CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
La semana pasada, los futbolistas Lucas y Eladio habĆan competido entre sĆ pateando los testĆculos de MoisĆ©s, Walter, Gastón, Jean, Dereck y Erick. Al final del juego propuesto, Lucas Chacón resultó ganador. Eladio, habĆa perdido por lo que iba a recibir un castigo.
El deportista estaba de pie en la sala, vestido con su atuendo de fĆŗtbol: pantalones cortos, camiseta con su nĆŗmero en la espalda, y tacos.
āĀæDónde estĆ” mi equipo? āpreguntóā. Gastón, Erick y Walter estuvieron conmigo la otra vez.
āHoy no hay equipo ānegó Bastianā. TendrĆ”s que llevarlo por tu cuenta.
La puerta se abrió y Dereck, Jean y Moisés entraron en la habitación.
āHola āDereck Chacón, el hermano del medio de Horacio le sonrió a Eladio. Llevaba pantalon amarillo y camisa azul.
Eladio sonrió débilmente.
Jean se le acercó y le palmeó el hombro. Luego se pasó la mano por el pelo rubio y miró a MoisĆ©s. āĀæQuieres decirle el plan?
MoisĆ©s se encogió de hombros. āNo estoy realmente interesado.
Eladio sonrió.
El hermano de Moisés, Walter, apareció en la puerta y el rostro de Eladio se iluminó.
āHola, Walter, gracias por venir āle dijo sonriendo.
Moisés se encogió de hombros y se sentó en el sofÔ.
āYo sólo vengo a ver ādeclaró.
āAquĆ estĆ” el plan ādijo Walterā. Los tres vamos a patearte las bolas.
Dereck y Jean asintieron y sonrieron.
āDos patadas cada uno. Y cuando toques el suelo, te quitas una de tus ropas āexplicó Walterā. Los zapatos y las medias no cuentan. Si estĆ”s desnudo despuĆ©s de esas seis patadas, te vamos a dar un pequeƱo batido.
Dereck y Jean se rieron entre dientes.
Walter sonrió. āAh, y los zapatos y los calcetines no cuentan como ropa, por supuesto.
Eladio se puso pĆ”lido. āPero... eso deja solo cuatro prendas de vestir. ĀæY que es un batido?
Walter sonrió. āCorrecto. AsĆ que mejor no vayas al suelo con demasiada frecuencia... Los batidos son de leche y ya estĆ”n listos... āse agarró la entrepierna y le guiñó un ojo a Eladio.
Eladio abrió mucho los ojos preocupado.
āQuĆtate los zapatos y los calcetines, por favor ādijo Walter suavemente.
Eladio gimió, pero obedeció.
āĀæQuiĆ©n quiere ir primero? āWalter miró a Dereck y Jean.
Dereck sonrió.
Walter se rió. āBueno. Dereck.
El huevudo Chacón se paró frente a Eladio y sonrió. āAbre las piernas, amigo.
Eladio parpadeó y separó los pies en posición vulnerable. TenĆa los muslos muy separados, miró a Dereck, haciendo una mueca.
Dereck se echó a reĆr y miró la entrepierna de Eladio.
āEs hora de jugar fĆŗtbol āsonrió.
Levantó su pierna hacia atrÔs y lo lanzó contra la ingle del jugador. El empeine impactó con el bulto prominente en los endebles pantalones cortos de Eladio aplastando su contenido.
Eladio dejó escapar un gemido miserable y se dobló, agarrÔndose la entrepierna y haciendo una mueca de dolor.
Dereck lo observó de cerca, esperando que se derrumbara al suelo.
Como Eladio no lo hizo, Dereck pareció decepcionado. āTu turno āle dijo a Jean.
Su rubio primo asintió y se acercó a Eladio. Se ajustó el gran bulto en sus jeans y miró a Eladio que se agarraba la entrepierna, gimiendo de dolor.
āVamos āle dijo Jean.
Eladio gimió y se enderezó. Se puso las manos detrÔs de la espalda y miró hacia el pie, tratando de no hacer una mueca o doblarse antes de que el éste golpeara el objetivo.
Jean se tomó su tiempo, levantando el pie moviendo suavemente al paquete de Eladio que estaba sin calzoncillos dentro de sus pantalones cortos.
Eladio hizo una mueca.
āEspera āsonrió Jean.
Luego dio un paso atrÔs, y con un arranque rÔpido, pateó las gónadas de Eladio con fuerza. Sus dedos de los pies se hundieron en su blando paquete, el profesional del fútbol gimió e instantÔneamente cayó de rodillas, gimiendo de dolor.
Jean sonrió con satisfacción.
Walter se rio entre dientes. āEladio ādijo suavementeā. Supongo que tendrĆ”s que perder esa camiseta tuya...
