Las aventuras de Filica (2/3) - Las Bolas de Pablo

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9 dic 2019

Las aventuras de Filica (2/3)

ESCRITO POR: ZATN
CONTIENE BALLBUSTING F/M Y SEXO HETEROSEXUAL.

Nota: Al final se puede ver mapa,  donde se plasman los destinos visitados en el relato.


FĆ­lica es una mujer griega que vivĆ­a durante la Ć©poca mitolĆ³gica, en la regiĆ³n del Peloponeso, en la ciudad de Elis, huĆ©rfana desde muy joven, se dedicaba a la venta de vasijas en el mercado local.

Ya siendo mujer, tuvo una vida muy libertina, visitando el lecho de muchos hombres, el sexo le divertĆ­a y obtenĆ­a regalos de hombres agradecidos.

FĆ­lica siempre queriendo innovar en el sexo, desarrollo un masaje testicular, que tras la eyaculaciĆ³n aumentaba la somnolencia en el varĆ³n…su tĆ©cnica para dormir a los hombres le fue muy Ćŗtil.

En la primera parte de su historia, FĆ­lica tuvo muchas aventuras, visitando a hombres casados, y viajando a Olimpia, donde se desempeĆ±Ć³ como masajista del campeĆ³n de Pancracio…Luego de un conflicto con un guardia, -al que dejĆ³ sobĆ”ndose las pelotas-, la mujer yaciĆ³ con el nuevamente campeĆ³n.

Luego tendrĆ­a  problemas con el obeso comerciante Honorius, al que tras dormirle con su masaje testicular, le robĆ³ un buen dinero como represalia por quitarle su puesto en el mercado…
…Con el botĆ­n, la griega abandonarĆ­a la casa del gordo, no sin antes faulear al asistente personal del comerciante…tras sus actos, sabĆ­a que debĆ­a marcharse de Elis para evitar la venganza…Es entonces cuando se dirige a Argos.


Tras el robo, Honorius la busca infructuosamente, pero FĆ­lica ya estaba establecida en la gran ciudad de Argos; AllĆ­ comenzĆ³ a trabajar como sirvienta en casa de un adinerado navegante llamado Lotarus.

LA AGRESION DE LOTARUS.

Lotarus era un hombre de 45 aƱos, tenƭa negocios en el Ɣrea naviera, siendo poseedor de 12 barcos, era de los mƔs ricos de Argos, casi un ejƩrcito de sirvientes le atienden; A pesar de que tiene esposa, le es muy infiel y no tarda en ponerle el ojo a Fƭlica.

La siempre coqueta mujer, tiene sexo con su patrĆ³n, pero tras el placer FĆ­lica descubrirĆ­a una secreta aficiĆ³n del Lotarus.

“Querida, es hora de un jueguito”.

“Que te gustarĆ­a jugar conmigo?”. La confiada mujer no imaginaba que se le venĆ­a.

“Esto!”. De inmediato el hombre lanzĆ³ una fuerte bofetada a la bella mujer. FĆ­lica terminĆ³ contra un muro, se tomĆ³ la mejilla y con furia recamĆ³:

“Pero que haces imbĆ©cil!!!”.

No hubo respuesta, solo vio al hombre que se le acercaba y le enterraba la rodilla en el estĆ³mago.

Algo de sangre emergiĆ³ de la boca de la desnuda mujer, el dolor en su abdomen era intenso…

…Apenas si podĆ­a incorporarse…Lotarus, la agarro de un brazo y arrojĆ³ contra el lecho, con el peso del hombre tras ella, FĆ­lica no podĆ­a resistir…Lotarus introducĆ­a el dedo en su ano.

“Y si te doy verga por este orificio?”.

“AAAyyy!!”. Una nalgada provocĆ³ un grito que estallĆ³ en la garganta de FĆ­lica, que no podĆ­a hacer nada mĆ”s que quejarse, el pervertido gustaba de maltratar a las mujeres en la intimidad, Ć©l golpearlas lo excitaba…su pene se parĆ³ con fuerza.

