CONTIENE:
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE
DespuĆ©s de que LenĆn y Farid le golpearon los huevos a Bastian, decidió rendirse en la guerra de cojones que se habĆan inventado, pero el que primero lo hiciera iba a otorgar dos puntos en la tabla de estudio de Bastian. Para el tĆo Chacón suponĆa una total humillación si lo hacĆa por lo que su decisión la pensaba y la volvĆa a pensar.
En Ć©se momento los dos estaban sentados en el jardĆn de la hacienda de los Chacón, tomando cafĆ© y comiendo un postre tĆpico de los dĆas de navidad.
Farid llevaba pantalones cortos y camisa.
A Bastian todavĆa le dolĆan los huevos y haciendo una mueca cambió de peso sobre la silla.
Farid se rió.
āĀæCómo estĆ”n tus cocos?
Bastian grunó. Miró la abultada entrepierna de Farid. TodavĆa tenĆa planeado rendirse una vez por todas. Pero podĆa refundar sus planes otra vez mĆ”s.
Se puso de pie y se estiró.
Por el rabillo del ojo notó que Farid también se levantaba.
Entró a la casa dirigiéndose a la cocina, fue al refrigerador y vio una botella grande de Pepsi Cola. La agarró. Estaba pesada.
Cuando Farid pasó por su lado, dejó que su mano se balanceara hacia atrÔs.
El sonido que salió de los labios de Farid, indicó que la botella habĆa hecho contacto donde Bastian mĆ”s querĆa.
Farid se dobló, abriendo mucho los ojos, levantó las cejas y abrió la boca.
āVaya ārió Bastian.
Farid gimió.
Bastian dejó que la botella se balanceara contra sus bolas. El arma pesada golpeó los llenos de esperma testĆculos del Ć”rabe, clavĆ”ndolos en su pelvis.
Farid chilló y sus ojos se cruzaron.
āLo siento āaseguró Bastian tratando de parecer compasivo. Se echó a reĆrā. ĀæTe golpeĆ©?
Farid gimió y agarró sus bolas.
āĀ”Mierda!
Bastian sonrió.
Agarrando a Farid por la cadera, y le dio la vuelta.
Fue golpeado por sorpresa y estaba muy mareado para reaccionar. Gimió de dolor.
āBueno āsonrió Farid de pie detrĆ”s de Ć©l.
Bajó sus pantalones cortos y su ropa interior, dejando al descubierto sus nalgas y sus dos albóndigas palpitantes. Con un movimiento preciso, golpeó la botella pesada en los huevos de Farid desde atrÔs.
Farid gritó a todo pulmón.
āĀ”Mierda!
Bastian se rió y le dio unas palmaditas en la espalda. āLo siento āsonrió, dejando que la botella volviera a sus huevos.
Farid gimió y se derrumbó en el suelo.
En medio de risas Bastian regresó al patio tomando un vaso de pepsicola oyéndolo gritos y obscenidades.
No supo mĆ”s de Farid hasta dos dĆas despuĆ©s.
Bastian estaba sentado en su escritorio, esperando que se apareciese en su oficina para trabajar. No sabĆa si el viejo descendiente de Ć”rabes estaba furioso por los golpes a sus bolas.
La puerta se abrió y él ingresó muy tranquilo.
āHola āhabló Bastian mirĆ”ndolo de cerca.
āHola ārespondió Farid yĆ©ndose a un escritorio.
Bastian lo siguiió parĆ”ndose en el marco de la puerta, sus manos protegĆan sus testĆculos, tratando de parecer relajado. āĀæTodo bien?
Farid asintió y se sirvió una taza de cafĆ©. āĀæQuieres?
Bastian sacudió la cabeza. āGracias.
Farid se sentó y sonrió.
āQue bueno verte, amigo.
Farid asintió con la cabeza. āĀæQuieres saber por quĆ© no estuve aquĆ ayer?
Bastian dudó y observó a Farid, en busca de signos de ira. Pero aparentemente estaba bien. āPensĆ© que te habĆas ido con tu familia todo el dĆa.
āBueno... āFarid tomó un sorbo de cafĆ© y sonrió.
De repente, de la nada, los testĆculos de Bastian sintieron un profundo dolor. Su estómago se revolvió y sus ojos perdieron el foco.
Bastian bajó la vista a su entrepierna, justo a tiempo para ver cómo un zapato se estrellaba contra sus cocos, empujĆ”ndolos contra su pelvis. Gritó e intentó darse la vuelta, pero el dolor que le recorrĆa los nervios era demasiado fuerte. Estaba paralizado de agonĆa, con las piernas separadas a la altura de los hombros y los brazos abiertos.
El rostro de Farid se iluminó de alegrĆa y satisfacción mientras sus Ʊemas eran aplastadas por otra fuerte patada.
Bastian gimió imtentando agarrar sus bolas. Antes de llegar a ellas, Farid se paró frente a él y abrió la bragueta de sus jeans.
āFarid... Por favorā¦
āLo sĆ© āFarid lo interrumpió y alcanzó su mosca. Le agarró los huevos con su fuerte mano y apretó con fuerza.
Hubo un chillido agudo.
Farid sonrió y le retorció las gónadas. Las levantó, haciendo a Bastian ponerse de puntillas y jadear por aire.
Farid miró por encima de su amigo y dijo:
āGracias. Ā”Nos vemos!
Bastian oyó pasos salir del estudio.
Farid apretó el control sobre las vulnerables gónadas.
āĀæQuiĆ©n era ese? āsusurró Bastian.
Farid soltó los huevos. Bastian gritó de dolor.
āUno de nuestros muchachos, de los hombres comunes ādijo Farid.
Dio un paso atrÔs. Comenzó a correr y le pateó las grandes bolas con su pie derecho.
La patada levantó a Bastian del suelo y seguido de un grito espeluznante. Le dolĆa todo el cuerpo, el dolor iba de sus bolas al abdomen, sus pulmones, su cerebro, los muslos y las manos. Todo su cuerpo temblaba de dolor.
Bastian se desplomó en el suelo sollozando.
āWow, eso se sintió bien ādijo Farid sentĆ”ndose en el escritorio.
Bastian acarició sus pelotas y gimió, acostado en el piso y murmurando obscenidades.
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