Chacon vs Comun (1/8): Huevon anormal - Las Bolas de Pablo

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15 dic 2019

Chacon vs Comun (1/8): Huevon anormal

CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   Bastian sonriĆ³ al grupo de hombres que conformaban su proyecto ChacĆ³n vs hombres comunes. Su estudio marcaba la resistencia testicular de los hombres con genes ChacĆ³n de su famĆ­lia; ya que se conocĆ­a que todos los hombres de su rama eran portadores de un gen que le hacĆ­a tener testĆ­culos mĆ”s grandes que cualquier macho comĆŗn. El conteo segĆŗn la Ćŗltima prueba donde participĆ³ Lucas marcaba 3 puntos de los ChacĆ³n contra 2 de los Hombre comunes. Desde la presente fecha iba a sortearse un punto para el ganador entre una pelea vale todo de hombres ChacĆ³n contra hombres comunes estrenando un nuevo tablero de puntos para facilitar la vista a los visitantes de la web en la pestaƱa superior "AsĆ­ va el estudio de Bastian".

   Bastian sorteĆ³ un papel y los representantes de cada grupo para ese primer encuentro resultaron Jean y Moises.

   MoisĆ©s Palacios era un hermoso moreno con actitud un poco pesimista y de pocas energĆ­as.

   Jean ChacĆ³n por su parte era rubio y atractivo aunque de dientes un poco torcidos. Llevaba jeans azules y camiseta que acentuaba sus abdominales.

   El contraste entre el tono de piel de los oponentes era notorio y eso agregarĆ­a un punto mĆ”s Ć”lgido y emocionante a la contienda. MoisĆ©s mirĆ³ a Jean, sonriendo y estudiandolo.

   Jean sonriĆ³. —Te voy a destrozar, perrita. Barrere el piso con tu culo.

   MoisĆ©s sonriĆ³ sin comprometerse.

   Jean se riĆ³. Luego se puso serio para preguntar. —¿Te gustan los hombres?

   MoisĆ©s sonriĆ³ y se encogiĆ³ de hombros. —Tal vez.

   Jean sonriĆ³ y levantĆ³ el pulgar. —Juegas en ambos bandos, ¿eh? AquĆ­ te traigo una barra carnosa, huevos grandes y bastante leche para que comas —hubo mezclas entusiastas en la habitaciĆ³n de parte del grupo de los ChacĆ³n.

   MoisĆ©s puso los ojos en blanco.

   —Las reglas son bastante simples —explicĆ³ Bastian—. Pelean uno contra el otro y el ganador obtiene un punto para su equipo.

   —EstĆ” bien —sonriĆ³ Jean crujiendose los nudillos—. ¿Lucharemos desnudos?

   —AsĆ­ serĆ”.

   Jean se quitĆ³ la camisa, revelando su pecho musculoso y con algunos vellos. FlexionĆ³ sus mĆŗsculos y posĆ³ frente a MoisĆ©s quien mirĆ³ el pene de Jean y sonriĆ³. Luego abriĆ³ los botones de su camisa blanca y la arrojĆ³ al sofĆ”. Su pecho era musculoso. Desabrochando su mosca, observĆ³ a Jean y sonriĆ³ cuando notĆ³ que Jean estaba mirando su entrepierna. MoisĆ©s se quitĆ³ los pantalones y, con sonrisa orgullosa, se bajĆ³ los calzoncillos, revelando su larga y floja polla negra.

   Jean asintiĆ³ lentamente y sonriĆ³. —Tienes una vara grande —dijo.

   —SĆ­ —dijo MoisĆ©s dejando que su impresionante trozo de carne descansara en el dorso de su mano. Le guiĆ±Ć³ un ojo y sonriĆ³—. Puedes comertela cuando gustes.

   Jean se encogiĆ³ de hombros. —Tal vez. Pero mis gustos son los coƱos porque... —no terminĆ³ la oraciĆ³n. Porque de improviso agarrĆ³ el miembro carnoso de MoisĆ©s y lo girĆ³ con su mano derecha.

   MoisĆ©s gritĆ³ de sorpresa y dolor.