Una nueva nalgada, seguida de una bofetada que le hizo arder el rostro y quejarse otra vez…ViĆ©ndose sin salida, FĆ­lica pensĆ³ en dejar de resistirse, asĆ­ tendrĆ­a alguna posibilidad de escape.


“No me pegues mĆ”s, y te dejo hacerme lo que quieras…te gustarĆ” mĆ”s si yo ayudo…De acuerdo, pĆ©game si quieres, pero no en la cara!”. La actitud de la mujer agradĆ³ a Lotarus, quiĆ©n le dio vuelta y le puso el pene en el rostro.

“ChĆŗpamela, y no te quieras pasar de lista o te ira mal”.

FĆ­lica comenzĆ³ a chuparle el glande, mientras Lotarus, mantenĆ­a el puƱo cerrado, el hombre no se fiaba de la dama, sospechaba alguna mordida, o un golpe en los huevos, y si le querĆ­a hacer algo se arrepentirĆ­a.

El varĆ³n gozaba, mientras su pene no dejaba de escupir presemen…Pero no dejaba de lastimar a la mujer, pues apenas tenĆ­a oportunidad, le pellizcaba los pezones, y los brazos, FĆ­lica se quejaba en silencio, queriendo morderle la cabeza de la verga para desquitarse…

…Fue entonces cuando la mano de la dama comenzĆ³ a acariciar el escroto de Lotarus, no podĆ­a darle un merecido apretĆ³n, pues el macho seguĆ­a atento, y se exponĆ­a a un puƱo a su rostro, pero su masaje le darĆ­a la ventaja que querĆ­a.

El masaje gonadal que habĆ­a inventado, fue igual de efectivo y tras 25 segundos el adormilado macho se desplomĆ³ en cĆ”mara lenta sobre el lecho…Era la oportunidad de huir de FĆ­lica…pero la mujer querĆ­a venganza!

“AAAHHHHHHHHH!!!”. Fue el alarido con el que despertĆ³ Lotarus…FĆ­lica le habĆ­a dado un puƱo en los testĆ­culos.

El hombre en agonƭa pudo verse atado de pies y mano en el lecho, y entre sus piernas separadas, estaba Fƭlica, enfurecida y desquitƔndose con su pene y pelotas.


“Ya despertĆ³ quien yacĆ­a en los brazos de Morfeo?”.

La mujer apretĆ³ el puƱo y lo hundiĆ³ en el escroto del maltratador, una y dos veces, sendos alaridos del macho llenaron la habitaciĆ³n.

“Te gusta pegarle a las mujeres?, a ver si te gusta que te peguen a ti, huevĆ³n!”. DĆ”ndole otro puƱetazo a los genitales.

El macho comenzĆ³ a suplicar que lo soltase, pero la respuesta de FĆ­lica fue un salvaje y grotesco apretĆ³n de escroto…

…Lotarus chillo como cerdo, mientras inmĆ³vil, se retorcĆ­a en el lecho, FĆ­lica mantuvo la presiĆ³n casi queriendo triturarle las gĆ³nadas.

De seguro mĆ”s de un empleado oyĆ³ los alaridos de su amo, pero cansados de los maltratos, golpizas y violaciĆ³n a las mujeres, ignoraron los ruidos…se alegraban que alguien le estuviera dando su merecido…y era precisamente una mujer…la nueva sirvienta.

“AAAYYY, AYYYYY!!!!”. En la habitaciĆ³n, Lotarus ya daba lĆ”stima, La mujer soltĆ³ la masa testicular para regalarle otro puƱo…el hombre no soportĆ³ mĆ”s y perdiĆ³ el sentido…FĆ­lica dio un Ćŗltimo puƱetazo y se marchĆ³.


Minutos despuĆ©s, la dama dejaba la casa…le tocarĆ­a emigrar nuevamente…Lotarus finalmente liberado, pasĆ³ una gran vergĆ¼enza ante servidumbre y cercanos, su ego de macho estaba resquebrajado.

LA OFERTA.

