Chacón vs Común (12/13): Colaboradores - Las Bolas de Pablo

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15 jul 2020

Chacón vs Común (12/13): Colaboradores

CONTIENE
BALLBUSTING HOMBRE/HOMBRE

   —Hoy tendremos un enfrentamiento especial —dijo Bastian reunido con todos los muchachos de su proyecto—, un enfrentamiento fuera de lo normal. Tenemos a dos invitados de lujo que siempre nos han colaborado —sonrió satisfecho. 

   Eladio era un excelente jugador de fútbol de cabello oscuro, su piel era bronceada y su cara bonita y siempre afeitada. Bastante alto y con manos enormes y piernas largas. 

   —Con mis pies de acero voy a triturar las huevas de mi rival —indicó con una sonrisa—, por eso tengo tres botas de oro. 

   Algunos se rieron.

   —Del otro lado tenemos a un ser especial —indicó Bastian—, también del equipo de fútbol y mi sobrino. 

   El joven era menos alto que Eladio, con el cuerpo delgado y cabellos negros. Estaba sentado y su pantalón corto no ocultaba para nada su bendecida anomalía masculina que lo caracterizaba como Chacón.

   —Como lo suponen Eladio representará a los hombres comunes y Lucas a los Chacón. 

   —Lucas, te casaste hace poco —comentó Eladio—, espero que ya hayas embarazado a tu mujer porque te haré escupir las huevas por la boca. ¡Eres un enfermo! ¡Casarte con tu prima, sin vergüenza! 

   —Hey, respeta si vas a hablar de mi hermana —protestó Pablo. 

   Y Eladio continuó:

   —¡Tu prima! Sus hijos van a salir deformes y más con esto —lanzó una patada atronadora en la entrepierna de Lucas. El empeine de su taco de deporte chocó con la entrepierna del futbolista, aplanando su visible bulto en su pantalón y clavando sus testículos en su pelvis.

   Eladio sonrió y observó la cara de Lucas, estaba doblada de dolor y parecía a punto de vomitar. El pobre Chacón se inclinó hacia adelante con las manos en la ingle. 

   —¡Amigo, eso es trampa! —reclamó Israel levantándose del asiento mientras Lucas caía al piso—, la pelea no ha comenzado y tú la atacas a traición. 

   Lucas en el suelo gemía abriendo el botón de su pantalón. Necesitaba aliviar el dolor de sus huevas acariciando directamente al contacto de sus dedos. 

   Eladio miró su entrepierna y sonrió. 

   —Que testículos más grandes. Tu esposa se los debe tragar hasta la garganta. 

   —¡Hey! —Pablo fue detenido por David. 

   Lucas tenía un par de ciruelas grandes y bonitas que acariciaba con fuerza. Su pene también estaba por encima del tamaño promedio, colgando flácido y pesado encima de sus pelotas.

   —Es increíble, cómo esas cosas enormes pueden crecer en sus escroto y no molestarles como hombre. Supongo que están acostumbrados. 

   Miró la entrepierna de Lucas, enfocándose en el área objetivo. Echó la pierna hacia atrás y aterrizó el pie contra las grandes toronjas de Lucas. La punta del zapato apretaron las bolas del joven contra su cuerpo, aplastando visiblemente sus delicados órganos. 

   —Sí —Eladio asintió y sonrió expectante—. ¡Eso es un gol para los comunes! 

   Lucas chilló y se retorció en el frío suelo.

   —¡JA, JA, JA! Insisto, espero que le hayas llenado el cuerpo a tu esposa de leche para que por lo menos te regale un hijo y que no haya sido tan puta de sólo tragarse tu semen como una gata. 

   —¡Que respetes a mi hermana! —gritó Pablo, esta vez corriendo hacia Eladio y pateando sus bolas. Atrapó las colgantes bolas del jugador, aplastándolas con fuerza y ​​haciendo que gritara de dolor.

   Se dobló y agarró su entrepierna mientras Lucas lo miraba de manera divertida.

   Eladio gruñó. Se frotó las bolas y clavó la frente al piso mientras se quedaba con las nalgas alzadas.

—¡Pablo! —gritó Bastian furioso—. Esta pelea no es tuya. 

   —¡Que no sea un irrespetuoso de mi hermana! 

   David envolvió a Pablo entre sus brazos y lo hizo salir de la sala oyendo su griterío de reclamo. 