   Con la agilidad de un boxeador, Jean se arrodillĆ³ y lanzĆ³ un uppercut en las bolas de MoisĆ©s. Sus nudillos se conectaron perfectamente con las ciruelas del zambo crujiĆ©ndolas con fuerza.

   MoisĆ©s gritĆ³ a todo pulmĆ³n. Con ira en los ojos y el orgullo herido, agarrĆ³ el cabello de Jean y tirĆ³ de Ć©l.

   Jean gruĆ±Ć³ y golpeĆ³ a MoisĆ©s en el estĆ³mago.

   MoisĆ©s tosiĆ³ y se doblĆ³, sosteniendo su abdomen y sus gĆ³nadas. Sus ojos se entrecerraron dando un par de pasos hacia atrĆ”s.

   Jean se pasĆ³ la mano por el cabello y se levantĆ³. Lentamente caminĆ³ hacia MoisĆ©s. —Peleas como niƱa pensĆ© que serĆ­as mĆ”s fuerte teniendo ese cuerpo.

   MoisĆ©s retrocediĆ³ hasta que chocĆ³ contra la pared.

   —Un tipo que tiene una polla tan grande pelea como nena —se riĆ³ Jean, acercĆ”ndose a MoisĆ©s hasta quedar cuerpo contra cuerpo—. Es gracioso, ¿no estĆ”s de acuerdo?

   MoisĆ©s se aclarĆ³ la garganta. —Estoy...

   Jean lo interrumpiĆ³ golpeĆ”ndolo con un rodillazo en la ingle y un golpe en el rostro al mismo tiempo.

   MoisĆ©s dejĆ³ escapar un fuerte grito.

   Jean sonriĆ³ y retrocediĆ³.

   MoisĆ©s se dejĆ³ caer de rodillas, haciendo muecas de dolor, gimiendo, frotĆ”ndose la barbilla y las pelotas palpitantes.

   —Eres sĆ³lo un niƱo bonito —dijo Jean, mirando su mano y sacudiĆ©ndola como si se hubiera lastimado. —Muy bonito —le sonriĆ³ a MoisĆ©s.

   MoisĆ©s levantĆ³ la cabeza. —Uh, ¿gracias? —susurrĆ³.

   Jean se riĆ³. —Oh, vamos —dijo y le tendiĆ³ la mano—. Es solo un juego, ¿verdad?

   MoisĆ©s mirĆ³ la mano de Jean, dudando. Luego lo agarrĆ³ y Jean lo levantĆ³.

   —¿Ves? —Jean sonriĆ³, acariciando el hombro de MoisĆ©s. —Solo un juego.

   —Bueno —dijo MoisĆ©s lentamente, frotando sus testĆ­culos—. Me duelen mucho las bolas. Mateo me gustarĆ­a que me revisara.

   Jean se rio. —¿SĆ­? —se dio la vuelta, para llamar al urĆ³logo—. Eh, Mateo, este neces...

   MoisĆ©s lo interrumpiĆ³ al meter su pie desnudo en sus cojones desde atrĆ”s, aplastando con fuerza sus delicados testĆ­culos al elevarlos de forma violenta contra su pelvis.

   Jean tosiĆ³ y se doblĆ³.

   —Solo un juego, ¿eh? —se burlĆ³ MoisĆ©s, estrellando el codo en la espalda de Jean.

   Jean gruĆ±Ć³.

   —Soy un guerrero, ¡grandĆ­simo huevĆ³n anormal! ¿Sabes lo que eso significa?

   De la nada, el talĆ³n de Jean subiĆ³ hacia la entrepierna de MoisĆ©s, haciendo que el atractivo moreno gritara.

   —¿QuĆ© querĆ­as decir? —gruĆ±Ć³ Jean—. Encima me llamas huevĆ³n anormal.

   MoisĆ©s gimiĆ³.

   Jean agarrĆ³ el pie derecho de MoisĆ©s y lo empujĆ³, haciendo que el moreno cayera al suelo. AterrizĆ³ sobre su trasero y gritĆ³ de dolor.