Tras el incidente con Lotarus, FĆ­lica decide tomar nuevo rumbo y la ciudad de Corinto es su destino, dos dĆ­as de viaje la acercan a su destino, pero antes de arribar llega a una posada para los viajeros.

El negocio es administrado por Patronio, un hombre de 40 aƱos, encargado de la venta de licor, la posada es bastante popular, sobre todo en verano, y el sujeto le ha dado un particular aspecto al lugar… mujeres!

Inicialmente el sitio solo ofrecĆ­a posada y comida a los viajeros, pero tras volverse el administrador, Patronio agregĆ³ el vino dentro del menĆŗ...y en exceso Ć©ste siempre atrae a los hombres, mĆ”s aun si contratĆ³ chicas para ofrecer servicios sexuales en las habitaciones… la posada ahora era casi un prostĆ­bulo.  

Apenas una hora en el lugar y Patronio le puso el ojo a la bella FĆ­lica…La dama queriendo obtener una noche gratis, acepta las insinuaciones del administrador…
…La pareja irrumpe en una habitaciĆ³n besĆ”ndose por todos lados. La mujer deja caer sus trajes y ayuda al varĆ³n a desnudarse. Las manos femeninas ascienden por sus muslos hasta acariciarle las pelotas, luego su ahora grueso pene recibe las atenciones de la mujer.

“Eres una mamacita…te deseo!”.

Los amantes se revolcaron en el lecho, Patronio no tardĆ³ en penetra a FĆ­lica, quien jadeo de gusto, la mujer responderĆ­a moviendo su cadera, el hombre sobre ella se hundĆ­a casi descargando su peso sobre la fĆ©mina, FĆ­lica cruzĆ³ las piernas sobre la espalda del hombre, quien atrapado, no podĆ­a moverse, la mujer le apretaba el glande con sus paredes vaginales, Patronio la besaba por todos lados, hasta que su amante cediĆ³ la presiĆ³n y Ć©l pudo retomar los embates. 

El duelo sexual continuĆ³, hasta que Patronio desesperado anunciĆ³ su eyaculaciĆ³n…la vagina de FĆ­lica se llenĆ³ de aquel caliente esperma de olor agrio, la mujer lamia el muy “salado” sudor del hombro masculino.

“Sabes muy saladito Patronio…y la leche te huele agria, quiero probarla mĆ”s tarde, bebĆ©”.
Patronio tambiƩn probarƭa el sudor de las tetas de Fƭlica

VolverĆ­an a hacer el amor tras unos minutos, donde ambos dieron rienda suelta a sus pasiones…Al terminar reposaron viĆ©ndose lado a lado, la mujer decidiĆ³ no dormir al hombre con su masaje testicular…era innecesario, del agotamiento ya cerraba los parpados. Ella igual decidiĆ³ dormir.

Un par de horas despuĆ©s, la luz de la maƱana comenzaba a entrar por la ventana, y ambos despertaban casi sincrĆ³nicamente…y desde anoche Patronio tenĆ­a una oferta para FĆ­lica:

“Que te parece quedarte y trabajar aquĆ­, tendrĆ­as buen dinero, muchos vienen aquĆ­ solo por las mujeres, y lo que tienes entre las piernas vale oro, Jajaja”. Pero la oferta de trabajar con su sexo, no agrado ni una pizca a la mujer.

“No soy una prostituta!”. FĆ­lica estaba enfurecida...odiaba que la tratasen asĆ­.

“Pero si es lo que eres mi vida, mira en dĆ³nde estĆ”s, esta posada te queda a la medida…una viajera necesitada y buenĆ­sima en la cama, puedes ganar mucho, mi vida”.

“Que no soy una puta, desgraciado!” Patronio habĆ­a subestimado la reacciĆ³n de FĆ­lica y lo pagarĆ­a…

…La ofendida mujer se sentĆ³ de golpe en la cama, condujo una mano a la entrepierna del varĆ³n y le agarrĆ³ los testĆ­culos.

