CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
Bastian estaba sin camiseta pero vistiendo un pantalón corto. Después de un encuentro sexual bastante rudo, decidó dejar que sus genitales descansaran, asà que tampoco llevaba ropa interior, dejando que el cetro y sus joyas colgaran libremente entre sus muslos.
Estaba sentado en su escritorio, hojeando una revista, cuando Farid entró al despacho.
āHola āsaludó Bastian alegremente, sonriendo a su amigoā. ĀæTe dije ya que te ves mas joven sin esa poblada barba?
Farid usaba jeans y camiseta. Se dirigió a Bastian y le lanzó una mirada enojada.
āĀæQuĆ© pasa? āpreguntó Bastian caminando hacia Ć©l.
Farid gruñó y se sentó en el sofÔ. Bastian se colocó a su lado.
āĀæHe hecho algo malo? āle preguntó lentamente, tratando de pensar en algo que podrĆa haberlo cabreado.
āLa respuesta estĆ” en la caja de tu escritorio.
āĀæQuĆ©?
āSĆ, Bastian, anda y revisa.
Incrédulo y ceñudo Bastian se levantó de la silla, apenas pudo llegar a la mesa, cuando Farid le pateó las huevas.
Su bota entró en contacto con las dos gónadas desprotegidas, aplastÔndolas contra la pelvis.
Al principio, Bastian no sintió nada. Luego, un par de segundos despuĆ©s, el dolor lo golpeó. Escapó un chillido agonizante y agarró sus testĆculos doblĆ”ndose de dolor.
āCaĆste en mi broma āse burló Farid.
Bastian gimió de dolor.
Farid metió la mano en sus pantalones cortos por detrĆ”s y agarró los palpitantes testĆculos en su mano.
Bastian inhaló bruscamente, tratando de ignorar el dolor en la ingle y el estómago, tratando de prepararse para el dolor que estaba por venir.
Farid se rió con las bolas dentro de la palma de su mano.
āĀæTe rindes?
āĀ”NO HIJO DE PUTA!
Farid lo miró a los ojos. Luego apretó los huevos con fuerza. Sus dedos se clavaron en las carnosas gónadas, haciendo gritar a Bastian a todo pulmón.
A Farid pareció gustarle lo que escuchó, retorció las toronjas con sus manos, haciendo que la voz de Bastian se quebrara.
āPor favor āgimióā. Por favor.
Farid lo ignoró. Tiró con fuerza, causando que la visión de su amigo se volviera borrosa.
Se sentĆa como si estuviera tratando de arrancar esas dos preciosas joyas de la entrepierna de Bastian.
āYa... Farid... Esto me duele... ātartamudeaba Bastian, incapaz de formar una oración completa. Farid lo seguĆa lastimando de sus grandes huevos sintiendo como si nunca pudiera volver a usarlosā. Por favor deja...
Farid amasó los testĆculos.
āJoder ālloriqueó Bastian, tratando de apartar sus manos de las bolas.
Finalmente, lo soltó. Bastian se acurrucó en el suelo, sobando sus testĆculos agonizantes, mientras olas de dolor insoportable recorrĆan su cuerpo.
Farid se levantó y lo miró. āYa va siendo hora de que te rindas ādijo y fue a la piscina, pisando la entrepierna de Bastian en su salida.
Chacón se lamentó. El dolor lo estaba matando.
Estuvo en el suelo durante mƔs de media hora. Tiempo de sobra para planificar una terrible venganza contra Farid que se hizo efectiva una semana despuƩs.
Bastian se habĆa encerrado en la sala de juegos que habĆa inaugurado para la pronta visita de todos sus familiares para navidad, habĆa una mesa de billar, agarró un taco y lo miró. Era sólido y pesado.
Sonrió.
Cuando Farid abrió la puerta lo encontró con el palo en la mano.
āĀ”Bastian! ĀæQuĆ© estĆ”s hacien...?
No lo dejó terminar, cuando lo golpeó con el extremo pesado del taco en la entrepierna, asegurĆ”ndose de apuntar al centro de su prominente bulto, atrapando sus dos bolas y su polla, con un ruido rotundo. Bastian vio como el taco se hundĆa en la entrepierna, cavando en el montĆculo, crujiendo sus dos cocos.
Farid parpadeó. Su boca se abrió. Miró a su amigo con expresión acusatoria.
Y Bastian continuó con otro golpe, esta vez apuntando un poco mĆ”s a la izquierda, con la esperanza de que su testĆculo resultase muerto.
A juzgar por el sonido quejumbroso que provenĆa de lo profundo de su garganta, Bastian tuvo Ć©xito. La parte superior del cuerpo de Farid se inclinó lentamente hacia adelante.
AsĆ que el taco nuevamente golpeó su entrepierna por tercera vez, dejando que su testĆculo izquierdo descansara en paz pero fraumatizando la bola derecha.
āĀæBastian? āsusurró Farid con voz aguda. Sus ojos estaban muy abiertos y sus labios temblaron. MovĆa las manos incontrolablemente.
āĀæSĆ? ĀæTe rindes?
Farid gimió. Su cuerpo estaba arqueado hacia adelante. Se veĆa divertido, la forma en que parecĆa tratar de sacar su entrepierna de la zona de peligro llevando el culo hacia atrĆ”s.
Bastian se burló y dejó caer el palo al suelo. Cambió el peso corporal sobre el pie izquierdo y se preparó para patear las bolas de Farid con el derecho.
āĀæBastian? āFarid gimió de nuevo.
āĀæSĆ? ĀæTe rindes?
āNo...
Bastian alzó las cejas. Con toda la fuerza que pudo reunir, pateó las bolas de Farid, levantĆ”ndolo del suelo unos centĆmetros.
Farid gritó de dolor. Se derrumbó en el piso, gimiendo y agarrando sus doloridas gónadas. Se retorcĆa, con los ojos cerrados.
Bastian se rió.
āYo siendo tĆŗ pensarĆa en rendirme.
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