   Jean negĆ³ con la cabeza lentamente y se sentĆ³ sobre los abdominales de MoisĆ©s, ambas rodillas se afincaron sobre los brazos del comĆŗn.

   El pobre y apuesto negro luchĆ³, pero Jean era mĆ”s fuerte.

   —¿AsĆ­ que soy un huevĆ³n anormal? —repitiĆ³ Jean, agarrando con fuerza la polla de MoisĆ©s con la mano derecha y las huevas regordetas con la izquierda.

   —¡JĆ³dete! —escupiĆ³ MoisĆ©s.

   —¿Soy un huevĆ³n anormal? —Jean esperĆ³ un breve momento, luego girĆ³ brutalmente la polla de MoisĆ©s.

   MoisĆ©s gritĆ³ desgrarradoramente.

   Jean lo ignorĆ³ y torciĆ³ las bolas en direcciones opuesta, haciendo que MoisĆ©s gritara aĆŗn mĆ”s fuerte.

   —¡Alto! —gritĆ³ MoisĆ©s.

   —Dime —dijo Jean, sonriendo y clavando sus uƱas en las delicadas gĆ³nadas, mientras le retorcĆ­a sus preciosas joyas—. ¿Soy un huevĆ³n anormal?

   —¡Detente, por favor!

   Jean se riĆ³ y soltĆ³ las pelotas de MoisĆ©s.

   El pene del moreno se estaba endureciendo dentro del firme agarre de Jean, que rĆ”pidamente girĆ³ su mano, renovando el dolor que MoisĆ©s estaba perdiendo.

   LĆ”grimas aparecieron en el rostro del morenazo. —Detente, por favor —se lamentĆ³.

   Jean apretĆ³ el puƱo y mirĆ³ las bolas de MoisĆ©s.

   Sintiendo que Jean estaba tramando algo, pero incapaz de ver lo que estaba haciendo, MoisĆ©s luchĆ³ y se retorciĆ³ debajo de Ć©l.

   Jean sacudiĆ³ la cabeza. Luego conectĆ³ un puƱetazo en las dolororidas crĆ­as de MoisĆ©s.

   —¡AY, AY, AY! ¡Noooo!

   Su hermoso rostro estaba doblado de dolor, lĆ”grimas corrĆ­an por sus mejillas y su barbilla se veĆ­a muy magullada.

   Otro golpe sacudiĆ³ las frĆ”giles toronjas de MoisĆ©s en su muslo.

   MoisĆ©s lloraba como un bebĆ©. —Detente, por favor —gimiĆ³—. ¡Por favor!

   —¿Soy un huevĆ³n anormal? —repitiĆ³ Jean con calma—. Me detendrĆ© tan pronto lo respondas.

   MoisĆ©s murmurĆ³ algo.

   —No te escuchĆ© —Jean suspirĆ³ y golpeĆ³ las pobres huevas de MoisĆ©s una vez mĆ”s.

   —Soy un guerrero, un hombre fuerte.

   Jean se burlĆ³. LanzĆ³ un Ćŗltimo golpe casi juguetĆ³n a las bolas de MoisĆ©s, se levantĆ³ y dejĆ³ que se acurrucara en ovillo.

   MoisĆ©s gimiĆ³ y llorĆ³ de dolor, sobando sus tiernas bolas.

   Jean se sentĆ³ a su lado y sonriĆ³. —¿Sabes que? Eres un buen guerrero y gran contendiente. Tampoco me molestĆ³ que me llamaras huevĆ³n anormal. Peores nombres me han puesto. Y ademĆ”s, eres un chico guapo. Estoy seguro que ninguno de mis primos se ofenden porque les llamen huevĆ³n anormal. Es un orgullo.

   MoisĆ©s gimiĆ³.

   Jean se levantĆ³ y caminĆ³ hacia el sofĆ”. SonriĆ³ y volviĆ³ a ponerse el pantalĆ³n y la camiseta. —Un punto para los ChacĆ³n.

   Bastian mirĆ³ a MoisĆ©s, estaba hecho un desastre. DoblĆ³ la boca con expresiĆ³n paternal.

   —Creo que ya tenemos los huevos rotos para el ponche de navidad —dijo en forma graciosa.


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