“Pero que…”. Fue lo Ćŗnico que pudo expresar el administrador antes que los dedos de FĆ­lica se cerraran alrededor de sus bolas.

“UUUUUGGHHHHH!!”. Se quejĆ³ ante el retorcijĆ³n a su escroto.

“Vuelve a decirme puta…vuelve!”. Le retaba FĆ­lica, quien se esforzaba en retorcer aquella bolsa de piel.

“AAAHH…AYYYY, AHHH, YAA. YAA, SUELTA, SUELTA!!”.  Los gritos de sĆŗplica de Patronio se escuchaban en media posada.

Por fin la mujer liberĆ³ sus pelotas y el hombre se retuerce de dolor en el lecho. No tardĆ³ en vestirse la aun enojada fĆ©mina, y se despidiĆ³ diciĆ©ndole:

“A ver si aprendes a respetar a una dama, maldito patĆ”n!”. Tras su mal amanecer, FĆ­lica sigue su camino a Corinto.

Finalmente llega a Corinto, para todos es duro conseguir empleo para cualquiera, por supuesto el seducir a un influyente agente del orden, la hace beneficiaria de obsequios y le da un puesto como vendedora de telas en el mercado…la relaciĆ³n no dura mucho, pero FĆ­lica obtuvo lo que querĆ­a. 

UN MARIDO CELOSO.

Una vez en Corinto, la ahora vendedora conoce a un polĆ­tico, su nombre Demetrio, quien con 41 aƱos era divorciado y buscaba esposa, no tarda en caer en las redes de FĆ­lica, quien en la primera relaciĆ³n sexual, usa todo su repertorio para enamorarlo…el masaje a los huevos, es lo que mĆ”s encanta a Demetrio, Ć©l sentir aquellos finos dedos recorrer sus gĆ³nadas, y traerle rĆ”pidamente el sueƱo, era maravilloso para Demetrio, y pidiĆ³ la mano de la mujer.

Cada noche, luego del sexo, el marido terminaba dormido tras el masaje de sueƱo de su esposa; PrĆ”cticamente era un juguete para FĆ­lica, quien sacĆ³ buenos dividendos econĆ³micos de la relaciĆ³n.

Pero no tardĆ³ FĆ­lica en serle infiel a Demetrio, ella nunca fue mujer de un solo hombre, y su marido era bastante normalito en la cama…

…Pero el polĆ­tico resultĆ³ ser muy celoso, pronto descubriĆ³ algunas de sus aventuras, e inicialmente culpĆ³ a los amantes, llegando a pagar para darle golpizas a un par de hombres…
…Finalmente se dio cuenta que era FĆ­lica quien buscaba las relaciones, y trataba de confrontarla, pero un oportuno masaje testicular y Demetrio aceptaba las falsas disculpas de FĆ­lica 

Un dĆ­a sucediĆ³ una tragedia.

FĆ­lica acababa de tener sexo con Demetrio y con su masaje de sueƱo le dejĆ³ profundamente “fuera de combate”, fue entonces cuando la imprudente mujer llamĆ³ a su vecino Macario…
… El hombre de 37 aƱos y  rival polĆ­tico de Demetrio, ya habĆ­a tenido intimidad con FĆ­lica, y siendo viudo, no dudo en acudir a su llamado, asĆ­ fuera en plena madrugada…

…en una habitaciĆ³n de su propia casa, FĆ­lica se acostĆ³ con el excitado vecino. 

Los amantes disfrutaron de los placeres de la carne. FĆ­lica se empalĆ³ en el gordo miembro de Macario, quien no tardĆ³ en correrse… Pero Ć©ste hombre era bastante viril, y al minuto ya estaba en plena forma… Penetraba con furia el coƱo de su vecina, casi queriendo partirla a la mitad, la infiel gozaba y jadeaba, mordisqueando los mĆŗsculos del macho que la hacĆ­a ver el cielo.

3 eyaculadas iban, cuando sucediĆ³ lo inesperado…
…Demetrio habĆ­a despertado y sorprendiĆ³ a los infieles unidos del pene-vagina como caninos.