   —Estúpido —susurró Eladio. Se enderezó y retrocedió un par de pasos. Con un comienzo de carrera profesional en su área, pateó las bolas de Lucas y gritó—¡GOOOOOOOOL! 

   El pobre Lucas enseguida se retorció en el suelo, pataleando y arqueando su espalda del dolor de huevas. 

   Eladio gimió y se agarró las bolas, acariciando tiernamente. Dio un respiro y se acercó a Lucas tomándolo de los cabellos. 

   —Pongamos fin al partido amistoso. 

   Fue cuando Lucas actuó de inmediato para zafarse de él y estampó un puñetazo en su entrepierna. 

   Las bolas de Eladio se aplastaron brutalmente, crujieron entre el puño y la pelvis. Su polla se crispó violentamente cuando gritó y se dobló.

   Lucas se apartó buscando sobar sus testículos y Eladio se arrodilló. Gimiendo y maldiciendo, se derrumbó, sosteniendo sus bolas con ambas manos, con los ojos cerrados y la boca abierta.

   Pasaron más de dos minutos hasta que Eladio pudo ponerse de pie.
   Lucas lo estaba esperando en guardia.

   Eladio lo miró, haciendo una mueca de dolor y acariciando sus testículos. Se acercó a él y rápidamente, Lucas levantó su rodilla, con un resultado devastador golpeó los testículos enrojecidos de Eladio, causando que el futbolista dejara escapar un gemido agudo y colapsara en el suelo una vez más.

   Mientras Eladio se retorcía de dolor, Lucas miró sus propias gónadas, observándolas intensamente, como si las viera por primera vez.

   Después de un tiempo, Eladio pudo respirar normalmente. Gimió y se levantó, mirando a su oponente, con los ojos crispados, la cara roja y sudorosa. Gruñendo. 

   Lucas reaccionó lo más rápido posible plantando una patada en la entrepierna de Eladio con un ruido sordo.

   Los ojos de Eladio se abrieron y dejó escapar una tos. Su polla se retorció cuando sus joyas fueron impactadas perdiendo su forma bajo el pie de su amigo. 

   Estuvo paralizado por una fracción de segundo antes de soltar un sonido estrangulado y colapsar en el suelo, retorciéndose de dolor tal como lo hizo minutos atrás.

   Tardó mucho en levantarse de nuevo. Su cabello estaba húmedo de sudor y sus ojos vidriosos. Hacía muecas de dolor, cubriendo sus doloridas bolas con ambas manos.

   Eladio levantó los puños apretados. 

   Lucas sonrió. 

   —Esto es por Jenny. 

   Sin mucho ruido, pateó los huevos de Eladio. Su empeine chocó con los dos orbes rojos y los aplastó contra la entrepierna.

   La cara de Eladio se contorsionó y dejó escapar un grito silencioso.

   Un segundo después, su polla explotó en abundante esperma blanca que voló por el aire, manchando su pantalón dejándolo en vergüenza.

   Lucas se hizo a un lado sin apartar la vista de la abundante marca y empezó a reírse.

   La polla de Eladio disparaba chorro tras chorro de cremoso semen.

   Su boca estaba abierta de par en par, sus ojos se cerraron cuando su polla se retorció, escupiendo su leche por toda su ropa hata los muslos.

   Finalmente, Eladio encontró su voz.

   Soltó un grito espeluznante y se derrumbó en el suelo mientras los últimos chorros salían volando de su polla.

   Lucas lo miraba, ya muy serio, esperando que Eladio se recuperara. 

   Pasaron muchos minutos.

   Eladio gritaba, tosía y gemía. Finalmente se dio cuenta que Lucas había ganado una extraña ventaja sobre él.

   —Me… rindo.

   —¡Que decepción para los comunes! —gritó Ignacio—. Yo lo hubiese hecho mejor. 

   Lucas lo miró fijamente.

   Eladio gimió y se acurrucó en posición fetal, sobando sus testículos y llorando de dolor. Rato después se quito el empapado pantalón corto, se sentó en una silla donde lloró por sus huevas hinchadas, en los próximos minutos las iba a envolver con una bolsa de hielo.

   —Está bien —dijo Bastian—. Punto para los Chacón que suben a 15 en la tabla contra 10 de los comunes. 

   Farid asintió con la cabeza.

   Lucas sonrió, sobando sus huevos.

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