³lo”. El Pene se le comenzĆ³ a parar con velocidad, haciendo que la mujer se degustara y expresara:

   “Que grande tienes esa verga verde”.

   “AsĆ­?, Y que tan grande?”.

   “Mucho mĆ”s que la de mi esposo”. La seƱora Claus, recorre con sus dedos y uƱas en grueso tronco peneano.

   La criatura disfruta mucho, pero repentinamente la mano de la seƱora Claus se cierra alrededor de esas bolas.
   “AAAggghhhhh!”. Fue el quejido ahogado del Grinch ante el apretĆ³n… La criatura quedĆ³ con la boca abierta sin poder decir mĆ”s.

   “No me gusta que me traten como una chica de adorno, no soy el premio, ni el regalo de nadie… entĆ©rate que gracias a mĆ­, esos flojos elfos cumplen con sus labores a tiempo”. Era la seƱora Claus, quien tenĆ­a los pantalones y las gĆ³nadas en el polo norte.

   La mujer tirĆ³ del escroto del Grinch, la criatura soltĆ³ un alarido. ParecĆ­a querer llevarle las pelotas rumbo a las rodillas.

   “A ver cuĆ”nto estiran!”. La mujer ponĆ­a fuerza en su acciĆ³n.

   “Ayy, Aaaay, Aaayyyy”. El sujeto rogaba sin cesar…
…Fue entonces cuando  la seƱora Claus redujo la presiĆ³n…. parecĆ­a el inicio del alivio, pero la muƱeca femenina comenzĆ³ a ladearse, retorciendo aquel escroto.

   “Noooo, nooo, suelta!!”. El pelaje del monstruo de humedeciĆ³ cuando todos sus poros expulsaban abundante sudor.
   “Vamos a arreglar un asuntito tĆŗ y yo… si no quieres que te retuerza esas bolas y dejes de ser macho, vas a repartir los regalos esta noche”.

   Un reforzamiento en el giro de la muƱeca, casi logra una torsiĆ³n testicular… El Grinch accediĆ³, gritando.

   “LO HAREEƉ, PORFAVOR, NO ME DEJES SIN HIJOS!!!!”.

   La mujer liberĆ³ las pelotas, y la criatura se derrumbĆ³ al suelo… la bella dama auxiliĆ³ al inconsciente marido, colocĆ”ndole una manta doblada bajo la cabeza a modo de almohada.

   El Grinch se logrĆ³ incorporar, y la mujer le arrojĆ³ el gorro navideƱo a los pies.

   “PĆ³ntelo y apresurarte a colocarte todo el traje, no pierdas el tiempo, oso perezoso”.

   “Pero seƱora…”. El Grinch daba lastima, parecĆ­a un siervo inexperto ante un amo nuevo.

   “Pero nada!, ya te sobarĆ”s las huevas durante el viaje en trineo… AHORA MARCHATE!”

   Asustado hasta la medula, el verde personaje obedeciĆ³… montĆ³ los regalos y arreo a los renos… tomando vuelo… rumbo a salvar la navidad.

   Por su lado, La mujer acariciaba el rostro de su gordito marido… Entonces le tocĆ³ el paquete, y este reaccionĆ³ por reflejo… el bulto en crecimiento le hizo expresar:

   “ApĆŗrate en despertar querido, estarĆ”s muy adolorido… pero mĆ­ralo por el lado bueno…mientras ese tonto hace todo el trabajo repartiendo los regalos, tu y yo nos podemos divertir esta noche especial en la alcoba… serĆ” la primera navidad que podamos aprovechar para jugar de lo lindo”.

FIN.
Feliz Navidad y Prospero aƱo nuevo 2020.

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