Eladio gimió, agarrÔndose la entrepierna. Le llevó bastante tiempo deshacerse de su camiseta. Debajo, llevaba otra blanca y ajustada. Sus abdominales bien definidos y su pecho musculoso estaban delineados en la tela blanca. Lentamente se levantó y se llevó las manos a la espalda. Estaba empezando a sudar mirando a Walter con miedo en los ojos.
Walter sonrió. āBueno. Ahora, voy por la camiseta... āechó la pierna hacia atrĆ”s y pateó las albóndigas de Eladio con fuerza. Su pie se estrelló contra la ingle con un ruido sordo, levantando al pobre jugador de sus pies. Su cuerpo golpeó el suelo comenzando a tener arcadas.
Dereck y Jean vitorearon.
āBueno ādijo Dereck, asintiendo lentamente, mirando a Eladio retorcerse en el sueloā. Mi turno de nuevo.
Eladio tosió.
āEsa camiseta ādijo Dereck y seƱaló el pecho de Eladio.
Eladio gimió.
āĀ”QuĆtate esa camiseta!
Eladio lo miró con lÔgrimas en los ojos. Lentamente se puso de pie y se quitó la camisa blanca, revelando su pecho liso y musculoso con sus bellos abdominales.
Walter silbó.
MoisƩs, Dereck y Jean se rieron entre dientes.
Eladio se veĆa miserable.
āLas manos detrĆ”s de la espalda āordenó Dereck.
Los ojos de Eladio se crisparon y su boca se abrió.
āNo ānegó Dereck bruscamenteā. Manos a la espalda.
Eladio dejó escapar un pequeño sollozo y asintió.
Tan pronto como apartó las manos de su entrepierna, Dereck pateó sus preciosas joyas.
Los ojos del jugador se hincharon y dejó escapar un gemido largo, miserable y ronco, luchó por mantenerse de pie. La parte superior de su cuerpo se movĆa hacia adelante y sus manos sostenĆan sus doloridas pelotitas tentativamente.
āVamos, vamos, vamos āmurmuró Dereck, esperando que Eladio se derrumbara.
Pero Eladio no le hizo el favor. TenĆa los ojos cerrados. El sudor le corrĆa por la nariz. Pero se quedó de pie.
āĀ”Idiota! āmurmuró Dereck dĆ”ndole el turno a Jean.
Jean Chacón sonrió.
āĀ”Abre las piernas, Eladio!
Eladio se mordió el labio inferior e hizo lo que le dijeron. Se llevó las manos a la espalda mirando a Jean, sus ojos suplicaban piedad.
Jean sonrió. Luego levantó la pierna hacia atrÔs, esperó un momento y golpeó la entrepierna de Eladio, haciendo que el pobre hombre gritara con fuerza.
Jean se echó a reĆr.
Eladio retrocedió, perdió el equilibrio y aterrizó sobre su trasero. āĀ”Mierda! Ā”Mis bolas! āgritó, haciendo que Jean se riera aĆŗn mĆ”s fuerte.
Walter sonrió y miró a Eladio que rodaba por el suelo, agarrÔndose las gónadas gritando obscenidades.
āSupongo que tendrĆ”s que quitarte los pantalones cortos āsonrió.
Eladio gimió de dolor.
āAyĆŗdenlo āle dijo a Jean y Dereck.
Los dos muchachos asintieron y se acercaron a Eladio. Tomaron sus pantalones cortos y los arrancaron brutalmente de su cuerpo dejƔndolo al descubierto como dios lo trajo al mundo.
āAhora tambiĆ©n voy a hacerte perder esos huevos āsonrió Walter.
Eladio gimió. Miró al moreno con los ojos rojos y la cara hĆŗmeda de sudor. āPor favor...
Walter sacudió la cabeza y le indicó que se pusiera de pie.
Eladio tardó una eternidad en continuar.
Walter le sonrió. āĀæListo para perder tus bolas?
Eladio hizo una mueca.
āEstĆ” bien āWalter se rió y metió su pie contra las bolas de Eladio. El golpe hizo que incluso Dereck y Jean se encogieran dolorosamente.
Los ojos de Eladio se hincharon y sus mejillas se llenaron de aire. Un sonido enfermizo e irritante escapó de sus labios y parpadeó un par de veces. Luego se puso de rodillas, agarrando sus gónadas, con la boca abierta en un grito silencioso.
Walter se dio la vuelta e hizo una pose de victoria. Se inclinó ante un pĆŗblico imaginario y asintió, sonriendo. āGracias a todos ustedes āy sonnrió.
Dereck y Jean comenzaron a vitorear de manera salvaje.