“Demetrio!”. Fue la reacciĆ³n de FĆ­lica sacĆ”ndose el pene del vecino y cubriendo su desnudez.

“Maldita mujer, maldigo el dĆ­a que naciste y cuando me casĆ© contigo…y mira con quien vienes a traicionarme…con mi enemigo!!!”.

Macario estaba mudo de la impresiĆ³n y el temor, pues Demetrio si bien estaba desnudo como Ć©l, llevaba su espada en la mano.

“Demetrio no cometas una locura, cĆ”lmate”. FĆ­lica trataba en vano de llamar a la cordura a su marido.

“Demetrio perdĆ³name….arreglemos esto pactando…me retiro de las elecciones, pero deja esa espada”. Fue lo Ćŗnico que pudo decir Macario tratando de salvarse de lo que parecĆ­a inevitable.

De nada le sirviĆ³ su oferta, pues un segundo despuĆ©s su abdomen era atravesado por la espada del ofendido marido.

“AAAAhhhh!, estĆ”s loco!!”. GritĆ³ FĆ­lica al ver el asesinato.

“Y tĆŗ sigues condenada!”. SentenciĆ³ Demetrio tras sacar el arma el ya muerto Macario.

“AYUDA, ALGUIEN VENGA!”. Fueron los gritos desesperados de FĆ­lica, pero eran en vano, ella misma habĆ­a escogido esa habitaciĆ³n, por ser lejana, y en donde podrĆ­a gritar y jadear lo que quisiese con su vecino amante.

El macho desnudo, con sangre de Macario y con la espada preparada, avanzĆ³ contra su mujer.

“Demetrio, cĆ”lmate, te acaricio las bolas como te gusta si te calmas…vamos mi amor, siempre te gusta que te sobe las bolas….no me mates…”.

El hombre casi en seco se detuvo a pensar unos segundos en lo que FĆ­lica creyĆ³ que le tranquilizarĆ­a, pero los ojos del traicionado volvieron a enrojecer de rabia.

“Vez a sobarle las bolas al Dios Hades, porque te voy a mandar al inframundo, zorra!”.

FĆ­lica retrocediĆ³ hasta quedar en una esquina, atrapada, parecĆ­a decidida su suerte, pero cuando Demetrio levantĆ³ la espada para matarla, ella pudo ver una oportunidad…
…Su esposo estaba con las piernas separadas y expuesto en los genitales…la mujer aprovechĆ³ y le descargĆ³ una patada con todas sus fuerzas!.

“AAAAAAHHHHHHHHHHHHHH!!!!”. Fue la respuesta de Demetrio ante el castigo testicular, el hombre dejĆ³ caer la roja espada y se fue al piso de frente, casi cayĆ©ndole encima a FĆ­lica, que logrĆ³ esquivarle.

Ante la dantesca escena -El cadĆ”ver en medio de un charco de sangre y unos metros mĆ”s allĆ”, un hombre en posiciĆ³n fetal agarrĆ”ndose las pelotas y bramando insultos- la mujer huyo en busca de gente…

…Pronto toda la casa estaba despierta y el vecindario, FĆ­lica con ayuda de algunas sirvientas se marchĆ³ de la casa, no querĆ­a lĆ­os, y como siempre la mujer preferĆ­a dejar la ciudad y buscar nuevos rumbos. 

Finalmente Demetrio fue capturado por soldados, y llevado a juicio, su poder polĆ­tico no le sirviĆ³, pues habĆ­a asesinado a un rival quien tambiĆ©n tenĆ­a influencias, y allegados con poder… Ante el pueblo fue declarado culpable y ejecutado sin demora.

FĆ­lica no regresĆ³ para el juicio, Demetrio era parte del pasado, y no querĆ­a saber nada mĆ”s de Ć©l…

…La mujer fue ahora hacia el pequeƱo reino de TrecĆ©n.


Mapa del Peloponeso con destinos de FĆ­lica.


CONTINUARƁ…

Gracias.


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