El hermano de Walter, MoisƩs, estaba sentado en el sofƔ, sonriendo y sacudiendo la cabeza.
Walter se acercó a Eladio tendido en el suelo, sus manos agarraban sus maltratadas bolas mientras su cuerpo brillaba de sudor. Luego miró a Dereck y Jean.
Los dos muchachos caminaron hacia Ć©l y se pararon en cĆrculo, rodeando a Eladio.
Walter se desabrochó el pantalón y Dereck y Jean siguieron su ejemplo.
Metieron la mano en sus calzoncillos y presentaron sus pollas gordas y duras.
Jean tenĆa la mĆ”s grande, un pene impresionante, grueso y duro, con una gran cabeza en forma de hongo de color rosa que brillaba con presemen.
Jean se lamió el dedo y se frotó la punta de la polla, sonriendo con orgullo.
La polla de Walter no era tan grande como la de Jean, pero tambiĆ©n tenĆa respetable altura. Sus toronjas negras y regordetas colgaban bajas en su saco.
Dereck miró los miembros de Jean y Walter y sonrió. Su pene era el mÔs pequeño de los tres, pero de todos modos su contextura era impresionante.
Los tres hombres estaban acariciando sus pollas, mirando la cara contorsionada por el dolor de Eladio.
El jugador de fĆŗtbol tenĆa los labios cerrados y miraba los tres monstruosos miembros con los ojos bien abiertos.
DespuĆ©s de un par de minutos, Jean gimió, āĀ”Abre la boca!
Eladio sacudió la cabeza, sus ojos denotaban asco y miedo.
āHora de tu batido de leche āmurmuró Walter.
Eladio volvió a negar con la cabeza.
Dereck le sonrió. Miró la entrepierna de Eladio, luego levantó el pie y pisoteó con fuerza sus testĆculos en el suelo, haciendo que Eladio gritara de dolor y abriera la boca.
āSĆ āgimió Jean. Agarró la nariz de Eladio con la mano, forzĆ”ndolo a respirar por la boca.
Dereck clavó el talón en las gónadas carnosas del futbolista, haciendo que gimiera de dolor.
SimultƔneamente, las tres pollas comenzaron a estallar con un jugoso y blanco semen, apuntando a la boca de Eladio. Una lluvia de chorros espesos y cremosos cayeron dentro de su boca, llenƔndola hasta el borde.
Jean, Dereck y Walter estaban gimiendo de placer mientras sus penes seguĆan enviando chorros de lava salada a la boca abierta. Que en segundos se llenó hasta su capacidad, ya inundada, gruesos hilos de semen comenzaron a correr por el costado de la cara de Eladio.
āĀ”Traga! āordenó Jean.
Dereck torció el pie.
Eladio gritó y gorgoteó, tragando el enorme cóctel de esperma hasta que su boca estuvo vacĆa. Agotado y exhausto, Jean, Dereck y Walter lo miraron, acariciando sus flĆ”cidas pollas.
Eladio gimió.
Dereck dio un paso atrÔs, permitiendo que las gónadas de Eladio volvieran a su forma habitual.
Walter sonrió y sacudió la cabeza. Metió su pene húmedo de esperma en sus jeans nuevamente.
Los otros dos muchachos hicieron lo mismo. Aunque fue Dereck quien se limpió con la franela del futbolista.
Vieron a Eladio acurrucarse en el suelo, agarrƔndose los cocos, golpeado y humillado, gimiendo y sollozando.
āĀæQuĆ© piensas? ĀæValió la pena? āsonrió Walter, volviĆ©ndose hacia Dereck y Jean.
Jean respiraba con dificultad, radiante de felicidad post orgĆ”smica. āĀæQuĆ© quieres decir?
āNos patearon las nueces la semana pasada āexplicó Walter.
āClaro ādijo Dereck rĆ”pidamente, sonriendo.
Jean asintió con la cabeza.
Walter se rió. āCreo que Eladio no lo ve asĆ ...
Eladio estaba sollozando de dolor, tratando de escupir los restos de semen que no habĆan llegado a su estómago.
Jean se encogió de hombros.
āWalter ādijo MoisĆ©s, mirando su reloj.
Walter se dio la vuelta y miró a su hermano.
āTenemos que irnos ādijo MoisĆ©s caminando hacia la puerta.
Walter lo siguió después de despedirse de todos.
Dereck y Jean se fueron poco despuƩs, dejando a Eladio tirado en el suelo.
Bastian se arrodilló junto a Ć©l. āPerdiste, Āæeh? Y te dieron un ponche navideƱo.
Eladio lo miró con lĆ”grimas en los ojos. Su cara estaba manchada de semen. āPerdĆ āsusurró.
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